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Capítulo XXXII: La última esperanza
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Capítulo XXXII: La última esperanza

Andrew

Me siento realmente preocupado; ella parece en un tipo de maldición oscura, pero no es como las que conocemos, esto parece diferente. Mi mente comienza a recriminarse y culparse por su estado; si yo no hubiese abandonado el castillo; si tan solo no hubiese sido tan cobarde, ella no estaría en esta situación. Pero todo cambio ese día que descubrimos la verdad; cuando me entere que ella era la descendiente de la princesa Emell y no solo eso, sino que también la princesa de la profecía; todo cambio. Entendí que ella tiene un destino por cumplir, sé que ella siente algo especial por mí y quisiera ser egoísta y permitirme disfrutar de ese sentimiento, pero... no puedo. El simple hecho de permanecer a su lado la confunde; la hace desenfocar su atención en lo que es más importante incluso que nuestros sentimientos; la vida de toda una civilización, la victoria de esta guerra. Tomar la decisión de irme fue difícil; fue doloroso, pero era necesario, además que; no solo ella tiene una misión por cumplir, puede que ella sea la que acabara con la oscuridad, pero yo tenía que investigar; saber quién era la persona detrás de los ataques y cuál sería su siguiente movimiento. Viajé a varias aldeas, pueblos y demás donde encontré una infinidad de teorías y leyendas acerca de la oscuridad, todas más increíbles que otras, pero en todos los lugares había una que coincidía; la mayoría tenía la certeza qué; a los límites de Arthegón existía una criatura extraña que raptaba personas, nadie bajo ninguna circunstancia se atrevía a acercarse a los limites. Ese fue el punto de referencia para comenzar mi investigación; los límites de Arthegón. Gracias a ese viaje pude descubrir el siguiente movimiento de los secuaces de la oscuridad; un ataque a los reyes de los reinos de Arthegón y a su descendencia, con esa información viajé hacia los reinos, comenzando por el más cercano; el reino del día eterno; el reino de los soles. Advertí a los reyes del inminente ataque, al igual que la presencia de la princesa de las estaciones, la llegada de la luz. Seguido de eso viaje al reino de las nieves, pero fue muy tarde; el ataque ya había ocurrido, no tenía sentido permanecer allí así que viaje al castillo de Elaine, con la esperanza de encontrarla a salvo, pero el castillo ya estaba bajo ataque; seguramente ella no logro salir a tiempo, o eso pensé hasta que la encontré en el bosque; verla me dio melancolía y tristeza; me hace recordar todo lo que alguna vez fui, una vida y una persona que parece tan ajena a lo que soy ahora. Hubiese querido abrazarla, mostrarme feliz por verla de nuevo, pero no pude; no es justo para ella pensar que soy la misma persona, no quiero ocasionar falsas ilusiones y después decepcionarla; ella tiene que conocerme tal y como soy ahora.

-¿Qué vamos a hacer? Debemos buscar una manera de salvarla, no podemos quedarnos aquí sin hacer nada. -dice Scarlett con preocupación caminando de un lado a otro, Caylin toma su hombro con cariño para que deje de caminar.

-Esto no parece nada parecido a lo que conocemos, la única forma de salvarla es buscando al causante o creador de esta nueva derivación de la maldición oscura, solo quien ha creado esto sabrá la cura. -dice el rey Mauricio.

-Eso es imposible, ni siquiera sabemos quién lidera al ejercito oscuro, he conocido algunos lugares donde los snubeds se reúnen, pero son fortalezas imposibles de penetrar. -digo.

-Puede que yo tenga la cura. -escucho una voz joven, todos volteamos hacia el joven Jorge, quien entra con lentitud hacia la habitación.

-¿Cómo podrías? -dice el rey mirando al joven príncipe, quien hace una mueca de desagrado al escucharlo, pero no le dedica una mirada.

-Fui atacado hace unas pocas horas, ellos buscaban algo que no les quise entregar; buscaban esto. -dice el joven Jorge extendiendo hacia nosotros una bolsa mediana de terciopelo, él abre la bolsa sacando una flor blanca de pétalos brillantes y tres semillas.

-Un clavel lunar. -dice el joven que traía en brazos a la princesa.

-Así es. -dice el joven Jorge

-¿Cómo es posible? -pregunta una de las jóvenes que acompañaban a Eliana.

-El clavel que Lujhan le obsequio a Eliana estaba a punto de reproducirse, Eli me entrego la semilla, he cuidado de ella desde entonces, pero esas criaturas encontraron el lugar donde las plantaba, tome las semillas y la flor, antes de huir de ellos. -comenta el joven Jorge, quien se acerca hacia ella y deja el clavel en su pecho, al instante la flor brilla de manera descomunal, todo el cuerpo de la princesa es envuelto en esa brillante luz, cuando esta desaparece, la oscuridad ha desaparecido de su cuerpo, pero ella mantiene los ojos cerrados, sin reaccionar si quiera.

