/ 
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 3
Descargar
https://es.novelcool.com/novel/original/id-251809.html
https://es.novelcool.com/chapter/El-viaje-continuo-de-problemas-El-grupo-se-separa-El-t-nel-y-la-mujer-ara-a-PARTE-2/11826721/
https://es.novelcool.com/chapter/El-viaje-continuo-de-problemas-El-grupo-se-separa-El-t-nel-y-la-mujer-ara-a-PARTE-4/11826723/

El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 3

Cleo descendió de la carroza. – Y retomó el camino de Hermes. –





- ¡¡¡Hermes!!!





La voz de Cleo, se escuchaba a lo lejos desde arriba de la lomada inclinada de arbustos y piedras. –



- ¡¡¡Hermes!!!



- Estoy aquí Cleo – Gritó Hermes tosiendo por el putrefacto olor. –



- ¿Estas biennn? –



- Si. Te prohíbo venir – Hermes no deseaba que ella viera ese cadáver aterrador.









Lo que Hermes no sabía al respecto que detrás de su persona, en aquel lago unas burbujas se estaban condimentando, y salían al reflote. Era un movimiento de peces. Ello alarmó al teniente Phileas por la sola idea de que estaba en la orilla, con una cabeza de caballo, y un poco espacio para salir de allí. Las burbujas comenzaron a multiplicarse tanto así que las aguas se movían, y los peces se iban desplazando en saltos. Una imagen de un tentáculo estaba emergiendo, luego otro, otro. El rostro de Hermes se dibujó en un solo espasmo de miedo y sorpresa. Su cuerpo temblaba. Se colocó de espaldas a la pared a la cual había caído, entre









sus pies la cabeza de caballo, algunos arbustos y larvas que se introducían en las arenas del agua que con las grandes olas comenzaron a taparle los zapatos. Y frente a él, una cabeza gigante de lo que parecía ser un pulpo.



- Algo está ocurriendo – Dice Hartman que escucha el ruido ensordecedor de las aguas del lago. Cleo y los demás oyeron lo mismo. Manni, Song, y Mac saltaron de la carreta. Cleo estaba yendo al camino del precipicio.



- ¡¡¡Hermes!!! ¡¡¡Contesta por favor!!! – Aclama con preocupación Cleo.







Una gran onda expansiva se fue gestando como remolino en ondulaciones que sobrevolaban enviando un torbellino de chubascos del propio lago, y con ello infinidad de peces que eran arrastrados a las inmediaciones a la altura de la cual Cleo veía como llovían los mismos desde las alturas haciendo que ellos se alejaran. Hermes sacó su cuchillo y se dispuso a enfrentar situado en algún punto alejado, aunque ciertamente era imposible debido al espacio tan reducido entre esa bestia su cuerpo.







- Veamos, aún está fuera de mi alcance. Esto es una locura – Miró su cuchillo Phileas – Es mejor que busque otra salida. – Había algunas raíces que eran como lianas, por lo que no determinó si era seguro, pero no tenía muchas opciones. -



Los extensos tentáculos se estaban movilizando, y el pulpo tenía a su presa en la mira. Phileas ideo escapar escalando, ya que al ver su cuchillo, y semejante monstruo, no tenía oportunidad. Comenzó a escalar por ello. Sus compañeros fueron con Cleo entre el aguacero de peces que caían.



- ¡¡Hermes!! – Grita con preocupación Cleo -



- ¡¡Hermes!! ¿Qué ocurre? - Pregunta Hartman alzando la voz – Allí pudieron ver desde abajo la criatura que alzaba su gran cabeza amorfa. –









- ¿Hermes estas bien? – Habla Mac y Song. Todos estaban allí, viendo como intentaba escalar Phileas, en cuanto el cefalópodo iba acercando sus tentáculos hacia su cuerpo



- ¡Hermes resiste! – Manni creó una ilusión de luz para reflejar en los ojos de la bestia, pero el enojo de la brusca luminiscencia hizo que sus largos brazos llegasen hasta ellos como un martillo de juez bajando a golpear la base como sentencia contra ellos.



¡¡¡Aléjense!!! ¡¡¡Es muy peligroso!!! – Explaya con bramidos Hermes. El pulpo volvió a realizar su operación desvaneciendo el truco de Manni de incandescencia. Su tentáculo mayor estaba contra ellos. Hartman tomó su lanza y clavo sobre ella, causando dolor. Al penetrarlo quiso sacarla y no pudo. Hermes continuaba escalando, y el otro tentáculo menor tomó su pie derecho.



