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La habitación de Gard
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La habitación de Gard

La mañana del siguiente dia comenzó a alumbrar sobre un agotado Maxi. Gracia a que la noche anterior se habían presentado algunas personas de más de lo que había planeado en un principio, había terminado agotando toda su energía espiritual hasta quedarse dormido, no sin antes darles algunas instrucciones para conseguir materiales y que subieran sus niveles.

– No otra vez. –Maxi susurro para sí mismo cuando al intentar levantarse, al igual que la mañana anterior pudo sentir un ligero peso que se lo impedía. Cuidadosamente miro debajo de su cobija, encontrando esta vez a una Kattya en paños menores, con un brazo y una pierna enrollándose alrededor de su cuerpo, el cual también se encontraba semidesnudo.

Probablemente si se tratara de otra persona, maxi se sentiría un poco acorralado y evitaría despertarla para no tener que lidiar con una molesta situación. Pero en el caso de Kattya era alguien con quien tenía mucha confianza. De hecho, en el pasado incluso solían bañarse juntos. este nivel no era nada en comparación a sus acciones pasadas.
Maxi dio un pequeño toque en la mejilla de la joven causando que hiciera un sonido extraño y luego comenzó a hablar dormida.

– Maxxi… millian.
“¿Me habla mientras duerme? Que tierna. Pero ¿Por qué usaría ella mi nombre completo si siempre está llamándome como me llaman todos?
– No me odies… lo siento… he hecho cosas malas…
“Pequeña tonta. Si de cosas malas hablamos, yo he llegado a lo más bajo que se pueda caer. No podría odiarte incluso si intentaras apuñalarme”

En ese momento Maxi se sentía muy agradecido de esta nueva oportunidad de vivir que le había dado Naytte. El no solo tenía algunos nuevos recuerdos sobre Blown y Kattya, sino que tenía la oportunidad de hacer aún más con ellas y de ayudarlas y evitar que murieran prematuramente como en su vida anterior. Ligeramente acomodo su brazo alrededor de ella y beso su frente. Aquel ligero movimiento de algún modo logro despertarla. La joven se quedó mirándolo con sus mejillas sonrojadas y luego volvió a cerrar sus ojos extendiendo un poco sus labios, como invitándolo a que la besara directamente en seductora boca.

– No pienses que voy a hacerlo –replico dando un suave golpe sobre su frente.
– ¡Ay! ¡eso es violencia doméstica, voy a acusarte con la hermana mayor! –respondió ella en tono de broma.
– Si claro como digas… ahora, ¿quieres soltarme allá abajo para que pueda levantarme? Hoy va a ser un dia muy ocupado.
– Jajaja, solo quería sentir un poco más del lado pervertido de Maxi. ¬– Kattya se burlaba mientras se ponía en pie, tomando un traje ligero para vestirse.
– Solo es una reacción fisiológica normal. Todos los chicos están así en las mañanas. – Respondió Maxi un poco avergonzado, apresurándose a vestirse también.
– Dices chicos, pero aun sigues usando ese tipo de ropa. ¿No prefieres que comiencen a llamarte Lady Maxy?
– ¡Tonta, esto es solo por seguridad! ¡Seria peligrosa si personas indeseadas me reconocieran mientras estoy fuera de mi feudo! Probablemente no regresaría con vida a casa.

Escuchar tales palabras por parte del chico hizo que Kattya se sintiera mal por lo que acababa de decir. Ahora no tenía idea de cómo disculparse y termino saliendo de la habitación sin decir nada más.
Cuando mxi también dejo la habitación, las hermosas mujeres que trabajaban en el lugar comenzaron a saludarle haciendo una reverencia.
– Tenga un buen dia Lady Maxi – decían cada vez ellas.
Confundido por la situación Maxi miro en todas las direcciones posibles, buscando a quien pudiera consultar y cuando por fin su mirada se cruzó con la de Kattya, está la desvió hacia otro lugar, mostrándose un poco molesta.
“¿Qué rayos? ¿De verdad fue tan lejos para gastarme una simple broma?” pensó Maxi rascándose la cabeza incómodamente.

Con los incomodos saludos, Maxi camino hasta la barra, donde actualmente se encontraba atendiendo Gretthya, la joven con alas de ave en lugar de brazos.

