Capítulo XXIV: Las tres pruebas de Ostred

Me adentro hacia la enorme y oscura cueva con el corazón saltando de miedo, mis piernas tiemblan, mis pies pisan el camino incierto. En estos momentos deseo que Andrew me hubiese acompañado, aunque por supuesto que yo no le habría pedido eso, él seguramente ha pasado años buscando los claveles ¿Y si ni siquiera existen? No podría hacerle pasar otra decepción así, no después de todo el dolor que él ha tenido que soportar. Mis pies caminan lentamente, la oscuridad es tan espesa que no es posible siquiera saber si ya he llegado siquiera un poco más adentro, aunque la claridad de la entrada desapareció hace ratos. Mi pie derecho pisa con lentitud, pero esta vez no existe piso; mi peso hace que me balancee hacia adelante y caigo, un grito aterrador sale de mi garganta y la misma sensación de ser jalada por la gravedad vuelve a mí, solo que esta vez no está Phaos para amortiguar mi caída. Mis ojos se mantienen abiertos esta vez mientras caigo, pero poco a poco comienzo a ver algo más que oscuridad, como luces fugaces y borrosas, seguramente por la velocidad con la que caigo, ni siquiera puedo apreciar lo que son. Pareciera que nunca termino de caer definitivamente, sin embargo, mis extremidades no duelen por la fuerza de la caída como la que tuve con Phaos, todo pareciera que es más suave la gravedad adentro. Hasta que finalmente puedo ver en el fondo un pequeño lago de agua cristalina celeste brillante. Mi sorpresa es que al caer no me hundo como debería de ser, sino que mi cuerpo queda atrapado en la gelatinosa y espesa masa celeste, como si se tratase de una gelatina enorme. Miro todo alrededor, no hay más que un simple pasillo iluminado con pequeñas luces celestes. Intento mover mis piernas que están atrapadas en la espesura del lago gelatinoso y cada pequeño movimiento es difícil, como si cada pierna pesase una tonelada. Suelto un suspiro cansado. Extrañamente siento que algo me jala, como una fuerza extraña, volteo hacia atrás y me doy cuenta que un remolino potente comienza a formarse en el centro del lago gelatinoso haciendo que mi cuerpo cada vez se aleje más de la orilla. Mi corazón salta del miedo; la última vez que me enfrente a un remolino marino las cosas no salieron bien, termine en un mundo mágico escondido de la humanidad ¿Qué pasa si este remolino me transporta a casa? No puedo irme, no ahora que tengo tantas personas que dependen de mí; no ahora que Jorge no se encuentra a mi lado. Hago mi mayor esfuerzo por mover mis piernas para alejarme de la corriente del remolino, pero si antes cuando el lago estaba inerte mover mis piernas era difícil, intentar alejarme de tal fuerza que me arrastra resulta imposible. Suelto un suspiro cansado; no puedo rendirme, pero ¿Y si el remolino no es el problema sino la solución? Mi madre siempre decía que los corazones más puros eran aquellos que siempre tenían una perspectiva ambigua, siempre decía que Jorge era especial, siempre miraba las cosas de una manera diferente a cualquier persona; lo que para mí era un charco de agua, para Jorge era un parque de diversiones acuático, para mi hermano siempre existía una salida inteligente, para el nada era lo que parecía y siempre buscaba la manera de encontrarle el lado bueno incluso a las cosas más malas, entonces me pregunto ¿Qué haría la persona con el corazón más puro? ¿Qué haría Jorge en esta situación? Seguramente se dejaría arrastrar por el remolino y ver qué pasaba esperando lo mejor siempre. Pensando en Jorge dejo de luchar y el remolino me succiona con fuerza, pero no me hundo, quedo en medio del remolino mientras el agua se arremolina alrededor mío, siento como el agua lentamente se vuelve más suave y flexible hasta que lentamente el remolino se hace cada vez más débil hasta desaparecer y las aguas del lago ahora son liquidas, frías y suaves. Mis piernas se mueven con rapidez para salir del lago. Al hacerlo mi vestido morado esta empapado, pero es lo de menos; logre salir con vida de la primera prueba de este camino y todo gracias a mi pequeño hermano. Comienzo a caminar por el pasillo sin prisas mientras con mis manos retuerzo un poco la falda de mi vestido para exprimir los excesos de agua. Cuando llego al final del pasillo casi suelto un grito; mis pies quedan a centímetros del abismo lleno de lava furiosamente caliente que corre como rio. Algunos peldaños de piedra flotan sobre el rio de lava, unos alejados de los otros. Trago en seco con fuerza; un paso en falso y mi vida se acaba. Tomo una piedra y la lanzo hacia el peldaño más cercano, nunca había visto piedras flotantes antes, pero debería averiguar si tienen la capacidad para soportar mi peso ¿No es así? Para mi mala suerte al momento que cayó el peso plumo de la piedra en el peldaño, este se desvaneció hacia abajo hasta ser abrazado por la calidez mortal de la lava, trago en seco, eso estuvo cerca; si me hubiese aventado sin pensar yo estaría allá abajo acompañando a la piedra. Cada vez las cosas se ponen peor, estoy en un rio de lava que me separa del otro lado del pasillo, las piedras flotantes son incapaces de sostener más peso que no sea el propio y no hay forma de cruzar ¿Qué debería hacer? Rendirme no es una opción; Azul me necesita, su vida está en juego y ella ha salvado mi vida dos veces-aunque la primera vez que lo hizo su intención era robarme, aun así, cuenta-. Mis ojos recorren todo el lugar con detenimiento, entonces me doy cuenta de algo que me aterra incluso más que saltar los peldaños para llegar al otro lado; en el techo de la cueva hay colgados aros en todo el techo a una distancia considerable los unos de los otros hasta terminar al otro lado del rio de lava; la única forma de cruzar es mediante ellos. No sé si quiera si serán capaces de soportar mi peso y esta vez no hay nada que pueda hacer para probar la seguridad de los aros; tendré que arriesgarme con la fe de que esa sea la salida.

