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Feliz cumpleaños Lisa. Max y Miriya, felices por siempre. PARTE 2
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Feliz cumpleaños Lisa. Max y Miriya, felices por siempre. PARTE 2

- ¡Rick!¡Que gusto verte! – Y se lanzó sobre él en un cordial saludo. Su tacto se mimetizó generando marcas en la piel de Rick que aromatizaron su cuerpo con el perfume.



- Minmei – y devolvió el gesto - ¿Qué bueno verte? ¿Que deseas tomar?





- Un café está bien.









El mozo se acercó.





- ¿Qué desean solicitar?





- Dos cafés por favor – Creyó indicado pedir lo mismo que ella.





- Tenemos mucho de que platicar. Mientras el mozo depositaba las bebidas.





- Es que han pasado tantas situaciones que no sé por dónde empezar Minmei.





Rick le comentó sobre aquel desastre y la pérdida de sus amigos. Sobre la transposición y otros detalles y de cómo en Marte vagaron con Lisa. Ella le narró sobre su show y cada día pensando en él.



- ¿Y ella como se encuentra? - Preguntó Minmei





- Ella está bien. Lo supera. Lisa es fuerte.





- ¡Rick! – hizo una pausa Minmei –





- Si Minmei. – Le responde. En cuanto ella toma la taza con ambas manos. Tenía en su poder unas palabras, aunque no tuvo valor de dárselas. Mejor era dejar todo como esta,



en su debido lugar y tiempo. Y guardó él un pedazo de su pasado para ella. -





Pasado un minuto de que se contuvo en un intervalo de tiempo, manifestó tomando su mano acariciando con su dedo.



- Me alegra verte – Sus ojos se empañaron – Perdona es hora que me vaya. Rick entendía lo sucedido, pero no podía hacer nada al respecto. Al mecionar a Lisa, tod mudó de sitio.



Ambos se despidieron, sin embargo no sería su último encuentro.





Rick fue directo con un taxi a uno de los salones en el cual Lisa festejaba su reunión. Estaban la mayoría, no obstante era un grupo reducido, el que ella poseía. Sus amigas y amigos que ha hecho en el ejército. El almirante Global que para ella es un padre y mentor y Rick su prometido.









Al ingresar Rick fue directamente a Lisa para saludarla nuevamente. Un regalo entre sus manos con una prenda. Ella con un beso encantada lo recibió.



- Rick gracias por todo lo que haces amor.





- No es nada. Sabes bien.





- Hey Hunter toma algo para la garganta – Lían pasa una bebida un tanto fuerte – la preparé especialmente para nuestro comandante.



- ¡Oye! Veamos que tal – Se dice aquel - ¡Wow! Lían no está mal, es bastante fuerte.





- Gracias viejo. La preparaba desde adolecente.





- Yo ya bebí dos y creo que es suficiente – Comento Max un tanto riendo.





- ¿Cómo avanzan los preparativos? – Pregunta Rick a Max.





- Estamos avanzando. Es muy complicado con estos tiempos apenas podemos planificar la fecha. Quiero que sea aparte de la costumbre nupcial, algo especial para ella.



- Todo saldrá bien. No hay porqué acelerar todo.





Lisa se mantuvo luego de estar con Rick un tanto firme mirándolo. Algo no estaba bien en él.



- ¡Lisa! ¿Lisa?





- ¡Oh! Claudia. ¿Sí? Disculpa. Estaba soñando. Mmm. ¿Qué





- ocurre? – Pregunta su amiga y confidente





- ¿No lo sé? Hay algo en Rick extraño.





- ¿Cómo qué?





- No podría decirlo con certeza. Como su aroma. Siento que conozco ese perfume y



no es de él. Y su rostro parece diferente





- Lisa. Mmm. Te pueden generar muchas dudas. Eso es todo ¿Qué piensas?









- No solo es mi imaginación de niña.





- ¿No es la cantante Minmei no?





- No. No lo creo Claudia. No. – Ladea la cabeza negativamente





- Lisa. Bien. Deja de pensar en ello y solo diviértete, es tu día.





En efecto Claudia estaba en lo cierto. Solo diviértete y deja de pensar en lo sucedido. Entre tantas pláticas fueron festejando. Luego un pastel grande con el nombre de la capitana Hayes. Nuestra mejor comandante. Algunas fotos para el recuerdo que abrieron el corazón de ella como un momento memorable. Nada es mejor que tener a los suyos. A su familia. Su padre se había comunicado horas antes. El estricto modo del almirante Hayes no se quebraba ante el aniversario de su hija. Incluso tuvieron un protocolo un tanto estricto, no obstante luego la llamo hija como siempre pues para él. Era su pequeña y le propuso una nueva comunicación para comentarle unos planes que tenía para ella en Alaska, lugar de la base principal.



