Capítulo XXIII: El bosque seco de Ostred

Me siento ansiosa, los claveles de luna son la única esperanza para Azul y según dicen conseguirlos es casi imposible. Todo lo que Scarlett me había dicho aun resuena en mi cabeza, si la espada de Emuneth convierte a quien toca en snubeds ¿Eso quiere decir qué el señor Colín también se convirtió en un Snubed? Eso significaría que aún vive; convertido en un sanguinario mounstro bajo las órdenes de Emuneth -suponiendo que haya sido la misma espada que ataco a Azul la que uso con el señor Colín-, pero vive y mientras exista esa esperanza no descansare hasta recuperarlo, al igual que a toda su gente. Las nubes son más espesas mediante nos acercamos hacia nuestro destino, pero hace quince minutos atrás Phaos ha descendido hasta casi rozar sus pezuñas con los picos de los pinos. Le había preguntado si se sentía cansado, pero no contesto, lo cual me pareció incluso más extraño. El silencio de Phaos me perturba, casi puedo sentir su preocupación incluso aunque no lo exprese en palabras. Desde la distancia puedo ver una enorme colina levemente torcida hacia la derecha, de enorme tamaño, con algunas líneas rojas de ríos de lava rodeándola. La colina carece de color verde, sino que predomina el café rojizo de la piedra caliza, en el firmamento se puede ver un remolino de nubes grises espesas que se extiende alrededor de toda la colina y el inicio de esta al igual que una pequeña extensión de bosque está rodeada por una espesa bruma. De un momento a otro siento el aire volverse más pesado, la fuerza de gravedad nos impulsa hacia abajo, suelto un grito de terror y siento como mis piernas comienzan a alejarse del lomo de Phaos por la fuerza del aire. Las alas de Phaos se han detenido causando que caigamos hacia abajo. Intento sostenerme de su lomo, pero su piel es demasiado lisa y mis brazos no le rodean debido a su enorme tamaño. Mi cuerpo es una víctima del aire y la gravedad y me siento arrastrada lejos de Phaos, al igual que el cuerpo del dragón es sumiso a los fuertes aires y es dado vuelta; puedo ver sus ojos cerrados, como si fuese preso de un sueño tan intenso que no pudiera abrir sus ojos. Yo no dejo de gritar su nombre, esperando que despierte y parece funcionar, sus enormes ojos claros se abren con preocupación y dificultad, sus alas parecen entumecidas y el simple movimiento parece causarle un enorme dolor, pero incluso a pesar de ello, hace un enorme esfuerzo y atrapa mi cuerpo con sus enormes patas mientras me acuna en su pecho y sus ojos se cierran. También cierro los ojos intentando alejar el miedo de mi cuerpo. Solo escucho el enorme impacto del cuerpo del dragón en la tierra firme. Al abrir mis ojos me encuentro con el cielo nublado y las ramas secas de los árboles haciendo sombra. El cuerpo de Phaos esta extendido sobre la tierra y hay un camino marcado de tierra que seguramente fue hecho por el arrastrar de su cuerpo en la imprevista caída. Con mucha dificultad me safo del agarre del dragón y bajo de su cuerpo. Se ve indefenso en aquella posición, me acerco hasta su cabeza y le acaricio con cariño. Phaos parece dormir profundamente, pero se que eso no es lo que le pasa realmente, me doy cuenta como unas lianas negras se arremolinan en sus patas subiendo lentamente, al igual que una de ellas comienza a enrollarse en mi pierna. Me alejo rápidamente rompiendo la liana, pero esta sigue avanzando como si tuviese vida propia, se extiende por mi pierna y siento como levemente sube también un entumecimiento desde donde se extiende la enorme liana, intento con todas mis fuerzas arrancarlas con movimientos erráticos, pero es imposible. Siento como un calor se extiende por todo mi cuerpo y seguido de eso una luz cegadora obligarme a cerrar los ojos por un segundo, al abrir mis ojos las lianas ya se han alejado de mi cuerpo y veo el hocico de Phaos cerrarse, sus ojos parpadean lentamente y con dificultad, pero las lianas no vuelven a atacarme, pero rodean por completo el cuerpo de Phaos.

-Debe seguir este camino sola, yo estaré bien. -escucho un leve susurro en mi mente, reconozco que se trata de Phaos. Me debato en lo que debo hacer; si me quedo a ayudarlo es muy probable que no lo logre y no solo él se quedara aquí sino yo también y al mismo tiempo Azul se convertirá en un snubed, pero si continuo puede que encuentre algo para ayudar a Phaos allá arriba, además que Phaos nunca miente y si él dice que estará bien confió en su palabra. Sigo caminando por el tenebroso bosque de árboles secos, este lugar me da una sensación extraña, aunque me siento un poco asustada, no es comparado a lo que debería de sentir en una situación como esta, es como si una parte de mi sintiese la certeza de que nada malo me pasara aquí.