– ¡Maxi…! ¡Digo, Lady Maxi! ¡Tenga un buen dia!
– No hay necesidad de ser tan cortes, puedes llamarme solo Maxi –Quiso corregirla el con una sonrisa incomoda– ¿Sabes donde esta Blown y las demás?
– Esto… Lady Blown envió a la señorita Madea y la hermana Thirthyth junto con las demás a recolectar algunos de los materiales que pediste. Luego ella salió a atender algunos asuntos urgentes en la villa.
– Entiendo –maxi dijo de forma comprensiva y luego se quedó pensando por varios su siguiente acción. Sabia de su vida pasada de una librería en la Villa Verde, sin embargo, podría ser que al igual que el establecimiento de Blown hubiera cambiado completamente o ni siquiera existiera. Por eso sería mejor si preguntaba antes de ir a buscar– Gretty, ¿sabes si en Villa Verde hay alguna librería donde pueda buscar algo de información?
– ¿Gretty…? –Repitió nerviosa la chica ave, pero rápidamente recupero la compostura y respondió– ¿Te refieres a ese lugar de informante llamado la librería? Si es el caso puedes encontrarlo a tres calles de aquí. Esta justo detrás del gran salón de eventos.

La librería no era exactamente lo que Maxi recordaba. Al igual que otras cosas en esta villa, había tenido varios cambios, aunque virtualmente aún se conservaba como una biblioteca. En el interior, más que lectores, se encontraban gente del bajo mundo como informantes, asesino, casa recompensas, entre otros. Además de algunos nobles y personas ricas que como el, venían en busca de información. La información que Maxi buscaba no era algo que pudiera compartir con los demás. Probablemente había quienes lo sabían ya, pero en ese caso no sería bueno si esas personas descubrían que él iba tras la misma información. Por ello, Maxi fue directamente a los libros, tomando algunos al azar, mientras camuflaba lo que realmente le interesaba. Luego bajo al sótano, un lugar lleno de estantes con más libros, donde podría leer tranquilamente.
Mientras leía, el pelirrojo se topó repentinamente con una extraña somnolencia. Como si alguien estuviera aplicando algún tipo de técnica para inducirlo a dormir. Maxi se afano en ponerse en pie y tomar un cuchillo corto que guardaba entre su vestido mirando en todas direcciones.
– ¿Quién está ahí? –levanto su vos con furia, pero no octavo ninguna respuesta. En su lugar comenzó a oírse una dulce voz que tarareaba una canción. Una voz que resultaba muy familiar para Maxi– ¿Qué demonios? ¿Naytte? ¡Eso no puede ser posible! ¡Quien quiera que seas muéstrate, o de lo contrario no me culpes por no mostrar compasión!

Una risa se oyó, como si alguien pasara corriendo entre las estanterías, viéndose en medio de estas una silueta femenina a través de algunas cortinas. Maxi corrió detrás intentando seguirla, pero el lugar estaba completamente vacio. Solo había un largo pasillo y al final de este una puerta oscura, con un par de cortinas blancas que cubrían la puerta. Maxi camino hacia dicha puerta, notando al acercarse, la luz de una lámpara de aceite del otro lado de la puerta. Parecía que allí había una habitación, con una mesa en el centro, en la que había una persona leyendo.

– Maxi ¿Por qué la olvidaste?

Nuevamente la voz de Naytte se escuchó, esta vez proviniendo detrás de Maxi. Él regreso su mirada para no encontrar a nadie y cuando volvió a mirar al frente ya se encontraba pasando a través de las cortinas, para terminar dentro de la sospechosa habitación. Sentada junto a la mesa había una joven con raro aspecto. Ella tenía una piel dorada y plateada y de su torso salían cuatro extremidades superiores. Con dos de ellas bebía el té, comiendo galletas, mientras las otras dos sostenían un pequeño libro negro, con unas letras ilegibles en las tapas.

–Lo siento, no era mi intención interrumpir –Se disculpó maxi, sintiendo un aire helado por toda la espina dorsal.
– Hmmm… no te preocupes por esas pequeñeces. – la voz que provenía de aquella mujer, que regreso una aterradora mirada inexpresiva, sonaba como si muchas personas hablaran al mismo tiempo. Era sumamente aterrador, pero lo más aterrador era que ella apenas si había movido sus labios con algo de pereza, para dejar salir tal potente sonido. –Después de todo, te he estado esperando por mucho tiempo… Maxximillian Cadia.

Maxi trago saliva al escuchar su nombre ser pronunciado por la extraña entidad femenina. Quería responderle, o más bien preguntarle a cerca de cómo lo conocía, pero las palabras no salían de su boca. Aquella sensación, podía recordar haberla sentido en otras ocasiones cuando era niño. Era un terror difícil de describir.