Lisa pidió un deseo ante las luces apagadas y una enclenque luz de la vela. ¿Qué has pedido? Eso es un secreto dijo, pero lo observó Rick quien podría ser parte de aquel.



Con las horas fueron pasando las risas, hasta que nuevamente la alarma disparó.





- ¡Oh no! ¿El enemigo? – Se decían





- Alerta. Alerta. – Se escucha en un megáfono.





Por el radio llamaron al almirante y éste se despidió. Todos fueron a sus puestos.





- Tú no tienes que ir Lisa – Dijo





- Claudia. Claro que sí ¡Iré!





Rick despidió a Lisa y los demás y fue de inmediato. Detrás de él Max, Miriya, Lían Posible confrontación se explicaba.







Los veritech salieron de inmediato al ataque en la confrontación. Las naves de Breetaii llegaron tras la búsqueda de sus dos mini cruceros. Khayron sin aviso previo inicio la contienda con un grupo estimado intentando dañar su radar de navegación ante la cercanía con la tierra.



- Esta vez los haremos trizas – Confiesa – No dejen nada con vida. No quiero rehenes.



- Si – contestaron sus aliados.





De forma inusual el ataque se expandió por todas las direcciones.





- Escuadrón Bermellón e Índigo inicien retaguardia. Skull objetivo delta X – Lisa daba todas las ordenes que fueran precisas. – Escuadrón Destrois ubíquense en plataforma Prometeo para defensas.



- Enterado manifiesta Lían





- Rick la zona oeste se está complicando. Deben ahora dirigir sus fuerzas allí.





- Lisa vienen por todas partes parece un ataque masivo.





- Si Rick. No sé porque, pero es probable que la inmigración de sus fuerzas tenga algo que ver.





- ¿Otra vez Khayron desobedeció mis órdenes - Se enfada Breetaii. -





- Si mi lord. – Comenta Exedore.





- No tolero su indisciplina.





- Se lo he dicho señor. No tiene remedio. Y cada vez el efecto de los micronianos es más usual entre las tropas.



- Dolza, no lo verá con buenos ojos.





- Si es lo que lo pienso mi lord. Cualquier plan de Dolza puede incluirnos a nosotros también.









- Exedore no quiero pensar en ello. Pero debemos tomar medidas. Y éste idiota de Khayron está generando más complicaciones de las que ya tenemos



- Señor hay una comunicación de la comandante Azonia.





- Lord Breetaii. Es de mi consideración hacerle saber que he recibido instrucciones de la comandante segunda de Dolza, Mard, para inicializar un ataque masivo a fin de destruir la nave



- Mmm. Dolza debe tener presente que la nave es una amenaza total como los micronianos. No me ha mencionado nada al respecto. Estaremos al tanto.





- Dejo mis saludos Mi lord.





- Mis saludos comandante.





- ¡Ahora! Exedore, creo que tienes razón que Dolza planea acabar con ellos y con nosotros.





- ¿Contaminación señor? - Pregunta Exedore con dudas





- Vamos sigan disparando debemos aniquilarlos. - Grita Khayron. -





De forma inesperada algunos battleldpod comienzan a escapar, algo que visualiza Grel desde su monitor.





- Señor parte de nuestros hombres están cesando de atacar





- ¿Qué? ¿Qué demonios? – Se llena de ira Khayron en todo su cuerpo y corazón.





- Disculpe señor.





- Ahora verán esos traidores. – Khayron direcciona su pantalla. ¿Dónde creen que van?





Uno de sus soldados contesta.





- Señor no puedo explicarlo, pero es como si su mundo nos absorbiera. No puedo





combatir con los humanos. -



- ¿Qué quiere decir? Regresen, o morirán. – Khayron le atinó un disparo que lo destrozó totalmente. A partir de ese instante las fuerzas se fueron emparejando.









- Mmm, ¿No puedo entender? Señor sus fuerzas luchan entre ellos – Confiesa Claudia.



- Era de esperar. La llegada de los rebeldes produjo un efecto domino en sus tropas.









