/ 
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. -
Descargar
https://es.novelcool.com/novel/original/id-251809.html
https://es.novelcool.com/chapter/El-gran-Manni-Un-pueblo-extra-o-PARTE-3/11826719/
https://es.novelcool.com/chapter/El-viaje-continuo-de-problemas-El-grupo-se-separa-El-t-nel-y-la-mujer-ara-a-PARTE-2/11826721/

El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. -

Cuando nos alejamos, sentí la desolación de no verla a ella, me sentí con esa inseguridad, por no poder ver sus ojos, y palpar sus labios.

- ¿Qué lugar tan inusual? Parece salido de una película de terror ¡Hay ruidos extraños! Sera mejor que me mueva rápido. Este lugar es muy extraño. Esos ruidos se hacen más intensos. Debo apresurarme. Hay telas por doquier. ¡Ahh! Mi brazo está atrapado. Voy a cortar esa seda.

Hermes se haya solo en un lugar prácticamente cerrado. Su más intenso miedo lo está dirigiendo a regiones que desconoce, y no es su típico sueño

Esas palabras se vienen en mi mente...

.....Agus meallaidh an damhan-allaidh thu agus tuitidh i ann an gaol leat. Cha bhith thu airson a dhol a-steach innte, ach nì i annad.

(Y la mujer araña te seducirá y se enamorara de ti. No querrás entrar en ella, pero ella si en ti. )



Las redes cada vez son más intensas, parece una red de muchas líneas que se dividen en un lugar y en otro. Podría regresar por el lugar que llegué.



Hermes da la vuelta, pero solo encuentra una pared; un muro inexpugnable que no lo dejar proseguir, y delante de él, todo un circuito de tejidos que se entrecruzan y se dividen en todas las direcciones. Luego la materia vertiginosa y









luminosa se expande de modo tajante. Él, realiza cortes en todas partes abriéndose camino como si estuviera en una jungla perdido. Como explorador va consiguiendo abrir camino en una caverna oscura que posee diferentes senderos que se subdividen, es como una trampa que lleva a un solo lugar en el cual alguien espera.



Unas gotas de agua caen desde unas formas calcáreas puntiagudas. Hermes levanta la cabeza y puede ver toda esa magnífica erosión, y desde allí una proyección entre la superficie de parte de aquel espacio que se mueve. Una silueta femenina y luego muchos extremidades que se desprenden de esa imagen con poca nitidez, y allí otros volúmenes de seda.



Pronto el camino se vuelve complicado. La configuración del terreno le prohíbe a Hermes continuar. Éste no interrumpe si andar, y prosigue. Sin mediar peligro. Allí una figura.



-Ven Hermes, sígueme - La imagen de una dama de cabello oscuro. –





- ¿Leticia eres tú? Espérame. – Phileas se mueve diligentemente, y con cierto dinamismo va sorteando las redes y las estalagmitas, de inmediato experimenta un dolor muy grande en sus pies. – Al tomar una pausa, y verse, nota que sangran. Y un camino de líquido coagulado va quedando detrás de su persona. Él, no presta atención y continúa. – Debo continuar.



- Adiós Hermes. -





- ¡Espera! – Hermes corre a ella y resbala entre las rocas y la seda que empaña el espacio, cayendo desde un plano inclinado, del cual había un abismo. – ¡¡¡Ahh!!! – Phileas cae y cae rodando por el suelo, levantando el polvo del espacio. Un hilo de la tela comienza a enredarlo, y el sigue dando vueltas hasta que el tejido amortigua su caída.









El sonido se produce con pequeñas gotas que caen con un mismo ritmo de melodía. Es la misma gota. Una y otra vez eternamente. Una de ellas cae en su rostro lastimado y lleno de tierra.



- Hermes. Despierta. ¡Hermes! –



- ¿Quién eres? – Pregunta con poca fuerza en su voz. –



- Soy yo. Hermes. Te espero.



- Cleo. – Eres tu – Hermes, veía el cabello extenso amarillo con sus ojos color café sonriendo. – Eres tu – Extiende su mano a ella y de repente se desvanece – ¿Qué ocurre Cleo? ¿Qué hago aquí?