- ¡Te salvaré Hermes! – Dijo Cleo que sacó su sable atacando al tentáculo que arrojó a Hartman. Song tomó su navaja, pero era inútil queriendo ayudar a Cleo. Mac fue por la pistola de Hermes, aunque nunca había disparado un arma de fuego. Intentó atinar al molusco, sin poder hacer nada.



- Mac arroja el arma – Le dice Hermes.



- Sí, señor Hermes – Mac lanza la misma, aunque el temblor de otro tentáculo lo golpea en su cuerpo y lo arroja. El arma cae atrapada por Hermes que se sostiene con una mano de una de las lianas, mientras sube por el plano inclinado. Hartman retoma su avanzada con la lanza, junto a Cleo y Song. -



- ¡Resiste Hermes! – Expresa con desesperación Hartman que hacia lo imposible para ir hacia él.



Phileas, con su mano izquierda, tenía asegurado su revólver, y apuntó contra el ojo del Pulpo. –



- ¡Ya verás maldita bestia!. – Con un disparo certero, dio justo en el blanco haciendo que de alguna forma retrocediese. Un bramido de dolor se









escuchaba por todos los contornos y proximidades haciendo que los seres de la naturaleza se alejasen. El engendro se iba introduciendo en las aguas, lentamente derrotado – ¡Bien! ¡Es mi oportunidad! – Hermes retomó su andar escalando lo más rápido posible. Cleo se fue acercando al límite y desde arriba veía como Phileas iba trepando por este las rocas y maleza. –



- ¡Hermes! ¡Estoy aquí! - El rostro de Cleo de nerviosismo era claro en sus ojos que ven a Hermes como se reflejaba en el esfuerzo por ascender. Él, estaba llegando, y ella – Dame la mano, ¡¡pronto!! – Grita Cleo. – Hermes guarda su arma, y echa un vistazo detrás de si tomando un respiro.



- ¡No está! – Phileas continua, mientras Cleo, está allí con Hartman y Song para ayudarlo a subir. – Pronto ante el cansancio; agitado por el esfuerzo, estira su brazo, y luego su mano. Cleo se aferra con fuerza, Hartman se acerca a ella, y se estira para alcanzarlo a la superficie.



- ¡Vamos! Un poco más – Expresa Hartman. –



- ¡Dios no! – Grita Mac. El remolino vuelve hacerse presente, y como una catarata sale la gran cabeza de la bestia con un ojo ensangrentado arrojando tinta al exterior. Ella cayó encima de Phileas que terminó bañado de ella. Cleo no soltaba su mano. La bestia se fue acercando y con el tentáculo lastimado por la lanza de Hartman, se amarró a la cintura de Hermes que resistía.



- ¡¡Hermes!! – ¡¡¡Nooo!!! – Empujaba como podía Cleo que iba siendo arrastrada con él por la fuerza del tentáculo.



- ¡¡Cleo suéltame!! ¡Te llevará a ti también! - Le grita Hermes. –



- ¡¡No te dejaré!! ¡¡¡Ayúdenme!! -llora Cleo, intentando hacer fuerza; la criatura lanzó el tinte contra ellos y detrás los tentáculos pequeños. Pronto en la desesperación los ojos de Cleo, mudaron a un color celeste y una luz candente monopolizaba el alrededor haciendo que desistiera aquel monstruo. Hermes sin más remedio se soltó de Cleo, y ella veía como caía al suelo arrastrado por el pulpo. Hartman se lanzó con su arma, pero fue









inútil. Hermes estaba en poder de aquel leviatán, que lo había llevado al medio del lago.



- ¡¡Hermes!! – Gritaban Mac, Song, y Manni que fueron hacia su rescate para evitar que la bestia lo devorara. El cefalópodo seguía luchando y con uno de sus apéndices sostenía a Hermes que apenas podía recoger su cuchillo moviéndose de un lado a otro la extremidad.



- ¡¡¡HERMESSS!! – Cleo estiró sus brazos en dirección al pulpo y un rayo anaranjado golpeó a la bestia quemando su cabeza. La misma comenzó a bramar del dolor intenso y emprendió la retirada sumergiéndose con Hermes poco a poco. - ¡¡¡ HERMES!!! – Clamaba Cleo llorando -¡No, no puede ser! – Cleo se colocó de cuchillas, mientras las burbujas se desvanecían y sus ojos volvían a la normalidad. Hartman se sumergió en el lago con Song intentando rescatar a su amigo, pero luego de un lapso, había desaparecido por completo, llevándolo a las profundidades.



