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La esposa. Gaia y cada momento con Júpiter. (parte 2)
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La esposa. Gaia y cada momento con Júpiter. (parte 2)

No, me digas nada. Es solo colocarte la mayor nota. Es una gran trampa, o eres un experto investigador que ha viajado a medio oriente a las regiones de Irak en el rio Tigris y Éufrates. -



- Casualmente, tengo familiares que forman parte de lo que es la rama musulmán – Dije para evadir el problema –



- ¿Habiendo tantos conflictos?



- ¡Bueno! ¡Je! ¡Je! No son un problema los terroristas.



- ¡Ya veo! Solo te he enviado por email, los puntos que me parecieron interesante y a la vez extraños. Juegas mucho con la cosmogonía, y la mitología como una realidad. Los avances parecen de la era actual, pero no sales del foco de un arqueólogo.



- Bueno también, debo mencionar que mi padre es arqueólogo – Dije nuevamente salvando el inconveniente de un trabajo que no pude realizar.



- A eso podría explicarlo, de todas maneras es extraño que un experto en la materia, se dedique tanto a la mitología. Bien, no te distraeré un segundo más. Revisa el email que te he enviado.



- Muchas gracias profesor. Mis saludos



- Saludos.









Al salir del aula, me encuentro con Josefina. Aquella dama





- ¿Fue una plática ardua no?





- Si, más, o menos. –





- Me clavas la mirada como si no te acordases de mí. –





- Perdón he estado un poco cansado con las presiones de todas las actividades. –



- ¡Ja! ¡Ja!. No hay problema, ¿Quería invitarte si quieres ir a tomar un refresco?





- Lo siento, no podré ir. Estoy ocupado con unos informes de mi trabajo





- ¡MMM! Es muy rebuscada esa excusa Júpiter. Debes aprender a mentir. –





- ¡Es la verdad! – Dije.





- No importa, pronto debemos juntarnos a estudiar. Espero ese día la próxima semana



- ¿La próxima semana?





- Claro quedamos para principios del mes de Agosto. 5 de julio, un viernes. – Expresó ella, y su teléfono comenzó a sonar – Hola... - Atiende – Si, disculpa..Júpiter nos vemos. No olvides la cita de estudio.. – Se va saludando, luego regresa. – Me olvidaba que debemos pactar el lugar para reunirnos.



- Bueno puede ser una casa. – Dije despreocupado. -





- ¿Una casa? ¿¿Qué?? ¿No querrás seducirme? ¡Planeta perdido! – Dijo un tanto hiriente – ¡¡..¿?..!! – Se colocó el dedo en sus labios como pensando – ¡Ahh! Seguro que quieres coquetearme. No. No lo siento. Esto es solamente estudio ya te he dicho seguro. Te agradezco. Aparte de ello, tú eres casado. Y no me gustan los triángulos amorosos. Y tu vida parece muy chata. Y no se puede, sería todo muy difícil vernos. No quiero ser la segunda, ni tampoco tercera si tienes a otra,









y eres de esos tipos, y aparte....no podríamos porque somos polos opuestos, así es el destino de los no correspondidos, lo siento por ti. Mis disculpas.



- ¡¡¡¡¿¿¿¿¿?????!!!! ¡¡Oye!! ¡¡¡¡Oyeeee!!!! ¡Dije una casa para solo exponer una idea!!– Le aclaré con gritos. – ¡Maldita lunática! Esta mujer es especialista en rechazar de forma completa – Me dije a mis adentros.



- ¡Ah! Lo siento – Lanzó una leve risita – ¡Bueno adiós! Ella retiraba por un lado y yo por el otro.



- ¿Cita de estudio? ¿Cuando fue que acepté?





Prefiero regresar a casa de inmediato ¿De todas maneras no puedo aceptar, o si? El matrimonio es arreglado, no habrá problema, si se lo digo a Gaia, y solo es para estudiar.