– Ara… al parecer mi forma original es algo difícil de procesar. ¿En ese caso debería tomar una forma que te resulte más familiar? –En cuanto sus palabras terminaron, la forma de la joven había cambiado, luciendo ahora como la apariencia de Naítte.
– ¡Tu…! ¿Cómo te atreves? –Al ver a aquella entidad tomando la forma de la chica que podía considerar una de las personas más importantes en su vida, Maxi no pudo contener una terrible aura asesina hacia ella.
– hmmm… pensé que esto te haría sentir mejor, pero parece que me equivoque. –su forma volvió a cambiar, esta vez era una forma promedio, de una chica promedio al azar– me pregunto si así está mejor.

Maxi volvió en sí mismo, comprendiendo que lo que había hecho no era apropiado. Justo ahora no tenía la capacidad de enfrentar una entidad de tal calibre. Antes había intentado hacer una estimación de su poder, pero fue como si intentara mirar dentro de un enorme abismo. Ella era sumamente aterradora, pero había tenido la amabilidad de no golpearlo por su grosero comportamiento.

– ¿Puedo saber quién eres y que es lo que quieres de mí?
– ¿Quién soy? ¡Vaya que realmente me has olvidado, aunque eso probablemente sea mi culpa… tal vez me propase un poco con esa magia… No importa eso ahora. En cuanto a lo segundo, no es lo que yo quiero, sino lo que tú necesitas en este momento.

La joven extraña hizo un leve ademan sobre la mesa con su mano y sobre esta aparecieron un par de libros uno de ellos titulaba la historia Greisca, el cual era un conjunto de datos recolectados por diferentes historiadores, sobre los eventos importantes en el gran imperio. La otra era la enciclopedia natural de Edam. Era una colección de datos sobre todas las especies de fauna y flora existentes en este pequeño mundo, tanto los que un vivían, como los que se habían extinguido hace mucho tiempo.
Incluso si había muchas cosas que Maxi podía recordar de su vida pasada acerca de este pequeño mundo gracias a su vida anterior, ya que su vida en este lugar fue relativamente corta, casi todo era a través de libros y cosas que se habían recuperado después del colapso, y unas pocas vivencias en carne propia. Sin embargo, la mayoría de datos se habían perdido, así como las vidas de muchas criaturas. Aunque el ninhem ciertamente no carecía de especies, si algo habían aprendido Casi todos allí durante los siglos, es que, aunque se consideraran la misma especie, los humanos de un mundo A, no siempre serian lo mismo que los humanos de un mundo B.

– Ciertamente parece que tienes una gran sed de conocimiento, pero podrías indigestarte por tener mucho a la vez. Por ahora te dejare tener esos dos libros para tu deleite.
Maxi dudo un momento, pero al final tomo los libros, sin embargo, antes de leerlos volvió a mirar a la mujer queriendo confirmar su identidad.
– No me respondiste antes ¿Quién eres?
– ¡Cierto!... aunque como dije eso no es importante… Bueno no es como si hiciera daño presentarme. Mi nombre es Gard que significa guardián y esta es mi habitación de los grimorios. Aunque últimamente he estado algo aburrida y comencé a añadir otro tipo de conocimiento a mi colección. Vale, eso debería ser todo por ahora, pero siempre eres bienvenido de vuelta cuando necesites algo de mí.

Tras terminar sus palabras Gard se desvaneció en el aire, siendo seguida por la estantería y mesa en la habitación. Enseguida la luz de la lámpara se apagó y todo lo demás se oscureció por completo…

–… pierta… Maxi… ¡Despierta!

Con suaves cachetadas en sus mejillas el joven recobro el conocimiento. La persona que lo estaba llamando era Blown quien parecía preocupada por su condición. Cuando el abrió los ojos ella suspiro con alivio y luego lo miro con firmeza para regañarlo.

– Si tu salud esta tan mal, no debería salir descuidadamente a la calle sin ninguna compañía. Es demasiado peligroso. Siempre que lo necesites podrías pedir a cualquiera de las chicas que te acompañe.

Confundido Maxi sobo su cabeza y miro a su alrededor. Se encontraba de vuelta en la taberna, probablemente en la habitación principal. ¿Podría ser que lo de hace un momento solo había sido un sueño?

– ¿Qué sucedió? ¿en qué momento del dia estamos?
– Tu… –Blown se sintió un poco molesta, pero suspiro y solo respondió– Te encontramos inconsciente justo en frente de la taberna con esos dos extraños libros en tus manos. Aún estamos en el primer periodo del dia.

Blown volvió a molestarse al ver que Maxi no le respondía y solo se quedaba absorto en sus pensamientos, haciendo que quisiera molestarlo un poco.

– Además envié a esas dos compañeras tuyas en una larga misión junto con algunas de mis chicas, por lo que nadie vendrá a molestarnos en un largo tiempo. No te pasan algunas ideas por la cabeza…
Blown no terminaba de hablar cuando el brazo de maxi la aprisiono contra el bordo superior de la cama, haciéndola caer sentada sobre el colchón.
– No se… dime, ¿Qué tienes en mente tú?