Al salir del agua, los rostros de Song y Hartman lo decían todo. Cleo los miró con las lágrimas que no paraban. –



- ¡Hermes! – Se dijo asimismo ella. –





Todos estaban frente al lago parados con una fuerte desazón, y tristeza. Manni con su magia intentaba verificar sentir a Hermes. Cleo. Hartman retomó su búsqueda, y Mac recorría los alrededores. –



- ¡Señor Hermes! – Se decía Mac, llamándolo como si pudiera escuchar sus palabras. –



Los sucesos del día solo fueron recorrer las orillas. No había resquicios en el cual pudieren ubicar el cuerpo de Hermes en caso de que hubiera sucedido lo peor.



Las minúsculas partículas de agua se iban acercando a las arenas y las piedras produciendo serenatas de oleadas, en cuanto Cleo se sentó en un suelo arenoso, observando el alba, abatida por ese incidente, durante todo el transcurso del día. Su mirada estaba penetrada en las aguas.





- Cleo, ¡Come algo! – Le expresa Song. –

Ella no presta mirada a Song, solo se mantiene firme allí sentada con sus rodillas llevadas al pecho. Song volvió a caminar por las orillas alejándose. Hartman estaba preparando el bolso, y Manni intentaba conectarse con algún indicio que pudieran hacerlo llegar a Phileas.

- Hubiera sido mejor que no viniera – Pensó. Depués imaginó sus peleas intensas, y esa simpática que estaba naciendo entre ambos. Primer su madre y su hermana. Atrapadas en un hechizo, y ahora Hermes era tragado por un

pulpo gigante. La pérdida estaba consumiendo su corazón, y ella no lo aceptaba el concepto de perder a alguien y por más que el tiempo fuera un lapsus corto, el vínculo que producía Hermes estaba creciendo. Mac, quien había iniciado el viaje, se acercó a ella. No mencionaba nada al respecto. – Sé, ¡Sé que está con vida!

- ¿Ehhm? – Se pregunta Mac. -

- Si Mac. Lo puedo sentir. – Confiesa ella con llanto y desanimo. Unas palabras de su padre que de pequeña, le había expresado que para mantener la firmeza hay que ser fuerte y continuar sin mirar al tiempo que se ha esfumado.

- Cleo debemos seguir – Dice Hartman parado de frente al lago y detrás de ella. No podemos hacer nada. Mac se resiente, y ella se pone de pie y camina al lago.

- El vendrá. Sé que estas bien- Junta sus manos en oración interna. –

Seguidamente disponen irse de allí sin mediar palabras que lo invoquen. El carruaje continuo por el camino que Hartman verificó y del cual también tiene sus hostilidades, pero todos estaban decididos. Llegarían al pueblo de Song, y después continuar lo que deban proseguir Cleo iría a Azaria, salvaría a sus hermanas, y buscaría a Hermes de ser posible. No se detendría por ninguna razón. Usaría todo su poder para regresarlo como fuere. -

Thug am biast e gu doimhneachd an locha, far am biodh e air a shaoradh le gaol bean an t-solais, nach urrainn stad a bhith a 'smaoineachadh air.

(La bestia lo ha llevado a las profundidades del lago, donde sería liberado por el amor de la dama de la luz, que no puede dejar de pensarlo.)





En alguna parte de las profundidades, un cuerpo iluminado sale a flote, y es llevado por una vertiente cuyo desnivel se abre otra ramificación que transporta a lo lejos por un rio conectado. El hombre escupe y respira tenuemente; se aferra a un madero de tronco húmedo, y es desplazado por la corriente, distanciándose del lago de mayor envergadura, en el cual el monstruo cefalópodo de las profundadas descansa.



Allí antes de que ese viajase, una lucha interminable se estaba produciendo en las profundidades de las aguas. Atrapado por unos de los tentáculos y casi de sin oxígeno. Una dama abrazó a Hermes quemando cada parte de las ventosas que provenían de las prolongaciones del monstruo marino que padecía un calvario al no poder sujetarse sosteniendo el cuerpo de Hermes ante el insufrible estimulo de dolor. Aquella extremidad se consumía en fuego, en la misma agua que actúa de némesis. La dama mística pulverizaba al pulpo y se llevaba el cuerpo de Phileas muy lejos, guiándolo a una nueva ruta segura.