Al llegar al camino, veo el edificio con las luces prendidas en todas las ventanas. Sentado allí mirando el suelo con una lata de cerveza, se encuentra Gregory.







Al encontrarme allí sentado a Gregory estaba con templando el suelo. Parecía no querer observar más nada que líneas de contornos adyacentes e irregulares y con ello con sus dedos iba manipulando figuras abstractas que solo un escritor puede imaginar como con las palabras. No tuve remedio más que acercarme. No solo por él, sino por el paso a ingresar a las escaleras el cual él bloqueaba.



- ¡Buenas! - Saludé



- ¡Ey! – Levanto la mirada - ¡Hey! Júpiter ¡que sorpresa! Perdona si estoy justo en el paso.



- No descuida – Dije. Luego me armé de cierto interés para saber ¿Qué ocurría? - ¡Viejo! ¿Te encuentras bien? -



- ¡Oh! Nunca estuve mejor y levantó su lata en un brindis



- Parece que bebiste de más.









- ¡¡Naa!! Solo un poco ¿Y tú?



- Podría ser peor



- ¡Ja! ¡Ja ese ánimo tuyo es muy apreciable.





De cierto modo podría haberme retirado, sin embargo la lógica de las relaciones humanas funciona de ésta manera cuando se trata de un desinterés nato propiciado por un ermitaño, cuya bandera de vida es la soledad. Si. Lo era, pero algo ocurrió. Ahora no era esa mi misión. Lo mío era tender una mano a un amigo. O al que sentía un amigo. Era solo ayudarlo a levantarse, y escucharlo. Luego con el tiempo podrían sucederse esas extraordinarias soluciones.



- ¡Ven viejo! Esa cerveza parece añeja.



- Sabe bien.



- Una fría saldría mejor.



- Hay un local que las vende a buen precio. Y de paso le llevaré a Gaia.



- ¿Es una invitación?



- No sea idiota. Te vendrá bien escupir las malicias del día.



- ¡Ahh! Las malicias. La vida está llena de esos improperios fatales que se toman con unas pastillas para dormir. Así es como funciona.



- Si, pues. No es necesario destruirse para volver a reconstruir. Para ello existen otros métodos



- No por el momento no intento suicidarme.



- ¡No es necesario! Solo descargo emocional de palabras.



- Es lo que los borrachos llaman desahogo.



- ¿Cómo te ha ido con Luna? – Al preguntarle, sucesos extraños vinieron a mi mente. El silencio de tumba de Gregory suponía un desastre. De inmediato visualice el metro y el diciéndome que salían hace unas semanas. Luego que saldrían. Luego luna hablándome..me..situaciones del pasado.









- Luna es una gran científica. Utiliza la física para determinar compatibilidades.



- ¿Y resultó que ustedes no son lo que se esperaba?



- Las leyes de universo son extrañas. Di mis mejores discursos, no obstante no alcanzaron las palabras. ¿Qué irónico no? A un escritor no le alcanzan cuando deberían sobrar ellas.



- Quizás no es que no alcanzaron las palabras. Quizás nunca llegaron a ella. Es difícil romper un bloque de hielo si es que lo hay.



- Mira que intente asediar su corazón, pero para ella la regla máxima no tiene que ver con emociones sino con una energía que según ella nos une.



- Declararse es todo un arte del amor – ya teníamos nuestras cervezas y brindamos.



- ¡Bien dicho! ¡Salud!



- ¡Salud!



- ¿Y tú? ¿Qué dice el hombre del matrimonio?



- Que decir..es muy pronto y todo es extraño. -



- ¿La amas?



- ¡¡Claro que sí!!. ¡Qué pregunta esa! No podría explicarlo lo que hace por mí – En mí rostro se dibujó en cierta emoción



- Esa debe ser la compatibilidad a la que se refería Luna ¿Y ella?



- ¿Ella? Es un tornado que gira y atrae todo a su alrededor.



- Si la metáfora fuera tan simple. No contestaste más que decir que ella es atractiva.



- ¿Supongo que sí?