En definitiva, esa no era la reacción que ella esperaba de Maxi. El ya no era el pequeño voluble del que se podía burlar que solía conocer. Ahora era un hombre… incluso si estaba vestido de mujer y lucia hermosa con el maquillaje. Dejando detalles fuera, ahora los ojos de Blown se habían perdido en la mirada de maxi. Eso no hacía sentir muy cómoda a la mujer, ella era mucho mayor. De hecho, ya que Manna, la madre de Maxi y Blown eran contemporáneas, ella misma podría ser la madre del chico.

– Yo… estaba pensando en lo que le decías anoche a Kattya. –Ella decidió cambiar el tema antes de que todo se hiciera más incómodo– eso no era parte de la adivinación ¿Cierto? ¿Era algo que tenía que ver con la conversación que tuvimos antes?

Masi asintió con la cabeza para luego soltar un largo suspiro. Fue hasta ese momento que finalmente noto aquel par de libros en la mesa que se encontraba a un lado de la cama. Eran exactamente los dos libros que le había dejado aquella extraña entidad antes de marcharse. “Entonces no fue un sueño… ¿Cómo era su nombre? ¿Guardiana? No… Gard… la habitación de gard…”
El chico comenzó a hacer memoria con su cabeza completamente revuelta. Sabía que había escuchado algo como eso, pero no podía recordar con exactitud. Eso fue hasta que a su mente vino una vieja historia del Ninhem…

Había una vez un mago egoísta que quería tener en su poder el conocimiento de todos los demás magos. Para llevar a cabo su ambición creo un grimorio en blanco y puso en su interior un hechizo que copiaría el contenido de cualquier investigación de otros magos, guardándola para sí mismo. El mago puso su plan en marcha y robo la investigación de miles de magos. Fórmulas mágicas, creación de hechizos, grimorios… todo fue a parar en el interior de aquel grimorio en blanco. Los demás magos, muy enojados por aquello se pusieron de acuerdo, lo enfrentaron y lo vencieron, quedando atrás solo aquel grimorio en blanco, el cual acordaron destruir para no caer en la misma tentación. Sin embargo, por más que lo intentaron, ninguno tuvo el poder suficiente para destruir el grimorio. Un hombre misterioso vino a ellos con una sugerencia. Tenía en su poder los mejores materiales que se podrían conseguir para construir un sello físico, el grimorio debía ser sellado. Todos accedieron a aquel plan y el hombre misterioso llevo el grimorio y los materiales a la puerta de la mejor herrera de todos los tiempos; la gran Eule. Muchos conocen la historia a partir de este punto. Por aquel entonces Eule se encontraba en un reto para sí misma y era forjar armas que tuvieran voluntad propia. Luego de recibir aquel grimorio y los materiales para forjar el sello, no pudo evitar la tentación de aplicar su técnica con aquella creación y así fue como nació la primera de sus hijas. Su nombre era Gard Grimore y su forma original era la de guardas de un libro con brazos dorados que sujetaban fuertemente este en su interior.

No mucho se sabe de la historia de Gard Grimore después de la guerra de Aistas contra los 7 reyes demonios, pero es bien sabido que muchas de las armas de Eule con voluntad propia vagaban por el mundo buscando un compañero al cual pudieran servir.

– ¡Eso es, esa era ella! –Exclamo Maxi al tener en mente una posible identidad para la entidad misteriosa, pero enseguida de aquella respuesta llegaron más preguntas– Si en verdad era ella ¿Cómo es posible que se encuentre aquí en Edam? ¿No era ella del Ninhem? ¿Por qué vendría a un pequeño mundo como este? Para comenzar, en este tiempo ella ni siquiera ha sido creada. La única posibilidad es que en aquel momento lo que Naítte quería darme en realidad era…

Al intuir lo que sucedía, Maxi pensó en regresar inmediatamente a la librería para volver a buscar a Gard, pero cuando se disponía a hacerlo, la vos de Blown le detuvo.

– ¡Maxi! ¿No crees que has estado actuando mal últimamente? – Cuando el chico volteo a verla, Blown tenía una siniestra expresión en su rostro.
– ¿Blown? Que… ¿Qué está sucediendo?
– has estado actuando mal y necesitas ser corregido. –Blown tomo en sus manos un látigo y señalo al joven– ¡Chicas ahora!

Ante la señal de Blown, tres de las mujeres que trabajaban en la taberna entraron a la habitación, saltando sobre Maxi con la intención de atraparle.

Fin del capítulo

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