Hermes se encontraba en posición vertical con sus manos y piernas amordazadas entre telas, y sedas y desde el techo de la caverna descendía una mujer de cabello oscuro corto y de ojos pequeños y contextura delgada. Llevaba un vestido corto negro. Su piel blanca. Y una sonrisa extraña. –



- Te he estado esperando Hermes – Tú me heriste, y no pude dejar de pensarte desde aquella vez.



- ¿Quién eres? – Se alarma Hermes





Ella se fue acercando hasta llegar a él. Cara a cara. Pasó su mano acariciando su mejilla. –



- Tu rostro es bello. – Te he estado buscando. – Luego se fue acercando más, y abrazó su cuello. Los labios de la mujer se unieron a los de Hermes. ella mordisqueo el labio superior de Hermes, pronto lo soltó – Siempre quise hacer esto. – Así pues se fue alejando; dio la vuelta y de espaldas comenzó a transformarse. Su cuerpo abría extremidades y un volumen sobresalía.



- ¿Qué demonios eres?



- Soy la mujer araña - Su rostro gira en una vuelta y comienza a transfigurar



sin completar la misma; parte mujer, parte araña, y pronto se fue acercando lentamente a él con unos aguijones. Hermes intentaba poder soltarse, sin









embargo fue imposible. Y ella se acercó terminando su transformación en un rostro de ocho ojos y dos mandíbulas que iban a su cabeza. Y el grito de Hermes que no secaba al recibir el primer golpe en su pecho abriéndose. El veía como su cuerpo se estaba desintegrando, mientras se alimentaba. El estado de Shock de Hermes fue tal que no podía entender nada, y pronto escupió sangre en el rostro de la especie que quitaba parte de sus huesos y carne.



- ¡¡¡¡Déjame!!!! ¡¡¡¡Déjame!!!! - El dolor consumía la mente de Hermes y pronto tomo su corazón cortando las válvulas y un mar de sangre escapaba- ¡¡¡¡AHHHH!! – El grito intenso. - ¡¡¡AHHH!!!



La transpiración de su cuerpo se extendió por toda su ropa.





- ¡¡¡Hermes!!! ¡¡¡Hermes!!! – ¡¡Despierta!! – Cleo movía el cuerpo de Phileas en una pesadilla. – nombraba a una mujer. – ¡¡Hermes despierta!!



Hermes, se levantó prontamente agitado con la respiración acelerada de su corazón, y muy convulsionado.



- ¿Estás bien Señor Hermes? – Le dijo Mac



- Sin duda, tuvo una fuerte pesadilla. –



- Le dará jaqueca – Expresa Hartman. –



- ¿Qué paso? – Se toma la cabeza inclinándose. -



- Estas aquí. ¡Con nosotros Hermes! – Comenta Cleo. – Bebe un poco de agua. –Mac le alcanza una taza.



- ¡Gracias! – Fue un sueño muy extraño. –Seguro que es real. No sé porque lo digo. Esa mujer Araña. – Se coloca de cuclillas Hermes. -







Luego de lo sucedido en el pueblo de Umbría. Y antes de llegar el alba. Todo el grupo salió de allí. Tomaron sus pertenencias y se dirigieron a las afueras. De una forma extraña la ciudad en pleno día estaba abandonada. Tal vez las opacidades fueron todas aniquiladas. En un abrir y cerrar de ojos se vieron los habitantes. Mac









habló con alguno de ellos, pero mencionaban que no sabían a qué se referían. Hartman, manifestó que de día el pueblo en una cara, y de noche es otra. Lo que ocurre de día, no ocurre de noche y viceversa. Lo que vimos anoche era otro pueblo, manifestaba Manni. Al irse. Llegaron al camino.



- ¿No tengo dónde ir? - Expresó Manni – Sé que no me tienen confianza – Pero también tengo mis motivos para ir por Drake. –



- ¿Tú con nosotros? Olvidado – Concretó cerrando los ojos enojado y cruzando los brazos



- ¡Por favor! –



- Olvidado, cuando mi padre me hecho de mi casa, intente lo mismo y no funcionó – Dice Hermes con palabras sinceras y una sonrisa como si la vida fuera simple. –



- ¡¡Hermes!!



- ¿Qué?



- ¡¡¡No ha salvado la vida!!!



- Es verdad señor Hermes. –



- Creo que lo que dice esa bella dama es muy cierto. –



- ¿Y tú qué dices?



