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Feliz cumpleaños Lisa. Max y Miriya, felices por siempre. PARTE 3
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Feliz cumpleaños Lisa. Max y Miriya, felices por siempre. PARTE 3

- También los extrañaré – Expresa – Pero debo ir a la tierra y ver qué posibilidades tenemos. Sé que no es fácil, y quizás no regrese. Por favor, cuida a todos, y tenme al



tanto. Anota todo para informar, ¿Si?



- Claro. Y Tú ¡cuídate! - Expresó Claudia – ¿Y Rick?



- Está un poco malhumorado como suele ponerse él, de todas formas entendió, solo se preocupa.









Ambas llegan al avión transbordo para el viaje de Lisa a la tierra. -





- Es como Roy – murmura con nostalgia. – - Si,



¿Estarás bien? – Pregunta Ella. –



- Si. Es mejor no recordar.-



- En caso que me necesites ¿Solo háblame si?



- Lo haré, y tu también.-



Ambas se despiden con el saludo militar. Y la puerta de la nave se cierra. –



La plataforma Prometeo II se abre y despega un avión con Max a la cabeza para escoltarla, Sammie toma los controles en la base Delta II. Pronto llega Claudia para colocarse a su par.



La nave de pasajeros lleva a la comandante Hayes, mientras en su móvil le envía un mensaje a Rick, despidiéndose. Paso siguiente recibe un impacto. Un disparo de las









naves meltraedis, esta vez comandados por Azonia. Un pequeño grupo de guerreros en condiciones hostiles. Superan en número a Max, algo que con sus evasivas maniobras va sorteando.



- No están atacando – Comenta desde su radio el comandante Sterling.



- ¿Señor! Varios Battlelpod están en la línea de tiro contra la nave de pasajeros Sarlac



– Explica Sammie.



La vorágine del combate comienza nuevamente a consumir a los soldados que van cayendo. Max ve desde la ventana como sus compañeros son destruidos e intenta resistir. El almirante global, envía refuerzos. Piensa en lo mejor que poseen, Rick Hunter. Miriya llega a comunicarse por el radio con Max. Ambos se unen en una maniobra a fin de cubrirse las espaldas, aunque el enemigo los supera.



- De prisa denle aviso al comandante Hunter de que Max esta en problemas ¡Urgente!





Rick, corre de inmediato a la base, apenas pudiéndose cambiar de ropa. –





- ¡Sabía que habría problemas! ¡Max! Resiste. Espero Lisa este bien – Se dijo- La nave Sarlac se selló por completo para evitar los daños, aunque no resistirá demasiado.



Rick a toda prisa, sale al aire.





- Líder Skull 1, listo. –



- Enterado despegue líder Skull – Comenta Sammie. – Coordenadas Landa XV



- ¿Qué?



- Sammie. Le diste una coordenada equivocada ¿Les pasaste las nuevas instrucciones devuelo a los pilotos?



- Si, perdón. ¡Digo No! – Se preocupa ella – Es que era tarde, no pensé que ocurriría esto – Líder Skull, las coordenadas de ataque son Base XX. -



- Enterado.







Rick llevaba una maquina potente, y al ver la cantidad de fuego, sabía que no precisaba las instrucciones del nuevo cuadrante, con esas luces eran suficientes. Al llegar lanzó una









terrible cantidad de cohetes dando en el blanco de todos los enemigos. Se colocó delante de Max y Miriya. Yo lo cubro, y lanzó otra parvada que determinó el fin de la batalla.



- El enemigo se retira – Expresa Max-



- Enterado. El comandante Hunter escoltará al Sarlac. -



- Ok. Base. Regresamos. Rick muchas gracias. – Se contenta Max y vuelven con los veritech restantes.



- ¡Lisa! ¿Lisa, estas bien?



El compartimiento de defensa del Sarlac se abre, y ella desde la ventana ve a Rick. –





- Si, Rick, gracias a que viniste. –



- No importa. Me interesa que llegues a salvo a la tierra. Los escoltaré hasta abordar a la zona de ingreso.



Ella sonríe, ante las palabras de Rick. –





- Rick, no te preocupes.



- Sí, pero es todo tan repentino, y no tolero más los ataques del enemigo.



- Lo sé, pero la misión a la tierra es tan importante. Debemos acabar con ello.



- Lisa ¿Qué haríamos sin ti? – Le dice con orgullo de su dama.



- ¡Y sin ti Rick!



- Quiero decirte algo Lisa.



