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memorias truncadas
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memorias truncadas

– ¡mami, mami, estoy de vuelta!
El pequeño maxi corría por los pasillos de la mansión Cadia, hasta llegar a los pies de su madre, quien lo recibe con un fuerte abrazo.
– Maxximillian, mi pequeño tesoro. ¿Puedo saber dónde te había metido?
– Fui con la tía Blowm, ella me llevo con sus amigas a beber alcohol.

El feliz semblante que la paladín tenia al momento de abrazar su hijo, cambio completamente por uno sombrío y aterrador, dirigiendo una fiera mirada a la mujer de cabello rizado y piel oscura que recién entraba en el salón.

– ¡Oye, pequeño bribón! ¡Se su ponía que eso sería un secreto!
– ¡Es cierto! Pero no te preocupes. Mami es muy buena guardando secretos. ¡Cierto mami!
– Ella es precisamente quien no debería saber de este secreto.

Blowm hablaba decaída, sabiendo que el castigo que le esperaba luego por parte de su amiga, no sería nada agradable.

– Blowm, te he dicho miles de veces que el ambiente de una taberna no es adecuado para el correcto desarrollo de Maxi. ¿Qué vas a hacer si el dia de mañana el deseara convertirse en un paladín como su madre? ¿Cómo podría respondería ante loa santa sede con una mente corrompida por tus estupideces?
– Pero Maxi quiere ser un asesino como la tía Blowm
– ¿Eh? ¡No, no, no! ¡Aun eres muy joven para pensar en eso, mi pequeño! Hay muchas otras opciones, deberías pensarlo con más calma.
– ¡Cierto! La tía Kattya por ejemplo, dice que yo seré un gran gigolo.
– No… eso no es…

Las palabras que intentaba conectar Blown, fueron interrumpidas por la punta de la hoja de la paladín, quien amenazaba con cortarle el cuello.

– Te juro que Kattya jamás se acercara a tu hijo de nuevo. Por favor perdóname la vida.
– Suspiro… No solamente Kattya, no quiero que vuelvas a llevar a Maxi a esa taberna de mala muerte, de lo contrario…

– Oigan… no tenía la tía Blown una posada… ¿Por qué están discutiendo acerca de una taberna?

Las dos mujeres volvieron sus miradas al pequeño quedando completamente aterradas al ver como su inocente sonrisa había sido removida y sustituida por una seria mirada, como la de alguien que había vivido miles de años y había experimentado cientos de guerras.

– Ma… Maxi… ¿De que estas hablando? ¿Qué es lo que te está pasando?

Después de la pregunta de su madre, la expresión del pequeño volvió a relajarse, para nuevamente cambiar por una de miedo y llanto.

– Mami… la señorita tras las cortinas da mucho miedo… –decía el pequeño entre sollozos.

Su madre rápidamente lo volvió a tomar entre sus brazos e intercambio una mirada confundida con Blown. No había cortinas en ese salón y ellas dos eran las únicas personas junto al pequeño.


– Maxi… ¿Por qué la olvidaste? Recuérdala…



Aun había secuelas de dolor en la cabeza de Maxi cuando abrió los ojos. Un ligero peso le impedía incorporarse al observar cuidadosamente, pudo notar la cabeza de Madea recostada sobre su vientre. Ella se encontraba sentada a un lado de la cama y se había quedado dormida sobre él, probablemente cuidándolo mientras se encontraba inconsciente. Otra sensación fuera de lugar era la suavidad y tersura que se encontraban debajo de su cabeza. Al mirar hacia arriba se percató que estaba durmiendo sobre el regazo de Dahmi, quien además solo vestía aquella delgada seda con la que vestían a los esclavos en venta dentro de la zona V.I.P. Observando un poco más la habitación, había también una joven mujer de piel oscura y cabellera rubia parada a un lado de la cama, sonriendo de forma maliciosa.

– Vendito entre las mujeres. Siempre supe que serias esa clase de chico… ¿o debería decir chica?
– ¿Tia Kattya? –Maxi estuvo algo sorprendido de ver a Kattya allí, pero enseguida esa incomodidad se fue disipando al encontrar en su mente, recuerdos de haber estado hablando con ella cada mes durante los últimos años. Algo no andaba bien. El claramente recordaba que Kattya había muerto 3 años atrás en una terrible tragedia, mientras luchaba contra los caballeros imperiales, pero ahora junto a esos recuerdos convivían los recuerdos de ella estando viva todo este tiempo. Usando sus tentáculos, hizo a un lado a Madea y Dahmi cuidadosamente para no despertarlas, pudiendo ahora arrojarse a los brazos de Kattya.
– ¡OH! ¡Oye, tranquilo galán! Yo también te quiero –Dijo Kattya al sentirse un poco estrujada por el abrazo de Maxi– Parece que has estado ejercitándote últimamente.
– SI, mi físico ha mejorado bastante últimamente. –Respondió Maxi queriendo presumir la poca masa muscular en sus brazos.

