/ 
¿Una aliada?
Descargar
https://es.novelcool.com/novel/original/id-176721.html
https://es.novelcool.com/chapter/El-error-de-Madea/5391055/
https://es.novelcool.com/chapter/la-villa-verde/5395496/

¿Una aliada?

Después de pasar una terrible noche, preocupada por lo que depararía el futuro para ella, Madea se resignó a salir de su habitación y afrontar el mundo tras sus puertas. Sorpresivamente todo estaba muy calmado allí afuera; como si nada hubiese ocurrido la noche anterior. Incluso si las marcas de aquel desastre saltaban a la vista. La quinta torre de la mansión había sido derribada, gran parte de los jardines destruidos y había manchas de sangre, pertenecientes a los caballeros caídos, regada por todas partes.

– Ugh…!

Saber que su propio poder había causado esto, saber cuán lejos podía llegar en un pequeño descuido, causaba arcadas en la joven. Pero de algún modo logro controlar el impulso vomitivo y continuo su camino a través de los jardines sin un rumbo fijo. Normalmente ella iría a recibir a sus padres que vendrían de algún evento con la nobleza, pero justo ahora no quería ver sus rostros. No sabía lo que haría si tuviera que confrontarlos. Probablemente terminaría siendo engañada por ellos, ella se dejaría engañar. Eso causaría que traicionara a Maxi y no era algo que ella pudiera hacer… ¿No podía?

Madea se detuvo por un instante a pensar cuidadosamente en ello, necesitaba analizar todas sus posibilidades. Pero mientras intentaba centrarse en sus pensamientos, se percató de como a su alrededor la servidumbre estaba hablando. Ellos comentaban cosas sobre lo ocurrido la noche anterior. Más precisamente hablaban acerca de Maxi siendo el perpetrador de aquel ataque y como lo había hecho a causa de su odio hacia la raza humana, ya que el solo era mitad humano.

“¿Qué demonios? Es justo como maxi predijo que sucedería… No puede ser, esto seguro es obra de mis padres, pero él ya sabía de antemano lo que harían. Es más que claro el lado que debo tomar en todo esto. Mis padres son mis padres, pero Maxi es el Duque de Cadia. Cuando llegue el momento de la verdad y demuestre todo su poder y autoridad, nada más va a importar” sin importar como lo pensara. La conclusión de Madea volvía a ser la misma una y otra vez, pero entonces luego de varios intentos volvió a caer en cuenta de algo muy importante. “Si, no importa cuántas veces piense en ello, al final es muy claro lo que debo hacer. Debo apoyar a Maxi con su… debo ayudar a Maxi con…. ¡No puede ser! ¡Ni siquiera sé que es lo que él quiere de mí...! Debo ir a preguntarle.”

Madea se disponía a visitar el cuarto de Maxi, pero solo tras dar unos 3 pasos se topó con Agns y Gerald, sus dos hermanos menores.

– ¡Cuidado, es Madea!
– ¡Tonto! Ella no está aquí por nosotros, solo está aquí por el estúpido de Maxi.

Antes, la reacción atemorizada de aquellos dos, seguramente la habría hecho sentir muy bien consigo misma, pero ahora mismo se sentía como una pesada carga en su corazón. Mas después de que Maxi, quien en el pasado habría reaccionado igual, ahora había demostrado que solo estaba jugando con ella.

– Cof, cof –la joven simulo una tos para calmarse un poco – Ustedes dos ¿Puedo saber que hacen aquí? ¿No deberían estar recibiendo a mamá y papá?

– ¿Qué? ¿Madre y padre?
– Parece que se ha lanzado a sí misma un hechizo de aturdimiento o algo parecido.

Los dos chicos parecían bastante confundidos y preocupados por su hermana mayor. Ella por su parte, sentía na necesidad de golpearlos, pero se contuvo, respiro profundamente y volvió a comenzar.

– ¿Alguno de los dos podría explicarme lo que está sucediendo?

Los hermanos se miraron entre si y finalmente se dignaron a responder.

– Nuestros padres vinieron temprano como todos los días y cuando se enteraron del desastre que causo Maxi se marcharon de nuevo. Reo que iban con el conde Darrel.
– Si. Padre tenía la intención de que fueras con ellos, pero por más que llamo a tu puerta no respondiste. Al final madre le convenció que debías estar muy cansada por tus estudios.
– Luego continuaste durmiendo durante el resto de la mañana hasta ahora que finalmente despiertas.

– ¿Toda la mañana? –pregunto sobresaltada Madea ¬– ¿En qué momento del dia estamos ahora?