- ¡Hermes! – Le grita Cleo en la cara con enfado – Esta decidido viene, ¿Y usted Sr. Hartman que hará?



- Estoy camino a Azarea/Azaria. –



- Puede venir con nosotros. –



- No es molestia.



- Bien. Somos una familia llena de cariño – Ironiza Hermes



- ¡Hermes! - Se irrita Cleo que le habla como ladrándole y Phileas le devuelve las palabras. Los dos como perro y gato.



- Será un viaje largo – Expresa Hartman



- Ni lo duden – Comenta Mac que lo mira a él y Manni.



- ¿También vienes de la guerra? – Pregunta Hermes.









- Si. La única manera de vivir aquí es luchando. Ojala no tuviera que ser así. Pero entre las opciones. La mejor suele ser la menos dañina.



- No existe otra – Agrega Hermes.-







Hermes se relajó luego de aquel sueño estaban recorriendo las zona de montañas y cerros por lo que el trayecto estaba convulsionado. Cleo se había quedado detrás de la carreta descansando. Manni estaba platicando con Mac sobre unos trucos de magia. En otro caballo Hartman. Pronto Cleo empezó hablar sola. En paisaje se dividía entre los árboles y la subida en los cerros arborícolas. Una gran cantidad de especies se iban presentando, en el trayecto. Las plantas parecían bambús que Hermes podía reconocer en un viaje a la tierra del Japón. Pronto recordó a Takeda. Los mismos se fueron acumulando. Eran cerros muy extraños con lugares y bosquejos todos de la misma raíz de bambú. Se arremetieron y los pájaros salían de aquellos volando en dirección a la derecha, luego algunas alimañas. Ratones almizcleros que corrían por doquier y se escondían en sus madrigueras. Algunos pequeños animales eran presas de unas especies de lagartos con cabeza de pez. Eso llamó la atención de Hermes, luego otras de la misma suerte ¿Peces con pies y pezuñas?



- No seas así. Todo se está destruyendo. Los pisos se mueven no hagas eso



- Cleo estaba situada en un lugar lleno de ríos de lava y todos los edificios se estaban desplomando. El cielo se había puesto de color rojo nítido, y oscuro, y por todos lados caían rayos. En el exterior de todo un dragón recorría cada sitio quemando todo a su alrededor, y las personas corrían asustadas. – Cleo solo decía lo mismo. No seas así. Detén todo. ¡¡Detenlo!!



- Ahora está soñando Cleo – Expresa Mac. –



- Despiértenla – Puede ser una pesadilla. La pobre estará asustada. – Expresa Hermes. -



Cleo se incorporó de esa pesadilla. Bostezó luego de ello.









- Hablabas sola.



- Sí, siempre lo hago – Se ríe ella que se acerca a la plataforma en la cual esta Hermes. – ¿Por qué lugar estamos?



- Es como un cerro de bosques de bambú.



- Es el sendero de las cañas. – Es bastante cerrado este lugar



- ¡Wow! Nunca lo he visto.



- ¿Lo conoces?



- No, solo he odio de él.



- Se dice que es un lugar lleno de cañas que llegan muy a lo alto, y lleva a las cuevas eternas de los reflejos.



- ¿Reflejos?



- Si, es una cueva muy adentrada en la cual se liberan todos los pensamientos nefastos que asustan a las personas.



- ¡Debe ser terrible! El hecho de tener en el interior de uno esos miedos.



- Allí se esconden monstruos y penumbras desconocidas.



- Una vez – Confiesa Cleo jactándose de cierta sabiduría – Tuve un encuentro con un hombre con una túnica negra. En su rostro había una máscara con un pico de nariz. Era como una parca. Se encargaba de transportar cuerpos a los cuales les quitaba la piel. Luego desapareció como si nada. – Expresó ella. -



- Esos hombres tengo entendido que son de la tribu de los médicos mortuorios del Rhindo – Piensa Manni. – Extraño nunca se han visto.



- No lo sé, pero es cierto lo que digo



- Supongo que soñaste todo ello. No creo que sea factible creer esa loca historia de que hayas visto a un médico de la muerte o como se llame. – Expresa con sarcasmo Hermes riendo



- ¡Es verdad!, - Aplica Cleo con ironía. - ¡¡¡¿Tampoco esa loca historia de la mujer araña de una pesadilla que sea real?!!! ¿Qué te ocurre Hermes? ¿Es que no tienes cerebro? ¡¡¡Ayy que torpe soy eso es obvio!!! – Cita Cleo









hablando sola, tocándose la frente con la palma de la mano. – ¡¡¡Cierto no tiene materia gris!!!



