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El encuentro.

Una casualidad es verse y coincidir. Minmei Lin

Al otro día algunos cazas salieron de patrullaje para un reconocimiento de perímetros. Era nel escuadrón índigo, ahora liderado por el teniente Lían Cou. Vanessa estaba en su panel de control, verificando que todo saliera en su mapeo, sin complicaciones. Sobre todo para Lían

- A ver, a ver cuéntanos ¿Cómo te fue? – Le dice Kim riendo. –

- Vamos, no seas así. Nos fue bastante bien. –

- Dicen que es muy caballero el teniente Lían - Comenta Sammie.

Las chicas aprovechaban que el Almirante, no estaba en el turno como para poder distraerse. Claudia y Lisa mientras tanto, hablaban sobre algunas tácticas, esperando que estuviera listo el café.

- Están muy alegres, las chicas – Se ríe Lisa.

- ¡Ah! Están conversando sobre el teniente Lian y Vanessa. Ayer con Roy los vimos a la salida del Bar. Se iban juntos. -

- Me alegro por ellos – Comenta Lisa-

- Sí, es bueno ver a alguien con el amor en las manos.

- Claudia, tú y Roy. También son una pareja bella.

- Si, lo digo por ellos. Me encantaría verte a ti también.

- ¡Ah! Ya hemos conversado por ello. - Bueno mi turno se terminó - Dice Lisa. – Aprovecharé el receso para ir a descansar un poco con una taza de café.

- Ve tranquila. El enemigo parece calmo.

Lisa había salido y se dirigía al sector de café de la base central. Algunos soldados pasaban y la observaban con cierto agrado. Ella los ignoraba. Al disponerse a salir, una luz verde estaba brillando. Era el aviso de los que debían ir al siguiente patrullaje. Lisa iría a recorrer la ciudad, aunque primero fue al departamento de los soldados, en el cual se alojaba en un cuarto aparte junto al de Claudia, ahí se colocó un vestido claro, y unos zapatos viejos, quería ir a realizar unas compras, y de allí se dispuso a salir unos momentos. En ese instante, fue a un centro comercial; una tienda de ropa de mujer, ingresó, e hizo una compra inmediata. Desde su móvil, tenía varios mensajes para responder de los grupos del ejército. Algún que otro mensaje de uno u otro piloto. Como siempre no le daba importancia a ello. En ese instante, fue cuando se produjo la alarma de transformación de la nave.

- ¿Qué estará pasando? – Se dijo, para que se esté realizando la transformación. – De ello decidió enviar un mensaje a Claudia pero apenas podía mover el móvil con el impacto. Algunas personas comenzaron a correr en ciertas direcciones, buscando refugios, pensando que fuera un ataque, que de hecho lo era. Un nuevo lanzamiento de fuego. Aviso a todos los pilotos, se dirijan a la base. Ella comenzó a correr y entre el tumulto de las personas chocó de frente con Rick golpeándose ambos.- ¡Teniente!

- ¡Comandante!

- ¿Qué hace aquí?

- ¡Iba hacia la base!

- ¿No debería estar allí?

- Es mi día libre comandante. –

- Debemos salir de aquí teniente.

- Vamos hacia allá. –

- ¿Estás seguro?

- Si, ¡confíe en mí!

Comenzaron a caminar, y ante una mala decisión, empezaron moverse las paredes de metal, Rick rememoró a imaginar cuando Minmei y él quedaron entre ello. En medio de un sobresalto, la comandante resbala ante el piso que se abría, Rick logra tomar la mano de ella.

- Gracias Rick.

- ¡Cuidado! – Le dice advirtiendo un peligro

Un muro se les avecinaba encima, y por suerte no logró hacerles daño. Caminaron unos metros, pero otra pared se les cruzó. Estaban dentro de un cuadrado y no podían salir de allí.

- Estamos atrapados – Comenta Lisa. – Esto es por hacerte caso a ti Rick. –

- Lisa, de todas maneras íbamos a quedar atrapados. No hay remedio

- Teniente esa no es forma de hablar a un superior. –

- Bien, me vas a regañar como siempre aprovechando el rango ¡Vamos comandante! Estamos atrapados, ya alguien vendrá por nosotros.

