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Capítulo XXVII: Una charla familiar
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Capítulo XXVII: Una charla familiar

Me duele el corazón, pensé que al dormir la sensación abrumadora se desvanecería, pero no es así, sino que el dolor es incluso más latente. Dos días han pasado desde la noche de año nuevo, cuando el capitán me dijo aquel montón de palabras hirientes, no he visto a Jorge en absoluto, no es que me preocupe, seguramente esta haciendo algo importante o ayudando a algunas personas como lo hace desde que regresamos al castillo. Camino por los pasillos sin un pensamiento claro, entonces encuentro a mi hermano conversando con Samira, me acerco hacia ellos y Jorge me abraza con fuerza, yo sonrío y correspondo su abrazo, esto es justamente lo que necesito ahora mismo, siento que me duele menos el corazón ahora que mi hermano me abraza.

-Hola Eli. -dice y yo le abrazo de nuevo.

-Te extrañe. -le digo.

-También te extrañe Eli, pero estaba haciendo algo importante y me olvide...

-No tienes porque explicarme hermanito, ahora eres un príncipe con muchas responsabilidades, eso pasa cuando te conviertes en alguien importante. -le digo con una sonrisa, sus mejillas se sonrojan.

-¡Oye no me molestes! Algunos niños querían aprender a pintar y les he estado dando algunas clases, eso es todo. -dice cruzando sus brazos, yo asiento.

-Me parece muy bien que les enseñes acerca de arte. -digo y el asiente con una sonrisa.

-¿Qué hay de ti? Me imagino que el capitán y tu están preparándose para el viaje hacia el castillo antiguo. -dice, mi corazón duele ante sus palabras.

-No Jorge, en realidad el capitán no se nos une en este viaje, es más, creo que la mañana después de la fiesta se ha marchado del castillo.- le digo, Jorge abre sus ojos con sorpresa.

-Pero... ¿Por qué se ha ido? No entiendo. -dice, yo le dedico una sonrisa leve, ni siquiera yo soy capaz de asimilar la verdadera razón de su partida.

-No lo se Jorge, pero seguramente tiene algún problema personal que resolver. -le digo, mi hermano asiente con un semblante dubitativo. Jorge abre su boca para decir algo, pero es interrumpido por una tercera voz que entra a la conversación.

-Princesa Alissa, Príncipe Jorge, su majestad el rey ha pedido su presencia en la alcoba real. -dice una muchacha que no había visto nunca, me quedo mirándole por unos segundos, no somos muchas las personas que estamos viviendo en el castillo, por lo que todas las caras aquí se me hacen conocidas o las he visto mas de alguna vez aunque no recuerde el nombre de todos, pero esta joven... nunca antes la había visto por aquí hasta ahora, aunque probablemente mas refugiados hayan venido al castillo en estos días y después del rumor acerca de la "princesa de las estaciones" no dudo en que mas personas vengan a buscar refugio aquí.

-Vamos enseguida. -dice Jorge con un tono bastante seco.

-¿Pasa algo? -le pregunto, conozco a mi hermano demasiado, algo le incomoda, lo se por su entrecejo fruncido y sus labios fruncidos.

-No confío en él. -dice al fin.

-Jorge... él es nuestro abuelo y quizás la única familia que nos queda, bueno la única familia que no quiere matarnos al menos. -digo.

-Lourdes tampoco quiere matarnos Eli, no sabemos el motivo de este hombre al venir aquí ¿No se te hace extraño que haya venido justamente aquí? Digo... no había forma que supiera que estamos aquí a menos que nos estuviese vigilado. -dice Jorge.

-¿Cómo puedes pensar algo así Jorge? El estaba al borde de la muerte, es cierto que no conocemos sus intenciones y esta bien que desconfíes, pero yo creo que deberíamos darle el beneficio de la duda, así como lo hemos hecho con Lourdes. -le digo, Jorge se queda pensativo por un rato y finalmente suelta un suspiro y asiente.

-Si lo hago es solo por ti, ese hombre sinceramente no me da nada de confianza. -dice y yo asiento.

Ambos nos dirigimos hacia la habitación donde se encuentra el rey. Jorge tiene algo de razón, es cierto que cuando lo encontré estaba a punto de convertirse en un snubed, pero aun no tengo claro que hacia por las cercanías del castillo, puede que haya sido el único sobreviviente del ataque, pero conozco demasiado a Emuneth y el no deja sobrevivientes, por eso me sorprende que el rey Mauricio haya sobrevivido. Al entrar encuentro a mi abuelo sentado en un cómodo sofá color rojo, en la mesa de noche se encuentra un delicioso desayuno.