- Si, Rick. -



Rick le recita aquel recado como un poema



- Solo, vuelve a casa pronto. Te estaré esperando. Tú siempre estás en mí interior. En mi cuerpo, y mi corazón, y no quiero perderte. – Rick al decir ello, hace un gesto de



saludo militar. Y ella ve por la ventana como se aleja el veritech a gran velocidad. - Tú



también lo estas mi vida. También - pronuncia en su mente, y el Sarlac entra a la segunda capa de la tierra



.



Poco a poco iba descendiendo a gran velocidad hasta culminar en la fría base de Alaska en



la pista de aterrizaje indicada. Al abrirse las compuertas. Un hombre de la edad del almirante Global, la espera. Ella hace un saludo cordial militar y éste lo devuelve.



- Almirante es un gusto. –









- El gusto es mío comandante. Pero dejemos los protocolos, mi Lisa. Me alegra tenerte aquí hija. – Le dice el Almirante Hayes. –



- También estoy feliz padre de verte, y lo abraza. –



- Tenemos mucho de que platicar hija. Vamos – Indica el camino, al verla se emociona. – Has crecido en este poco tiempo. Eres igual a tu madre – Sonríe. –



- Gracias ¿Cómo está la situación aquí?



- Ya sabes. No muy bien que digamos. Los consejos de todas partes del mundo, tratan de abastecerse. Como sabrás Lisa, los ataques reiterados de los Zentraedis- meltraedis, han devastado la tierra, mientras el SDF-1 se encontraba luchando en Plutón y Saturno.



- Padre, debemos dejar estas diferencias de lado. Ya has recibido seguro los informes indicados.



- Si, Lisa. Los he visto luego hablaremos de ello. Pero vamos quiero saber de ti. Has tenido grandes logros. Incluso pronto vendrá tu ascenso ¿Algún pretendiente de que me quieras hablar? – se ríe, y ella comparte su risa.



- De hecho sí. Es piloto, y fue con quien estuve en la base de Sara Marte



- Me alegra saber que estas bien hija y feliz. Eso es lo importante. –





Ambos ingresaron a la base central. La inmensa base repleta de soldados que van y vienen. Todos con un objetivo trabajando a destajo, algo que Lisa pudo notar. Aunque prefirió no preguntar nada a su padre por el momento.



En el SDF-1, Rick presenciaba la gran ventana, y veía a la tierra pasar de largo entre muchas estrellas. Se preguntaba por Lisa, y al mismo tiempo sobre el enemigo



¿Cuándo acabará todo esto?





Al continuar contemplando apareció Claudia.





- Vaya si es el teniente Hunter





- Claudia ¿Cómo estás?





- Bien. Sobreviviendo





- Te entiendo









- Piensas en Lisa





- No, bueno si, oh no. Solo estoy aquí un tanto meditabundo





- Comprendo. Estará bien





- Si, solo me preocupa no estar allí para ella si pasare algo.





- Roy era igual a ti. No me extraña que fueran amigos.





- También lo extraño. Él siempre sabía qué hacer y decir.





- Piensa en él como pienso yo y aparecerá.





- ¿En serio?





- Si. Solo hazlo. Bueno es mejor que regrese. No te desveles mañana en un día





extenso. Saludos comandante Hunter. -





- Gracias Claudia. Saludos





Rick imaginó a Roy. No todo está perdido viejo. Nunca se pierde nada solo se gana experiencia hermano. Solo ello.



Rick se incorporó y fue a descansar. al otro día se iniciaba la gran boda de Max y Miriya.





Ambos tuvieron días ajetreados. Todo saldría bien. -



Max estaba nervioso pues era su momento nupcial. Al colocarse el moño de la camisa Rick ingresó sin tocar.



- Viejo que bueno verte allí ¿Nervioso?





- Un poco comandante. Solo quiero estar con Miriya a su lado. Siento una conexión muy grande con ella.



- ¡Max! ¡Max! Todo a su tiempo.





- ¡Cierto!, Hubiera querido que la boda sea en otras





- circunstancias Se a lo que te refieres, pero esta es nuestra realidad.









- ¿Extrañas a la capitana Hayes?







-

Si, para ser sincero, si pero no puedo hacer nada al respecto. Solo me resta la tranquilidad de saber que





se encuentra en el lugar más seguro de la tierra.



- No puedo determinar cómo será todo este embrollo de batallas.





- Vive al máximo Max. Tú y Miriya. Hoy es su día.





Max pareció entender lo que Rick mencionaba. Vivir al máximo como si no hubiera otro instante que ese.



- Gracias Rick.