–Justo estamos por terminar el segundo periodo del dia.
– Si, ha sido agradable pasar casi medio dia sin que estés sobre nosotros gritándonos.
– ¡Tonto, eso hará que se enfade en serio!

Cuando los dos volvieron sus ojos a Madea, casi quedan petrificados por la mirada de la joven. Su reacción fue huir tan rápido como sus piernas se lo permitían, gritando a todo pulmón por ayuda.
– Malditos mocosos. Yo, no soy tan aterradora. Creo.

– ¿Eso piensas? Yo diría que en realidad eres bastante aterradora.

Madea nuevamente fue sorprendida por lo repentino de Maxi apareciendo detrás de ella. Por un segundo ella quiso desquitar, con él, tomando el cuello de su camisa para golpearlo, pero enseguida entro en razón y lo soltó, dando un paso atrás mientras sus mejillas se sonrojaban.

– Ma… Maxi… millian. Justo iba a buscarte.

– No tienes que forzarte a llamarme por mi nombre completo. Es raro. Mientras estemos en público solo deberías actuar como siempre o los demás comenzaran a sospechar.
– A… ¿actuar como siempre? –Madea no pudo evitar ponerse nerviosa al pensar en lo que “Actuar como siempre” implicaba.
– Si –respondió campante Maxi– Solo sujétame fuertemente y arrástrame lejos de este lugar mientras gritas alguna estupidez. De ese modo podremos buscar un lugar tranquilo para hablar sin preocupación.
– o… ok…

Dudosa, la joven se acercó a Maxi y sin atreverse a darle un maltrato real, rodeo el cuello del chico para retenerle la cabeza contra su pecho.
Ya que, en su vida anterior, no habían tenido mucho tiempo para convivir, por culpa de sus tíos que lo habían vendido, Maxi no había notado hasta ahora lo atractiva que era su prima Madea. Pero ahora que sus cuerpos estaban tan cerca uno del otro, era difícil no notarlo. Su delgada cintura, esbelta cadera y las voluminosas lomas que ahora mismo presionaban su cabeza. Eso sin contar los finos rasgos de su rostro y el dulce aroma que embriagaría a la mayoría de los hombres.

– Tu… pe… pequeño bribón –con su rostro completamente rojo, ella intentaba fingir estar muy molesta con el chico, en una actuación difícil de creer– Vo… voy a enseñarte una lección… hoy aprenderás a ser un hombre de verdad.

Desde la perspectiva de Maxi, eso no llegaría a servir de nada, sin embargo y para su sorpresa, hora mismo algunas personas lo miraban con ojos de compasión. Ellos pensaban que la joven Madea, con su mal carácter, seguro le haría cosas terribles. Aunque el en realidad casi podía disfrutar de la compañía y sus atributos.

– Muy bien, entonces ¿Por qué me estabas buscando?

Maxi guio a Madea a un pequeño bosque en las afueras de la ciudad, mientras que parecía que ella era quien lo arrastraba allí y cuando estuvieron seguros de estar lejos de los oídos de todos, finalmente iniciaron su conversación.

– Bueno, antes mencionaste que eras consiente de los gastos de mis estudios diciendo que era una inversión que hacías en mí. Eso seguro significa que hay algo que quieres que yo haga a cambio ¿No es así? Yo me estaba preguntando ¿Qué es lo que quieres de mí?

Al escuchar las palabras de Madea, Maxi casi brinca de la felicidad. Sin embargo, no había modo de que dejara ver cuán desesperado estaba en ese momento. La noche anterior, después de deshacerse del minotauro, no había podido volver a dormir, pensando en lo que le esperaba solo unos cuantos días adelante. Tener que lidiar nuevamente con la tortura que dañaría al menos la mitad de su cuerpo… no era una experiencia que quisiera repetir. Mucho menos las inmundicias que le harían sus futuros amos si era vendido como esclavo nuevamente.

La necesidad de un aliado era urgente, pero incluso si lo conseguía, no había muchos que realmente pudieran servirle de ayuda. Entre todos los que podía pensar, Madea era la más indicada, ya que sería casi como tener un caballo de Troya. Pero incluso si ella misma se estaba ofreciendo, confiar ciegamente sería una estupidez. Maxi necesitaba cerciorarse primero que tan confiable era la chica.

– Entiendo. Tengo algo uy importante que quiero que hagas por mí. Es lo que me gustaría decir, pero aun no estoy seguro si realmente eres de fiar. ¿Te importaría si te pongo a prueba?