- ¿Cómo que supones? ¡Estas casado Júpiter!





No podía realmente decirle la verdad. Me remití a mentir de mala manera.





- Si, ella siente lo mismo.



- Eso está bien.









- ¡Sabes cuando no vivía aún Gaia conmigo! Encontré a Luna de la misma manera que tu. Solo que tenía en su interior algunas lagrimas que luego florecieron.



- Ella también intentó conquistar una ciudad y fracasó.



- ¿Te narró los hechos?



- No es algo que pueda ser tan interesante. Rechazado para rechazar.



- ¡Y se rindió!



- Lo hizo por misericordia a ella. Era mejor que cercenar la dignidad.



- Así fallecen las historias de amor – suspiré – ¿Y ahora que harás?



- Seguiré mi vida de escritor



- ¿Y si le escribes algo?



- ¿Cómo qué?



- ¡Vamos! Tus eres el experto en materia ¿Me dirás qué no sabes?



- En la historia Pirro de Epiro, supuso que conquistaría Italia y lo hizo. Está bien que fue una guerra descomunal. Pero puso todo su clamor en conquistarla y logró su cometido. Marcelo la espada de Roma en la Siracusa de Arquímedes y Alejandro en Persia. ¿Y tú no puedes conquistar el corazón de Luna?



- Eres extraño con tus ejemplos Júpiter. Es una batalla difícil.



- Soy historiador y comprendo de batallas. El corazón es un fuerte inexpugnable, pero no imposible. – La oratoria me dio un poco de valor sin darme cuenta de ello.



- Entonces nárrame una historia de amor.



- ¡Bien lo hare! Aunque eso de narrar es tu terreno



- ¡Entonces lo haré yo! – Se incorpora del suelo Gregory y levanta su lata de cerveza- ¡¡Salud y por las palabras que se dirán!! -



- Por las palabras ¡¡Salud!!









Podemos regresar me plantee, luego de tanta palabrería. A veces se precisan algunas para aclarar los sentimientos ajenos. Encaminarlos si se puede. Gregory pensará que seguir arriesgando es doloroso, pero adictivo. Va tras Luna luego del rechazo. Me pregunto, ¿Si lo mío con Gaia no lo será? Nuestro matrimonio se gestó habiendo una mentira, y tengo sueños de una vida bella desde el comienzo, no obstante son sueños, que no forman parte de lo vivo con ella, sino una relación tajante y amistosa. Si aparentamos ante el público que nos observa la burda satisfacción de la felicidad mal dicha como felicidad. E incluso nos tratamos como si fuésemos un caso de años con diálogos trillados y llenos de sentidos en doble intensión amistosa.



Entre ella y yo, se forma a título de distancia, un vacío. Estiro los brazos y mis manos a ella, pero ella no. No lo hace, y apenas dirige su mirada. Es como un cuerpo estoico que no se inmuta.



Realmente dije si acepto, el día que me pidió casarme porque sentí en mi interior que era la mujer que tanto busqué. Las citas eran un complemento que justamente no ayudarían a conocernos. Pero eran solo parte de la vida de conyugues. Sentí que éramos el uno para el otro. Y si bien todo el vericueto de su historia, su familia, su amor imposible son obstáculos, tampoco pienso rendirme. Estoy dispuesto a darlo todo. A volar alto y estrellarme contra las rocas todas las veces posibles para que un día en ese abismo en que ambos nos coloquemos, mis manos puedan alcanzarla. Y ella me abrace al recibirme.



¿Acaso es mucho pedir?





- ¡Estás perplejo, Júpiter!



- ¡Oh! Lo siento Gregory. Solo me perdí.



- No son precisas las excusas. Puedo leerte en tu rostro. Tus problemas no son los míos, sin embargo estamos en el mismo barco.



- Hay que remar lo que más se pueda. ¿Debo determinar que sabes lo qué ocurre?









- Lo tuyo y Gaia ¡Mmm! Suposiciones de una realidad ficticia.



