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Capítulo XXX: Un nuevo ataque
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Capítulo XXX: Un nuevo ataque

Castillo de las Floreas

Estoy ansiosa esperando la llegada de Nauzet, la luna no tarda en tomar lugar en el cielo y él aun no vuelve con la princesa Edelweiss, temo que algo les haya pasado, pero sé que Phaos cuida de ellos, él no dejaría que nada les pasara. Pienso en Andrew ¿Dónde estará? Hace más de dos semanas que dejo el castillo sin dar explicaciones, solamente desapareció, temo que Emuneth lo encuentre; seguramente no tendrá piedad de él, no descansaría hasta lograr que el capitán le diese nuestra ubicación. Un grito desgarrador rompe el silencio, la adrenalina comienza a correr por mi cuerpo y sin darme cuenta mis piernas actúan por voluntad propia, me encuentro corriendo entre los pasillos del castillo intentando encontrar el motivo de aquel grito. Corro hacia la entrada del castillo, donde un pequeño grupo de personas se encuentra reunido alrededor de algo o alguien. Me abro camino entre las personas hasta llegar al centro y lo veo; el cuerpo de mi prima Scarlett inconsciente, pero otra persona la sostiene; le reconozco inmediatamente, es Lourdes quien mantiene la cabeza de Scar en sus piernas. Corro hasta caer de rodillas a su lado y las lágrimas salen de mis ojos ¿Qué ha pasado? Ella mantiene sus ojos cerrados y su respiración es lenta y cada vez más escasa.

-¿Qué le ha pasado? -le pregunto desesperada a mi tía, quien mantiene un semblante frio, pero conmocionado.

-Fue un accidente Eliana. -me dice con la voz entrecortada, yo le miro con sorpresa y conmoción al mismo tiempo.

-¿Fuiste tú? ¿Tú...tú la atacaste? -le pregunto con la respiración entrecortada de la furia. Ella asiente tan levemente que parece imaginario -Fue un accidente Eliana...yo no quería...

-¡Aléjate de ella Lourdes! -le grito con fuerza y alejo su cuerpo de ella, quien traga en seco.

-¡No quise hacerlo! -me grita ella con desesperación.

-¡Ella confió en ti! Siempre te defiende de todos y tú la atacas ¿Qué clase de madre hace eso? ¡Solo aléjate de aquí! No quiero verte cerca del castillo nunca más. -le digo.

-Eliana...

-¡Alguien que me ayude a cargarla a mi habitación! -grito a los presentes, inmediatamente un chico de cabello castaño se acerca para tomar a mi prima en sus brazos. Yo me levanto del suelo y le sigo para el interior del castillo. Pero una voz me detiene.

-Morirá si no me dejas ayudarte, no sabes cómo sanar todavía. -me dice, yo volteo a verla con enojo, pero también con curiosidad.

-¿Todavía? -le digo, ella asiente lentamente.

-Es mi hija...ten piedad y déjame ayudarla, cuando ella este a salvo tu puedes volver a odiarme, pero déjame salvarla. -yo me quedo en silencio por un rato; es cierto, yo no puedo salvarla, no tengo idea de lo que le hizo y aunque lo supiera, no tengo idea de cómo sanar, no tengo otra opción ¿Pondría en riesgo su vida por mi orgullo? Por supuesto que no.

-Está bien, pero al mínimo intento por lastimarla, no dudare en...

-¿En qué? ¿Matarme?

-Hay peores destinos que la muerte. -le digo y su semblante se vuelve duro. Solamente asiente lentamente.

Ambas nos dirigimos hacia mi habitación en silencio, ella se mantiene con la mirada fija en el frente y no hay ni una pequeña pizca de inseguridad en sus pasos, a pesar de su maquillaje excesivo y oscuro, todavía puedo ver su rostro infantil que aparece en los retratos reales, pero raramente ella siempre tenía una pose perfecta, recta y elegante, siempre bella e inmaculada, pero nunca se veía feliz, incluso ahora; siempre parece tener una tristeza profunda que intenta esconder detrás de ese atuendo negro y ese maquillaje. Lourdes es peligrosa por varias razones, pero la más importante es que ella hace dudar a cualquiera de sus intenciones, todo lo que ella es, desde sus ojos, su voz, su andar, es todo manipulación, siempre demuestra lo que le conviene que las personas vean, por ejemplo, ahora mismo; parece una madre preocupada por su hija, si no supiera que ella misma daño a Scarlett, hasta yo misma habría creído su preocupación. Al llegar a mi habitación ella se adelanta para acercarse a Scarlett y tocar su frente.