– ¿Una prueba?

– Si, no es nada difícil. Solo quiero aprovechar el viaje de tus padres al condado de Darrel para que nosotros también realicemos un pequeño viaje. Solo nos tomara un par de días y estaremos de vuelta antes que alguien siquiera note que nos fuimos.

– ¿Tu y yo viajando solos? ¿Eso no podría hacer malentendidos con la gente que nos vea?

– Eso es cierto, pero ya pensé en plan para evitarlo. ¿Tienes algunas ropas que ya no te queden?
– ¿Ropa que no me quede? No estoy segura si aún conservo algo de eso. –La negativa de Madea parecía más bien una divagación. Como si ella estuviera intentando ocultar algo que le causaba vergüenza.

– Yo estoy seguro que la tienes. Siempre has guardado todo lo que usabas en el pasado, porque temes que algún pervertido podría usarlo para fines no mencionables. Además, la ropa que usas ahora es toda nueva ya que la que usabas hasta hace un par de meses atrás jamás habría podido contener este par.

Mientras hablaba, Maxi levanto las manos sobre sus hombros para palpar el par de colinas que presionaban sobre su nuca, causando que Madea reaccionara saltando atrás avergonzada, encorvándose para cubrirse, incluso si su ropa ya la cubría lo suficiente.

– co… ¿Cómo pudiste? ¡Maxi, eres un pervertido! ¡No me digas! Lo que en realidad quieres de mi… ¿Lo que en realidad quieres de mi es mi cuerpo?
– eh…

Maxi se disponía a dar una respuesta negativa y corregir su error, pero decidió no hacerlo. Esto le daría la oportunidad de burlarse de ella más tarde.

– No entremos en detalles ahora mismo. Iré a ver la ropa que ocultas en el baúl detrás de tu armario. Estaré esperándote en tu habitación para que podamos partir.
– suspiro… si… ¿eh? ¡No! ¡Espera! –Para cuando Madea reacciono, Maxi ya se había marchado, quedando en su lugar solo una pequeña nube de polvo. –Ah…. ¡Medición! Este chico comienza a sacarme de quicio. Es peor que mis hermanos… No puede ser ¡que estoy diciendo? ¡Es el duque, es el duque! No puedo ofenderle, debo ser una buena subordinada si quiero salvar a mi familia.

Cuando Madea regreso a su habitación se topó con la puerta cerrada con llave, primero pensó en tocar, pero se decidió a no hacerlo y sacar una llave que guardaba bajo la alfombra del pasillo. Necesitaba verificar que en verdad aquel chico no fuera un pervertido que solo quería aprovecharse de ella. Silenciosamente deslizo la llave en la cerradura y abrió la puerta lentamente. Lo primero que observo fue un montón de su ropa que ya no usaba ya que le quedaba pequeña, regada por toda la habitación, incluyendo su ropa interior. “¡No puede ser! El duque… ¡el duque es un pervertido!” impaciente por sorprenderlo con las manos en la masa, Madea abrió la puerta de golpe, sin lograr encontrar a Maxi. En lugar había una hermosa jovencita desnuda, de piel pálida y una larga cabellera roja. Sus brazos lucían bastante frágiles, hacían pensar que podría romperse si la sujetaba muy fuerte y además… además…
– Ma… ¡Maxi! ¿Eres tu maxi?
– ¿Madea? Que descortés de tu parte entrar sin avisar –Respondió Maxi usando una sábana para cubrirse.
– Lo siento… ¡Y una mierda! ¿Cómo es que eres una chica? ¡Estoy segura! Cuando eras pequeño ayude a la tía Leslya a cuidarte. ¡Eras un niño, yo lo vi con mis propios ojos!

Madea gritaba sobresaltada, lo cual podría ser peligroso si alguien más llegaba a escucharla. Rápidamente Maxi uso uno de sus tentáculos para envolverla y atraparla, cubriéndole la boca, mientras cerraba la puerta con otro.

– Pequeña tonta, será mejor que controles esa lengua tuya –Justo ahora la intención asesina de Maxi era tan fuerte que logro causar un terrible accidente a la chica. Era la segunda vez que sucedía, ya había pasado cuando recién había vuelto– Ok, creo que me estoy excediendo un poco, pero esto es algo que jamás debes mencionar. –El tentáculo que sujetaba con fuerza a Madea se aflojo para liberarla en el suelo y Maxi se dio media vuelta para continuar eligiendo un vestido que ponerse.
– Lo siento… –La voz de Madea apenas se escuchó en un susurro, pero Maxi continuo en lo suyo– De verdad lo ciento. –Intento ella nuevamente en un tono más fuerte. Otra vez no hubo respuesta– Yo… ugh… yo de verdad…ugh–

Cuando parecía que la chica podría romper en llanto en cualquier momento, Maxi la rodeo con sus brazos fuertemente para reconfortarla.