Al lado de la pared de piedra se encuentra una pequeña escalera de metal hasta el primer par de aros en el techo. Trago en seco y con las manos temblorosas comienzo a escalar hasta llegar al primer aro, mis manos están temblosas y jamás me había sentido tan nerviosa.

Sin perder el tiempo tomo el aro con mis dos manos y dejo caer mi cuerpo hacia la gravedad sosteniéndome con mis manos. Tambaleo mi cuerpo hacia adelante para impulsarme a saltar hacia el otro aro, solo una de mis manos lo puede tomar, pero rápidamente me recompongo y sigo saltando de aro en aro, mientras más me tarde haciéndolo más difícil le será a mis brazos sostener el peso de mi cuerpo. Cuando voy por la mitad del techo siento como un sonido se hace presente, seguido de eso un calor mortal se apodera de todo el lugar haciendo que mis manos comiencen a sudar; el rio de lava comienza a hervir con tal fuerza que las burbujas de lava que se hacen y mueren al instante casi llegan hacia el inicio de los peldaños. El calor se vuelve tanto que la falda de mi vestido se seca al instante, mis manos comienzan a volverse resbaladizas por el sudor y saltar de aro en aro se vuelve más difícil. Cuando estoy a cuatro aros de terminar esto mi mano se desliza y sin poder hacer nada para evitarlo; mi cuerpo cae y con dificultad logro sostenerme de un peldaño cercano al rio de lava hirviendo. Por suerte este peldaño no se cae con mi peso y con dificultad hago uso de mis brazos para subir hacia el peldaño. Logro subir completamente al peldaño, pero me encuentro a metros de distancia de los aros y ni dando los saltos más grandes de mi vida; la única opción es saltar por los peldaños para llegar hacia arriba de nuevo, arriesgándome a saltar a alguno que no pueda soportar mi peso y caer al rio de lava hirviendo; pero es la única opción que tengo para avanzar hacia la última prueba y salvar a Cailyn, tengo que hacerlo. Suelto un suspiro y derrotada me quedo descansando mi cuerpo por un rato, mi mirada se dirige hacia un extraño tallado en la piedra; una luna enorme con curvaturas perfectamente talladas en el interior, toco el símbolo con cuidado, entonces este se enciende de un celeste claro; justamente igual que como las inscripciones en la entrada de la cueva cuando el animal las toco. Me doy cuenta que varias inscripciones en los demás peldaños brillan de la misma manera; indicándome el camino. Todas las piedras flotantes que tuviesen ese brillo lunar son las que puedo pisar sin que se caigan. Sin perder el tiempo comienzo a saltar entre los peldaños de piedra, pero lejos de buscar mi camino hacia los aros; sigo el camino hacia el otro extremo del pasillo.