Al verse en una contienda entre las armadas zentraedis- meltraedis los escuadrones tomaron la delantera ventajosamente. Khayron se retira maldiciendo y pronto desde su exterior del Prometeo II llegaron otros rebeldes.



Los soldados regresaron preguntándose ¿Hasta cuándo seguirán así?









- No puedo concebir lo que acabar ocurrir – Maldice Khayron una y otra vez. Maldice golpeando la mesa de su escritorio hasta abollar la chapa del metal. Su furia es incontrolable.



- Señor tranquilícese. Ya ha ocurrido el hecho.





- Sí, pero teníamos una victoria segura. Podemos acabarlos con solo un chasquido – genera el movimiento de dedos Khayron – Y primero las estúpidas ordenes de ese idiota de Breetaii ¿Y ahora esto? Los acabaré a todos – Jura con cierto recelo de odio.



Al regresar las naves del vuelo, la fiesta acabó con la sirena de alarma. Rick exhausto regresaba a la base, en cuanto le enviaba a su Lisa un mensaje.



- Espero la batalla no haya arruinado tu fiesta.





- No te preocupes la pasé muy bien Rick





- ¿Te quedaras a terminar el turno?





- Si, posiblemente. Quiero asegurarme de que se encuentra en condiciones todo aquí. Éste ataque daño varias partes de la plataforma Prometeo. Y Quiero cubrir a Claudia. La encuentro muy extenuada. -



- Entiendo. Intenta relajarte en cuanto puedas ¿Sí?









Lisa estaba en lo cierto no solo por su deber sino por su amiga que ante la pérdida de Roy, lo único a que dedicaba su tiempo era trabajar y tomar algunas copas de vino para absorber el tiempo, o que el tiempo la absorba a ella.



El día al final de cuentas concluyó con una canción de Minmei "Tu amor no se perderá", Rick oía aquella melodía y le pareció tierna. Realmente en su mente no la veía como en el ayer cuando la conoció. Solo le agradaba el sabor de un recuerdo que perdurará en su memoria.



Si tuviera que analizar cada hecho acontecido hasta el momento expresaría que la suerte siempre estuvo de mi lado. Es por ello que quizás esté con vida y pudiendo manifestarles un relato que es más que un juego de palabras. Me hallo a veces disgustado conmigo mismo por no representar algo súbitamente mejor. He madurado y creo que es por Lisa. Hay que a veces darse cuenta que mejores nos hacen aquellos que comparten nuestra vida. O nuestras vidas. Me iré a descansar. La batalla fue atroz. Y siempre estamos a un paso de ser vencidos hasta que algo nos apoya. En éste caso nuevos rebeldes. ¿Cómo acabará todo?



Rick como cada noche reflexionaba y sus ojos se cerraban al sonido de la melodía de Minmei.



Lisa al concluir su trabajo, luego del ataque fue a su cuarto. Encendió el ordenador, y comenzó a ver sus fotos de cumpleaños. Meditaba en los sucesos, y en la reflexión volteó su vista a una foto especial entre ella y Rick. Se sentía a gusto del hecho de poder disfrutar la vida juntos, pero temía por lo que sucediese con él; no quería que algo le pasaré como a su antiguo enamorado Car, y ni terminar como Claudia, soñando con Roy que desapareció en un océano de explosiones. Ladeó la cabeza negativamente para rehusarse de ello. Era terrible pensar ¿Qué podría ocurrir?, y sin embargo no estaba lejos de que sucediera lo peor. Las fuerzas enemigas eran cada vez mucho más amenazantes de lo que parece. Y las fuerzas de la tierra, no daban un apoyo como correspondía. Lisa caviló sobre su padre ya la posibilidad de llevar un informe. La guerra debe concluir se decía así misma. El almirante Global en una plática interna con ella, tenía la leve idea de que fuera a sabiendas de la llegada de los rebeldes, y los comentarios de sus subalternos a las fuerzas de la tierra unida que estaban desarrollando algunas armas destructivas.







- Capitana Hayes, es muy posible, y estoy programando la posibilidad de que viaje a la tierra. –



- Señor entiendo. Estuve pensando la misma idea. –



- Lo sé. Usted tiene los dotes necesarios, y no tardará demasiado a ser ascendida a almirante.



- ¿Señor en serio me lo dice?



- Si comandante. Ha demostrado ser lo suficientemente capaz para resolver todas las confrontaciones del enemigo. En el consejo de la tierra unida, han aprobado mi solicitud. Su padre me ha comentado de lo orgulloso que se siente por usted.



