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El error de Madea
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El error de Madea

Desde simples horquillas, aplasta dedos y bisturíes, a cosas más grandes y brutales como potros, aplasta cabezas e incluso una doncella de hierro. Todo el cuerpo de Medea se estremeció al contemplar con sus ojos las atroces herramientas que guardaban sus padres en aquel sótano. Con esta nueva información, de algún modo conversaciones antiguas que había escuchado de ellos, y que antes no podía comprender, ahora cobraban sentido. Cosas como, “deshacernos del engendro”, “dejar que el animal sufra un poco” y algunos otros insultos que normalmente no habría asociado con alguna persona en particular, pero que ahora, con la confesión que le había hecho su primo Maxi minutos atrás, ahora quedaba completamente claro.

“Esto no es… No puedo permitir algo como esto”. Pensó para sí misma Madea. “Mis padres… estas personas… ellos están a punto de cometer un crimen muy grave. Mis hermanos y yo seremos arrastrados con ellos si me quedo de brazos cruzados”

Probablemente en otras condiciones, Madea habría huido a su habitación, intentando ignorar las acciones de sus padres. Sin embargo, tras haber observado horrorizada la mirada perdida de Maxi, su instinto le decía que los planes de sus padres seguramente fracasarían. No quería terminar involucrada como una cómplice, cuando el chico los atrapara. Su mejor opción era interponerse a los planes de sus padres antes de que ellos lograran ejecutarlos y luego, de algún modo, convencerlos de no continuar conspirando contra él.

Ella asomo su cabeza fuera de las puertas de aquel sotano, queriendo cerciorarse que no hubiese sido vista allí por la servidumbre, y luego sello las puertas a su espalda.
– Tenía planeado sorprender a mis padres con esto en la próxima demostración pública, pero supongo que ahora tendré que guardarlo como un secreto para siempre.
La joven se quitó uno de los blancos guantes que cubrían sus manos y con un cuchillo hizo un ligero corte en su dedo medio, para dibujar un circulo de invocación en el suelo. Ella había estudiado en secreto la magia de invocación. Para la nobleza imperial, era importante que sus hijos conocieran una amplia variedad de hechizos de combate, ya que por lo general de esto dependía el rango militar que podrían obtener cuando el imperio fuese a la guerra contra otras naciones. Tener a una dama como ella conociendo múltiples hechizos, seguramente sería bien recibida en matrimonio por un noble de alto rango. Esa era la Meta que Madea tenía en su corazón hasta aquel momento. Era lo que sus padres le habían inculcado.

Tras completar el círculo mágico y recitar unas cuantas palabras, el oscuro sótano se ilumino y siguiendo al resplandor apareció un enorme minotauro, hincando su rodilla ante ella en espera de una orden.
– Destrúyelo todo –Ordeno la joven, pensando en deshacerse de aquellas cosas. Si usaba otro tipo de hechizo para hacerlo, probablemente quedarían rastros de su mana, pero siendo aquel minotauro el que lo hacía, en cuanto completara su orden se marcharía de vuelta a su origen, quedando solo los rastros del mismo y no de la joven.

Dada la orden, Madea se marchó del lugar mientras oía un gran estruendo de madera y metal rompiéndose bajo los golpes del minotauro. Su corazón palpitaba fuertemente al ritmo de los golpes. Ella estaba muy asustada por lo que acababa de hacer, por lo que sabía que sus padres estaban haciendo, pero, sobre todo porque esta era la primera vez en su vida que se oponía a la voluntad de sus padres.

Al inicio del periodo nocturno Maxi ya se encontraba en su cama durmiendo. El joven pelirrojo se había devanado los sesos intentando comprender su actual situación y como había ocurrido. Al final del dia estaba completamente exhausto. Su joven cuerpo no estaba preparado para manejar los mismos niveles de estrés que su mente. Ahora dormía plácidamente en su cama tan cómodamente como no lo había hecho durante muchas eras, sin percatarse del bullicio afuera de su ventana. Delgadas hojas de espada chocaban contra la pesada hoja de un hacha. Varios hechiceros recitaban hechizos y luego gritaban de dolor al ser golpeados.

Otro par de sonidos también se oyeron en el inicio de aquella noche. Toc, toc, toc… Alguien golpeaba fuertemente a la puerta de la habitación de Maxi. El segundo sonido correspondía a las voces de dos sirvientas que llamaban constantemente, intentando despertar a Maxi.

– ¡Joven maestro! ¡Joven maestro, despierte por favor!