- ¡¡¡¡TU ERES LA QUE TIENE CEREBRO, COMADREJA PARLANCHINA!!!!! – al decirlo Hermes con su bocota, los ojos de Cleo se volvieron endemoniados, lo que no tardó un golpe en la nariz del pobre Phileas



- ¡¡Ahhh!! –Eso fue muy agresivo – Se tomaba la nariz con las manos. -



- Uh eso debe haber dolido – Expresó Hartman y Mac.





Hermes debería aprender a cerrar la boca delante de Cleo, pensaba Manni, aunque veía en ellos algo muy usual que es una química inconfundible. De hecho cuando Hermes, no estaba, Cleo preguntaba por él, de estarlo, lo observaba con una mirada activa y única. Hermes cuando Cleo caminaba pensando, la miraba como compenetrado en ella. Como si fuera lo único que existiera en todo el paisaje. Se entenderán tal vez, cavilaba.



En cuanto el surco del paisaje, pronto el camino se les concluyó en terrenos hostiles, pues había un cementerio de cañas que atravesaban todo, y no dejaban avanzar a nada que quisiera cruzarlo, era proseguir a pie, o retroceder para buscar otro modo de poder avanzar. Estaban por doquier. Al ser de gran tamaño, se hizo imposible el quitarlas del sitio. Intentaron idear algún otro plan. No podían dejar a los caballos detrás, por más que llevasen los bolsos. Cleo y Manni comenzaron a introducirse entre la maleza. Mac les pidió que mantengan cuidado mientras hacía guardia en la carreta, pues podría haber peligros. Hermes y Hartman ideaban algún plan, aunque nada resultaba como lo esperado.



Cleo sorteaba todo tipo de raíces, y postes verdes sin madurar, que se le atravesaban. No servía nada, pues con su sable en las manos iba cortando las malezas, pero parecía reproducirse instantáneamente. En un árbol muy cercano a ella, se iba movilizando muy cuidadosamente con cierto pitido una especie que se deslizaba sin problemas. Estaba quieta en un sector cerca de éste gran eje de la naturaleza con varias ramas que se bifurcaban, y se anexaban a los bambúes.









- Hay que encontrar una manera de poder continuar. Es muy misterioso. – Cleo, había dado con su sable cortando varias cañas, y regresaban en mayor cantidad. – Éste lugar no parece apropiado, ¿Pero cómo pasaremos?



– La inquietante criatura se iba acercando cada vez más, sin que Cleo pudiere percatarse de ello. Manni había regresado con los demás para verificar si tenían alguna idea, y comentarles de la topografía de ese terreno impenetrable. Cleo se mantenía paciente. Pronto advirtió en su cuello una cálida sensación que palpaba su piel. Comenzó a temblar sin poder darse la vuelta y ver por si misma lo que era. Al amarse de valor giró su cuello y su rostro empezó a dibujar una gran cabeza de serpiente del tamaño de un árbol. Un grito, alteró todo el terreno. Los pájaros de los arboles salieron volando de inmediato.





- ¡¡¡AHH!! ¡¡¡Auxilio!!! ¡¡¡Hermes!!!







Todos escucharon la voz de socorro de Cleotilde.





- ¡Es Cleo! – Dijo Hartman – Se alarmaron por el peligro, que venía en dirección al cementerio de cañas que se establecía como un fuerte.



- ¡¡Cleo!!! – Hermes salió corriendo hacia el sitio en el cual habían ido. Lo demás siguieron a éste. Phileas sacó su largo cuchillo y comenzó a cortar los bambúes, juntos y todo lo que se le atravesará. Solo podía oír los gritos de ella. Aunque quisieran avanzar no podían porque de una u otra forma volvían a crecer reproduciendo en más cantidades que se extendían y evitaban el paso. – ¡Manni utiliza algún truco, debemos llegar a Cleo! - Pide Hermes con suma urgencia - Manni intentó alguna magia, no obstante era inútil cualquier hechizo.