-¿Qué pasa? Debería de haber despertado. -dice Scarlett.

-Eso es lo normal, la maldición desapareció. -dice ahora Lujhan.

-Seguramente... ella está cansada, recuerden que uso demasiado poder para salvarnos, quizás en un par de horas despierte, dejémosla descansar. -dice una de las jóvenes de cabello de color. Todos salen de la habitación, pero me quedo mirándola, me siento a un lado de la cama y mi mano toca levemente sus mejillas rojas, es tan hermosa. Suelto un suspiro cansado y me quedo a su lado.

-Lo siento... no debí dejarte Eliana. -susurro levemente, pero ella no se inmuta, se mantiene en su estado de inconsciencia. Me quedo observándola, no sé cuánto tiempo pasa; pueden ser segundos o horas, realmente no es relevante; verla es como la cura de todos mis males. Escucho la puerta abrirse fuertemente, Elaine entra corriendo hacia mí, su semblante luce preocupado.

-¿Qué pasa? -pregunto.

-Andrew, un ejército de snubeds está rodeando todo el castillo. -dice ella, yo abro mis ojos con sorpresa y me levanto de golpe. Salgo de la habitación sin decir nada, ella me sigue, pero la detengo.

-No. Tu quédate aquí, cuida de ella. -le digo, ella se detiene.

-No, quiero luchar Andrew. -me dice con convicción, yo le tomo de los hombros y la miro fijamente.

-Escúchame bien Elaine, ella es la última esperanza de Arthegón, pero tú y los demás príncipes y princesas también lo son, es por eso que necesito que se mantengan unidos, a salvo. Tu eres la mayor y es tu deber cuidar de ellos. -le digo, sus ojos se cristalizan y me abraza fuertemente, yo la envuelvo con mis brazos.

-Ten cuidado. -me dice en un susurro.

-Estaré bien. -le digo con una media sonrisa y salgo de la habitación. Lo primero que hago es dirigirme hacia la habitación del joven Jorge, él se encuentra con la princesa Edelweiss conversando.

-Necesito que ambos se dirijan hacia la habitación de la princesa Eliana y no salgan de allí bajo ninguna circunstancia. -les digo, el joven Jorge se levanta rápidamente.

-¿Qué pasa capitán? -me pregunta.

-El castillo está rodeado de Snubeds, no se si este es el comienzo de una pelea o algo más, pero necesito que se mantengan juntos. -le digo, el príncipe Jorge asiente y toma de la mano a la princesa para salir de la habitación. Camino hacia el salón principal donde se encuentra Scarlett, Caylin, los amigos de Eliana, el rey Mauricio, Nauzet y sus acompañantes.

-¡Qué bueno que estas aquí capitán! -dice Scarlett con alivio.

-Primero ¿Han hecho alguna clase de ataque o amenaza? -les pregunto, ellos niegan con la cabeza. Yo asiento.

-Debemos prepararnos para batalla. Ustedes, necesito que se escondan en la habitación de la princesa junto a la realeza. -les digo a los tres nuevos integrantes del equipo.

-Claro que no, vamos a luchar, Eliana sacrifico su vida por nosotros, no me voy a esconder como un cobarde. -dice Lujhan y las dos jóvenes asienten. Yo suelto un suspiro.

-Escúchame bien Lujhan o como te llames, la princesa Eliana sacrifico su vida para salvarlos, si, justamente por eso no permitiré que su sacrificio sea en vano. Ustedes tres y sus criaturas son lo último que queda de su entera civilización, son demasiado importantes para arriesgarlos, no está a discusión. -le digo mirándole fijamente, él no aparta la mirada de la mía.

-Yo los protegeré a todos. -escucho una voz que me saca de mis pensamientos, miro a Caylin.

-¿Esta segura? -le pregunto. Ella asiente.

-La princesa Eliana me confió la seguridad del príncipe Jorge antes de todo esto, es mi deber cumplir esa promesa. -dice ella, yo asiento lentamente.

-Rey Mauricio, necesito que le explique a Caylin acerca de los túneles secretos del castillo, si llega a ser necesario, ellos deberán huir sin ser descubiertos. -le digo y él asiente lentamente. En la habitación nos quedamos solamente Scarlett, Nauzet y otros civiles además de mí.

-Sera una batalla que hemos perdido desde el inicio. -dice Scarlett, yo asiento.

-Lo sé. Pero resistiremos el tiempo necesario para que los príncipes y princesas puedan estar a salvo. Ellos son la última esperanza de Arthegón. Si tenemos que sacrificar nuestras vidas, lo haremos con la certeza de que nuestro sacrificio algún día será honrado por las siguientes generaciones. -digo, ellos asienten.