Kattya por su parte tenía su vista puesta era en el par de tentáculos con los que el chico había movido a sus dos compañeras.
¬– Recuerdo que la última vez tenían el tamaño de un dedo meñique. ¿Cómo es que se han hecho tan grandes?
– Siempre fueron así de grandes –Respondió Maxi sonrojado– Es solo que antes no sabía cómo usarlos.
– ¿Eso quiere decir que ahora si los sabes usar bien?
– Mejor de lo que podrías imaginarte.

Kattya y Maxi se miraron fijamente uno al otro por varios segundos, hasta que otra mujer entro a la habitación, mirándolos con una expresión estoica.

– Mocoso ¿De verdad estas coqueteando con mi hermana pequeña, en mi casa, mientras usas un vestido?
– Tía Blown, también es un gusto verte.
– Me gustaría decir lo mismo. Pero el hecho de que estés aquí, seguro no significa nada bueno.

Maxi bajo su mirada por un momento. Ciertamente las cosas estaban bastante mal, tanto con su el padre de Madea, que pretendía venderlo como esclavo pronto y quedarse con el ducado; así como el asunto del futuro cataclismo de este mundo, para el que tenían que prepararse. Ahora también estaba esa nueva cosa con sus recuerdos truncados y los cambios en la historia que él conocía, dados incluso antes de que el regresara a este tiempo. Desde que pudo comprender y aceptar el hecho de que había vuelto en el tiempo, el plan de Maxi era generar algunos cambios que pudieran encaminarlo hacia un mejor futuro donde pudiera proteger las personas que él quería y hacerse lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a Kaku, antes de que el destruyera todos los mundos. Pero los cambios en la historia se habían dado incluso antes de eso. Parecía como si alguien hubiese viajado en el tiempo mucho más atrás y hubiese generado dichos cambios. Aunque no sabía si podría hablar con alguien de esto, al menos se sentía aliviado de que cosas buenas habían resultado hasta ahora de dichos cambios. Kattya estaba viva.
Por otra parte, incluso con eso, no era suficiente para saber si las intenciones de la otra persona eran buenas o malas. Necesitaba comenzar a actuar pronto si quería lograr algo a tiempo.

– ¿Aun quieres tener Montaña negra?

Blown sonrió por un momento, tragando saliva al mismo tiempo Montaña negra era un punto en medio de la cordillera que conectaba el gran imperio con la otra mitad del continente que aún no se había subordinado a este. Una colina que no era tan elevada ni escarpada como el resto de la cordillera, ya que en el pasado La paladín del imperio, es decir la madre de Maxi, la había derribado con su espada y había fundado una ciudadela allí, de modo que sirviera como un punto comercial entre el gran imperio y el resto del mundo, pero dicho punto fue arruinado a causa de la guerra, siendo ahora un lugar donde residían bandidos, indigente y personas desterradas de sus naciones. Aunque era parte del territorio del ducado de Cadia, en realidad nadie gobernaba sobre aquellas tierras y se regían por la supervivencia del más fuerte.

– ¿Así de mal están las cosas? –Pregunto Blown al tener una leve idea de lo que podría estar planeando Maxi. El chico solo asintió en respuesta, respuesta que desanimo en gran manera a la mujer.
– No… No deberías dudarlo Blown –intervino Kattya– Si es con la ayuda de Maxi, estoy segura que podríamos lograr grandes cosas en la montaña negra.
– Tonta. Montaña Negra es la opción de escape de este mocoso. El hecho de que esté planeando usarla quiere decir que su apoyo no nos es muy útil en este preciso momento.
– ¿Entonces es un no? – Pregunto Maxi con una relajada expresión que puso a Blown con los nervios de punta.
– ¿Qué tal si me cuentas los detalles de lo que sea que estés pensando antes de tomar una decisión? Puedes hacer eso por tu tía ¿no es así?
– Supongo que está bien, siempre y cuando me invites una copa mientras hablamos.
– ¿Acaso pretendes que tu madre regrese del mas allá y me corte el cuello? Solo te invitare leche y un tazón de sopa.

Un par de horas después de que Maxi, Kattya y Blown salieran de la habitación, Madea finalmente despertó, hallándose a sí misma en el lugar que debería ocupar su primo. Apurada, se levantó a buscarlo, encontrando en cambio a la joven mujer con la que él había salido del mercado de esclavos.