Hermes se encuentra en terrible estado, luego de haber consumido ante el ahogo una cantidad de litros de agua que lo dejaron inconsciente hasta una orilla en la arena pura, de la cual un insecto en forma de escarabajo se mueve sorteando su cuerpo. Phileas esta acostado en posición fetal entre la tierra y la arena. El lodo rosa su rostro, y sus fosas nasales inhalan poco de aire y polvo, y exhalan una toz que lo hace lanzar una flema insistente. El escarabajo se asusta, y huye en dirección a una especie de forraje que había crecido entre las aguas y la tierra asentada; húmeda y pantanosa. En su afán de escapar ante el gigante humano, es devorado por un ave de cola verde extensa y alas cortas que parece un papagayo colorido que completa su alimento masticando, y lo transporta a un nido cerca de









su sitio de caza. El lodazal que se estaba conformando cerca de Hermes con su ropa mojada lo camuflaban entre la arena, y los pastizales. Un lagarto muy parecido a un cocodrilo se estaba dirigiendo a Hermes que continuaba inconsciente. Se aproximaba en movimiento con sus patas traseras y luego sus delanteras, y su lengua ofidia, escapaba e ingresaba en su boca palpando con su energía táctil y su visión de apenas un color violeta todo el sistema nervioso de Hermes. Como una visión de rayos x, potenciada, sabía que la carne estaba jugosa y no dudo en acelerar el paso. Al acercarse a él lo midió para dar el primer zarpado de una mordida en su hombro derecho. Se acercó un poco más, y posicionado extendió por última vez la lengua, para probar el sabor del sentido olfativo. Al lanzarse a él en la cabeza recibió un golpe con jun garrote que lo inutilizó completamente. Aquel gran lagarto estaba totalmente fuera de combate, y entumecido. Luego una vez más, evitando que escape a la maleza o a la ribera más cercana. Un golpe decisivo, y el animal, yacía muerto.



- Listo el alimento – Comentaba entusiasmado por la efectividad y victoriosa caza.



Luego se entretuvo observando el cuerpo de Hermes que respiraba. Ante el afán de atrapar al lagarto no se percató de que alguien estaba allí.



- ¿Estará muerto? - Se preguntó. Con una vara pequeña comenzó a picar su espalda. Éste se movió repentinamente lo que asustó al ser que estaba allí delante de él. – ¿Se encuentra bien?



Hermes comenzó a escupir, y apenas podía abrir los ojos. Tenía en si un cierto dolor de cabeza y cataratas hasta que sus ojos recobraron la visión al acomodarse.



- ¿Dónde estoy? – Se dice asimismo. –



- Estas en el límite con la montaña Morrigan.



- ¿Eh? – Hermes confundido alcanza a ver una pequeña sombra. Ese ser diminuto se iba aclarando, y con unos grandes ojos verdes. Un cabello verde, y una bata verde. Era muy pequeña. Una niña de unos pocos años.









- ¡Hola! – Miraba ella a Hermes. – Soy Nela. – Hermes se incorpora de inmediato.



- ¿Qué hago aquí?



- Estaba dormido – Expresa ella colocándose un dedo en la mejilla como gesto pensativo.



- ¿Cómo llegue? – Se pregunta Hermes – Lo último que recuerdo es una gran bola gigante semejante a un pulpo.



- ¿Un pulpo? – Pregunta la niña



- ¿Y qué es eso?



- ¡Olvídalo! Debo salir de aquí. -







Hermes al poder discernir lo sucedido volvió a desmayarse.





- ¡Señor! ¡Señor! – Nela le hablaba, pero Hermes no escuchaba. – ni modo. Se ha quedado dormido – gesticula moviendo los brazos en un ademán de no saber qué hacer o decir.





- Señor, nuestros últimos informes indican que la chica y la espada continúan camino a la colina.





- Bien. Eso me agrada. Van a las cuevas allí se las verán muy bien. Necesito que capturen a la chica junto a la espada.





- Señor – Se hacen presente los hechiceros –





- ¿Qué noticias me tienen?





- No tenemos novedades que puedan ser útiles señor.









- ¡¡¡No me hagan perder el tiempo!!!





- Señor. Déjenos terminar. Aun así estamos trabajando en un dispositivo que aloja el poder de las almas. Permitiría el uso de la espada sin esperar que la chica venga a nosotros con la espada o el agotable recurso de secuestrarla con ella.





- Eso sería esplendido podría ir yo mismo y arrasar con todo lo que haya alrededor. ¿Cuándo podrá estar listo? En breve señor lo tendremos.





- ¡Bien! Eso suena fantástico. – Se ríe Drake – No podemos continuar con el plan sin la espada. Sea como fuere la traeremos así tenga que arrasar todo éste maldito continente.



Los piden permiso para retirarse. El día se esfumó y Hermes en un sueño profundo sentía como una gota constante de agua rosaba su frente. Una y otra vez.



- ¡Algo más! Expresa Drake ¿Qué noticias tienen de la niña?



- Aún nada señor su poder de ocultarse es muy fuerte.