- Eres muy perspicaz.



- No. Solo leo situaciones.



- Eso te hace un ilustre ciudadano en la mesa del ágora.



- ¡Ja! ¡Ja! ¡No, pero muy agradecido!. No soy nada intelectual



- Pero sabes interpretar.



- Deductivismo y empirismo.



- Van de la mano.



- Estamos como te dije en un barco tratando de llegar a nuestras islas.



- Hay que remar te he dicho.



- Si, y también saber manipular el timón.



- Eso es cierto.



- ¡Bueno!, Ya llegamos. Sera hasta mañana Júpiter. Gracias amigo por escuchar a éste tonto.



- Para eso estamos.





Se alegró Gregory, mientras ascendía por las escaleras y dio vuelta al pasillo. Un saludo más y desapareció entre la puerta y el interior de su departamento. Al abrir la puerta del mío. Gaia estaba escribiendo en un anotador. Como siempre me sonrió.



- ¿Tuvieron buena plática? Mejorará su situación. El amor no es un candado que no se pueda abrir.



Ella lo sabe todo. Debe ser adivina.





- Solo el destino podría saberlo. Como el nuestro ¡Ah! ¡Por cierto! ¡Toma! Es la marca que te gusta – Le pasé la botella de cerveza. En su rostro se dibujo una mueca amigable



- Tú ¿Tomaste lo suficiente?



- Solo para oír los lamentos de Gregory y saber de los míos.









- ¿Que necesitas saber de ti Danna? ¿Que no sepas?



- Muchas cosas.



- ¡¡¡Ahh!!! No te comportes como si fueras una caja de sorpresa donde va salir un muñeco chistando.



- Tus ejemplos son adorables.



- También son dardos al alma.



- Graciosa ¿Y tú?



- Yo siempre estaré bien – De inmediato noté en ella al servirse de la botella una lentitud magnánima en desear sostener el tiempo. Luego su rostro parecía un lamento.



- ¿Sucede algo?





Se inmuta solo tres segundos. Suficientes para perpetuar dudas.





- ¿Eh? No. Todo se encuentra en su lugar.



- ¡Bien! ¿Qué te parece hacer algo juntos? Nunca hacemos nada. Me la paso soñado una vida llena de aventuras.



Gaia se contuvo en silencio.





- Eres todo un soñador Júpiter



- De antemano reconozco que lo nuestro no durará demasiado ¿Por cierto y ello? ¿No te has comunicado con tu familia?



- Todavía no. Pero despreocúpate. Todo se encuentra en un orden cósmico.



- Eso suena a libro de ciencia ficción de bolsillo.



- ¡Je! ¡Je! Somos de mundos diferentes Júpiter. Universos diferentes, tiempos diferentes, vidas diferentes. -



- ¡Síp!, Me he dado cuenta de ello. Yo soy Júpiter tu protector ¡Ja! ¡Ja! Y tu Gaia, la tierra.









- No me refería a eso – Gaia se había tomado el vaso completo y se sirvió más. Era increíble que tomase liquido salvo en la comida. Nunca la había visto tomar alguno. Pero el alcohol hizo efecto inmediato.



- ¿A qué te referías? – pregunté. Gaia siguió tomando. Y yo me intrigué por la sola respuesta.



- Danna! Es muy deliciosa esta cerveza



- ¡¡Ya te embriagaste!!



- Vamos a ver una película de terror. Tengo la casa de al lado.



- ¿Te gustan las películas de terror?



- Son mi ideal ¿Quieres practicar con alguna? ¡Hip! ¡Hip! A parte te lo había dicho ¡Hip!



- No gracias. En el estado que estas deberías irte a dormir. ¡Eh! ¿Cuándo me lo dijo? ¡Ah! Ebria perdida en sus palabras.



Gaia se incorporó lo mejor que pudo. Por suerte cenó algo antes para no irse a dormir con el estomago vacío.



Me preparé y al estar realmente cansado me arrojé en la cama. Gaia roncaba en la suya. Pronto me dormí.