Mientras más me adentro al bosque, la neblina se hace más espesa y el aire parece más frío de lo normal. Escucho un sonido extraño, como un silbar leve que se pierde por momentos, pero siempre es constante. Ahora mismo desearía haber traído una linterna de mi mundo, pero no, me encuentro caminando en la espesa oscuridad sin un ápice de luz. Un sonido fuerte me paraliza; un rugir salvaje y hostil, seguido del sonido de unas fuertes patas correr hacia mi dirección. Trago en seco, me alejo hasta que mi espalda choca con el tronco de un árbol, veo dos luces lejanas que se acercan cada vez más hacia mí, hasta que puedo ver a unos metros dos ojos salvajes color azul brillante, la sombra del animal se distingue sobre la espesa neblina, no le puedo ver muy bien, pero es enorme y me ruge con furia. Yo solo me quedo allí, paralizada, sin saber que hacer, el animal no se acerca más a mí, pero si ruge con fuerza, yo me siento lentamente en el suelo, ante la mirada intensa del animal y me quedo allí, esperando que se vaya o que me ataque; lo que ocurra primero.

29 de diciembre

Abro mis ojos con lentitud, siento un dolor sordo en mi espalda, lo primero que veo es mis piernas cruzadas, las estiro sintiendo un alivio instantáneo, hacía mucho que no dormía en esta incómoda posición. Cuando levanto mi vista me encuentro con algo sorprendente; un enorme animal recostado casi a mis pies, con los ojos cerrados. Tiene un enorme pelaje blanco que cubre todo su cuerpo y sus cuatro patas tienen algunas líneas celestes claro manchando el blanco, además de una enorme melena celestina en su cabeza que cae al lado derecho de su cabeza que tiene dos enormes cuernos curveados color blanco tornasol, enormes garras azules en cada pata, una cola grande y espesa. Dos enormes alas yacen relajadas a cada lado de su cuerpo. Todo su cuerpo cubierto de pelaje tiene manchas azules o celestes que le hacen ver muy llamativo. Trago en seco; incluso recostado el animal parece tener el doble del tamaño que yo. Con cuidado intento levantarme, esperando que mis piernas entumecidas respondan, pero al levantarme no me doy cuenta que unas ramas están caídas en el suelo y piso una de ellas causando un leve crujido, eso es suficiente para que un rugido se escuche retumbando por cada tronco del lugar. En enorme animal se levanta tensando sus alas y alzando sus orejas puntiagudas hacia arriba. Su enorme hocico alargado muestra los enormes colmillos y su cola gruesa se eriza haciendo que el pelaje se divida en ocho coletas erectas formando un círculo, entonces me doy cuenta que no era una cola extremadamente gruesa, sino varias coletas delgadas de pelo junto que se separaron cuando se puso en guardia. Sus enormes ojos azules me miran con fiereza, yo trago en seco sin ser capad de moverme, nuestros ojos se encuentran y entonces pasa lo mismo que con el ciervo en la ocasión que conocí a Tincus y Rango. Una extraña tristeza me aborda, una soledad agua y dolorosa que hace que un dolor en mi pecho retumbe con fuerza, como si de alguna manera me sintiese la única criatura que queda en el mundo. Entonces entiendo el dolor en su mirada.

-Eres el único de tu especie ¿No es así? -le pregunto con pena acercándome un poco más a él. Pareciera entenderme ya que sus colas dejan la rigidez y decaen lentamente. Sus orejas se mueven un poco y retrocede unos pasos dejos de mí sin quitar su mirada tormentosa de mis ojos.

-No...no voy a lastimarte, yo comprendo tu dolor ¿Sabes? De mi familia también soy la única junto con mi hermano. A veces también me siento sola -digo y sus orejas decaen también, su mirada se vuelve triste y atemorizada. Me acerco más hacia el animal hasta tocar su cabeza, sus coletas se mueven de un lado a otro con amabilidad y cierra sus ojos. Yo sonrío, es realmente tierno a pesar de su enorme tamaño. El bosque se ve menos atemorizador que en la noche.

-¿Vives por aquí? -cuestiono, el animal hace un leve asentimiento para después dirigir su mirada hacia la enorme colina.

-¿Crees que puedas guiarme hacia allá arriba? -cuestiono y el animal me mira con curiosidad.