- ¡Quiero urgente que la encuentren! Ahora largo de mi vista. – Se enfada chasqueando los dedos.



Drake contempla su sala de hall central en soledad. Sus manos detrás pensando estrategias. Se mantiene quiero, y con su mano derecha rompiendo su postura, abre la palma y crea como encanto mágico una esfera de color oscura. Aquella se extiende como si fuera en espejo del otro lado un humano pálido se encuentra entre cadenas. Su rostro es tal que se siente en su interior los rasgos de la angustia y su color blanco y verde añejo. Allí aguarda expectativo las órdenes. Drake es transportado al otro lado. El mundo oscuro donde el día no existe. Los jinetes de la muerte van y vienen. Criaturas de maldad pura se disputan la entrada al mundo que conocen. Al presentarse éste. Cada una se va alejando de su poder que es nefasto. Se dirige a la ser en mazmorras.









- ¿Vas hacer lo que te diga? ¿Vas a dejar de resistirte con ese campo de inexpugnable? Si no lo haces tú compañera será destruida. Y tu niña. ¡Ahh! Pronto será nuestra y consumiré su alma ¡Vamos no seas tonto! Únete a nuestra causa.



El ser no se comunicaba. No prestaba atención a las amenazas. Solo miraba con resentimiento el rostro desdibujado de Drake. No tardó en carcajear aquel.



- ¡Sigan con su trabajo, ustedes! – Dicta la orden, y se retira caminando de cara a la salida del oscuro planeta del horror.



Todos y cada uno de ellos trabaja para mí, se menciona por sus adentros. Esos demonios son míos como su fuerza, se dice con total confianza. Luego se mantiene en total silencio y ya en su sala de palacio en infinita soledad camina a su trono. Al tomar asiento. Se coloca en posición pensativa, apoyando su mentón en la palma de su mano derecha.



- Es hora de atacar los pueblos del sur. Pronto chasquea sus dedos y uno de sus generales hace su aparición. Le indica con sutileza sin mediar palabra el próximo objetivo. Éste asiente, y luego se retira desvaneciéndose.



Drake es muy desconfiado en ciertos asuntos por lo que vuelve abrir el portal. Allí libera algunos de los jinetes de muerte. Algunas imágenes se filtran. Son los monstruos que intentan pasar desesperados al mundo. Drake se ríe de ellos.



- No se preocupen. Todos irán. Vayan criaturas mías. Vayan y multiplíquense en todos los sitios y de las peores formas que existan.



El causante de que en el continente existan esas monstruosidades no podía ser otro que quien domina el portal del mundo oscuro. Y todos obedecen a Drake cuya ambición es el dominio máximo, el poder máximo. No importa el costo. Se ríe al extremo de que su voz se oye por todo el reinado del dragón. Sus súbditos le temen porque su locura no posee límites. Disfruta la sangre y destrucción de todo lo que fuere vida. Pero tiene una ambición mayor y necesita la espada y el poder









de los demonios. Esa ambición que va más allá de un reino, o un dominio. Es algo que no puede ser dado a un mortal. Esa es la verdadera causa se dice.



- Ya despierta Phileas – Hay que regresar algún día.





Hermes estaba acostado del lado de una fogata separado con un montón de piedras. Al dar un bostezo, la pequeña le sonrió.



- Hola señor.





Él la miraba, ¿quién eres?-





- Soy Nela – ¿Cómo te llamas? – Pregunta con curiosidad



- Mi nombre es Hermes.



- Hola Helmer.



- ¡No! ¡Hermes!



- ¿Helmer?



- ¡Bahh! Olvídalo. Debo encontrar a mis compañeros. -



Nela dice es tarde Helmer – Piensa Nela confundida.







Hermes atinó a levantarse del suelo. Estaba sucio, y con pocas energías. La niña tomó con su mano la ropa del pantalón. –



- No debes irte Helmer –



- ¡Es Hermes!



- ¡Quédate! Debes comer algo con Nela – Le dice ella, con un poco de preocupación.



- Mis compañeros me están esperando.



- Hay muchos, muchos, peligros. Debes quedarte, debes – Repite Nela. -



- ¿Tú qué haces aquí sola? Eres muy pequeña ¿dónde están tus padres?





Nela no respondía. Hermes temió indagar mucho.





- Ellos no están, nadie está. –









- ¿Estás sola? ¿dónde vives?





Nela señala en dirección al noroeste. –





- Pero, si dice que es peligroso ¿Por qué no hay nadie contigo?