- Al contrario. Te dejaré solo así terminas con ese nudo de moño



- Si ¿No sé quién inventó esta trampa? – Menciona con molestia Max. Todo se había dado rápidamente. Los votos civiles y eclesiásticos. El personal tomo su día para ellos.



Los preparativos concluidos y en una capilla bien formada, Miriya ingresa mientras Max



espera desde el altar. Allí las damas de honor Sammie, Kim, y Vanessa la acompañan. El casamiento es televisado en todo el sector del universo algo que los Zentraedis-Meltraedis no pueden dejar de pasar en sus pantallas. Ello alborota aún más la situación al ver el rito de unión de ambas razas. En cada paso unas niñas dejan flores y quien lleva a la novia es el zentraedi Kritof quien de los rebeldes fuera el de mayor edad y más sabio en conocerla a ella en sus primeros años como pilotos. Al llegar se descoloca el velo y el cura da los votos nupciales. Ambos dan el sí para el principal. Ahora los esposos salen de allí entre aplausos luego de besarse y voltear hacia la muchedumbre. Las calles se colorearon de fuegos artificiales hasta un gran salón. Lisa veía todo el cortejo con su padre desde una televisión. Él, no estaba muy de acuerdo con ello pues para ellos el enemigo era eso, enemigo.



Unas palabras del almirante Global fueron indicadas para la ocasión en el salón de fiestas una vez reunidos.



- Quizás sepamos que no parece la mejor opción un casamiento entre dos razas, pero hoy se ha marcado un día especial entre los zentraedis y nosotros. El día en que debemos decir basta a tanta guerra. El día en que debemos celebrar la paz entre ambas civilizaciones. los aplausos certeros y el viva los novios de los combatientes, fue la mayor bendición. -









Hoy Max y Miriya nos han en enseñado que podemos lograrlo. Gracias a ellos y todos los que contribuyen día a día. A lograr un futuro. Un futuro de ambas razas. -



Un aplauso colectivo y emotivo se llevó a cabo. En ese instante la estrella Minmei apareció y todos gesticularon una alegría inmensa. En especial sus fanáticos.



- Ya oyeron a nuestro almirante es hora de honrar la paz y quiero saludar a Miriya y Max por esta unión bella y por muchos años de felicidad. – Al concluir comenzó una canción emotiva.



En la mesa Claudia, Vanessa, Sammie, Kim, Lían y Rick cantaban al coro.





Rick veía a Minmei, aunque con un cierto orgullo en cambio ella le dirigía la vista con los ojos de quien no olvida el cariño. Khaylin estaba como anfitrión, aunque con cierto recelo observaba a Rick.



Luego de los cortejos nupciales de la costumbre. Los novios ahora esposos bailaron un vals.



- No te preocupes yo te llevaré en los pasos – Le dio seguridad Max a Miriya



Ella asintió. La fiesta se fue programando hasta pasadas algunas horas. Rick era quizás el único que presentía que le faltaba algo. Minmei se acercó solo a cumplimentar como protocolo y pedir perdón



- Rick.





- Minmei.





- Lo siento. Perdón por lo sucedido en aquella oportunidad.





- No hay problema. Hiciste lo que sentías – Comento el comandante.





- ¡S! Supongo que lo hice. Bueno no quiero ocupar más tiempo.





- No lo haces. Para nada lo haces. -





- Hola – llego Khaylin – Minmei. Nos espera para continuar el show





- Si Khay. Adiós Rick. Debo continuar. KhayLin apenas le dirige la mirada a Rick como si no existiera. Rick ni siquiera prestó atención.







Pronto llegó Lían con unas copas.



- Oye vamos a brindar – Le dice





- ¿Por qué?





- No sé. Por lo que sea, pero cambia esa cara niño, me vas hacer llorar con tu alegría característica





- Bueno. Aunque no es que me falte el ánimo, ni nada.





- Que gracioso. Nunca cambies Rick. -



Pronto un llamado por radio expuso que un contingente de enemigos acechaba cerca de brazo izquierdo del SDF-1.



- ¡Oh! ¡No! –Menciona Max.





- ¿No atacan? - corre el almirante de inmediato





- Posiblemente





La fiesta se paralizó y todos los pilotos salieron de allí sin dudarlo. Era un grupo reducido de battlepod. Una y otra vez Khayron y Azonia atacaban ya sin respetar las órdenes de Breetaii. Ganarse el favor de Dolza era lo primordial, si querían existir.



El escuadrón Skull e Índigo hicieron su aparición de inmediato con los nuevos prototipos. No bastó más que algunos proyectiles para ir reduciendo a los Zentraedis – Meltraedis. Max y Miriya permanecieron en base, aunque querían participar; el almirante se los prohibió.