-Debemos actuar rápido, de otra manera, morirá. -dice ella con preocupación. Yo asiento lentamente.

-¿Qué puedo hacer? -le pregunto con impaciencia.

-Tu magia es poderosa, pero inestable, déjame guiar tus habilidades, de esa manera podremos salvarla, yo no tengo la suficiente fuerza para hacerlo y tú no tienes control, debemos unirnos. -me dice y ofrece su mano, yo la miro por un rato con desconfianza, suspiro pesadamente y finalmente tomo su mano; es la única opción que me queda.

Siento una extraña fuerza apoderarse de mi cuerpo, Lourdes comienza a pronunciar palabras en un lenguaje extraño. Mi cuerpo comienza a brillar lentamente de un color celeste claro, es como si toda la magia se materializa en ese extraño brillo, el cual lentamente cubre también el cuerpo de Lourdes lentamente. Cuando su cuerpo se ve rodeado de mi magia, ella coloca su mano en la frente de Scarlett, unas estelas de luz comienzan a serpentear alrededor su cuerpo lentamente hasta rodearlo completamente. Al instante unas sombras celestes comienzan a salir del cuerpo de Scarlett y se queman completamente al querer salir de la jaula de luz que la rodea. Las estelas de luz brillan con más intensidad y desaparecen incrustándose en el cuerpo de mi prima, al instante su respiración se regulariza y ella despierta exaltada, intentando recuperar el aire perdido. Yo me suelto de la mano de Lourdes y me acerco rápidamente a ella.

-Tranquila Scar, estás bien. -le digo y acaricio su cabello, ella me mira por unos segundos antes de cerrar sus ojos y caer de nuevo en el colchón. Yo me preocupo y le dedico una mirada de reproche a Lourdes.

-Ella está bien, solo necesita recuperar energías, con una noche de descanso estará como nueva mañana. -me dice y yo asiento lentamente. La puerta de mi cuarto se abre abruptamente y Jorge con Cailyn entran rápidamente con rostros preocupados,

-Recién escuchamos lo que paso ¿Cómo está ella? -pregunta Jorge preocupado.

-Ella está bien hermanito, no te preocupes. -le digo y acaricio su cabeza con cariño.

-Jorge...-escucho un susurro leve. Miro fijamente a Lourdes, ella mira a mi hermano con anhelo y adoración, su pared de frialdad parece haberse caído y una lagrima sale de su ojo, ella intenta acercarse, pero se arrepiente y se queda paralizada mirando a mi hermano con la boca abierta, como si estuviese esperando este reencuentro hace mucho.

-Si... ¿Quién es usted? -pregunta mi hermano. Por un momento puedo ver un dolor indescriptible atravesar sus ojos, pero se recompone rápidamente y le sonríe de manera real; parece por primera vez feliz.

-Soy Lourdes, tu...tía. -dice con una pequeña sonrisa. Jorge asiente lentamente y se acerca a extender su mano hacia ella. Lourdes me dedica una mirada y yo asiento lentamente, ella toma la mano de mi hermano. No soy capaz de decirle a mi hermano la realidad detrás del ataque de Scarlett, es mejor si no sabe la verdad por ahora.

-Un gusto. -dice simplemente, ella asiente.

-Lou... tía ¿Me acompañas afuera? -le pregunto, ella me mira con sorpresa, pero asiente lentamente y camina conmigo. Yo le dedico una mirada a Cailyn quien está sentada al lado de Scarlett acariciando su cabello

-No te preocupes, nosotros la cuidaremos. -me dice ella con una sonrisa y yo asiento lentamente. Ambas salimos de la habitación hasta un balcón que conecta con el jardín por medio de unas gradas de mármol. La luna ha salido y el bosque parece más oscuro de lo normal.

-¿Por qué no le dijiste lo que paso? -me pregunta. Yo le miró fijamente sin decir nada y suelto un suspiro.

-Porque Jorge no necesita saber la clase de persona que eres, él ya tiene suficiente con todo lo que esté pasando para que yo le dé más cosas de las que preocuparse. -le digo, ella asiente lentamente y me sonríe levemente.

-Eres una buena hermana Alissa, cualquiera se daría cuenta de lo mucho que lo amas. -me dice.