- Mi magia no funciona aquí. –



- ¿Qué dices? – Responde Hermes con su rostro perplejo. -



- Hay como un escudo protector. – ¡¡Debe estar encantado el lugar!!. –





- ¡Diablos! – Esto no puede estar sucediendo. – Comenta Hermes desesperado, que intenta pasar entre las arboleda de juncos. Hartman y Mac hacían lo que podían, sin embargo eran los mismos resultados.

- ¡Auxilio! – La gran serpiente empezó a enrollarse dejando diminuta a Cleo como constrictora. Cleo no podía tomar su sable ya que sus manos, brazos, piernas; cuerpo completo estaba atrapados, solo podía verse su cabeza, y en una media vuelta de movimiento la cabeza de la serpiente que abría su boca dejando al descubierto su lengua rosando se semblante con la saliva añeja del reptil. Cleo estaba asustada y pareció desvanecerse. En algún lugar lejos de allí la luz de una espada estaba resplandeciendo en una nitidez bermeja, y la mente de Hermes se envolvía en palabras

Agus bheir i air a' bhiast spreadhadh (Y ella hará explotar a la bestia)







- ¡Cleo! ¡Cleo! ¡Resiste! ¡Por favor! – Se asusta Hermes que no puede llegar a ella por mucho que quisiera. –



- ¡¡Hermes!! – Cleo veía que su cuerpo se debilitaba y pronto sería engullida por el reptil. Entre la adrenalina del miedo y el instinto de sobrevivir, Cleo comenzó a resistirse, pero sus huesos, y su carne se estaban agotando. Su rostro de desesperación se inundaba de transpiración que recorrían su cabello Amarillo, y se entrecruzaban con las lágrimas. – ¡¡Noo!! – Los ojos de Cleo se fueron decolorando, y pronto las pupilas se fueron dilatando. El blanco tinte de la conjuntiva se iba decolorando. Sus pupilas transformaron a celestes, y a su alrededor todo un color rojo sangriento como su expresión terrorifica. Su rostro se desfiguró y sus labios se hacían mortales con una risa macabra. En instantes, una energía espiritual la rodeó como un aura carmesí. – ¡¡¡Suéltame!!! ¡¡¡Tu!!!



¡¡¡Criatura débil!!! – La voz ronca de Cleo se iba configurando, y el reptil quería escapar – ¡¡Ya no puedes irte!! – Se ríe - ¡¡¡Ya no!! –









Todos escuchan una explosión potente en toda la región. Una luz cegadora arrasa con todo alrededor. Manni siente la presencia demoniaca, y como el escudo que irrumpía su magia se desvanecía. Entre las cercanías los bambúes estaban en llamas. La luz se iba apagando y la periferia solo dejaba la desolación de todo lo que fue destruido. El suelo lleno de arenisca, y el humo de la quema que produjo la explosión.



- ¡No! ¡No! Puede ser – Hermes imaginó a Leticia, en la figura de Cleo – ¡No Cleo! ¡¡¡No de nuevo!!! , ¡¡¡Nooo!!!- Grito desconsolado Hermes Phileas que se agachaba al suelo como lo hizo muchas veces en la trinchera golpeándolo con sus puños por la muerte que se acercaba a él para decirle que alguien se había ido. Salieron de sí, unas gotas de sus ojos que apagaban el nimio fuego de la yesca, y producía un humo que aliviaba el ambiente.



- ¡¡Hermes!! Cleo avanzaba a él - ¡Hermes! – Ella se acercaba y el levantó la mirada. –



- ¡¡Cleo!! – Fue hacia ella y la abrazó. – ¿Estás bien?



- ¡S!i – Ella lo miraba llorando – Fue todo muy extraño – Los demás llegaron allí. –



- ¡¡Cleoo!! – Gritaba Mac. –



- Señorita que alivio – Dijo Manni – ¿Pero que fue esta explosión?



- ¡Señorita Cleo! – Se alegró Hartman – ¡Qué bueno que está bien y, a salvo!



– Todo está devastado. –



- Podremos avanzar – Pensó Manni. –



- Trata Cleo de tener más cuidado. – Le dice Hermes –



- ¡Lo siento! ¿Lo que no sé qué ocurrió? No recuerdo nada de nada. Solo sé que una luz estaba a mí alrededor.



- MMM. Podría ser una magia extraña. El lugar estaba colmado de escudos, y ahora ya no lo están. –



- ¿Alguna protección que tengas?