- O sino esperar que realicen la transformación nuevamente. –

- Ahora que extraño, que hayan hecho la misma, y tan de inmediato. –

- Debe haber sido un ataque sorpresa. –

- Seguro.

- Es increíble, no hacen más que atacar, y atacar.

- Sí, no entiendo bien porque lo hacen.- La verdad podrían destruirnos cuando quisieran.

- Sí, pero no lo hacen. Algo se los está impidiendo.

Sin nada que decir ambos permanecieron callados. –

- ¡Ah nuestro móviles! – Rick toma su celular, pero la señal entre las murallas de metal interrumpía. Lisa verificó el suyo. El último mensaje era de Claudia, en el cual manifestaban que estaban siendo atacados por sorpresa. Rick por su parte miraba por última vez, otro mensaje, que era de Minmei Lin ¡Cuídate! Lisa de lejos observaba aquel. –

- Bueno debemos permanecer aquí, sin motivo para poder escapar. Espero el ataque concluya, y no sea complicado. Sammie, lo estará manejando bien.

- Sammie ¿sabe manejar el panel central? – Pregunta Rick como asombrado

- Claro, ¿Qué esperabas, que sea la única? Y no sé qué pienses, pero está muy capacitada para ello. –- No, quise decir nada sobre ella, solo que siendo un trabajo tan arduo y complicado. Creí que solo tú podrías hacerlo.

- Gracias por tus palabras. –

- Si aparte de que nadie con ese carácter, podría hacerlo.-

- ¿A qué te refieres?

- Tiene que ser alguien con un temperamento fuerte.

- Si debe ser ello. – Piensa Lisa.

– De lo contrario, ocurriría un desastre cuando muchos soldados no pueden dirigirse en la línea de fuego como corresponde. –

- Si, lo sé, pero es irritante.

- ¿Irritante? Te parece irritante, ¿No actuar bajo los mandatos que se indican? Pone su vida en peligro teniente.

- Si Lisa, lo sé. Pero te lo he dicho, tu estas allí dentro de la torre de control. No sabes lo que es luchar fuera, en donde todo es aleatorio. Aquí en el espacio, un error se paga caro.

- Por eso Rick, les estoy constantemente dando directivas. – Comenta Lisa.

- Es por ello que te graduaste con honores. Eres la súper chica en la academia.

- !je! !Je! Si, Claudia, y las demás chicas, siempre están diciendo que la capitana Hayes es la líder, y deben obedecerla. Todos parece que me temen. Pero también al mismo tiempo ... - Titubea Lisa.-

- ¿Al mismo tiempo?

- Al mismo tiempo, recibo invitaciones de soldados. Mensajes de quienes no conozco. E incluso, me regalan flores.

- Lo sé. - Da por hecho Rick con sus ojos desviándo la mirada.

- ¿Lo sabes? – Inquiere asombrada. -

- Si, muchos comentarios andan en los pasillos, y entre ellos, soldados que hablan de ti.

- ¿En serio?

- No mucho, pero obtienen tu número, intentan acercarte a ti. Tarjetas, flores.

- Sí, es un poco cansador ¿sabes?

- ¡No me sorprende! – Comenta Rick con cierta sonrisa apoyándose las manos en su cabeza. –

- ¿Por qué lo dices? – Se pregunta con misterio.–

- Eres una mujer bella. Cualquier hombre estaría atraído por ti. Y sumado que eres valiente, y osada. No me sorprende como te he dicho que un hombre este atraído por ti. –

- ¡ja!!jaj! – Gracias Teniente, pero parece el alago de alguien que quiere algo, o pretende algo. De todas maneras no me interesa para nada. Y no me considero de ello, así como una mujer bella y exuberante

- Lo digo en serio. – Comenta Rick y la mira a los ojos. – Y no lo tomes como un alago, sino como una remarcación personal. – Eres una mujer bella Lisa. –

- ¡Gracias¡ Teniente – Sonríe Lisa - Sin embargo aquí en la nave, no me espera mucho.