Pero incluso con los gritos, golpes y el suelo estremeciéndose, Maxi no despertaba. Él se encontraba en un apacible y placido sueño. Se encontraba a si mismo acostado en un gran prado verde, con su cabeza reposando sobre el regazo de Naítte. Ella tarareaba una canción alegremente, mientras tejía trenzas con el cabello del chico. De pronto ella se detiene y con una sonrisa comienza a mover sus labios, pero su voz no logra llegar hasta los oídos se Maxi. En su lugar era la voz de dos sirvientas de la mansión la que llegaba, llamándolo con afán.

– ¡Joven maestro! ¡Joven maestro, despierte por favor!

Maxi miro de nuevo el rostro sonriente de Naitte, conteniendo las lágrimas. “Es cierto, esto no es real”, pensó, mientras dejaba que el sueño se fuera, siendo despertado por fuertes sacudidas.

– e… ¿Esta temblando? –Fue lo primero que imagino, pero enseguida se percató que no era eso. En el exterior había un fuerte bullicio, como de una gran batalla y uno de los bandos tenia a un guerrero que golpeaba tan fuerte que causaba que el suelo y los muros temblaran– ¿Qué demonios?

Maxi tubo que contener su risa al ver la escena. Varios de los soldados que servían como guardias en la mansión, peleando contra un minotauro. Lo gracioso del asunto era ver la cara de frustración en el rostro de los soldados al versen derrotados por un minotauro de nivel 7 cuando el promedio de nivel de ellos mismos era 30. Ninguno de los que observaba, podía encontrar sentido en la actual situación. “la fuerza de los monstruos es superior a la fuerza humana, independientemente del nivel”, fue la conclusión a la que algunos saltaron. Maxi por su parte sabia con exactitud la respuesta correcta. Después de todo había sufrido eso en carne propia por mucho tiempo en su vida anterior. Era el motivo por el cual fue tratado como basura la mayor parte de su vida.

La sociedad actual se basaba en un sistema de poder cuantificado por el potencial y los niveles, siendo que entre más alto fuera tu nivel, mayor probabilidad tendrías de subir en la sociedad. Y entre mas alto fuera tu potencial, más alto podría llegar tu nivel y tendrías mejores posibilidades de conservar la posición con la que naciste.

Para su mala fortuna, Maxi nació con un bajo potencial, y aunque se esforzó mucho por subir su nivel, por algún extraño motivo era derrotado por personas que estuvieran incluso cien niveles por debajo de él. Así fue, hasta que en el Ninhem se descubrió que además de los niveles y el potencial, también había que tomarse en cuenta las estrellas del alma, así como su color. Ya que Maxi solo tenía una estrella del alma y esta era de color blanco, incluso al llegar a nivel 100 no sería lo suficientemente fuerte como para vencer a alguien con estrella plateada de nivel 1.

Enterarse de ello solo fue el principio de todo para Maxi, desde allí fue un duro camino para mejorar su alma. Lo más complicado de todo era que cada a partir de la quinta estrella de bronce, cada especie en el mundo tendría un método completamente diferente para lograr cada mejora, y en muchos casos dichos métodos eran tabúes y sacrilegios. De hecho, de no ser por la persona que recibió la herencia de la reina de las hadas, tales métodos nunca habrían visto la luz del dia.

Luego de calmar su impulso de risa, Maxi abrió su puerta a las agitadas sirvientas y camino entre ellas sin decir una sola palabra. Ellas con extrañeza miraron al chico dirigirse afuera y caminar directo al campo de batalla.

– Es el joven señor. ¿Por qué esta aquí él? –los caballeros se alarmaron al verlo.
– ¡Que alguien lo detenga!
– Va directo a su muerte…

Aunque los caballeros sonaban preocupados, en realidad no hicieron nada para detener al chico. En su interior ellos pensaban que era lo mejor que podría ocurrir; esperaban que el chico muriera allí mismo para que el ducado pudiera conseguir un señor más digno según su criterio. Era lo que esperan todos los que estaban viéndolo ahora mismo. Para sorpresa de todos, cuando el minotauro se abalanzo sobre el chico para golpearlo con su hacha, sus pies se enredaron con una cuerda que alguien había dejado atada en el jardín, cayendo sobre su propia hacha, lo que provoco una gran herida en su pecho. Por lo menos eso fue lo que todos vieron, lo que Maxi quería que todos vieran, ya que en realidad la cuerda con que el minotauro tropezó se trataba de un tentáculo. Unas de las habilidades raciales de los engendros después de cierto grado de desarrollo adquirían. O más bien se debería considerarse como una forma evolucionada de estos. Ya que el chico era el resultado del cruce entre una humano y un engendro de alto rango, y por suerte, tal vez del azar en la genética, él había nacido con dichos tentáculos retractiles que salían de su espalda. En su vida anterior le había tomado mucho tiempo dominarlos, principalmente porque en un principio ni siquiera sabía que los tenia. Sin embargo, era una historia diferente ahora, él sabía que los tenia y recordaba cómo moverlos como cualquier otra extremidad de su cuerpo. Aunque no era tan versado en ello como después de miles de años de entrenamiento y práctica, aún tenía la suficiente habilidad como para extenderlos y ocultarlos para hacer una trampa básica como la que acababa de hacer