***//*** Impase de tiempo. -





- Oye la casa de al lado es una gran película.



- Te aviso que odio ver terror gore.



- Es misterio, aunque podría tener algunos retoques bastante excesivos.



- ¿Parece que sabes mucho del tema?



- Su director es un genio de los efectos. Tiene otros filmes de zombis y una de fantasía épica de terror. Y por cierto pronto saldrá en cine una nueva de viernes 13.



- ¿Otra de viernes 13? ¿Llevan cincuenta?



- ¡Y de todos los gustos!









- No son de mi agrado. De hecho el terror no es algo que me agrade.



- ¡Conmigo deberás ver muchas! Tu vida será un terror ¡¡muejeje!! – Lo expresa con una sonrisa macabra y ojos desorbitados. -



- Gaia – Le digo con semblante irónico – ¡Mi vida ya es un terror!



- ¡Eso ya lo sabía desde que te ví antes del accidente!



- Tus cumplidos son como gotas de agua acidas de la ducha que caen en mi cabeza. – Respondo con sutileza de quien ignora a su receptor.



- Me encanta asearte de verdades que puedes entender sin actuar ofendido. Es como desligar la culpa al ataque. Debe ser por eso que nos llevamos tan bien ¡En fin! ¡Dejemos las irónicas frases! Y vamos a verla.



- Bueno. Iré a encender el productor. ¿Por cierto cómo se enciende?



- Júpiter deja que lo haga. Siempre te olvidaras. Espero recuerdes un día cuando desaparezca.



- ¿Cómo?



- Nada. – Ella enciende el equipo – ¿Júpiter?



- ¿Dime?



- ¡Me haces feliz!



- ¡¡Estem!!¡Gracias! – Me mantuve inmóvil observándola. Su brillo se distorsionaba con la luz del living. Y una sombra perpetua, copiaba sus gestos y palabras. Era como si quisiera abrazarme fuerte con esa energía poderosa.



Gaia sonríe.





Al otro día desperté muy temprano.





- ¿De qué trata la película?



- La casa de al lado.



- Gracias. ¿de qué trata la película?



- La casa de al lado











- Si Gaia, ya sé que es un tugurio de cuatro paredes estilo mansión lúgubre. Eso es normal en éste género. ¿Pero de qué trata?



- Si ya sabes que es una casa. ¿Qué puede suceder en ella?



- ¿Matanzas supongo?



- ¡Bien hecho Júpiter¡. ¡Te ganaste una galleta!



- ¡ey! No soy una cotorra. A parte si es obvio que habrá matanzas, no va ser un hogar de alegría. Quién es el asesino?



- Eso te lo dirá la película.



- ¡Mmm! ¿Hay alguna mujer hermosa que se desnuda y la matan no?



- Pervertido



- ¿Por qué demonios? Siempre las hay. Bueno hay hombres desnudos que los matan



- Más pervertido



- Bueh! ¿Es la casa de al lado?



- ¡¡¡Shh!!! Ya empezó.



- Buehh mira esos efectos de cine son muy básicos. Debe ser de bajo presupuesto.



¿Cuánto se habrán gastado en ella?



- No lo sé, ¡¡¡ni me interesa!!!



- Yo digo el presupuesto es importante. Hubo una película una vez..



- ¡¡¡NO ME INTERESA!!!



- ¡¡Va!! Te lo pierdes. Es la casa de al lado.



- Ya dijiste el título



- ¡Ahí! ¡¡Esta todo oscuro no se ve nada!! ¡cuidadooo! Uf



- ¡¡¡Shh!!



- Noo!! ¡¡ Cuidado ahí!! ¿Qué dijo? No entendí. ¿Qué dijo cuando dije no entendí?



- ¡¡¡NOO LO SÉEEE!!! ¡¡¡CALLATEE!!! ¡AHHH!



- Bueno guardo silencio. Tampoco es para asustarse. Tanto problema por un asesino. Ah es un tonto el hombre entrado por el otro lado y no lo mataban.