La contienda duro menos de una hora. El enemigo se esfumó. Eran ataques sorpresa. Ataques constantes. A veces Azonia, y otras Kharyon. -



Ello dio la furia de Breetaii y pidió una reunión con Azonia y Khayron





- ¡¿Qué rayos hacen?!





- Solo atacamos – Se escudó Khayron - Mi lord





- No he ordenado nada, ¡Khayron! - Le grita Breeetaii con amplio enfado





- Seguimos a Dolza mi lord – Explica Azonia









- Él no ha dicho nada al respecto.





- Sabemos cuál es su intención – Expresa Khayron. En su interior sabía su destino. -





- Se lo que tú quieres. De ahora en más seguirán mis órdenes. De lo contrario me encargaré personalmente – Se enfurece con profundidad Breetaii. Ambos sabia de



su poder y se mantuvieron impolutos en el silencio.



Breetaii, era un viejo guerrero. -







La pantalla se apaga cerrando transmisión.





- Exedore. Tenemos que hablar. Tengo una misión para ti.





- Si mi lord.





Rick al concluir el vuelo fue a su habitación. No podía descansar y decidió salir a la calle. El bar de riff estaba abierto y fue por un trago.



- ¿Hunter? ¡Qué bueno verte por aquí!





- Hola Riff. Dame algo como para pasar el tiempo





- ¿Mal día?





- No solo un poco nostálgico





- Ahora mismo





Riff se había enterado lo sucedido con Roy y lo lloró a su manera con una botella de brandi, pensó que era lo indicado y que tal vez sería suficiente para Rick.



Riff abrió la botella y colocó dos copas. Midió lo justo y preciso. El líquido vertía con cierta rapidez hasta llegar a la mitad.



- Toma muchacho. – Riff levantó la copa y Rick lo siguió. – Por Roy.





- Por Roy. – Expresó Hunter.





Ambos bebieron y Rick hizo un gestó en su boca por lo fuerte.









- ¡Oh! ¡Vamos! Debes acostumbrarte muchacho. Tu padre bebía sin problema y vuelve a llenar la copa, sin prisa. -



- ¿Cómo conociste a mi padre? - pregunto con los brazos colocados en la madera de la barra sin levantar la cabeza.



- Fue en la milicia. Fui parte del ejército en tiempos en los que se luchaba para defender la patria



- ¿Por qué?





- Porque había una amenaza. Realmente estábamos en peligro. A veces uno debe ponerse al servicio por el bien de todos.



- A veces pienso que todo esto no tiene mucho sentido.





- ¡Niño! Deshonras el nombre de tus amigos. Todo tiene sentido. Desde que despiertas hasta que descansas en sueños. Proteges a los que amas. Ese es el verdadero sentido. Y volverás por ellos. Por esa mujer que amas tanto.



- ¿Lisa?





- Es un bello nombre niño. No dejes nunca escapar a esa dama. Si la amas saldrás a combatir por ella y por el futuro de ustedes.



- ¡Gracias!





- Al contrario. Parte de luchar una guerra es también vencer con las palabras. Con ellas se logra la confianza, el ánimo y lo más importante. La esperanza.



- Las palabras – Pensó Rick – ¡Eso las palabras! – Riff gesticuló un ademan positivo. Ambos beben otra copa y otra.



- ¡Riff! ¿Y tú que harás?





- De ser por mí me enlistaría, pero no quieren militares viejos. Sabes, esa política estúpida de los burócratas y por eso solo sirvo bebidas.









- Pero puedes beber tranquilo. -





- De eso se trata hijo. De eso se trata – concluye un sorbo de brandi. – Se vació la botella



– ¿Vamos por otra?





- Estem. No sé.





- ¡Vamos por otra!





Permanecieron discutiendo y en cada historia Rick sentía que hablaba con un pasado que conoció.



Lisa en su puesto de trabajo, pidió una reunión con su padre. Luego del recibimiento, almorzaron una comida ligera. El almirante Hayes, manifestó que haría lo posible por aquel informe, aunque lo determinaba como una batalla perdida. En su interior el cansancio de los años le habían demostrado que la milicia no paga bien a nivel humano a la hora de arrojar las cartas contra uno o varios países. La guerra mundial generó estragos y el ataque Zentraedi-Meltraedi crucificó a una tierra herida. Raro por así decirlo es el destino de una raza que contempla su vida en un espejo que parece ya no devolver la imagen exacta más que de tintes borrosos.