-Adelante nietos míos, espero no les moleste, pero estoy a punto de degustar el desayuno que Yulissa ha traído para mi. -dice con una sonrisa. Jorge y yo nos sentamos en silencio frente a el. Jorge y yo nos dedicamos una mirada fugaz y volemos nuestra vista hacia el hombre nuevamente. Ambos asentimos lentamente, el rey nos sonríe y comienza a comer sus alimentos en total silencio, Jorge y yo solo nos quedamos en silencio evitando mirarle mucho para no incomodarlo. Nuestro abuelo termina de comer rápidamente, pareciera que no ha comido en años, sus expresiones al degustar la comida son demasiado exageradas.

-Gracias por la espera, supongo que tienen bastantes preguntas que hacerme, así que adelante. -dice.

-¿Por qué está aquí? Queremos saber cómo obtuvo la herida de snubed y especialmente como logro sobrevivir cuando todos lo creían muerto después del ataque al castillo. -dice Jorge con un duro tono de voz. El hombre le sonríe hacia mi hermano.

-¡Sin duda alguna eres mi nieto! Me recuerdas a mi cuando tenia tu edad, eres muy directo. -dice con una risa divertida.

-Aun no ha contestado mi pregunta. -dice Jorge con los brazos cruzados, yo le dedico una mirada molesta.

-Jorge...-le digo y el solo se encoge de hombros con inocencia.

-Esta bien Alissa, entiendo que tu hermano desconfíe de mi, después de todo yo solo soy un desconocido para ustedes. -dice con una sonrisa comprensiva, yo le dedico una mirada apenada.

—Cierto, usted es un desconocido y no saber cuales son sus intensiones es incluso peor. -dice Jorge, yo le miro con sorpresa.

-¡Jorge! -le regaño

-¿Qué? Es la verdad...

-No se le habla así a una persona mayor Jorge. -digo y el solo refuta mientras hace un mohín en el asiento.

-Por favor no lo regañes, Jorge tiene toda la razó, después de todo lo que pasa en Arthegón, desconfiar es una sabiadecisión. Con gusto les contare todo lo que paso antes de encontrarnos aquí hoy-

-No lo defienda, él tiene que aprender a respetar a los adultos mayores como usted. -

-Bueno esta bien, igual creo que lo mejor es que comience a contar la historia que resolverá sus dudas. -

-Por favor. -dice Jorge y le dedico una mirada molesta pero nuestro abuelo lejos de enojarse, solo le sonríe.

-Todo comenzó hace dos años atrás, Lourdes ataco el castillo, buscaba algo, buscaba algo... bueno, eso no es importante ahora. Cuando ella ataco, mi Katherine...su abuela pereció luchando por el reino. Pensé que ella me atacaría a mi también, pero Lourdes se fue, dijo que mi castigo seria vivir sufriendo la muerte del amor de mi vida, hubiese preferido que me matase ese día junto a mi querida Katherine. Hace algunos meses atrás, habíaninformado de muchos snubeds que se dirigían hacia el castillo, pero yo no penséque fuese lo suficientemente grave para tomarle demasiada importancia. Unasemana antes del ataque, uno de los exploradores que salía al exterior arecolectar comida para todos los que nos refugiábamos en el castillo, apareciócon una extraña enfermedad, su esposa lo cuido por tres días exactamente, hastaque el hombre se transformó en snubed y la ataco. Pero el snubed tenía ordenesde mantenerse oculto, hasta el día del ataque. Esamañana desperté por el sonido de los gritos. Al ver por la ventana, apreciecomo la horda de snubeds destrozaban los pequeños puestos en la ciudadela y sehacían su camino hacia el castillo. Atrás de ellos, iba caminando Lourdes,junto a Emuneth dictando ordenes de atacar a todos los habitantes del castillo.Yo sabía que Lourdes me buscaba, ella necesitaba información valiosa que soloyo podría brindarle, información que ella usaría para llevar a cabo sus oscurosplanes. Uno de mis consejeros mas fieles me salvo mostrándome unas salidas secretas que la reina había construido en caso de emergencia, pude salir del castillo antes de ser encontrado por ella. Viaje por todo Arthegón y nunca me quedaba demasiado tiempo en los lugares para no ser encontrado. Cuando estuve en Dosthrek un pueblo cercano al cuadrante de invierno llego el rumor de una joven que se hacia llamar la princesa de las estaciones, no logre entender como, pero finalmente mis nietos habían regresado a Arthegón, viaje para reencontrarme con ustedes, pero en Dhaos me encontré con Emuneth, había podido salvarme de la nube oscura, pero él me ataco con su espada maldita, con la poca fuerza que me quedaba viaje hasta aquí, pero cerca de llegar al castillo mi cuerpo no resistió más la herida, estuve un día recostado en ese árbol hasta que me encontraste Eliana. -

El rey termina de relatar la historia mirándonos con expectación, Jorge le mira con mucha seriedad. Un silencio incomodo nos rodea, Jorge me dedica una mirada. Esa chispa en sus ojos me indica que; no confía en él. Realmente tampoco me convence del todo su historia ¿Qué estaría buscando Lourdes de él? Además, que pareciera que faltan piezas del rompecabezas, porque Emuneth no le habría dejado escapar con facilidad y por experiencia, sé que las heridas de snubed logran que el afectado se paralice, cuando Azul fue herida, casi no podía moverse ¿Cómo habría sido posible que él pudiera huir sin ayuda de nadie? No tiene sentido en lo absoluto. Además...