Incluso una herida como esta no era suficiente para abatir completamente al minotauro, sin embargo, Maxi no necesitaba hacer eso. Él solo necesitaba tenerlo abajo por unos segundos para hacer su verdadero movimiento. Con la cabeza del minotauro a sus pies, Maxi se agacho para tomar uno de sus cuernos, revelándose al instante cientos de circuitos mágicos que le recorrían y se conectaban al resto de su cuerpo.

– Te libero de tu misión –Le susurro el chico y uno de esos circuitos mágicos se apagó por completo, permitiéndole a la bestia hibrida regresar a su origen.

Con el minotauro habiendo desaparecido ante los ojos de todos, Maxi dio media vuelta y regreso a su habitación. El solo permaneció allí hasta que las cosas afuera se calmaron y todos se marcharon volviendo a sus propios asuntos. Vistiendo un traje negro para ocultarse en la oscuridad de la noche, el chico abandono su habitación, usando esta vez la ventana en su balcón. Colgado de sus tentáculos se escabullo por los techos, dirigiéndose a la habitación de Madea.

Madea se encontraba muy aterrada en su cuarto. Por algún motivo su plan se había salido completamente de control y el minotauro que había invocado comenzó a atacar toda la mansión y ahora los caballeros luchaban con él. “¿Qué debo hacer? Si ellos logran capturar al minotauro, no será muy difícil descubrir que fui quien lo invoco. Voy a estar en serios problemas cuando eso suceda. No tengo otra opción. Mi padre estaba pensando hacer esas cosas horribles a Maxi para lograr sus objetivos. No quiero imaginar lo que me hará cuando se entere que me interpuse en su camino. Necesito escapar cuanto antes.

Apurada, Madea comenzó a empacar algunas cuantas cosas de sus pertenencias. Solo lo que pudiera llevar en una pequeña maleta. Tan pronto como estuvo lista recito un cantico para utilizar un hechizo de escaneo de área, con el fin de asegurar una ruta de escape segura. Tras lograr planear su ruta de escape, Madea se disponía a abandonar su habitación, sobresaltándose aterrada al escuchar una voz a su espalda.

– Parece que estas planeando un viaje de última hora. ¿Puedo saber exactamente a donde de diriges?

La persona que le hablaba era Maxi, quien se encontraba colgando detrás de la chica. Él se masía suavemente con su cuerpo al revés, de modo que su cabeza apuntaba al suelo. En su rostro una misteriosa sonrisa lograba que Madea se sintiera aún más incómoda de lo que ya estaba por su plan hecho trizas.

– Ma… Maxi. ¿Cómo es que estas aquí? ¿Por qué no pude notarte hasta ahora?

Madea estaba tan nerviosa que no intento ocultar sus pensamientos y pregunto directamente. Ella siempre había estado muy orgullosa por el buen manejo de la magia que tenía. No había forma de que se hubiese equivocado con el hechizo de escaneo de área y no lo hubiera detectado. No podía ser que se hubiera equivocado dos veces seguidas si de magia se trataba.

– Hmmm eso. En realidad, no es muy difícil burlar magia de ese nivel, incluso para alguien tan débil como yo. –Respondió Maxi mientras saltaba, maniobrando en el aire para aterrizar de pie frente a ella– Mas importante ¿No tienes algo que quieras contarme?