Mientras almorzaron ella le narró todos los sucesos y sobre su amor por Rick y agradeció el posible ascenso.



- Lisa ¿Te gusta tu nuevo puesto? – le pregunta con entusiasmo en su rostro





- Gracias padre – Lisa con una particularidad contesta interesándose por otra razón – padre, digo almirante ¿Hubo algún acuerdo?



El almirante Hayes no podía responder. El puesto de mando de Lisa parecía inmutarse con él en un silencio.



- Lo siento Lisa. No, ellos tienen una tesitura determinada en la cual el enemigo debe ser destruido.


Lisa se resignó.









- ¿Y ahora qué?





- Debemos esperar





- Padre. El poder del enemigo es inimaginable. Tenemos una chance





- ¿Qué? ¿Te refieres a los refugiados? ¿A qué habrá un acuerdo? – Se pregunta de





manera irónica. Ya está decidido. Prepararemos todo para un contraataque en poco tiempo. -





¿Qué? Pero, almirante. A penas la tierra puede defenderse y menos aún atacar





- Varias bases del mundo tienen preparado los cañones ALFA.





Lisa entendía algo de ello. Eran Armas letales que podían acabar con todo, aunque creía que con el ataque no resistieron.



- Si, los hemos mantenido a salvo. Y hay algo que debo decirte que quizás sea duro para ti.



Lisa temió lo peor.





- El SDF-1 deberá ser nuestro señuelo





Lisa se estremeció ante esas palabras aterradoras. Su padre dibujo el rostro de un asesino.



- ¡No!¡ No, pueden hacer eso!. ¡No! – Lisa se arrojó a él – Padre dime que no es real





- Lo siento Lisa.





- ¿Almirante? ¿Puedo pedirte algo?





- Sé lo que piensas, y la respuesta es no. No iras a la nave. No voy a permitir que



mueras como una tonta valiente





- Allí se encuentra la gente que amo.





- Estamos en guerra Lisa comprende maldita sea.





- ¡No!. No lo voy a entender. - Grita en su desesperación. -





- Comandante. Una palabra más y la enviaré al calabozo por desacato.









Lisa se rompió en llanto ante el tablero de computadoras. Su padre intento consolarla pero fue inútil. No hizo otra maniobra que marcharse.



En una leve imagen se vió con Rick y un bebe en sus brazos y llevo su mano al vientre, en cuanto continuaba en lágrimas. Pronto todos sabrían que el SDF-1 iría a una muerte total.



El almirante Global mantenía una conferencia con los miembros del consejo de la tierra unida. Las noticias no eran nada alentadoras. Incluso superaban las expectativas vislumbradas por él. Al concluir recibe un recado de que una nave enemiga se acerca.



- ¿Y ahora qué?– se pregunta con recelo de una situación que ha extendido su capacidad. Lo que Lisa recibió fue la real imagen de un crucero a la muerte algo similar podría decirse en el líder supremo Dolza. – Iré de inmediato para allá.



Era dos battlepod. Uno parecía custodia del otro. No significaba otro mensaje que más rebeldes. No. No lo era. Un emisario importante venia a bordo a fin de entablar conversaciones y acuerdos. Con él, los salvoconductos del lord Breetaii. Varios veritech comandados por Max hicieron las veces de escolta hasta llegar al Prometeo II del ala del SDF-1. Al aterrizar la compuerta se abrió. De allí descendió un ser muy diminuto de un metro sesenta. Su custodia salió de su battledpod. Un gigante de la raza Zentraedi.



- Bienvenido – Le comunicó Maistrof, luego de recibir la directiva central de recibir al zentraedi.



los rostros intercambiaron gestos sigilosos





La señal fue la siguiente.





- Mi nombre es Exedore, ministro y mano derecha de lord Breetaii. Venimos en son de paz



Exedore conocía mejor que nadie la política internacional o mejor dicho intergaláctica. No existía nadie mejor que él para ese trabajo.



- Exedore tu misión será ir con los micronianos. Debemos establecer un alto a todo esto.









- Claro, señor pensaba lo mismo.

- No podemos destruirlos, como tampoco la nave. Todo ello es parte de la protocultura. Los rebeldes y su cultura han llegado a un punto crítico.

- Señor ¿Y qué hay de Dolza?

- En breve tendremos noticias. Planean un ataque masivo. Ese arrogante

- ¿Pero?

- Si, Exedore destruirán todo. – Inquirió aquel líder con su rostro cubierto de metal. Oscilaba entre las posibilidades, y tenía una en mente. -

Fin del capítulo

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