- Nela, no recuerda. – Nela apareció aquí sola. Y lloró mucho – inmediatamente Nela se puso triste – Nela extraña a Mama y Papa. – Y se contuvo con algunas lágrimas, y un fluido de tristeza que escapaba de su nariz. Hermes no sabía que decir. Se sentó en la fogata, y tomó un poco de la carne de pescado que estaba preparada. –

- ¿Puedo?



- Nela, dice que, Si – Expresa Nela en tercera persona. –



- ¿Cuántos años tienes Nela?



- Nela, mmm, tiene muchos años – Se refiere enviando la tristeza a otro punto. –



- ¿Tú conseguiste esa comida?



- A Nela le gusta atraparlos – Señala los pescados - ¡Sabe delicioso! ¡Una vez atrape muchos! – Se alegra un poco ella sonriendo. De cierta forma enternecía a Hermes su compleja forma de hablar en tercera persona. –



- ¿Y te cuidas sola aquí?



- Nela tiene miedo, pero los monstruos también le tienen miedo a Nela. – Pronto recuerda a su familia y se pone triste ella. Hermes la miró y le dijo.







- Debo encontrar a mis amigos.



- ¿Nela no sabe qué es eso?



- Son personas que están contigo, y hablan, te hacen compañía, juegan. –



- ¿Y esos amigos son buenos? Nela no entiende – Se rasca la cabeza Nela al oír a Hermes.



- Son los mejores. –



- Nela ¡¿No sabe si tiene amigos?! A veces ellos vienen y me hacen compañía,



¿Esos pueden ser amigos? – Y señala al árbol, un agujero en el cual se asoma un roedor muy similar a las ardillas. – ¡Hola! La saluda con









entusiasmo, y de inmediato se esconde nuevamente. Hermes ve esa imagen.



- Probablemente – Expresa Hermes, que ahora es él, el que se rasca la cabeza meditando la pregunta de Nela.



Nela piensa un momento. –





- ¿Y Nela es amiga de Helmer?



- ¡Hermes! – Se irrita un poco Hermes – ¡Estemm claro! - Hermes le hace una cara graciosa haciendo reír a Nela. Luego otra y otra.



– - ¡ji! ¡ji! ¡Jaja! - ¡Nela ve gracioso a Helmer!





Hermes se alegró de ello, ya no tenía necesidad de corregirla. La tristeza de Nela se estaba acallando y eso era bueno. La fogata se iba desvaneciendo, y nela se estaba quedando dormida. Eso alegró a Hermes. No sabía el por qué, aunque durante la guerra, solía a los niños y niñas darles un trato protector. En muchas oportunidades se ha encontrado en sitios destruidos por los bombardeos con civiles escondidos entre los basurales y escombros.



- No olvidaré jamás, aquel rostro de una pequeña llorando desconsolada al lado de su madre muerta. Veníamos escapando, y de alguna manera se percató de mi presencia, pero seguía a su lado. Sus mocos se escapaban como los de Nela, y su desesperanza era tal que derrotaba al más frio corazón. Es peligroso le dije, aunque no me prestó atención. El cuerpo frio de su madre estaba blanco, y sus ojos cerrados. La niña estaba con sus manos juntas arrodillada ante ella, y no tuve otro remedio que hacer lo mismo. De mi interior tome un relicario. Un collar con una cruz. Recé una oración por ella. Y estuve al lado de la niña. Se oían sirenas de auxilio por un lado, y algunos bombardeos por el otro con luces que se fueron esfumando. Le prometí a la pequeña que le daríamos sepultura luego de rezar. Y así lo hice. Tome el cuerpo de esa mujer desconocida; sentía la necesidad de darle sepultura, por lo menos por misericordia a la niña y al









alma de esa mujer. Nadie debe pasar por esto. Luego de encontrar un lugar indicado. Cavé con una pala que encontré por allí un poco bien hondo, y allí la introduje. La niña apenas podía decir palabra.



- ¿Le daremos una flor si? – Le dije. Ella me miraba – Esa flor es para que viaje feliz y siempre te recuerde – Era una mentira, pero todo lo que pudiese dar un ápice de ánimo era bienvenido. La niña de alguna forma dejó de perder lágrimas. Al enterrarla nos fuimos de allí Ella se despidió por última vez, y luego encontramos al grupo de enfermeros que venían muy atareados. Tenían otro idioma diferente al mío. Les expliqué la situación, y una de ellas abrazó a la pequeña. Supongo que era eso lo necesario, un abrazo. Luego me comentó que debían continuar. Se harían cargo, y yo debía regresar al combate. Me coloqué casi arrodillándome para llegar a la estatura de ella. Siempre me pareció que lo mejor era ser sincero y hablar a la par sin mediar estatura. Todos somos iguales. – Quiero que seas fuerte, pequeña. Muy fuerte para todo lo que la vida te deparé. no te olvides que puedes y debes siempre ser feliz – Esas son las únicas palabras que pude decirle, y me despedí de ella. Hoy en otro sitio extraño, me encuentro con Nela, y pienso que tiene mucho de aquella, a la cual al menos le hubiera preguntado su nombre.