Madea no pudo evitar sentirse mas aterrada de su primo. El hechizo de escaneo de área no podía ser considerado para nada como magia de bajo nivel, pero Maxi hablaba del mismo de forma despectiva. Y no era solo eso, lo había burlado completamente hasta el punto de colarse en su habitación. En el corazón de la chica ya no había dudas, su joven primo era alguien realmente aterrador que había estado ocultando su verdadero poder hasta ahora. Por su parte, Maxi sabía que realmente ese era un hechizo de alto nivel, sin embargo, eso solo era teniendo en cuenta la magia de este primer mundo. Sin embargo, comparado a la magia de aquel lugar donde, dentro de no mucho tiempo todos acabarían, aquello era un nivel muy simple. Aunque el Maxi en su cuerpo actual aun no poseía tal nivel de poder, al menos sabia como lidiar con aquel nivel tan básico.

– Yo… solo estaba pensando en dar un paseo por el jardín –Madea intento una excusa, ante la interrogante del chico.
Maxi miro cuidadosamente la maleta en su mano y el desorden que había dejado ella alrededor, luego de empacar, notando la obvia verdad.

– Es más que claro que intentabas escapar. Pero eso no es de lo que quiero hablar. Solo me estaba preguntando cual es el motivo para que atacaras la mansión.

– ¿Eh? No… No sé de qué estás hablando. Yo no…

– No hace falta que intentes ocultarlo –Interrumpió Maxi a la nerviosa chica– Sé que has estado tomando clases extra en secreto. ¿Quién crees que ha estado pagando por ellas? Magia de invocación es una de las que más me ha costado.

Aunque ciertamente el dinero provenía del bolsillo del chico, en realidad solo era una conclusión a la que había llegado tras deducir los hechos de su vida pasada. Aun así, fue suficiente para tener el agitado corazón de la joven completamente a su merced.

– Yo… Yo… En verdad lo siento. No era mi intención. Yo solo quería destruir esas horribles cosas que trajo mi padre para herirte.

Tras pensarlo por unos segundos, Maxi encontró que las palabras de Madea tenían sentido, pero aun así quiso asegurarse. Por completo antes de tomar cualquier decisión al respecto.

– Podrías decirme con exactitud ¿Qué orden le diste a esa invocación tuya?
– Eh… yo solo le pedí que destruyera lo que había en el quinto sótano.

Ante la vaga respuesta de Madea, Maxi reacciono ´de forma brusca, usando su mano para golpear la pared detrás de ella, de modo que quedarían en posición de kabedon.

– ¡Necesito que seas más precisa! –dijo Maxi levantando su tono de voz– ¿Cuáles fueron las palabras exactas que usaste?
– ¿Las palabras exactas? – De pronto Medea pudo comprender algo, sintiéndose preocupada además de muy avergonzada. –“destrúyelo todo” eso fue lo que le dije.

Ahora todo comenzaba a cobrar sentido para Maxi. Con una orden tan vaga como esa, probablemente el minotauro no se habría detenido hasta terminar de destruir toda la ciudad. O si el mana de Madea se terminaba primero. También la muerte de la chica que le dio dicha orden habría sido una forma de detenerlo. Alguna de esas cosas habría ocurrido si él no hubiera estado allí para librar al minotauro de ese contrato.

– Yo, de verdad lo siento –Madea se disculpó con Maxi inclinándose ante él. Ella ahora se sentía muy avergonzada de cómo había tratado a Maxi en el pasado. Si bien era cierto que ella lo había tratado como lo haría con cualquiera de sus hermanos menores, también era cierto que el chico no era realmente su hermano y que ella, así como sus padres y hermanos solo estaban viviendo a expensas de la fortuna del chico. No merecían ser llamados su familia.

– No te preocupes –Respondió Maxi al encontrar la sinceridad de Madea– Solo procura ser más cuidadosa en el futuro. Necesitas dar órdenes precisas y meticulosas o terminaras en serios aprietos… –Aunque Maxi no albergaba un verdadero rencor hacia su prima dentro de su corazón, no podía evitar enredarla en sus redes para ganarla como una aliada. Ahora que estaba de vuelta en esta época, con este débil cuerpo suyo, necesitaba todo el apoyo posible para sobrevivir y cambiar su destino, hasta que se hiciera lo suficientemente fuerte para poner las cosas en orden por su propia mano. Añadiendo entonces también– No quiero que se pierda la inversión que he estado haciendo en ti.

Tras haber aclarado aquel asunto y haber sembrado la semilla de la duda en el corazón de Madea, Maxi se disponía a volver a su habitación, pero primero debía asegurarse que ella no fuera a cometer otra estupidez.

– ¡Cierto! Por ahora deberías evitar salir de tu habitación y hacer cualquier cosa sospechosa. En este mismo instante deben haber comenzado a circular los rumores de que yo fui quien causo el ataque del minotauro.

Fin del capítulo

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