– Maxi… ¿Dónde está Maxi?
Dahmi señalo con su dedo hacia el exterior de la habitación, a través de una pequeña ventana. Desde allí se podía ver a Maxi, comiendo y bebiendo tranquilamente, mientras conversaba con una hermosa mujer de piel oscura y rizos plateados.
– Cuando desperté la ama Maxi Ya se encontraba hablando con Lady Blown. Nadie en Villa Verde se atreve siquiera a mirarla a los ojos, pero la ama ha estado tratándola como si fueran amigas de toda la vida.

El modo en que Dahmi se refería a Maxi le causo gracia, teniendo que contener la risa. Para Madea que toda la vida había tratado a Maxi como un chico, le resultaba un poco difícil verlo como mujer. Tal vez si aquel malentendido de antes se hubiese quedado sin aclarar, le sería más fácil, pero ahora que sabía que podía ser cualquiera de los dos, le resultaba más cómodo seguir tratándole como siempre.

Madea camino hasta la ventana para observar mejor el exterior. La intención de la chica solo era observar mejor el entorno en que estaba Maxi, por si se llegara a dar el caso en que necesitara ayuda, encontrándose con algo que le hizo sentirse mareada y algo fuera de lugar. Si bien, era algo normal que la mayoría de clientes en una taberna fueran hombres, como lo estaba viendo ella ahora mismo, el problema vendría al ver a las meseras. O más bien el modo como como ellas estaban vestidas. Sus ropas eran demasiado cortas y en algunos casos transparentes; su maquillaje un tanto exagerado y llamativo; muchas de ellas se movían de forma una forma que claramente provocaba a los clientes para que fueran tras ellas. Más que una taberna, aquel lugar era un establecimiento de rameras.

Antes, ellas habían llegado afanadas en busca de ayuda para atender a Maxi luego de que él se desmallara. Por eso Madea no había tenido momento de cerciorarse a qué tipo de lugar entraba, cosa de lo que ahora se arrepentía profundamente.
– Señorita Madea ¿Cree usted que la ama Maxi pretenda hacerme ganar dinero como lo hacen las mujeres de ahí afuera? –Pregunto angustiada Dahmi.
– ¡Maxi nunca haría algo así…! Creo… –Fue difícil no dudar, para Madea, maxi solía ser un chico con el que podía jugar como lo hacía con sus hermanos hasta hace poco. Ella no podía estar completamente segura de lo que haría o no Maxi, sin embargo, quería creer en lo que su propia intuición había estado dictándole hasta ahora, al punto de haberlo seguido hasta este lugar– Yo confió en maxi, pero tal vez solo lo hago porque ahora mismo es mi mejor opción. Cuando el té presento conmigo dijo que tu tendrías que tomar una decisión después. Desde mi punto de vista es un buen motivo para confiar, para alguien cuyo destino era obedecer de forma incondicional.

Dejando que Dahmi pudiera pensar las cosas por sí misma, Madea salió de la habitación, usando una delgada capa para intentar cubrir su rostro. Ella no quería ser vista en este tipo de lugar o ser asociada con alguien de aquel lugar.

Después de escuchar lo que Maxi tenia para decir, Blown tomo un largo trago de su jarro de cerveza intentando enfriar su cabeza. Al hablar con el chico y escuchar sus ideas, se sentía como si estuviera hablando con su difunta amiga. Eso la hacía sentirse cómoda, pero al mismo tiempo asustada. La última vez que habían tenido una conversación como esa fue antes de que ella se fuera a la guerra del otro lado de la cordillera y unos meses más tarde solo regreso su espada y una túnica manchada de sangre.

– Mocoso, si bien lo que me dices es algo que tener en cuenta no solo para mí, sino para cualquiera, las ideas que tienes para afrontarlo son suicidas. Tengo que ver por la vida de mi hermana pequeña y por otras 10 mujeres que cuentan conmigo para proporcionarles trabajo y un lugar seguro para ejercerlo. No creo que esta vez pueda apoyarte. O más bien, puedo brindarte un lugar aquí donde tengo las cosas bajo control, pero lo que me pides hacer…
– ¿Al menos me crees? – Pregunto Maxi a sabiendas que gran parte de su historia sería suficiente para que quisieran encerrarlo en un sanatorio mental.
– ¿Por qué me mentirías?
– Exacto… eres la única persona en el mundo que puede creerme, eres la única con la que cuento. Cualquier otra persona me tacharía de loco, si no es que aprovecha la oportunidad para tener mi cabeza en una charola de plata.
– Y justo por eso es que te ofrezco protegerte aquí en mi lugar –Bowl se puso en pie mirando a Madea y Dahmi que se acercaban y luego volvió a hablar– Dejare que lo consultes con tus amiguitas a las cuales acudiste antes que, a mí, tu querida tía. Por cierto, si me pidieras mi opinión, creo que la más joven es más adecuada para ti. Ella incluso se mostraba más preocupada cuando te trajeron inconsciente.
– SI, estoy seguro que Kattya opinaría diferente.