- Señor – Dijo Lisa feliz. – ¿No sé qué decir?



- No diga nada comandante. Usted es la hija que no tuve. Y parte de esta misión en el espacio y la sobrevivencia de las personas son por su causa. A parte de ello, cuando todo esto termine, quisiera retirarme. Estoy viejo. – Comentó el almirante Global quitándose la gorra y frotando su cabello por la picazón.



- No almirante, usted puede dar mucho más aún – Le dice Lisa. –



- Prefiero dejárselo a las futuras generaciones. Usted, Claudia, Kim. Vanessa, Sammie. Son un grupo especial, como lo es el comandante Hunter, Lían, y Max. Hemos perdido al comandante Fokker, y fue un golpe duro para mí, pues lo he conocido como una gran persona – El almirante camina a la ventana y ve el espacio.



– Cada vez que perdemos a alguien, es un calamidad difícil de sobrellevar. Se han ido amigos. Es el precio de la guerra. Pero la raza humana está en peligro, y si salimos victoriosos, debemos prepararnos para las futuras amenazas, y sabe a qué me refiero comandante. –



Lisa sabía que del otro lado de los Zentraedis-Meltraedis, estaban los maestros de la robotecnologia, el invid, y las sombras oscuras de otros peligros, y ellos eran el legado o parte del legado de los protocultura.



Ambos permanecieron en silencio observando desde esa ventana las estrellas, y el brillar de la luna en su faceta menguante. - Lisa pronto se retiró. -



La Comandante, al ver la foto de Rick quería darle esa noticia que no pudo. Rick despertó en su cuarto, y allí en un bostezo contemplo algunos menesteres calificados de objetos. Esos que debía









guardar en su archivo, su celular sonó con ímpetu, aunque no lo atendió por el momento, solo se vistió de uniforme militar para su patrullaje. Al abrir el armario, veía una imagen de Minmei ampliada en un poster, de la cual armó valor para quitarla de allí. Fue un pasado bello, pero su corazón viajaba hacia otro lado. Al sonar un pitillo del timbre de la puerta. Rick dijo adelante. La puerta se abrió y allí estaba Minmei.



- ¡Minmei! ¡Qué sorpresa! – Dijo Rick. Ella no contestaba. –





Horas antes Minmei, pensó en Rick en la noche sin poder dormir. Tenía una cierta atracción y contempló los momentos juntos, y aquella ultima vez en un callejón oscuro. Lo extrañaba, pero más extrañaba su manera de ser y el encuentro en aquel café-restaurante, dejó en su corazón algunas piezas de la mirada de Rick que debían sanarse, y solo él podía hacerlo. Se armó de todo su valor para ir a verlo, y tenerlo frente a ella.



- ¡Rick! Solo quería verte – y sollozó algunas angustias que quería brindarle. Se fue acercando de a poco y lo abrazó colocando su mejilla en el pecho. Rick no sabía cómo actuar –



- ¿Estás bien Minmei?



- Lo estoy solo quería sentir tu corazón latir. Nada más



- ¡Minmei, yo!



- Si Rick, se lo que ocurre. Soy mujer. Lo sé.



- ¡Perdona!



- Solo déjame estar así unos momentos. –





Rick permaneció en silencio, y correspondió a ello conteniéndola como él, sabia hacerlo.





Al instante que la puerta parecía tener vida, sonó el timbre, y de inmediato se abrió. Allí Lisa que venía con la noticia de su pronto ascenso, no pudo creer lo que sus ojos estaban viendo



- ¡¿Qué ocurre?! – ¿Qué es esto Rick? ¡¿Minmei?! – Exclamó con engaño y desilusión



- No, No es lo que piensas Lisa. –









- Ahora entiendo. Lo que percibí en ti en el día de ayer en la fiesta. El perfume. Es el de ella. Estuviste con ella Rick – Lanza algunas gotas lagrimales de enojo e impotencia. –



- ¡No! ¡No! Es lo que tú crees Lisa. – Respondió Rick. Luego miró a Minmei, que la veía asombrada.



Ella se apartó de Rick, y se acercó a Lisa, y luego observó a Rick por una vez más.





- Solo vine a visitar a un amigo comandante. Solo ello. No tiene nada de qué preocuparse. Y el día de ayer, fue porque es la única persona en el mundo que sabe entender, que sabe comprender. Y ve todo alrededor de una manera que uno puede sentirse en un paraíso y olvidarse de la guerra. – Minmei se lanza ante su discurso a llorar. – Usted debe saberlo bien, y es afortunada ¿Por favor cuídelo si?



