Capitulo 3 Día 2 de vivir en un mundo diferente

Cuando me desperté, vi un techo de madera desconocido frente a mí.


　Así es, he venido a otro mundo. Si no era un sueño, entonces esto es real.


　Lo único que hay que hacer ahora es disfrutarlo tanto como sea posible.


　No tiene sentido deprimirse, y que te lleven a otro mundo significa que puede ocurrir algo bueno.


　Y no creo que puedas volver nunca a casa, así que es importante sobrevivir hasta entonces.


　Bien, ¡cambiemos!


'¡Ahhh! ¡¡¡Dormí bien!!!

　Miro el reloj y son las 10 de la mañana, anoche me fui directo a la cama, así que habré dormido 12 horas.


Bueno, vamos a desayunar.

　Bajé al comedor. Era un lugar pequeño con unas siete mesas de madera para cuatro personas.




"Buenos días. El desayuno, por favor".

　Llama a la señora de la cocina.


'Sí, puede sentarse en la mesa que quiera y esperar'.


　Cinco minutos de espera.


¡Mira, es el desayuno!

　El plato que salió con la voz alegre de la tía era un plato con un huevo frito bien cocido, dos salchichas ligeramente quemadas y un trozo de pan.

Espolvoreo sal de la mesa sobre el huevo frito y lo corto por la mitad en trozos grandes y lo mastico.


"¡Qué rico!

　Como soy de las que desayunan todas las mañanas, solía hacer huevos fritos en casa. Los cocinaba hasta que la yema estaba completamente cocida y la clara crujía al tocar la sartén.


　Me entusiasmaba el hecho de que el huevo frito estuviera cocinado a mi gusto. La tía tiene buen gusto.


　Tal vez porque era el único cliente, le hice un gesto de pulgar hacia arriba y una señal de BIEN mientras me miraba comer mi huevo frito.


　La tía me devolvió el gesto con una sonrisa. Los gestos se entienden en otros mundos, ¿verdad?


　Ahora las salchichas.


　¡Crujiente!


　¡Oh! ¡Qué bien sonaba cuando la masticaba! Era menos grasienta y ligeramente blanda que las salchichas que comía habitualmente, pero bastante perfecta para comer por la mañana.


　Tuve que volver a darle el visto bueno a la tía.


　El último es el pan.

　Es una simple barra de pan abovedada, tostada, no sé si tostadora, pero horneada.


　Decidí probarlo tal cual primero y le di un bocado.


　...... Firme.


　La primera impresión fue así. El exterior es bastante duro y el interior muy crujiente.

　Creo que me dolerá la mandíbula cuando termine uno.


　No es que sea malo, pero francamente, prefiero el pan hecho con habilidad.

...... En cualquier caso, he dado el visto bueno a la señora del arroyo.


　Después de eso, disfruté de un desayuno con huevos fritos y salchichas junto con pan. No es suficiente, pero es un lujo poder levantarse despacio por la mañana y desayunar tranquilamente.


Fuiste un buen comedor.

　Cuando termina la comida, la señora se acerca a la mesa para recoger los platos.


Sí, estaba delicioso.

'Oh, sí, sí, sí. Entonces valía la pena hacerlo. ¿Cómo te llamas?


Me llamo Ryu.


¿Te llamas Ryu? Es un nombre inusual. Me llamo Rosa. ¿A qué te dedicas, Ryu? ¿Es seguro quedarse en la posada tan tarde entre semana?"


　Parece que este mundo también tiene el concepto de días laborables y festivos.


'Ahí es donde pienso empezar a trabajar ahora: .....'

'¿Y qué te parece convertirte en aventurero?


¿Aventurero?

　Según Rosa, ser aventurero es un trabajo en el que cualquiera puede convertirse, y puedes ganar bastante dinero si subes de rango. Por supuesto, eso significa pedidos más peligrosos.


Pero no se me da muy bien el combate. ......

　Si me hubieran dado habilidades de combate, no habría dudado en convertirme en aventurero.


　Entonces podría haber sido un guerrero tramposo.


Seguro que pareces débil a simple vista. ¡A-ha-ha-ha!"

　Eso es terrible decirlo sobriamente. Y no te rías.


'Hablando en serio, entonces será mejor que vayas al Gremio de Comerciantes.


　El Gremio de Comerciantes está abierto a todos los que hacen negocios en la ciudad, incluidas tiendas y vendedores ambulantes, y al parecer está prohibido comprar y vender como negocio si no se es miembro.


　Por el contrario, se dice que cualquiera puede hacer negocios siempre que pague dinero y se afilie al gremio de mercaderes.

Rosa nos explicó que este es el primer lugar para encontrar trabajo en la ciudad, ya que al parecer también contratan a trabajadores para las tiendas.


'El Gremio de Comerciantes, hoy voy para allá. Gracias por decírmelo.


No hay problema, ¡buen viaje!


　Me despedí de Rosa, hice las maletas y salí de la posada.


　Decidí dejarlas atrás ya que era una molestia tirar del puesto y pasear por la ciudad.




　¡oooooooooooooooooooooooooooooooooooo!


'Por cierto, es una ciudad preciosa'.

　Ayer no pude verla porque no tuve tiempo, pero la ciudad de Soroun tiene un castillo en el centro, con edificios que salen de él.


　La ciudad está rodeada por una gran muralla.


　Cuanto más cerca del centro, más altos son los edificios de piedra (aunque sólo de cuatro o cinco plantas), y cuanto más cerca de la muralla exterior, más bajos, con más casas adosadas de ladrillo y madera.


　Los campos se extendían fuera de las murallas de Soroun, por lo que los campesinos debían vivir fuera.


　Rosa nos había hablado de nuestro destino esta vez, así que nos dirigimos en esa dirección.


　Poco a poco, los edificios se fueron elevando y empezaron a aparecer tiendas más lujosas.

　Eché un vistazo, pero decían decenas de miles de coronas por una prenda, así que pasé de largo.




Aquí tienes".

　Llegamos al final de la calle, es decir, al edificio situado junto a las puertas del castillo.

　Es un edificio bastante grande, de cinco plantas, hecho de piedra. En la entrada había dos soldados con armadura.


　Paso nerviosamente entre ellos y entro en el edificio.


　Por dentro, el edificio era como un banco, con un mostrador delante y detrás, mesas para el personal alineadas al fondo y sillas y otros lugares para que los visitantes esperaran delante.


Bienvenido al Gremio de Comerciantes, ¿en qué puedo ayudarle?

　Te llama una mujer de uniforme.


"Estoy pensando en abrir un negocio".

'Se está registrando en el Gremio de Comerciantes, por favor tome esta tarjeta numérica y espéreme.


　Cogí el número 32 de la mujer y me senté en la silla.




　15 minutos después


"¡Número 32! ¡Cambio!"

　Se oyó la voz de una mujer desde el mostrador de la derecha.

　Supongo que es mi turno.

Fin del capítulo