Cuando llego hasta la última piedra flotante salto de golpe, pero la distancia que nos separa es demasiada y a penas logro quedar suspendida con una mano y el cuerpo colgando, justo al tiempo que a unos pocos metros de mi se comienza a formar una burbuja de lava que al romperse salpica en pequeñas gotas mi brazo y la mano con la que me sostengo, suelto un grito desgarrador y el dolor en mi mano es tan fuerte que suelto la roca, pero a tiempo para sostenerme con mi otra mano y aun con el dolor de mi brazo ardiendo fuertemente por las heridas causadas por la lava, uso de toda la fuerza que me queda para ayudarme a subir hacia el pasillo.

Mi brazo arde fuertemente y a penas mis pies se mueven arrestados hasta salir del pasillo. Entonces veo un hermoso campo de verde césped, con pequeñas luces celestes danzando alrededor, algunos pequeños riachuelos de agua cristalina que conectan pequeñas lagunas, muchos árboles de hojas verdes con flores blancas, además de un camino de piedra que conduce hasta un enorme e imponente templo de pilares blancos y techo de cúpula circular completamente de cristal, con dos torres a cada lado con una luna de cristal en vez de banderas, además de una serie de gradas y torres flotantes con cupulas de cristal alrededor del templo y de todo el lugar. Lo primero que hago antes de siquiera continuar el camino es acercarme a una pequeña laguna para lavar mis heridas que están a carne viva. Sueltos gemidos de dolor mientras el agua toca mis quemaduras dándome un alivio momentáneo y fugaz. Cuando siento que es suficiente, rompo algunas vendas improvisadas brindadas por la falda de mi vestido para tapar mis quemaduras ¡Como desearía un poco de aquella pomada para heridas que compraba a la vuelta de mi casa en Londres! Pero tengo que aguantar el dolor. Camino hacia el enorme castillo lunar, la enorme puerta de madera con una luna igual a las de las inscripciones se abre hacia mí, pero para mi sorpresa no hay nada más que un enorme salón vacío con una enorme luz potente color celeste en el centro. Pensé que me encontraría con un imponente dragón que iba a juzgarme, pero lejos de eso el lugar parece vacío. Con temor me acerco a la luz, mi mano temblorosa toca la luz, entonces algo extraño pasa; siento una calidez desbordante abrazarme mientras un látigo de luz blanca comienza a enrollar mi mano hasta extenderse por todo mi cuerpo, pero sin apretarme. Entonces cierro mis ojos involuntariamente; siento como si mis recuerdos surgieran de manera involuntaria en mi mente, siento las lágrimas crisparse en mis ojos cerrados, el dolor, la felicidad, la tristeza, la impotencia, el amor, la culpabilidad, todos los sentimientos positivos y negativos mezclándose en mi pecho, mientras todos los recuerdos de manera desordenada pasan por mi mente como un cortometraje. Cuando abro mis ojos las lágrimas salen libremente, la luz blanca ya no se encuentra en la habitación, sino que me encuentro con tres personas: de cabello blanco con trenzas, piel pálida, los tres tienen una media luna azul tatuada en la frente, me miran con una expresión indescifrable.

-Has pasado exitosamente las tres pruebas de Ostred, princesa de las estaciones. -habla el joven que se encuentra en medio de las dos chicas, sus ojos blancos me miran con orgullo y amabilidad, su semblante es jovial.

-¿Quiénes son ustedes? -cuestiono, ellos se miran entre sí.

-Somos los últimos arcanos lunares, los protectores del templo. -dice una de las jóvenes quien tiene el tono de pelo más gris que blanco, los ojos rosados expresivos y una pequeña sonrisa en el rostro.

-¡No sean tan formales! Mi nombre es Lahiny, ella es Allura y el más amargado es Lujhan. -dice la última joven que tiene los ojos celestes intensos, la sonrisa de ella es enorme, como si estuviese feliz de que este allí.

-Mi nombre es Eliana. -digo un poco cohibida.

-¡Lo sabemos! -dice divertida Lahiny, el joven le mira con reproche.

-Discúlpela princesa, está demasiado emocionada de tener a alguien más aquí. -dice Lujhan con una sonrisa apenada y las mejillas sonrojadas.

-Por favor, díganme Eliana o Alissa, como lo prefieran, no me acostumbro al título. -digo sonriente. Ellos suavizan su expresión.