Gaia se aferra a mi fuerte por miedo.







- ¿No era que te gustaba el cine de terror?



- Sí, pero no dije que no me daba miedo.



- ¡¡Uh!! ¡Cuidado! Otro tonto que mataron. Mira esa hacha en la cabeza es utilería barata.



- ¡¡Shh!! ¡¡Por Dios!!



- La casa de al lado ¡¡¡ Ahhh!!! Ya me contaron cómo termina. El monstruo era hijo de una familia loca exterminada. Lo matan en el pantano detrás, pero mueren todo menos la mujer de cabello rubio.



Al decir esas palabras creí que el monstruo era Gaia.







***//***







Al otro día desperté temprano. Al otro día desperté, y tenía un chichón en mi cabeza. Debo haberme golpeado con algo. Bueno cuando uno duerme por completo no se da por enterado de nada de lo que ocurre alrededor.



Gaia, continuaba durmiendo plácidamente en su cama y balbuceaba tal vez entre sueños palabras en un idioma desconocido ¿O eso pensé? No por cuestiones que parecieran extraordinarias uno podría certificar que hasta sus sueños son un mar de olas que te sorprenden.



El día arrancó como siempre y ya teníamos los resultados de los elementos de la sala Hades. Pronto podríamos comenzar los preparativos. Recuerdo que debía ver el email de la universidad de la clase de historia antigua. Y había complotado para estudiar con Josefina. Algo que no debería producir molestia en Gaia.



En mi hogar mientras tanto Gaia realiza quehaceres de la casa. Espero no se encuentre generando algún sismo con sus ideas y locuras.



- Volviste a jugar con el tiempo –









- Si, es que pasamos buenos momentos. Aunque es irritante. ¿Y a ti? No te fue bien



- No, no es que no me haya ido bien. Pero sabes que no es algo del que pueda darme gusto.



- Dices las mismas palabras que alguna vez te exprese. Hemos tenido tantos momentos que no se en cual habrá sido. No deberías seguir mis pasos. Y lo sabes bien.



- No los sigo, solo cuido de ti como debe ser. Ya veremos que haré con él.



- ¿Pero algo no te atrajo?



- Ahora se invirtieron los roles. Eda pregunta te la he formulado una vez.



- Y te he contestado – dijo mofándose con orgullo



- ........No lo creo.....¡¡¡Uff!!!... de ser así, no estarías jugando con él.



- No digas eso. Jamás jugaría con él. Él, él es..... –



- Tomate todo el tiempo del mundo para saber de él. Aunque ya se cual será el resultado.



- Estábamos hablando de ti. Ya deja mi matrimonio en paz.



- Ya veré que hacer con ese hombre de palabras.



- Algo debe gustarte, tú no eres de acceder a salir. De hecho desde que llegaste nunca lo has hecho. Sigues llorando por alguien que te dejó y no te abres a nada que pueda asimilarse.



- Bueno, por lo menos, no estoy escapando y viviendo ilusiones.



- Nadie te pidió el consejo de hermana mayor.



- No soy tu hermana. Solo tu protectora. Y como tal debo velar por ti. Tus padres querrán conocerlo a Júpiter.



- Pronto.



- ¿Y qué harás?



- Lo que hago siempre.



- Va a descubrir todo tarde o temprano.



-Solo si me descuido.









- ¡¡¡!!!..... ¡¡mmmm!!



- ....dejemos que todo fluya ¿Te parece bien ir de compras?



- Nada mal para su alteza ¡¡¡Ja!!! ¡¡¡Ja!!!



- Graciosa. No es preciso que te dirijas de esa manera.





Ambas al concluir su media mañana salieron de la casa. Gregory descendía de las escaleras rápido, casi corriendo, y no se percato de ellas. Sin darse cuenta dejo caer dos hojas de un borrador de escritura que llevaba con prisa.



- ¡¡Gregory!! – Gritó al recoger tales hojas.