-Es todo lo que tengo en este mundo, no hay límite que no cruzaría con tal de mantenerlo a salvo. -le digo mirándola fijamente, ella asiente.

-Tu eres tan parecida a Emell que me duele verte. -me dice y el dolor se refleja en su mirada. Me quedo en silencio, me gustaría conocer la versión de mi madre que Lourdes conoció; la princesa de Arthegón y la hermana, pero dudo mucho que ella quiera contestar a mis preguntas, veo que el tema de mi madre le trae demasiado dolor y lo entiendo; es como el tema de mis padres para mí.

-¿A qué venias? -le pregunto, ella me mira nuevamente.

-Venía a advertirte de que están atacando a la realeza de Arthegón, Jorge y tú no están seguros aquí. -me dice.

-Lo sé. Ya atacaron aquí y fallaron. ¿Sabes de casualidad cómo pudieron crear un ataque así? -le pregunto, ella niega con la cabeza.

-No, pero he escuchado rumores de que su magia está innovando, no solo con la maldición, sino que están creando más criaturas oscuras. -me dice, mis ojos se abren con sorpresa.

-¿Qué? Eso no puede ser. -le digo con sorpresa. Ella asiente.

-Lo es y ya está ocurriendo, por eso debes empezar el viaje lo antes posible, de otra manera todo estará perdido. -me dice.

-Tu sabes lo que encontrare en el castillo del Oeste ¿No es así? -le pregunto, ella suelta un suspiro.

-Tengo una leve sospecha. -dice.

-Necesito saber lo que sabes Lourdes, necesito saber si vale la pena arriesgar a mi gente. -le digo, ella asiente.

-¿Conoces la historia de los arcanos mágicos? -pregunta, yo asiento lentamente.

-Bueno, diez años después de la muerte del ultimo arcano, el sabio más antiguo de Arthegón, el dragón lunar Thúa, antes de morir, dejo una profecía, acerca del regreso de la magia arcana al reino, esta oscuridad estaba escrita en el destino de Arthegón, pero la profecía no está completa, debes encontrar las instrucciones que dejo Thúa de como vencer la oscuridad. -me quedo en silencio, a mi mente viene el recuerdo de la mujer igual a mi madre en la barrera de Dhaos, ella había llamado a mi madre la princesa de las estaciones.

-Hay algo que necesito saber...-le digo, ella asiente.

-Si tengo la respuesta, te la diré. -me dice.

-Es un poco complicado de explicar, pero...hace algún tiempo tuve un encuentro con una personificación de mi madre que en realidad era el espíritu de una barrera que mi madre creó. La mujer llamo a mi madre...la princesa de las estaciones. ¿Y si están equivocados y la que está destinada a vencer la oscuridad era mi madre y no yo? -le pregunto y ella me sonríe amablemente.

-Es cierto que tu madre fue denominada de esa manera, pero no porque ella es la destinada de la profecía, tu madre poseía magia arcana por la situación de su nacimiento, mi madre dio a luz en la estación del otoño, la llave sagrada le concedió una parte de su poder a Emell, pero tú eres la elegida porque la profecía dice que la niña debía nacer en medio de una lluvia de estrellas fugaces como lo hacían los antiguos arcanos y al mismo tiempo del nacimiento del dragón más poderoso de todos los tiempos, justamente como se dio tu nacimiento Eliana. -me dice.

-¿Cómo puedes saber eso Lourdes? -

-Lo sé porque yo fui quien te trajo al mundo, en este mismo castillo Alissa. -dice ella, yo abro los ojos sorprendida.

-¿Yo...? Yo nací aquí, en Arthegón. -digo en un susurro, ella asiente lentamente.

-Nunca dudes de tu destino Alissa. -me dice y se aleja para comenzar a bajar las escaleras para irse.

-Gracias. -le digo, ella se detiene, pero no voltea.

-Eres lo único que me queda de mi hermana, es mi deber mantenerte a salvo. -dice con un tono melancólico y antes de que pueda decir algo, ella desaparece en una cortina de humo.

***

Al despertar no siento la tranquilidad de siempre, primeramente, porque me quede dormida en el sillón cuidando de Scarlett y la mala posición de mi cuerpo hace que mi cuello tenga un dolor horrible. Ella todavía está dormida y Cailyn también duerme a su lado sentada en una silla con la cabeza recostada en la cama, seguramente amanecerá igual que yo. Suelto un suspiro cansado y me dirijo hacia la cocina, la señora Amy se encuentra preparando el desayuno para todos en el castillo, le dedico una sonrisa y me siento en la mesa. Ella me mira con cariño y respeto.