- ¿A qué te refieres? – Interroga dubitativo.–

- Mi vida está dedicada a la milicia. No tengo mucho que ofrecer más que ello. Desde generaciones solo he estado preparada para la guerra.

- Pero eso no tiene mucho que ver. – Comenta Rick

- Si, tiene que ver. Solo puedo pensar en las misiones, y lo satisfactorio de ellas.

- No puede creer que diga eso. Tienen mucho más que dar Lisa. No todo es tu pasión, o dedicación por el ejército. Existe en la vida algo más, y no me refiero a lo sentimental, sino a todo lo que tú gustes hacer y decir.

Lisa se mantiene mirándolo fijamente casi como ponerse triste al pensar en su antiguo amor Car Riber. -

- Recuerda que puedes lograr lo que quieras. Y esta guerra terminará. Lo sé. Y volveremos a la tierra, y podrás vivir la vida que quieras ¿Has estado en el hemisferio sur?

- ¿El hemisferio sur?

- Si el cuadrante sudamericano. Una vez, estuve allí con el circo de mi padre.

- Si, el comandante Fokker, nos ha contado que fueron parte de un circo. El circo del aire

- Así es, Roy fue mi mentor en la aviación. Yo era un pequeño, y miraba a ese héroe en el aire. Y allí ese día él, volaba, y yo caminaba por un campo de flores amarillas.

- Que bello – Sonríe Lisa. – Quisiera estar allí. –

- Cuando esto termine, prometo llevarte Lisa –

- Gracias ¡ja! ¡ja! Tomare tu palabra Rick

- Y soy hombre de palabra comandante. Ahora, aún debe seguir la batalla. Parece que solo están preparados para la guerra.–

- Si, los Zentraedis, no dejan de luchar constantemente ¿Quieres saber algo? En efecto ellos están preparados para la guerra. Hace poco en una misión secreta el comandante Fokker/Focker y parte del escuadrón, trajeron una nave, de no gran magnitud Zentraedi. Fue en una de tantas batallas. Al llevarla para un análisis, descubrimos que había una particularidad muy diferente a la nuestra.

- ¿Roy hizo una misión secreta? ¿Qué descubrieron? – Pregunta Rick

- Si, el comandante es el mejor piloto – Líder que tenemos, y era el indicado. En fin la nave solo tenía elementos de guerra, había cañerías rotas, lugar lleno de desperfectos que parecían que se habían averiado hace tiempo. No tienen elementos de la vida cotidiana.

- Pero no parece absurdo, es una nave de guerra. – Explica Rick

- No, al contrario, Esa nave era como la nuestra. En menor magnitud, claro, y cuando se estrelló el SDF-1, ocurrió lo mismo. En ello encontraron documentos computarizados. En los cuales hablaban de una raza creada solamente para la guerra, por otra raza, para protegerlos de un invasor superior.

- Es increíble. Parece una película de ciencia ficción- Si te entiendo.- Una raza que solo vive para la guerra- Y hablan algo más. El concepto de lo que llaman Protocultura

- ¿Protocultura?

- Sí, no sé bien, pero parece que es una fuente o algo correspondiente a la energía. Como te he dicho viven en la guerra y para la guerra, y creo que no soy tan distinta.– Se aflige Lisa por sus palabras.

- Nada en absoluto. Ellos son militares, creados para ello. Tú no eres así Lisa. Ya te he dicho, eres todo lo que quieras ser. Tú eliges. –

Las palabras del teniente Hunter, eran sinceras, y ciertas. Tú eliges. Eso fue lo que recordó de Rick.

- Gracias teniente. Lo tendré presente.

- Me pregunto si los chicos estarán bien.- ¿Te refieres a Max y Ben?

- Sí, es difícil ser teniente. A veces veo como derriban a uno de los nuestros, y escomo si algo se fuera de las manos. Max es un gran piloto, llegara muy lejos, Ben aún tiene mucho por recorrer, pero tiene un gran corazón. –

- Si los hemos observado. Max es perfecto, en su estilo. Tiene destreza, y su juicio en combate es impecable y Ben siempre está allí para ayudar. El escuadrón Bermellón del teniente Hunter es uno de los mejores.