Luego de suceder la noche, Nela descansaba como toda niña. En un crio comenzó a roncar. Hermes rememoró a Cleo. Él analizaba cada instante en un flash de recuerdos de ella ¿Qué estaría haciendo? Su voz se hizo eco en los oídos de Hermes. Su corazón le jugaba instantes difíciles. Juraba que no volvería a perder a alguien. Leticia había sido un golpe fatal de cual no pudo volver abrir su corazón. Pero alguien en sus ojos viajaba en su interior.



Cleo no podía conciliar sueño. Todos estaban descansando para poder salir temprano por la mañana. No tenía sentido seguir la búsqueda. De cara al cielo miraba las estrellas y escuchó la voz de él. ¿Dónde estás Hermes? Sé que no te









has ido. Sus ojos se iluminaban en la frescura nocturna. Cleo se lanzó a llorar en cuanto dibujaba a Hermes a su lado.



Phileas muy a lo lejos entrañó un mensaje oculto cuando mágicamente el brillo de unas luciérnagas crearon su figura.



- ¡¡¡Cleo!!



- ¡¡¡Hermes!!! ¡Eres tú!



- ¡Si soy yo!



- ¿Dónde estás? – Cleo intentaba tocar con su mano una imagen de Hermes.



- Estoy en algún lugar, pero estoy bien.



- ¡Hermes! – se lanzó a llorar Cleo – ¡¡¡Eres un idiota!!!



- ¿Queé? – le contesta con irritante rostro Cleo se acerca a él llorando con gotas que iluminaban el momento.



- Me preocupe mucho – intenta nuevamente poder abrazarlo. Hermes asiente con suma culpa



- ¡Perdona por preocuparte!¡Te encontraré! No te preocupes por mí, como un acto fantástico ambos al mismo tiempo se abrazaron. Sus corazones latieron de manera que cada cual podía sentir lo que el otro. Al soltarse sus manos se separaban y Hermes se estaba desvaneciendo como Cleo.



- ¡Hermes! ¡No! ¡Aguarda!



- ¡Cleo! - Hermes sonrió.





Cleo nombraba a Hermes hablando dormida, y lo mismo hacía Hermes nombrando a Cleo.



El rayo talante de la mañana produjo el movimiento de los caballos que habían tomado el camino del desfiladero que acompañaba un circuito de montañas. Luego de varios kilómetros en silencio se manifestó un problema grave. Cruzar todos esos obstáculos entre bosques y cadenas montañosas era suficiente como para tener que soportar otro inconveniente. Hartman quien estaba más cerca fue a verificar









cabalgando hasta la gran pared y un agujero totalmente oscuro. A detallar el relieve y la imposibilidad de avance retornó. La carroza venía detrás.



- ¡Hay problemas! ¡El camino concluye aquí! Ahora es como un túnel oscuro. Allí hay un letrero de precaución



- ¿Y ahora que haremos? – Pregunta Manni.



- ¡Qué extraño! Nunca había visto ese túnel – Dijo Song.



- Pues debemos ver ¿Qué haremos? No podemos quedarnos aquí.





Todos estaban confundidos. De hecho esperar tener alguna idea no era muy satisfactorio. Conversaron las alternativas, aunque no llevaban a ningún lado. La carreta apenas pasaba. Pero el lugar, tenía problemas de derrumbe por lo visto.



- Esta decidido, ¡Debemos continuar! – Expresa Cleo – Ya no podemos perder más tiempo



- Aguarda Cleo – Pide la palabra Hartman – ¿No sabemos que podemos encontrar allí? Ya perdimos a Hermes. Y como bien es sabido no solo indica que tengamos cuidado sino que estamos carentes de luz aquí en un reino de oscuridad. Eso es lo que fortalece al Dragón y su orden.



- Hermes se encuentra bien. No digas eso se enfada Cleo.- No me importa la oscuridad. ¡¡¡Debemos seguir!!!



Todos la observan a ella sin decir palabra alguna.





- Pienso igual que ella – Aclara Song. Se miraron entre todos dando un ademan positivo.