-¿Desea algo princesa? -me pregunta, yo asiento.

-Quería saber si podrías preparar tres platos de desayuno para que pueda llevarlos a mi habitación. -le digo, ella asiente sonriente.

-No se preocupe princesa, hare que alguien los lleve en unos minutos ¿Algo en especial que desee de desayuno? -me pregunta.

-No se preocupe señora Amy, yo puedo llevarlos, es muy temprano, no me gustaría despertar a las doncellas. -le digo, ella niega con la cabeza.

-De ninguna manera, una princesa no debe hacer eso. No se preocupe por las doncellas, seguramente ya están despiertas. -me dice con una sonrisa, yo asiento rendida; ella no me dejara llevar la comida. Salgo de la cocina y me dirijo de nuevo hacia mi habitación, cuando entro me doy cuenta que Scarlett y Cailyn ya están despiertas.

-¡Has despertado! ¿Cómo te encuentras? -le pregunto, ella me dedica una sonrisa.

-Me siento como nueva. -responde.

-Perfecto. Pedí que traigan el desayuno. -digo, ellas asienten. La puerta es abierta y Jorge entra a la habitación con una sonrisa.

-Veo que ya estas mejor Scarlett, me alegro mucho. -dice con una sonrisa. Ella asiente y extiende los brazos, Jorge se acerca a ella, le abraza fuertemente.

-¡Oigan inviten! -digo y me lanzo a la cama para unirme al abrazo, ellos ríen con fuerza. Cailyn mira nuestra interacción con una sonrisa, Jorge jala de ella para unirse al abrazo y ella suelta una risa y nos abraza, nos quedamos así por un rato; en momentos así todo parece perfecto. Desayunamos los cuatro entre risas y bromas. Después del desayuno Jorge se acerca a mí.

-Quiero que me acompañes a un lugar. -me dice, yo asiento lentamente. Él no dice nada más y me toma de la mano para guiarme.

Jorge me dirige hacia las afueras del castillo, yo no le digo nada y me dejo guiar por el hacia el bosque. Ahora que lo pienso; Jorge ha estado muy distante últimamente, casi no se ve en el castillo. Caminamos por el sendero por un rato, hasta que Jorge nos desvía del camino hacia lo profundo del bosque. Caminamos por lo que creo una media hora, por supuesto que hubiese sido menos tiempo si yo no estuviese deteniéndome cada cinco minutos porque mi vestido se quedó estancado en alguna rama o porque casi tropiezo con ramas de los arboles como cuatro veces. Llegamos a un arco de dos árboles cuyas ramas crecieron torcidas, las hojas caen en picada hacia el suelo formando una cortina de hojas. Miro a Jorge con curiosidad, él me dedica una sonrisa y con su mano mueve unas lianas de hojas y hace un asentimiento de cabeza invitándome a entrar, yo camino hasta cruzar la cortina de hojas seguida de Jorge, al hacerlo miro un enorme túnel de troncos. Volteo a verlo, pero él simplemente sube hacia la entrada del túnel y me ofrece la mano. Al entrar todo parece oscuro y me tropiezo varias veces con pequeñas ramas o troncos más salidos como gradas, Jorge toma mi mano evitando que caiga. A diferencia de mí, Jorge parece bastante experto en cruzar este túnel oscuro. Cuando salgo del túnel me quedo sorprendida de lo que mis ojos aprecian; estamos en una cúpula redonda hecha de ramas de árboles y cubierta por una tela blanca semi traslucida que filtra los rayos del sol, adentro se encuentra un circulo de tierra llena de césped verde claro recién regado y alrededor hay un canal de agua que rodea el circulo, con agua clara que corre como rio y desemboca en un riachuelo a las afueras de la cúpula, en el centro se encuentra una única y solitaria flor de pétalos blancos; un clavel de luna. Yo camino hacia el clavel seguida de Jorge, me siento de rodillas mirando maravillada su belleza.

-Jorge... esto es increíble ¿Hiciste esto tu solo? -le pregunto mirándolo, él esta sonriente mirándome.

-Phaos me ayudo a montar la cúpula, pero técnicamente si lo hice yo, investigue en la biblioteca, en un libro de botánica lunar aprendí las condiciones favorables para que creciera. -me dice y se sienta a mi lado.

-Eres el mejor Jorge. -

Fin del capítulo

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