- Realmente no lo recuerdo. Solo sé que me desmayé, mientras la luz se iba expandiendo. –



- No es extraño. El Clan de la mariposa, es sabio en la fuerza de la luz. - Expresa Hartman. -



- Lo importante es que estas bien Cleo – Expresa Mac –



- Señorita ahora podemos avanzar. De alguna manera fue buena idea. –



- ¿En serio? – dice ella alegre. – Bueno, creo que sí – Se encuentra risueña ella y orgullosa –



- Si, menos mal, por lo menos podemos avanzar. – Aclara Hermes con antipatía. –



- ¿Qué dices? ¡Cuida tu boca! Estuve casi a punto de ser devorada por una serpiente del tamaño de dos Hermes. ¿Y ahora que lo imagino? ¡Sería terrible dos de ti! – Se coloca un dedo cerca de sus labios como pensando.







- ¡¡CALLATE!! ¡Y YA LARGUEMONOS DE AQUÍ –



- Allá sigue el camino de los bambúes. – Expresa Hartman. –





El grupo prosiguió su andar pese a lo sucedido, aunque Cleo estaba segura de que algo más le había ocurrido. Durante lo que duró el trayecto, sopesaba intentando recordar el hecho. Hermes se había entrañado en ir delante caminando de acuerdo a su habilidad como combatiente para los campos en los cuales pudiera suceder que hubiera peligros que rondan. Mac, mientras verificaba el mapa para saber en qué región se encontraban ubicados exactamente.



- Bien, bien – Estamos atrapados en el camino de los bambúes. Luego de ello, deberíamos sortear la cadena de cerros, y tendremos allí el pueblo de Azaria.



- ¿Qué buscas Mac?



- Cleo, estaba estudiando el mapa. Aún nos queda un tramo grande para llegar a Azaria.









- Si, ¡lo sé! – Suspira Cleo. – Nos han ocurrido muchos hechos hasta entonces. Y temo por lo que pueda suceder después. –



- Ese tal Drake – Expresa Manni – Es un ser despiadado – Ha atacado varios lugares del continente arrasando con sus ejércitos poblados y ciudades. –



- ¿Tú lo conoces? – Pregunta Mac. –



- ¿Alguna vez mencione la escuela de Nifghem? ¡Ahh! El gran Manni de la escuela de Nifghem.



- Es una gran escuela de brujos. –



- ¡Era! Hasta que Drake llegó. Ahora solo es polvo. –



- Lo siento – Dice Cleo. Mac acompaña el sentimiento. –



- No es nada. Supongo que la guerra es eso. A todos les ha hecho daño. Ese hombre a caballo afuera, es de la tribu de la orden de Fenrir. Tengo entendido que ha sido devastada. Los únicos poblados que aún se mantienen con vida son los provenientes de la orden de la mariposa. –



- No entiendo, Drake sabe que estamos yendo a Azaria, y no envía a nadie por nosotros, para quedarse con la espada. –



- Él no puede tomar la espada, ni nadie que no provenga de la familia Everlast. Solo tu Cleo – Dice El enano Manni. Es por ello que no viene por nosotros. Ha intentado secuestrarte, y tampoco lo ha logrado. –



- Es verdad – Asiente ella. – Siempre por alguna razón logramos escapar. A pesar de los monstruos que nos acechan.



- Eso es obra de Drake. Antes estas zonas no existían esas criaturas. De hecho han sido traídos por Drake, y en lo que respecta a la espada y tu persona. Eso quiere decir que hay algo en ti – Comenta Hartman. – Algo que no le permite hacerte daño. Incluso las criaturas no te han malherido. – Sabe bien, lo que hace ese ser inmundo en su trama. -



- Nadie jamás ha podido empuñar la espada. – Dice Manni – Cuando la tomé era para ir contra Drake. – Pero no podía llevarla. Su poder se estaba haciendo más fuerte, por más que quisiera continuar la espada no me dejaría, y terminaría con mi vida. Su funda me permitió tomarla por poco tiempo. Pensé en desacerme de ella.









- ¿Eso es verdad? – Expresa con asombro de pregunta Mac



- Si – Dice Cleo, y luego Hartman asiente. – La espada tiene un dueño de sangre y no puede ser transportada por nadie que no sea su dueño. En pocas palabras habrías muerto en el camino sino te encontrábamos Manni.