—¿Cuál era el objetivo de venir hacia nosotros aun sabiendo que su herida lo convertiría en cualquier momento? Si Eliana no hubiese encontrado la manera de salvarlo, usted habría sido un peligro para nosotros. —dice Jorge con la mirada fija en él. Jorge había pensado justamente lo mismo que yo.

—Tenía que decirles la verdad. —dice con un rostro lleno de seriedad y preocupación.

—¿De qué está hablando? —cuestiono.

—De la leyenda de los seis arcanos. —dice, pero justamente en ese momento la puerta se abre, dejando ver a la muchacha de cabello dorado entrar y mirar al hombre mayor con tal odio que cualquiera habría pensado que lejos de ser familia, ellos son enemigos.

—Eli, Jorge, no escuchen nada de lo que este hombre les diga, sea lo que sea, está mintiendo. —dice Scarlett con una mirada de odio dirigida a él.

—Es lo contrario, ellos no deberían de confiar en ti, que ni siquiera les has dicho la verdad ¿No es así? —dice el hombre con una risa sarcástica.

—¡Note atrevas a opinar de esto! Traidor del reino, no merecías si quiera queEliana te salvara, que irónico hubiese sido que tú, entre todas las personas te hayas convertido en snubed ¿No es así rey Mauricio? - volteo para encontrarme con Scarlett cruzada de brazos en el umbral de la puerta. Ella entra lentamente a la habitación sin apartar la mirada de la de nuestro abuelo.

-¿Qué haces tu aquí bruja? -le dice con desprecio, Jorge le mira con enojo.

-No cambies el tema, o es que... ¿Acaso no tenias planeado contarles toda la verdad? -dice ella con una sonrisa triunfante.

-¿De que verdad están hablando? -pregunta Jorge. El rey se queda en silencio y aparta la mirada, Scarlett suelta un bufido.

-Bueno, su abuelo no tiene el valor de decirles, entonces no me queda mas remedio que desenmascarar su historia llena de incongruencias. Mi madre jamás asesino a la reina, sino que intentaba salvarla, además que mi abuela no fue la que creo los túneles donde pudiste huir, sino que tu lo hiciste para cubrir las huellas de tus asquerosos experimentos con humanos, culpas a mi madre de esto cuando el único responsable de esta oscuridad eres tú. -dice Scarlett.

-¿A que te refieres con que él es el culpable? -pregunto.

-El rey Mauricio fue el creador de los snubeds. -suelta de golpe Scarlett. Me quedo paralizada al escuchar la noticia ¿El rey había creado a esas criaturas tan desagradables? ¿Cuál había sido su motivo? Una increíble cantidad de emociones negativas se apodera de mi, trago en seco para contener las lagrimas.

-¿Es...es eso cierto? -le pregunto con la voz entrecortada. Él solamente suspira y asiente lentamente.

-Las cosas no son como ustedes creen... al principio los snubed no eran malvados, no era mi intención que fuese de esta manera. -dice.

—Tu creaste a esos monstruos, por tu culpa Emuneth mato a todas esas personas... —dice Jorge con tanto desprecio que no puede seguir viendo al hombre. Él no parece afectado en absoluto.

-¿Cómo te atreves a mentir de esa manera? Experimentaste con plebeyos pobres que le debían impuestos a la corona. -dice con indignación Scarlett, el hombre le dedica una mirada molesta.

-No voy a negarlo, pero sabes que estaba intentando prevenir nuestra victoria en caso de que una guerra oscura como esta llegase a Arthegón. -dice.

-Siempre que se intenta prevenir la victoria de una guerra que no ha comenzado, solo se pierden vidas inocentes. -le digo con indignación, el me mira con desespero.

-Tenia razón de no confiar en ti. -dice Jorge.

—Todo lo que hice, fue para el bien de Arthegón. De lo único que me arrepiento es de dejar que mi experimento cayera en manos de Lourdes. —dice. Yo le miro con el ceño fruncido.

—¿Experimento dice? ¡Eran personas! —digo con indignación mientras me alejo. Jorge tenía razón de no confiar en él. El rey le dedica una mirada llena de odio a Scarlett.