– Esta bien. Sé que lo estas intentando con todas tus fuerzas.

Maxi podía recordar. En su anterior vida hubo un corto periodo de tiempo en el que no tuvo que ser un esclavo. Fue justo después de que este primer mundo colapsara. Madea tomó las riendas, liderando a los sobrevivientes, contra los carroñeros del nuevo mundo que venían a por ellos y cualquier cosa útil que encontraran en las ruinas recién surgidas, para apoderarse de todo lo que pudieran. Madea quien ya no estaba bajo la opresión de sus padres, volvió a acoger a Maxi en su familia. Ella lucho fieramente en las líneas del frente, junto a su esposo e hijos, pero al final fue traicionada por aquel a quien amaba y apuñalada por la espalda. La resistencia cayo y los carroñeros se apoderaron de todo, incluyendo a Maxi y otros sobrevivientes que fueron vueltos a la esclavitud.

Si bien, aquella Madea había luchado fieramente por la humanidad y por su familia, la mocosa que actualmente Maxi estaba sosteniendo entre sus brazos, a punto de romper en llanto, era una chica que venderia a sus propios hermanos si sus padres se lo ordenaban. Por ese motivo era que Maxi se veía en la necesidad de ponerla a prueba antes de decidir tomarla como su aliada en todo este asunto. Aunque al ver cuán fácil se rompería al estar en esta situación de tener que enfrentar a sus padres, el comenzaba a dudar si realmente era buena idea.

– No tienes que pasar por esto si no quieres –Sugirió Maxi– Aun puedo buscar a alguien más que haga lo que necesito.

Por un segundo Madea sintió alivio, pero enseguida ese alivio se convirtió en un terrible temor. ¿Qué destino le deparaba a ella y su familia? No podía solo quedarse quieta mirando como todo se desmoronaba ante ella.

– Dime… ¿Qué va a pasar con mis padres? Sé que estaban intentando confabular contra ti, pero. Si logro convencerlos de no hacer nada malo ¿Podrías perdonarlos? ¿Podrías perdonarme a mí y mis hermanos?
– Sí, es cierto que no puedo castigarlo por un crimen que aún no han cometido –Maxi se rasco la mejilla, sentándose a un lado de ella– Ciertamente tú y tus hermanos son inocentes hasta ahora, pero tu madre, mi tía, hermana de mi madre, está siendo arrastrada al abismo por el imbécil de tu padre. Él es un hombre con muchos crímenes encima y si nadie lo detiene, al final acabara por hundir al resto de tu familia.

Madea no volvió a responder. Ella no sabía si lo que Maxi decía era real o no, era algo que tenía que ver por su propia cuenta, pero si era cierto, necesitaba detenerlo para salvar a su madre y hermanos… incluso ella misma. La enjugo las lágrimas que recorrían sus mejillas, respirando profundamente para conseguir algo de valor y finalmente confirmo a Maxi.

– Voy a hacerlo… Tengo que hacerlo. Déjame tomar esa prueba tuya.
– Muy bien. ¿Podrías comenzar por ayudarme a elegir algo para vestir? También necesitare algo de tu maquillaje mi rostro parece ser fácil de reconocer.
– Comprendo. Yo también necesito un cambio de ropa porque…

Su explicación se detuvo antes de comenzar. Incluso si la persona a su lado era una chica y no un chico, aun sería muy vergonzoso admitir el accidente que acababa de ocurrirle. Sin pensarlo mucho ella comenzó a desvestirse para cambiar su ropa, preocupándose más por ocultar su accidente que su propia desnudez. Maxi, que casualmente, (por el poder del libretista), bebía un vaso con agua, no pudo evitar ahogarse, toser y escupir, al mirar cuan majestuosa y bella era Madea. La Madea Mayor que el recordaba deslumbrando en el campo de batalla, era aclamada por las masas a causa de su belleza. Pero la joven Madea que se había desnudado frente a él, no tenía nada que envidiarle. Por lo general tal belleza permanecía oculta por los ostentosos vestidos y joyería que su padre le obligaba a usar para resaltar su belleza, pero ahora Maxi podía decir sin temor a equivocarse que, si aquella chica vistiera de forma más sencilla y delicada, no habría necesidad de esperar su desnudes para contemplar su real belleza.