***

Me siento diferente; no siento dolor, pero tampoco siento alivio, solo es como un interminable vacío que me rodea. Es extraño; todo es oscuridad, lo último que recuerdo es la pelea en el templo de la luna, a Emuneth a punto de apuñalar a Lujhan, el impacto de la bola de fuego en mi cuerpo ¿Dónde me encuentro? ¿He muerto acaso? No lo sé, pero estoy segura que si se tratase de mi muerte, mi mente por fin tendría paz y no estaría tan activa. Veo a la distancia una leve luz, me muevo hacia ella, cada vez la luz parece estar más cerca hasta que; todo es demasiado luminoso, cierro mis ojos con fuerza hasta que siento como la luz disminuye, al abrir mis ojos de nuevo, me encuentro en un campo verde; el cielo celeste está despejado y las nubes parecen tersas de algodón. Escucho una risa leve, volteo hacia el sonido; me encuentro a dos niñas, ambas exactamente iguales, de cabello castaño, piel clara y ojos azules. Las niñas corren por el campo mientras ríen despreocupadamente, una de ellas persigue a la otra y salta sobre ella, ambas caen al suelo riendo. En un parpadeo el cielo se torna tormentoso y oscuro, una sombra extraña se acerca a las niñas y a la lejanía una mujer se acerca corriendo hacia ellas, gritando algo que no puedo entender, pero no llega a tiempo y una de las niñas es tomada por esa extraña sombra, la mujer toma a la otra niña en brazos y corre para alcanzar la sombra, la niña llora del miedo en sus brazos, pero es imposible; de un momento a otro la sombra se desvanece llevándose consigo a la niña. La mujer abraza a la niña en sus brazos y llora fuertemente mientras cae al suelo, pero a la lejanía puedo ver a alguien más; viste como la última vez que la vi, con su cabello blanco ondeando con el viento y mirando la escena al igual que yo. Me acerco a ella rápidamente, ella me mira fijamente.

-Te he estado esperando Eliana. -dice

-Tu... la mujer de la barrera de Dhaos. -digo

-Si. -responde ella.

-¿Qué es todo esto? ¿Es alguna clase de recuerdo? -le pregunto. Ella asiente.

-Uno muy doloroso. -responde.

-¿En dónde me encuentro?

-Ven conmigo y lo sabrás. -dice y me extiende su mano, la miro con desconfianza, pero tomo su mano. Mis ojos se cierran de nuevo de manera involuntaria y cuando los abro de nuevo me encuentro en un lugar diferente; un circulo de árboles con ramas torcidas que se unen en el centro creando un techo, las hojas de los arboles caen sobre el techo como una cortina, pero cada árbol tiene un diferente color de hojas; celestes, anaranjadas, doradas, azules, rosa y plateadas, en el centro se encuentra un circulo de luz rodeando varios símbolos; el primero era uno en forma de gota con una silueta de la misma forma más pequeña en el centro y de cada lado unas líneas formando olas salpicadas, el segundo es una hoja de otoño grande sosteniendo dos pequeñas, la tercera es un copo de nieve, la cuarta es un sol, la quinta es una flor con varias líneas asemejando hojas, la sexta es una luna con tres líneas curvas de cada lado. En el centro de este círculo se encuentra un joven, de cabello hasta los hombros, piel canela, ojos amarillos, casi dorados. Él me dedica una sonrisa. Su vestimenta parece antigua, viste una camisa manga larga blanca, sobre esta una armadura sin mangas, una capa que ondea por su espalda, un pantalón de cuero y botas altas.

-Eliana, finalmente estas aquí. -me dice con una sonrisa

-¿Quién es usted? -le pregunto.

-Él es Adorian, él ultimo arcano. -dice ella, yo abro mis ojos con sorpresa.

-Pero... él está muerto ¿Eso significa que estoy muerta también?

-No Eliana, no lo estas, digamos que...tu alma ha viajado a otro mundo, pero no necesariamente porque hayas muerto. -dice con gracia, yo le miro sin entender.

-Te encuentras en el Sumber Eliana, en los tiempos de los arcanos, se creía que era un lugar donde ellos entrenaban, pero era algo más trascendental que un lugar. El Sumber es un lugar espiritual, cuando te han atacado tuve la oportunidad de traerte aquí, ya que, sin los arcos, solo estando en un estado entre la vida y la muerte eres capaz de viajar aquí. -me dice ella.

-¿Qué hago aquí? -pregunto.

-Tus poderes son realmente poderosos Eliana, pero sin entrenamiento no serás capaz de salvar a nadie, en el mundo físico nadie puede entrenarte, es por eso que te he traído, Adorian se encargara de tu entrenamiento, una vez que estés lista, podrás volver. -

-¿Qué? ¿No podré volver hasta terminar mi entrenamiento? -pregunto incrédula, ella asiente.

-Es lo que dije. -

-¿Qué pasara con mis amigos? ¿Con mi hermano? -digo preocupada. Ella se encoge de hombros.

-Eso no tiene que preocuparte ahora, solo tu entrenamiento. -

-Pero... ¿Ellos se encuentran a salvo? -pregunto preocupada.

-No.

Fin del capítulo

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