- ¿En serio? – Se asombra Rick – ¡Gracias Lisa!

- Si, eres testarudo, pero eres un verdadero Líder. – Lisa lo mira a los ojos, y sonríe. –

- Gracias por tus palabras. Solo quiero que todos estén bien, a veces soy impulsivo, pero en serio no es nada personal. –

- Bien, solo cuídate. – Lisa dijo esas palabras, y Rick recordó a Minmei. – ¿Y qué tal tu romance?- ¿Romance?

- Si tu señorita de la isla Macross, Lin Minmei. Vamos, no temas en hablarme. – Comenta Lisa riendo. –

- No, es solo alguien que conocí. Pero somos de mundos diferentes. Ella muy especial, pero no tiene tiempo, y tal vez este mejor con otra persona. -

- ¿Qué significa eso? ¿Dónde está el Rick Hunter que me decía que puedo obtener lo que quiero?

- ¡Si!, Supongo que tienen razón – Comenta Rick con la mirada al suelo. –

- Es bello que tengas a alguien a quien amar, yo lo tenía, y se fue un día. A veces viene a mi mente y no sé qué pensar. Es como un fantasma. – Lisa al nombrarlo, no puede evitar que una lágrima salga de sus ojos. Ella agacha la cabeza, Rick saca un pañuelo de su bolsillo y se lo da. – Es por ello que ya no quiero nada, solo soy una máquina. -

- No digas, eso, lo más bello, es el recuerdo, y sabes que él, estará siempre en tu corazón, y querrá que vivas lo más intensamente posible. – Rick se acerca y la abraza. Ella siente el calor de su cuerpo y acomoda su frente y extenso cabello en su pecho. Así ambos se mantienen en silencio. La batalla estaba acabando, en medio del combate. Los veritech luchaban incesantemente. Un Queadluun-Rau de color rojo se dirigía a toda velocidad, disparando a todo lo que se moviera. En el interior llevaba un paquete con tres hombres que se disponían a formar parte de la tripulación del SDF-1. La comandante Miriya Parino, era su chofer, y nadie en su facilidad podía acercarse a ella. Un destroi dispara pasando cerca el tiro, pero fue interceptado por su metralleta que aniquiló todo lo que era. Al introducirse en parte de la nave, buscó un punto exacto en el cual depositar a los tres tripulantes. Era un sitio indicado para que ellos pudiesen salir directo a la ciudad, sin complicaciones. Al lograr su objetivo. En dos movimientos, salió disparada de allí, sin ser vista.

- Aquí la comandante Miriya. –Misión exitosa. –

- Muy bien Miriya – Responde Azonia, como nueva sub comandante del Lord Breetai. El combate está llegando a su fin, pues era el objetivo indicado. Lisa y Rick siguen abrazados, y ambos se miran fijamente.

- Presiento teniente, que nos llevaremos muy bien. –

- Digo lo mismo comandante. Eres muy buena compañía Lisa.

- Pienso ello. – Dijo ella con simpatía. –

Ambos se miraron, como si fuera a surgir un beso, pero el movimiento de la nave hizo que tambaleasen ambos.

- Bueno parece que termino la batalla. – Expresa Rick. –

- Si vamos, por si nos necesitan. –

- Sí, pero sin apuro. –Los dos caminando por las calles, veían el desastre producido. En ese momento ambos parecían sentirse bien, el uno con el otro, pero la guerra aún no acababa, y todavía faltaba mucho por recorrer en este camino. Sin embargo se tomaron las manos. Era un comienzo extraño que daría que hablar.

Lisa, tomó mi mano, y me dio a entender que no había prisa, pero era eso, un sin apuro, como una amistad que se iba gestando. Eso pensé, aunque mi cabeza, tenía la mirada de Minmei, y ella la de Car, aún, podíamos reconciliar nuestros corazones. Existía tiempo.

Fin del capítulo

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