Y entonces entraron al túnel. -





Disipadas las incertidumbres ingresaron por el Agujero. La escases de luz, impedía un avance simultáneo por lo que no podían ganar tiempo como para adentrarse con mayor facilidad. A medida que se alejaban un punto ciego de la entrada se hacía más diminuto. Los caballos comenzaron a inquietarse por la falta de visión y aquel orificio se convertía cada vez más e una boca que se lo tragaba todo. Unos









murciélagos se exaltaban y fueron en dirección al grupo generando pánico entre ellos que se cubrían.



- ¡Cuidado! Vienen hacia nosotros – Advirtió Hartman. Los caballos se empezaron a mover temerosos y ante el miedo intentaron escapar dirigiéndose a lo profundo del túnel.



- ¡¡No vuelvan aquí!! – Grita Mac y Cleo. Manni intenta hacer con su magia una chispa que ilumine, sin embargo fue inútil.



- No entiendo. Como si mi magia no sirviera – Todo el lugar está bloqueado.



- No podemos alterarnos hay que seguir. Debemos pasar al otro lado. Allí estarán nuestros objetos.



Continuaron rumbos en medio de la oscuridad. Algo no parecía funcionar bien.





- Esto de no poder ver nada, me altera los nervios – Manni



- Lo mismo pienso – Expresa Hartman



- Si tuviésemos una antorcha, no nos complicaríamos – comenta y Cleo.



- ¿Tu Song que crees?





El silencio de no contestar acompañaba a la incertidumbre.





- ¡Song!....... ¿Hola?....... – Pretende llamar Cleo. -



Ella no contestaba. No tardó mucho el hecho de que posiblemente haya desaparecido.

Fin del capítulo

Informe
<<Prev
Siguiente >>
Diego Leandro Couselo
Donar
Catalogar
Dedicado - Sinopsis
Un último momento.
Nuestra historia recién comienza.
La despedida. -
El rescate de Cleo. Muere Drake. -
Nela desaparece. La batalla comienza. Vence el interior del laberinto. - PARTE 2
Nela desaparece. La batalla comienza. Vence el interior del laberinto. -
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 3
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 2
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder.
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 3
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 2
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. -
Cleo, conoce todo de Hermes. Invasión al sur. Llegada a Azaria/Azarea. - PARTE 2
Cleo, conoce todo de Hermes. Invasión al sur. Llegada a Azaria/Azarea. -
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 4
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 3
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 2
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. -
El gran Manni. Un pueblo extraño. - PARTE 3
El gran Manni. Un pueblo extraño. - PARTE 2
El gran Manni. Un pueblo extraño.
El camino interminable. Camino de otro mundo. PARTE 2
El camino interminable. Camino de otro mundo.
El secuestro. Que comience el viaje. -
¿Un mundo imaginario o real? - PARTE 2
¿Un mundo imaginario o real?
Acto primero. El extraño suceso. - PARTE 2
Acto primero. El extraño suceso. -
NIGROMÁNTICA
Ajuste
Fuente
Arial
Georgia
Comic Sans MS
Tamaño de la fuente
14
Antecedentes
Informe
Donar
Oh no, este usuario no ha configurado un botón de donación.
English
Español
lingua italiana
Русский язык
Portugués
Deutsch
Éxito Advertir Nuevo Se acabó el tiempo NO Resumen Más detalles Por favor califique este libro Por favor escribe tu comentario Respuesta Seguir Seguido Este es el último capítulo. ¿Estás seguro de eliminar? Cuenta Le hemos enviado un correo electrónico con éxito. Puede consultar su correo electrónico y restablecer la contraseña. Has restablecido tu contraseña con éxito. Vamos a la página de inicio de sesión. Leer El tamaño mínimo de tu portada debe ser de 160 * 160px El tipo de portada debe ser .jpg / .jpeg / .png Este libro aún no tiene ningún capítulo. Este es el primer capítulo Este es el último capítulo Vamos a la página de inicio. * El nombre del libro no puede estar vacío. * El nombre del libro ha existido. Al menos una foto Se requiere la portada del libro Introduzca el nombre del capítulo Crear con éxito Modificar con éxito No modificar Fallar Código de error Editar Borrar Sólo ¿Estás seguro de eliminarlo? Este volumen todavía tiene capítulos Crear capítulo Doblez Eliminar con éxito Introduzca el nombre del capítulo ~ Luego haga clic en el botón 'elegir imágenes' ¿Estás seguro de cancelar la publicación? La imagen no puede ser menor de 300 * 300 Ha fallado El nombre no puede estar vacío El formato del correo electrónico es incorrecto La contraseña no puede estar vacía Debe tener entre 6 y 14 caracteres Verifique su contraseña nuevamente