Hace mucho tiempo, cuando la tierra era joven y los humanos comenzaron a asentarse, existían tres reinos; El gran reino de Babilonia, conocido por edificaciones enormes y maravillosas, El antiguo reino de Sumeria, conocido por su fuerza y sabiduría y por último El mágico reino de Arthegón, conocido por su espiritualidad y conexión con las fuentes mágicas. Cada reino vivía en armonía, gracias a la ignorancia de la existencia de Arthegón. El Reino de Arthegón era una tierra inmaculada y prospera, llena de criaturas puras y mágicas que vivían en armonía con la naturaleza y la humanidad. Arthegón era especial, algunas pocas veces sus habitantes nacían con la capacidad de ser conectores de la magia más antigua y poderosa; la magia arcaica. Estos seres eran conocidos como arcanos mágicos capaces de controlar la magia de las seis estaciones. Los arcanos eran escasos y sumamente importantes para el reino, nacían seis arcanos cada cincuenta años, desde el nacimiento de los arcanos, que por gracia divina nacían el mismo día, a la misma hora y en medio de una lluvia de estrellas fugaces, estos eran llevados al Sumber, a la edad de diez y ocho años los arcanos se convertían en guardianes de las seis llaves sagradas. La armonía duro años hasta que el rey de Babilonia consumido de ambición y odio empezó una guerra contra Sumeria, robando sus riquezas, destruyendo los templos de sabiduría sumeria y masacrando sin piedad a todo el pueblo sumerio, el reino de Sumeria desapareció de la existencia y Babilonia se había convertido en el reino legítimo más poderoso de la tierra. Más sin embargo el rey cegado por su sed de poder encontró una vieja investigación sumeria acerca de un tercer reino antiguo que había nacido al mismo tiempo que Sumeria, pero que su ubicación era desconocida para cualquiera que no perteneciera a él, además de las muchas teorías de la magia que rodeaba al tercer reino misterioso. El rey busco el misterioso lugar por décadas hasta que su cuerpo no pudo más y colapso. Cuando el rey murió su hijo tomo poder en Babilonia y queriendo dar un reconocimiento a su padre ordenó a toda la población de Babilonia buscar el reino del misterio. Pero la historia estaba equivocada, el reino no era conocido solo por sus habitantes, sino que el reino se mostraba solo ante aquellos de corazón puro e intenciones bondadosas. Mas sin embargo nunca ningún humano normal había podido encontrar Arthegón hasta que una pequeña niña por equivocación había huido hacia el bosque de las ilusiones, un territorio prohibido por las leyendas de la existencia de monstruosas criaturas que custodiaban los alrededores, la niña era una criatura desdichada, su familia no sentía el más mínimo cariño por ella y la habían prometido a un juez de la corte cuando cumpliera los trece años, a pesar de todo la niña era una joya de corazón puro, por ello, una criatura mágica se presentó con ella para ayudarla a encontrar el camino a casa, nadie hubiese imaginado que aquel pequeño encuentro hubiese sido el catalizador para que el destino trazara un nuevo camino para aquella pequeña niña. La niña empezó a frecuentar el bosque para ver a su amiga el hada. La niña fue la primera humana del exterior en conocer Arthegón. Más sin embargo sus padres empezaron a sospechar de las frecuentes salidas de la niña al bosque, su madre la siguió y descubrió la ubicación del reino de Arthegón, la recompensa de la ubicación de aquel mágico lugar valía por montones, más que lo que podría ganar vendiendo a su hija, así que movida por la ambición la mujer decidió vender la ubicación del reino mágico. Los ejércitos de Babilonia atacaron al reino mágico. El reino de Arthegón no contaba con un ejército que pudiera defenderles en esas situaciones, los únicos guerreros entrenados existentes eran los arcanos, quienes en combinación con su poder mágico era formidables guerreros, pero incluso así, ellos eran solamente seis enfrentando a miles, los arcanos intentaron defender el reino; pero era un ejército inimaginablemente enorme, con hombres grotescamente corpulentos con conocimiento de armas, implacables y moralmente vacíos, mientras que Arthegón solo contaba con seis arcanos, algunos guardias reales y algunas criaturas mágicas que decidieron unirse a la guerra, muchas vidas se perdieron en aquella gran guerra. La reina y