- ¿Qué ocurre? – Gaia salía de la casa cerrando con llave la puerta.



- Éste tonto dejó caer unos papeles. Y se largó en seguida.



- Bueno. No debe ser grave. Contáctalo y se los devuelves.



- Pero...



- Pero.. nada. Puede ser importante.



- ¡Sí!....sí. – Agachó la mirada.



- Luna deja de ser tan dura. – Colocó una mirada distante. – el destino puede que haya intercedido con ese pobre hombre. Bueno, alguien tiene que hacerlo.



- Porque será que lo mismo podría decir sobre ti.



- Vamos o llegaremos tarde.









- Júpiter tengo los estudios. – Expresó Erwin – Y no son nada alentadores. Ni siquiera conclusos. A decir verdad deberíamos guardar la mayoría de estos objetos.





- Erwin, no me asustes. Ya me doy por enterado de que los resultados no llegaron a ninguna conclusión.









- Es muy simple Júpiter, todo esto puede ser una estafa. Ya sabes utilería barata que fue adquirida con el tiempo. Hable con el Jefe. La idea principal es armar una sala de elementos extraños, de los cuales hablan de temas ocultos. Fíjate que tenemos figuras extrañas, que parecen salidas de la catástrofe de la edad media, por lo que sugerí que cambiaran el nombre de Sala Hades a Sala de la Parca. ¡Ja! ¡Ja! Aunque no quiso, pero expondremos elementos de alquimia, de ocultismo, las figuras de las efigies





- ¿Hay de ocultismo y alquimia? ¿Momento? Esos libros, no estaban, o por lo menos no los catalogué en mi informe.





- Júpiter, te encuentras perdido en el espacio. Hicieron bien tus padres en colocarte ese nombre. Y aparte de Anónimo. No te registran. Los libros los colocaste tú, al igual que los recipientes, y cuadros alquimistas.





- ¡MMM! No lo recuerdo. Puede que esté muy cansado por ello, de todas maneras. Es muy sorpresivo.





- Estás loco Júpiter. No es nada sorpresivo. Al contrario. A las personas les encanta todo lo que tenga que ver con estos temas, y sobre todo la leyenda que ha corrido por años sobre aquel fantasma, o figura y los asesinatos. Podemos dar un buen show.





- Gracia por la clase de marqueting Erwin, pero te recuerdo que es un museo, no un parque de diversiones, ni agencia de publicidad ¿Y ello?, también esa forma capitalista me irrita. ¿Ese fantasma que haremos?









- Fue el jefe el que tuvo esa idea alocada, ¿Y qué fantasma? No seas idiota



¿Crees en eso? Jamás apareció. Son solo leyendas. Prefiero creer en que saldrá una cerveza sin alcohol. En otras palabras nunca. -



- La vez que entré..................un flash borroso se suscita en mi .......



- ¿Sí?







- ¡No nada! Si supongo que es una falacia literaria oral.







- Eso me encanta de ti. Tú vas a dirigir la Sala Hades.







- Bueno eso ya lo sabía.







- Sí, pero también toda la orquesta fantasmal.







- ¿Eh? ¿Qué le pasa al jefe? No soy ningún payaso,







- No, pero tienes talento. Bueno niño, me voy de aquí. Debo ir a cubrir otro evento. Prepara todo como para ya dar por concluido el asunto de la majestuosa Sala Hades.



Erwin se retiró así que no tuve otra opción que firmar su papeleo. La sala ya tenía un orden predeterminado. Se habían colocado la mayoría de las piezas. Había unos dibujos colgados como cuadros en los cuales un sol iluminaba un árbol de frutas y dos personas levantaban sus manos. Luego otro en la cual se habría varias puertas y uno hombre con una toga oraba unas palabras. Y así se encontraban otros, de la misma especie. Era el arte alquimista del oscurantismo. El tiempo en que se intentaba encontrar la llamada piedra filosofal, y la eterna vida. Libros antiguos con dibujos y escritura de símbolos. Caminé por los alrededores para familiarizarme con ello, pues estaban las estaturas de las









figuras anómalas. Era cierto que en esa época se tallaban como podían. No existía una alineación. Hice una vista completa y fui por el corredor. Ya no temía a ese fantasma; posible espectro. Era como si el miedo se hubiera esfumado por completo. Recorrí hasta la entrada de la sub sala. Allí había nuevas estatuas, y la efigie que me miraba como altanería, daba miedo el solo inspeccionarla. Era idéntica a la que teníamos en nuestro hogar con Gaia.