-Espero que así como has sido transparente con mi historia, así mismo hayas sido con la tuya. -dice el rey mirando con enojo a Scarlett, quien de un momento a otro palidece.

-¿A que se refiere? -cuestiono.

-No les ha dicho la verdad ¿No es así? Aun no han escuchado lo que vine a decir. —dice sin un poco de interés en el hecho de que por su culpa tantas criaturas han muerto.

—No hay nada que salga de su boca que me interese escuchar. —digo mientras volteo para alejarme de allí junto a Scarlett. Pero su voz me detiene.

—¿Ni siquiera...la verdad sobre tus padres? —detengo mis pasos de golpe y volteo hacia el con la mirada desorbitada. Me quedo en silencio por un rato.

—¿Por qué yo habría de creer cualquier cosa que usted dice? —digo con enojo, él se encoje de hombros.

—Porque no he mentido en nada hasta ahora, te dije como hui del castillo y también acepte mi participación en la creación de los snubed ¿Por qué habría de mentirte con algo tan doloroso como la muerte de mi propia hija? —dice, pero no hay tristeza en su voz, tampoco pena, sino una explicita necesidad de hablar del tema. Yo me acerco nuevamente hacia él, sentándome en el sillón de enfrente.

-Calla. Ellos no tienen por que sufrir de esa manera. -responde ella con molestia.

-Quiero saber ¿Cuál es esa verdad de la que hablan? -digo.

-Es acerca de sus padres... ellos...

-¡No! Eliana, Jorge, nos vamos. -

-¿Es acerca de mis padres? ¿Qué pasa con ellos?

-Eliana, no quieres saber...

-Claro que quiero. -le digo mirándola fijamente, ella suelta un suspiro cansado y coloca su mano en mi hombro.

-Entiende por favor, saberlo solo te causara dolor, solo busco protegerte ¿Confías en mí? -me pregunta. Yo le dedico una mirada a Jorge quien asiente lentamente. Claro que confió en ella, a pesar de ser hija de Lourdes me ha salvado de morir varias veces, al igual que lo ha hecho con Jorge y esa es una deuda que no podre pagarle nunca, tal vez tiene razón, tal vez lo que sea que el rey tenga para decirnos acerca de mis padres no sea necesario saberlo ahora mismo, seguramente solo me traerá dolor y en estos momentos necesito una mente en paz para poder cumplir con nuestra siguiente mision.

-Si. -le digo.

-Entonces deja el tema por ahora, debes concentrarte en la misión, solo lo hago para protegerlos. -dice, yo asiento lentamente.

-Esta bien, será mejor que nos retiremos. -digo, ella asiente agradecida.

-Tal parece que la bruja los tiene bajo un poderoso hechizo, pero no esta de mas decirles que... cuando quieran respuestas, saben donde encontrarme. -dice con una sonrisa. Yo le dedico una mirada molesta antes de salir de la habitación junto a Jorge y Scarlett. Ambos caminamos hacia la salida del castillo sin decir nada, tal vez simplemente estamos procesando la nueva información que recibimos. Entiendo que el rey creo a los snubed, pero no entiendo como estos fueron a parar en manos de Emuneth y tampoco entiendo como fue creada la espada o la bruma oscura que destruye los bosques, simplemente no entiendo, aun hay muchas partes que faltan para que esta historia tenga sentido. Un grito ahogado me hace salir de mis cavilaciones mentales, los tres nos miramos fijamente y corremos hasta el lugar donde provino el grito. Al llegar me quedo paralizada, en el salón se encuentra una mujer tirada, su cuerpo esta completamente negro y una mancha negra se extiende por todo alrededor de ella, como si una explosión hubiese causado su actual estado. Su estado me recuerda al bosque, la textura corrugada y oscura que tiene su cuerpo es la misma que tenia el bosque, pero ese efecto es causado por la bruma oscura ¿Cómo llego a pasar esto dentro del castillo? Cualquier idea que se me ocurre se vuelve menos improbable mediante la pienso más. Uno de los presentes se acerca a la mujer, la toca con la intención de moverla, pero al hacerlo, su mano se queda congelada y comienza a convertirse en una estatua oscura con la misma textura, al tiempo que la mancha en el suelo se extiende lentamente.

-¡Todos aléjense de aquí! -grita Scarlett, todos retroceden mientras miran con terror como todo el salón comienza a decaer ante la maldición oscura.

-Se expande rápido. -dice Jorge con miedo.

-Debemos cerrar las puertas. -dice ella, todos salimos rápidamente. Scarlett cierra la puerta y extiende sus manos, cierra sus ojos y una barrera color azul se extiende por toda la puerta de madera

-He sellado la puerta, la maldición no saldrá del salón y nadie puede ingresar aquí a menos que el sello se rompa, lo mejor será avisar a todos en el castillo que eviten estos pasillos. -

Fin del capítulo

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