– ¿Te encuentras bien?

El corazón de Maxi fue puesto bajo prueba de fuego, cuando Madea se acercó para sobar su espalda. El contacto de susb pieles causo que su rostro también se pusiera muy rojo.

– ¡No puede ser, parece que estas enfermando! ¿Estas segura que es buena idea que salgamos ahora mismo?

Ahora la joven se había puesto en frente de Maxi para tomar su temperatura a través del contacto. Las hermosas colinas gemelas se mecían en frente de los ojos del pelirrojo Creando una sensación de culpa, ya que Madea solo se estaba sintiendo así de cómoda al pensar que Maxi era una chica… Aunque no es como si no lo fuera, pero al mismo tiempo no lo era y tampoco era un chico. Para la raza de los engendros que era hemafrodita, la decisión de un género, era más como una elección de roles convenientes en el momento de elegir pareja o reproducirse. Pero había incluso entre ellos, quienes estaban bien ejerciendo ambos roles. En casos más extremos también los había, quienes se reproducían solos.
Ahora en el caso particular de Maxi, no tenía ninguna preferencia en específico en cuanto a definición de género. Sin embargo, desde pequeño su madre le había recomendado tomar el rol de un chico. En un principio no sabía el motivo de ello, pero ahora, y después de todo lo que había tenido que sufrir como esclavo, era bastante claro. Si otros nobles se enteraban de que podía ejercer perfectamente el rol de una fémina, el destino que le esperaba no era muy agradable. Muchos querrían sacar provecho de “la joven noble”.
En cuanto a las preferencias sexuales de Maxi. Solo diremos que ya había tenido suficiente de los hombres durante su tiempo de esclavitud.

Dicho lo anterior, Incluso si ya había vivido por algunos cientos de miles de años, Justo ahora, Maxi estaba en un cuerpo adolescente, completamente débil a la tentación de la carne. Era difícil para el no sacar provecho de la situación que se le estaba poniendo en frente y decidió fingir un ligero mareo para tropezarse y colgarse de los brazos de Madea. Solo fueron unos pocos segundos de contacto antes de que recuperara la compostura y se parara sobre sus propias piernas.

– Estoy bien, no hay de qué preocuparse. No podemos aplazar esto ya que el tiempo es nuestro enemigo ahora mismo. No sabemos si tu padre nos dé una oportunidad como está nuevamente. –Maxi intentaba sonar lo más serio posible para que su prima no sospechara nada de lo que acababa de suceder.
– Comprendo –acepto ella inocentemente para continuar cambiando sus ropas.

Fin del capítulo

Informe
<<Prev
Siguiente >>
Herena perez
Donar
Catalogar
Ajuste
Fuente
Arial
Georgia
Comic Sans MS
Tamaño de la fuente
14
Antecedentes
Informe
Donar
Oh no, este usuario no ha configurado un botón de donación.
English
Español
lingua italiana
Русский язык
Portugués
Deutsch
Éxito Advertir Nuevo Se acabó el tiempo NO Resumen Más detalles Por favor califique este libro Por favor escribe tu comentario Respuesta Seguir Seguido Este es el último capítulo. ¿Estás seguro de eliminar? Cuenta Le hemos enviado un correo electrónico con éxito. Puede consultar su correo electrónico y restablecer la contraseña. Has restablecido tu contraseña con éxito. Vamos a la página de inicio de sesión. Leer El tamaño mínimo de tu portada debe ser de 160 * 160px El tipo de portada debe ser .jpg / .jpeg / .png Este libro aún no tiene ningún capítulo. Este es el primer capítulo Este es el último capítulo Vamos a la página de inicio. * El nombre del libro no puede estar vacío. * El nombre del libro ha existido. Al menos una foto Se requiere la portada del libro Introduzca el nombre del capítulo Crear con éxito Modificar con éxito No modificar Fallar Código de error Editar Borrar Sólo ¿Estás seguro de eliminarlo? Este volumen todavía tiene capítulos Crear capítulo Doblez Eliminar con éxito Introduzca el nombre del capítulo ~ Luego haga clic en el botón 'elegir imágenes' ¿Estás seguro de cancelar la publicación? La imagen no puede ser menor de 300 * 300 Ha fallado El nombre no puede estar vacío El formato del correo electrónico es incorrecto La contraseña no puede estar vacía Debe tener entre 6 y 14 caracteres Verifique su contraseña nuevamente