-Necesito llegar al templo lunar, necesito hablar con el dragón lunar, necesito pedirle ayuda para salvar a una amiga muy valiosa. -digo. El animal se acerca a mí y comienza a olfatearme con curiosidad, para después alejarse y asentir mientras se recuesta nuevamente para que pueda subir a su lomo. Yo me subo en él y sus patas comienzan a moverse rápidamente recorriendo el bosque. Agradezco haber encontrado a esta criatura, de otra manera nunca habría cruzado este enorme bosque a tiempo. Llegamos al límite del bosque donde comienza la piedra caliza de la colina, pero antes de que podamos seguir hacia adelante, un rugido de mi acompañante me hace temer lo peor. Veo como sus patas quedan atascadas en la tierra suave que parece succionarnos lentamente, el animal comienza a moverse para intentar zafarse de la tierra, pero mientras más se mueve, más rápido parecemos hundirnos. En un rápido movimiento de su lomo, el animal me avienta lejos hasta que caigo en los límites del bosque. El sigue moviéndose impaciente y despliega sus alas intentando volar y zafarse, pero el agarre de la tierra es demasiado fuerte. Yo no sé qué hacer. No tengo forma de ayudarlo, pero no pienso quedarme de brazos cruzados.

-No te muevas, te sacare de allí. -digo, el animal deja de revolotear y se queda quieto. Busco con la mirada algo que pueda ayudarme a traerlo, si fuese un humano podría usar una rama seca de árbol, pero él no tiene manos con las cuales agarrarse. Encuentro unas lianas delgadas, sin perder el tiempo intento tirar las lianas para atrapar su cuerpo, una tarea muy difícil, pero al final logro hacerlo, pero cuando jalo con fuerza para intentar sacarlo las lianas no resisten y se rompen. Suelto una maldición, puedo ver el rostro temeroso del animal que a cada segundo que pasa se hunde más. Una idea llega a mí; tal vez podría usar magia. No tengo idea de que hacer, pero recuerdo el dibujo que hizo Scarlett aquel día para que un aire congelante saliera de aquel dibujo de luz. Suelto un suspiro cansado.

-Voy a intentar algo, no te muevas. -digo al animal y este asiente. Recuerdo el dibujo; un círculo con inscripciones extrañas. Comienzo a dibujar el circulo, recuerdo cuatro inscripciones: (ʥ) que va en el lado superior del circulo, (ʡ) en el lado inferior y dos símbolos iguales a cada lado (Ϡ) intento lanzar el circulo primero hacia atrás para comprobar que lo estoy haciendo bien, pero al hacerlo solo una pequeña chispa de aire sale, tan leve que sería imposible que hiciera algo más que despeinar al animal. Recuerdo que era el correcto, no entiendo ¿Por qué no funciono? Se supone que hice todo bien. Vuelvo a intentarlo y ahora cambio ligeramente el dibujo cambiando la figura de los laterales (ϡ) y vuelvo a lanzarla. Ahora lo hago directamente hacia el lugar donde se encuentra el animal hundiéndose y para mi sorpresa funciona; el aire comienza a soplar con tal fuerza que toda la tierra blanda se levanta formando una ola.

-¡Sal de allí rápido! -le digo y el animal libre de la arena mueve sus alas para elevarse y salir de allí al tiempo que el aire comienza a tornarse frio y congelar la ola de tierra blanda en una masa gruesa de barro duro en forma de ola ondulada. El animal se acerca nuevamente a mí y hace una caricia con su cabeza mientras sus colas ondeantes también rozan con mis piernas.

-Está bien amigo, estas bien. -le digo al animal acariciando su enorme melena celestina. El hace un asentimiento de cabeza antes de volver a agacharse para que pueda montar en su lomo nuevamente, pero esta vez extiende sus alas para que nos podamos elevar. Desde el cielo puedo ver el bosque menos espeso que en la noche y muy a la distancia-y si me esfuerzo-puedo ver el enorme cuerpo de Phaos en reposo. Suelto un suspiro cansado mientras dirijo mi mirada hacia el frente. Rodeamos la enorme colina inclinada hasta que el animal se detiene en la entrada de una cueva, yo bajo de su lomo y miro con curiosidad el lugar; el interior parece oscuro, el animal me mira con algo que no puedo entender.

-¿Debo entrar aquí? -cuestiono, el animal asiente eufóricamente.

-¿Iras conmigo? -le pregunto, ahora niega con la cabeza y con su cola señala una inscripción en piedra a un lado de la cueva la cual parece brillar celeste cuando su pelaje la toca y lentamente los símbolos brillantes incomprensibles para mí se vuelven letras conocidas "Si tu corazón es lo suficientemente puro deja que el camino decida tu convicción y que la luz lunar juzgue tu pureza" dice escrito. Ahora entiendo la imposibilidad de conseguir los claveles lunares; tengo que enfrentar un camino mortal por mi cuenta y después ser juzgada seguramente por el ultimo dragón lunar. Trago en seco.

-¿Esta es mi prueba para demostrar ser digna de tomar los claveles verdad? -cuestiono, el animal asiente.

Fin del capítulo