el rey de Arthegón desesperados recurrieron a pedir ayuda a los sabios de Arthegón, los arcanos habían desfallecido y los humanos habían comenzado a matar la tierra pura, las criaturas mágicas también comenzaron a perecer ante ellos. Los sabios de Arthegón confiaron al último arcano un encantamiento que requeriría de toda la magia que pudiera contener para esconder el reino de la ambición humana, pero eso también significaba no solo la muerte del último arcano, sino también el fin de la magia arcana. El sacrificio del último arcano había sido favorable, los humanos mal intencionados habían sido expulsados de Arthegón y el reino había sido separado de la ambición humana, haciendo imposible que cualquiera que no perteneciera al reino pudiera encontrarlo, pero así también; hasta el más pequeño destello de magia arcana había desaparecido. La niña se convirtió en la princesa legitima de Arthegón al ser adoptada por los reyes. La vida en Arthegón era dichosa, pasaron los años y la niña se convirtió en reina. El Reino de Arthegón se dividió en seis reinos que vivan en armonía y a pesar de responder al rey y reina cada comunidad tenía su propio consejo, además de un representante de cada reino que conformaba "La Orden de Arthegón." El tiempo paso y el reino mágico de Arthegón fue rico, próspero y pacífico, pero nada es eterno; la oscuridad y maldad llego a ese mundo, algunos seres mágicos fueron corrompidos y el caos llego nuevamente. La Casa de Colingwood lucho por el reino, logrando retrasar lo inevitable; robando un poco más de tiempo, al mismo tiempo que la reina Katherine le regalo al reino una nueva luz; La heredera al trono Adelaide Emell Colingwood y años después nació la princesa Lourdes Arleny Colingwood. La princesa Emell era una muchacha curiosa, llena de vida e ilusiones, fanática de la lectura y amante de la naturaleza, ella había deseado toda su juventud participar en las expediciones al mundo prohibido que eran amenizadas por su padre el rey Mauricio III. La vida para la princesa cambio totalmente cuando su padre encuentra en las costas del océano a un hombre proveniente del mundo prohibido, ellos no entendían como el hombre había llegado a las costas de Arthegón, pensaron en deshacerse de él para que el extraño no fuese una amenaza, pero la reina y la princesa no estaban de acuerdo con la noción alegando que ellos no eran igual de maquiavélicos que los humanos del mundo prohibido. Cuidaron al hombre hasta que este recupero la conciencia, aun ante las negativas de su padre la joven princesa Emell se encargó de ayudar al hombre; con el tiempo ambos se hicieron más cercanos, tanto que fue imposible que no surgieran los sentimientos entre ellos. El hombre era un ladrón; un doble espía que estaba huyendo, había robado algo que era muy indispensable; una caja de metal, al principio no comprendía por qué sus superiores tenían tanto interés en tal artefacto, más sin embargo estando en el castillo pudo encontrar la combinación secreta de la caja la cual contenía planos de potentes maquinas asesinas, mapas de varias regiones, un acuerdo de confidencialidad entre algunas naciones donde los líderes de los países proponían una alianza particular; una alianza de guerra, sus superiores sabían que la guerra se aproximaba y querían tener ventaja para saber que bando elegir. El hombre no quería regresar, sabía que era buscado por cada rincón del mundo, además no quería entregar la caja, él sabía que era imposible prevenir la guerra que se avecinaba, pero lo que si podía hacer era alentar el proceso; retrasar lo inevitable lo más que pudiera a sabiendas que la futura guerra traería incontables muertes y consecuencias. Además de los fuertes sentimientos que estaban naciendo por la princesa Adelaide. Meses después ambos dejaron de luchar contra lo que sentían y se consumieron. Ellos vivían un amorío a espaldas de los reyes, pero esto no duro mucho; la hermana menor de Adelaide los encontró y dio información a sus padres. El amor es ciego, es como el aire que respiras, tan indispensable, tan intenso, como la rosa más hermosa del jardín; de sublime belleza, perfecta y maravillosa, pero si no la tomas correctamente; sus espinas pueden lastimarte. El hombre decidió decirle la verdad a su amada después de meses, ella lo amaba; ella lo amo hasta su ultimo respiro...