Lisa con su mirada férrea iba transmutándola hasta calmar ese odio, y transformarlo en un sentimiento de dolor y empatía a ella. Claro que sabía lo que era Rick. Por ello podía sentir el sufrimiento de Minmei, en tanto estaba parada allí. Minmei, salió del cuarto hasta llegar a la puerta, y al pasar se fue corriendo sin saludar. El imponente reloj continuó su curso.





En plena guerra, se avecinaba una batalla dura. Rick iba en búsqueda de la capitana Hayes, que estaba allí frente a él como queriendo. La estrella Lin Minmei había dejado una huella, pues Rick lo era todo, pero ya no era nada. Rick y su verdadero amor, estaban allí taciturnos, con la mirada inacabada. Háblale con el corazón dijeron las voces solo así podrá él entender lo que sientes. El mundo de Lisa, se derrumbó al verlos, y él con su semblante quería explicar el mal entendido.



- ¿Es así Rick cómo es todo? - Dijo y se aproximó llorando en aquel recinto. Lisa hizo notar su amarga tristeza sin chances. - Rick ve por ella, ¿Si es tu felicidad?, ¿Si es para ti? -



- ¡No!, tu no entiendes Lisa.



Ambos se enfrentaron ahora cara a cara sin observarse los rostros pálidos, como para lamentarse el uno y el otro.



- No entiendes Lisa - Con una voz casi perdida - Estoy aquí... Lisa respiró suspirando. El tiempo se detuvo por ellos.









- ¿Vamos a estar así? - Le dice Lisa





- ¿Así cómo? – Responde con su voz quebrada.





- ¿Anhelando lo que no podemos tener? ¿Crucificando lo que se nos va de las manos? Rick cerró sus ojos y exhaló el poco aire que tenía.



- Es la única razón que nos impulsa a seguir adelante, quizás - titubeó. Quería decirle la verdad. Y la verdad era que Lisa era su amor, su máxima expresión de vida y sin ella no había nada. Lisa se amargó, y entendió que Minmei era especial, y no sabía cómo luchar ante ello. Su mente se transformaba en muchas preguntas y respuestas vagas. Sus latidos se aceleraron y estaba dispuesta a decirle que lo amaba con todo su corazón, y que si su decisión era otra sabría perdonarlo, pues el amor que ella llevaba poseía esa capacidad.



- ¡Rick yo! Ya no se cómo expresarte - Lisa estaba dispuesta a lamentarse por el rechazo, sin embargo debía ser valiente.



Él la interrumpió de inmediato.





- Lisa - Rick ocasionó un alto - Quiero que sepas que en todos estos momentos que hemos pasado juntos. – Rick, como ella también poseía ese derecho de amar, y cuyo nombre era Lisa. Comenzó queriendo dar algunas palabras y luego se contuvo, respiró hondo. Diablos pensé que podría ser más fácil. - carraspeó Rick.



- ¿A qué te refieres? – pregunta un tanto desanimada. -





- Yo, lo que quiero decir, es que no sé lo que ocurrirá ¿No puedo adivinar, si moriré en combate o no? ¿Si habrá futuro? Solo sé que lo que me reste de vida quiero pasarlo contigo. Desde que te he conocido, he sentido ese cariño, ese deseo, y respecto. Desde que Roy me trajo aquí a las fuerzas del SDF-1 y apareciste por primera vez, tu rostro ¿No sé?, Se dibujo en mi mente. y en Marte fue que te vi allí y tomé la decisión. No basta a veces con creer, sino que hay que tomar decisiones, y la mía es estar a tu lado, si tú lo deseas. Quizás salga allí afuera a luchar, y no haya retorno, pero por lo menos quiero irme del mundo, sabiendo que Lisa Hayes me ama, y yo la amo ella.









El rostro de Lisa se dibujó. Solo un minuto para que lágrimas de alegría llegasen. Con toda la seguridad lo miró detenidamente.



- Rick, te amo. - Lisa conformaba en sus palabras el atractivo sentimiento del cariño, y por el resto de su



vida le expresaría que lo ama. -





Rick sonrió como sabiéndolo.





- Y yo a ti Lisa. Yo a ti.-



Ella se acercó a él, y él la abrazó tímidamente y besó hasta que el único aliento, el único suceso más bello del universo se generase. No había otro remedio que enamorarse.