¿Ahora que lo pienso? ¿La habrá traído ella? No me percaté de preguntarle, podríamos tener un dato. Pues si es de su isla, ya tendríamos información fidedigna. Seguiré inspeccionando.



A la hora apareció la chica de coletas, mi supervisora.





- ¡¡Rayos!! Buen momento para cruzar a Rigel. -



- Júpiter. Has hecho un buen trabajo, a pesar de ser ti.



- Intento lograr al máximo mi desempeño como trabajador de la institución. Todos lo saben – Era una dama desagradable, pero no mala. Pero su sarcasmo era intolerable.







- ¡Je! ¡Je! Eres de responder adecuadamente. Me parece que eres un tipo absurdo, pero eso me agrada. Será una antipatía que no se justifica con nada, pero que da un tanto de placer en el estudio de los terceros mundanos



- Gracias mi lema es mantenerme firme en mis conceptos para que la gente se sorprenda cada día con mis explicaciones y dejen de molestar preguntando.



- No está nada mal. La próxima semana inauguramos la Sala Hades



- ¡¡¡Pero!!!..... ¡¡Restan muchos arreglos!!



- Es lo de menos. Ya está la sala de forma adecuada.



- Es muy pronto.









- Es justo. Así que bien. No hay nada más que explicar. Prepárate para la próxima semana.



- ¡Entendido!





Se fue sin decir nada. Me mantuve firme. Ordenes son ordenes. -





- ¡Bien! , ¡Éste vestido está muy bello Luna!



- Si, es que lo elegí el otro día en este recinto comercial. Deberías comprarte uno. Para impresionar a tu marido. Es parte de la vida conyugal



- ¡No seas graciosa! No es que quiera comprarme algo para él....solo que no puedo, ¿O si podría?



- Vamos ¿No te gustaría impresionarlo' No le has dicho que tendrían citas



- De hecho quisiera, pero he aclarado que todo este matrimonio es una farsa. No me gustaría crearle expectativas de algo que no sucederá.



- A ti en alguna manera de atrae.



- Es que no lo sé. Realmente no lo sé.



- Vives enamorada a sueños infantiles, sin hacer nada. Tus padres, ese amor lejano que ni siquiera te conoce. Deberías comenzar a completar todo ese círculo que corresponde a ti Gaia. A tu persona. Podría seguir regañándote, pero no quiero arruinarte el día – Decía Luna firme con mirada furtiva. Gaia agacho la cabeza asintiendo, en silencio. Era cierto todo lo que venía diciendo, no obstante, dificultaba su estrategia para con sus padres. Ya habían pasado, sin saberlo diez meses. El tiempo para mí estaba inconcluso o eso creo. No solo para mí sino para todos. – Te diré todo lo que tenga que decir Gaia. Dios que frio que hace. Los inviernos en éste país son terribles, no se comparan a nuestra tierra.



- Allá, prácticamente no existe. La isla tiene un clima agradable comparado con estas estaciones.









- Bien, haz lo que debas hacer Gaia, de todas maneras puedes usar tu toque distintivo. ¿Y sabes a que me refiero? ¡Je! ¡Je!



- No es gracioso , para nada subalterna Luna



- ¡Ja! ¡Ja! Soy tu subalterna y tu amiga. No lo olvides, mejor dicho recuérdalo. ¡Ja! ¡Ja!



- Sigamos. Mira ese centro comercial ¿Es nuevo?

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