Después de que Bolwn se fuera, Madea y Dahmi llegaron a la mesa donde Maxi comía. O más bien, sería correcto decir que ellas esperaban que Blow se fuera para poder arribar. Madea se sentó al lado del pelirrojo mientras que Dahmi se quedó parada a un lado.

– Primero me dijiste que nos quedaríamos en una posada, la cual luego resultó ser una taberna –Se quejó Madea– ¿Cómo es que al final estamos en un lugar como este?
– ¿Un lugar como este? ¿A qué te refieres exactamente con eso? –Maxi se hacia el tonto queriendo pasar todo por lo más normal, para que su prima comenzara a familiarizarse con la realidad, pero su plan fue volcado cuando Dahmi intervino.
– La ama Maxi tiene razón. No importa como lo mires, cualquier establecimiento en Villa Verde, ya sea una taberna o una posada… incluso la iglesia. Al caer la noche se convierte en un prostíbulo. Si me permitieran opinar, la taberna de lady Blown es el lugar con las mejores condiciones de trabajo.

– T… Trabajo… eso no es…

Madea se sentía completamente incomoda, al punto que olvido completamente la preocupación que sentía por Maxi y su repentino desmayo, siendo Dahmi la primera que tocaría el tema.

– ¿Se encuentra bien la ama? El tipo de trabajo que se hace en lugares como este suele tener ciertos riesgos, y la ama aun luce muy joven.
– Jajajaja… –Maxi no pudo evitar reír con lo que Dahmi sugeria, pero enseguida explico para evitar malos entendidos– Yo no trabajo aquí, solo estoy de visita. Pero debo decir que incluso si decidiera trabajar aquí, conozco cientos de métodos para evitar las consecuencias de las que estás hablando.
– entiendo… entonces ¿La ama planea hacer que yo trabaje aquí en su lugar?
Maxi miro a la joven mujer seriamente, ya que no era esa la primera pregunta que esperaba recibir por parte de ella. Aunque eso probablemente se debía al cambio de escenario que sucedió de imprevisto.

– Dahmi ¿Quieres tomar asiento por un momento?
– ¿Puedo?
– Adelante.

Luego de que ella tomo asiento, Maxi puso sobre la mesa una roca con algunas runas grabadas en esta y luego la empujo hacia Dahmi.

– Es la llave de tu contrato de esclavitud. Aunque ahora mismo registras como mi propiedad, no tengo intenciones de someterte bajo mi yugo. Hay algo que voy a hacer que es muy peligroso, pero tengo motivos para hacerlo. Motivos que no puedo decirte ahora mismo… a ninguna de las dos. Me gustaría que fueran mis aliadas, pero no las voy a obligar a quedarse a mi lado. Piénsenlo, mañana temprano tengo que volver al ducado independientemente de si Blown decide ayudarme o no. Tienen hasta entonces para decidir.

– Yo ya te dije que estaría de tu lado. –Madea se apresuró a responder de inmediato. Dahmi por su parte miraba aquella runa sobre la mesa sin atreverse a tomarla entre sus manos.
– SI me fuera ahora mismo, probablemente los esclavistas se apresurarían en capturarme de nuevo ahora que conocen mi raza. – Contemplo la joven mujer.
– Cierto –Respondió Maxi– Pero eso es si te fueras después de librarte de la marca de esclavitud que te puse. Tienes ahora mismo la marca y la llave, hay muchas formas en que podrías usar eso.

Maxi levanto su mano casualmente, dejando ver que ya no había ninguna marca en su mano, lo que confirmaba lo que Dahmi sospechaba Aquella pelirroja que la había comprado, no era ninguna esclava. Eso solo había sido una forma de lidiar con el esclavista, ahorrándose muchos problemas. Dahmi tomo la runa de la mesa y la puso entre sus pechos para guardarla allí.

– Si me lo permite la joven ama, ahora que he bebido de su sangre y me ha puesto bajo su dominio, es grosero de su parte que intente despacharme. Ya que conoces mi raza, es muy probable que también conozca nuestras costumbres.
– No soy uno de ustedes si es lo que estás pensando. Pero he tenido tiempo suficiente para estudiar algunas cuantas culturas. Al menos sé que una Dhampir no está ligada a tales reglas.
– ¿una dhampir? –Pregunto ella curiosa.

Ante la ignorancia de la joven mujer sobre dicho asunto, Maxi pudo recordar que, en aquella época, un medio vampiro solo era considerado como un vampiro más. Era un poco molesto tener que explicar eso en aquel momento y decidió dejarlo para después.

Fin del capítulo

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