Ambos no sabían cómo expresarse y se abrazaron mutuamente al recostarse en la cama en la cual sus besos continuaron amándose. Lisa le dio la buena noticia a Rick que se alegró, y al mismo y tiempo le produjo un poco de asombro el hecho de que vaya a la tierra.



- Espero que te cuides Lisa. – Dijo ya extrañándola. –



- Tal vez permanezca allí Rick, pero debo hacerlo. –



- Si, lo sé. Rick . Se preguntaba ¿Si todo saldría bien?. Era solo aguardar. -





Al concluir, Rick se vistió y ambos fueron hacia las afueras de las calles para ir juntos a la base. Lisa con todo lo sucedido se contuvo en una escalinata de un centro en la cual se veía en esplendor parte de la ciudad.



- Y tú ¿En qué crees Rick? - Le dijo Lisa.





- ¿Creer? ¿No sé lo que es creer? - Pensó Rick. - Quizás creer sería desear algo con anhelo



¿Y tú Lisa? - Preguntó.





- ¡Creía! Creía en tantos sueños. - Se contuvo con delicadeza en la mirada . -





- ¿Y se hicieron realidad?





- Algunos. Otros solo pasaron sin tocar la puerta ¿Será siempre así? Eso de tener sueños que nos dejan. Pero otros están en mí,. conmigo, presentes. -









- ¿No lo sé? Solo sé que aquí a mi lado tengo un sueño. Y no es un sueño cualquiera. Es mi mejor sueño. Es el que me ayuda a sobrellevar ésta guerra. A no morir en el intento. Es uno que me hace mejor de lo que soy.



Lisa lo observaba. Pero no solo a él, sino a las palabras. Mirar las palabras. Tocar el corazón. Oír la piel. Vivirlo. Vivir el hoy, el siempre



- Y ese sueño que dices ¿Qué piensas hacer con él?





- ¡MMM! – Respiró hondo Rick y colocó su mirada al cielo y luego a Lisa. - No puedo



hacer nada más que ello que siento - Se acercó abrazándola, y acarició sus labios. Para eso son los sueños. Es creer.



- Yo creo en tí Lisa - Susurró a su oído.





Rick en un intermedio de todo lo sucedido, estaba en una etapa muy significativa en la cual debían definirse demasiadas situaciones. Minmei era alguien especial. Pero solo lo era. Y ahora Lisa se marchaba a la tierra a dar una conferencia y temía que algo le pasare. Se prometió en su persona que haría lo posible para que el enemigo no llegase al planeta, no produjese daño alguno contra ella, contra su Lisa. A pesar de todo, se había dicho asimismo una y otra vez aquellas consideraciones. No pasarán.



"Me prometí, y hoy en día lo sigo sosteniendo, perpetuando en el tiempo, que no dejaré que nadie lastime mi Lisa, mi vida es para ella, y de hecho, la muerte no me asusta porque me lo propuse desde un principio".



Lisa fue a cumplir el turno, y verificó todos los elementos correspondientes. En la noche prepararía su reporte. No podría permanecer en la boda de Max y Miriya, aunque más lamentaba separarse de Rick.



El reporte diría lo que ya estaba estipulado en otros informes. El parentesco con la raza alienígena. La antigua civilización protocultura, los avatares de la socialización escasa que poseen, y los rebeldes que han solicitado asilo al SDF-1. Agregando todos los aditamentos que Lisa había recopilado hasta el momento con sus pláticas con ellos, y los demás dictámenes psicológicos y físicos.









Lisa estaba dispuesta a darle al consejo la mayor información posible, y que ellos tomen una determinación eficaz para que la tierra semi devastada, comenzará diálogos de paz. Hasta el momento el SDF-1 no podría dar ningún tipo de señal, pero cada vez en la nave de Breetaii había más Zentraedis-Meltraedis que se sublevaban por un mejor estilo de vida. Y un plan dentro de ella se estaba gestando a mayores riesgos. Breetaii, esperaba ansioso la misiva de Dolza, aunque se suponía que él, ya sabría de antemano sus planes, y que no eran lo mejor para ellos. Azonia estaba al tanto de la situación como segunda comandante, como también Khayron, pero ambos en su raza malévola y belicosa pronosticaban que debían seguir atacando. Y Breetaii no podía impedirlo, bajo apercibimiento de él mismo ser otro de los rebeldes Zentraedis.



- Te vamos a extrañar Lisa – Comenta Claudia desde un pasillo, mientras ambas salen



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