- Es curioso – Comenta ella – Hermes pudo empuñarla –



- ¿No es sabido de donde es él? – Pregunta Hartman –



- Existen infinidad de monstruos en esta tierra. Algunos son de aquí, otros vienen del más allá. ¿O eso estimo? – Hace un comentario sin causa Hermes. -



- Bienvenido a la adrenalina de Necromancer. – Se ríe Hartman.



- ¿A qué te dedicas? Veo que pareces militar – Expresa Manni. –





- No, solo es un hobby. Soy un peleador. – Bromea Hermes. -





- Ya veo – Tomó el sarcasmo Manni – ¿Ganaste algún combate?





- Nunca.





- ¿Y por qué lo elegiste?





- Nunca fui bueno para asegurar elecciones. – Comenta Hermes sin dirigirle la mirada.



- ¡Nadie lo sabe, por lo que uno elige! – Manifiesta Mac con risas – Debo decir que el señor Hermes es un gran combatiente. De donde viene tiene un grado de algo llamado, teniente, que es como un derivado de capitán. –

Fin del capítulo

Informe
<<Prev
Siguiente >>
Diego Leandro Couselo
Donar
Catalogar
Dedicado - Sinopsis
Un último momento.
Nuestra historia recién comienza.
La despedida. -
El rescate de Cleo. Muere Drake. -
Nela desaparece. La batalla comienza. Vence el interior del laberinto. - PARTE 2
Nela desaparece. La batalla comienza. Vence el interior del laberinto. -
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 3
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 2
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder.
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 3
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. - PARTE 2
Se ordena el ejército. La anciana de los portales. Alza tu poder. -
Cleo, conoce todo de Hermes. Invasión al sur. Llegada a Azaria/Azarea. - PARTE 2
Cleo, conoce todo de Hermes. Invasión al sur. Llegada a Azaria/Azarea. -
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 4
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 3
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. - PARTE 2
El viaje continuo de problemas. El grupo se separa. El túnel y la mujer araña. -
El gran Manni. Un pueblo extraño. - PARTE 3
El gran Manni. Un pueblo extraño. - PARTE 2
El gran Manni. Un pueblo extraño.
El camino interminable. Camino de otro mundo. PARTE 2
El camino interminable. Camino de otro mundo.
El secuestro. Que comience el viaje. -
¿Un mundo imaginario o real? - PARTE 2
¿Un mundo imaginario o real?
Acto primero. El extraño suceso. - PARTE 2
Acto primero. El extraño suceso. -
NIGROMÁNTICA
Ajuste
Fuente
Arial
Georgia
Comic Sans MS
Tamaño de la fuente
14
Antecedentes
Informe
Donar
Oh no, este usuario no ha configurado un botón de donación.
English
Español
lingua italiana
Русский язык
Portugués
Deutsch
Éxito Advertir Nuevo Se acabó el tiempo NO Resumen Más detalles Por favor califique este libro Por favor escribe tu comentario Respuesta Seguir Seguido Este es el último capítulo. ¿Estás seguro de eliminar? Cuenta Le hemos enviado un correo electrónico con éxito. Puede consultar su correo electrónico y restablecer la contraseña. Has restablecido tu contraseña con éxito. Vamos a la página de inicio de sesión. Leer El tamaño mínimo de tu portada debe ser de 160 * 160px El tipo de portada debe ser .jpg / .jpeg / .png Este libro aún no tiene ningún capítulo. Este es el primer capítulo Este es el último capítulo Vamos a la página de inicio. * El nombre del libro no puede estar vacío. * El nombre del libro ha existido. Al menos una foto Se requiere la portada del libro Introduzca el nombre del capítulo Crear con éxito Modificar con éxito No modificar Fallar Código de error Editar Borrar Sólo ¿Estás seguro de eliminarlo? Este volumen todavía tiene capítulos Crear capítulo Doblez Eliminar con éxito Introduzca el nombre del capítulo ~ Luego haga clic en el botón 'elegir imágenes' ¿Estás seguro de cancelar la publicación? La imagen no puede ser menor de 300 * 300 Ha fallado El nombre no puede estar vacío El formato del correo electrónico es incorrecto La contraseña no puede estar vacía Debe tener entre 6 y 14 caracteres Verifique su contraseña nuevamente