-Lo que Lahiny quería decir es que con la prueba de la luz lunar nos dejaste ver hasta el más recóndito de tus recuerdos. -dice Allura con una sonrisa apenada, yo asiento lentamente.

-Entonces asumo que saben lo que he venido a hacer. -digo, ellos asienten lentamente.

-¿Me acompañas a dar un paseo? -pide Lujhan con una pequeña sonrisa, yo asiento. Él toma mi mano con delicadeza, su piel es fría y suave, una extraña combinación que no es para nada desagradable. El me dirige hacia el exterior del castillo, los jardines son hermosos, repletos de flores blancas y celestes que se combinan formando patrones hermosos. En la distancia puedo ver al animal que me había ayudado, quien al verme corre hacia mí con las colas danzando alegremente.

-Veo que le agradas a Dalú. -dice Lujhan con una sonrisa, yo asiento.

-A mí también me agrada mucho ¿Qué es? -cuestiono acariciando su melena.

-Es un Raevi Lunar, son criaturas realmente fieles y poderosas, pero él...

-Es el ultimo de su especie. -le digo, Lujhan suelta un suspiro y asiente.

-Lamentablemente somos los últimos que quedan de toda una civilización. -dice con tristeza, yo le miro con tristeza; se lo que se siente.

-¿Qué fue lo que les paso? -cuestiono. Él suspira.

-Ostred solía ser un lugar hermoso ¿Sabe? El bosque era fértil y la colina era verde, llena de vegetación y especialmente llena de claveles lunares, todo el largo y ancho de la colina de Ostred estaba repleto de plantaciones de claveles lunares, son las flores más lindas que alguien hubiese visto antes. -comenta con una sonrisa triste.

-¿Qué paso entonces? -cuestiono.

-¿Qué es lo que sabe de Arthegón exactamente princesa Eliana? -cuestiona. Yo frunzo el entrecejo mientras pienso ¿Qué es lo que se de Arthegón? Además de que mi madre era la futura reina y que es un reino con magia que está siendo consumido por la oscuridad; nada más.

-Es un reino mágico en guerra con las fuerzas oscuras. -digo, él asiente lentamente.

-Es más que eso ¿Has escuchado hablar de la magia arcana? -cuestiona, yo asiento.

-La he escuchado mencionar. -respondo. Él asiente con una leve sonrisa

-Bueno, pues la magia arcana no es la única que existe, también existe la magia negra y la magia oscura. Se lo que deberás estar pensando ¿La magia negra y la magia oscura no son la misma cosa? -dice mirándome con una sonrisa.

-¿Lo son? -cuestiono.

-No, pareciera que lo son, pero son cosas completamente diferentes, la magia negra es una magia que se aprende mediante encantamientos, pero no necesariamente quien la practique debe ser mala persona, en cambio la magia oscura es una aberración, quienes la practican usan la magia de los seres mágicos para lanzar maldiciones terroríficas y destructoras, quien usa la magia oscura es de por si un ser malvado ya que esa magia solo sirve a la maldad. -explica. Yo asiento lentamente.

-¿Y la magia arcana? -cuestiono.

-La magia arcana es la más rara de todas. Solo existen seis fuentes arcanas que son el centro de toda magia, así mismo son seis los reinos de Arthegón y cada uno de ellos posee una fuente arcana. La magia arcana es rara porque solo nacen seis seres capaces de ser conductores de la magia de las fuentes, se les llama arcanos mágicos, solo nacen seis arcanos cada cincuenta años, pero antes de que la oscuridad cayera en Arthegón, la magia arcana desapareció.

-Pero ustedes son arcanos lunares. -digo, él asiente con una sonrisa.

-Se nos nombró arcanos porque somos los únicos que compartimos las tradiciones del pueblo de luna, pero ninguno de nosotros es capaz de tener una conexión con la fuente arcana de la luna. -explica.

-Entiendo ¿Por qué desapareció la magia arcana?

-En una guerra sin tregua contra la humanidad, los arcanos murieron defendiendo las llaves sagradas y al reino, el ultimo arcano fue bendecido con la conexión de sus demás hermanos arcanos para poder extraer toda la energía posible para salvar al reino, sacrificando así su propia vida. La magia arcana es por descendencia, un arcano solo podía nacer si algún descendiente de su familia por más lejano que fuese contaba con la chispa en la sangre y debido a que los últimos arcanos eran jóvenes que murieron protegiendo al reino...

-El linaje de sangre se perdió. -confirmo.

Fin del capítulo