Cuando el chico que caminaba empezó a perder el equilibrio, se dejó caer sobre una pared que tenía cerca. Estaba solo en una estrecha calle, su visión no era clara, pero en sus pensamientos sabía que ya no podría dar un paso más. Sus piernas y brazos estaban temblando. Poco a poco comenzó a ceder hasta terminar sobre el suelo a su vez de que un dolor llegaba a su cuerpo. 『???: ¡Agh! 』 Su mente daba vueltas en un caos de sensaciones, deseando por momentos de poder no sentir nada, de querer poder huir en este momento de toda agonía que lo desesperaba. 『???: «Yo... Creo que ya no soy un infeliz.» 』 En un intento de poner sus manos en el suelo y levantarse terminó cayendo de nuevo dejando de intentarlo por el dolor y cansancio. 『???: «Tuve suerte de conocerte, sin ti no hubiera logrado nada de verdad que te estoy agradecido» 』 Dentro de su cabeza escuchó la voz de alguien y pronunció unas últimas débiles palabras. 『???: «Si pudiéramos empezar de nuevo no te dejaría nunca más. Lo siento mucho.» 』 El impacto del agua sobre el suelo resonaba en su interior, sus pupilas se tornaban cada vez más oscuras, los sentidos desaparecían, los instintos le amenazaban que su muerte estaba cerca. Lo último que pudo escuchar fue una voz que no llegó a comprender. Ya solo le quedó una efímera esperanza de que su vida no se extinguiera, pero para cuando el brillo de sus ojos se apagó, el final que siguió lo entendería. En esta noche que solo la luz de la luna lo observaba... ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ De la oscuridad de la noche, apareció el sol de la mañana. Las aves surcando los cielos viendo los amplios campos y montañas del horizonte. Las flores brillaban con esplendor del rocío llegando las vistas hasta el pueblo. Un nuevo amanecer ya había comenzado. 『???: Buenos días papa. Ven que te preparé el desayuno. 』 Por la puerta entró una joven chica. Tenía un pelo negro largo y oscuro, unos ojos negros azabache y una piel clara. Llevaba una camisa de mangas largas de color blanco como la nieve que estaban remangadas hasta sus codos, mirando más abajo se podía ver la amplia falda de color morado que portaba hasta sus pies. En sus manos sostenía una bandeja con un plato que había preparado. 『Papa: Espérame unos minutos más. 』 El hombre contestó a su hija sin ni siquiera echar un vistazo, estaba aún con los ojos cerrados y acomodado en su cama. 『Hija: ¿Cómo que espere? Ya es casi la hora de abrir la tienda. 』 Esas últimas palabras hicieron otra reacción en él, abrió un poco los ojos y miró a la chica que lo observaba. 『Papa: …Bueno ya voy. 』 Viendo con la tranquilidad que su padre actuaba, la chica se impacientó con él. Dejó el desayuno en una mesa y dejo escapar un suspiro. 『Hija: Ya lo hago yo, si no podemos perder clientes. 』 El padre luego de quedarse sentado en la cama con los pies tocando el suelo, volteó la mirada hacia un antiguo reloj que había en la habitación. 『Papa: Hija, son como las seis de la mañana ¿Quién crees que va a estar esperando a esta hora? 』 Normalmente las tiendas y puestos del pueblo suelen abrir temprano, sobre todo cuando en verano hay más alimentos y mercancías que vender. Además de que también se dedican mas horas laborales y los días se hacen mas largos. 『Hija: No te quejes, mama siempre habría la tienda a esta hora y a veces había clientes que nos esperaban de más temprano ya lo sabes. 』 Tal fuera por la calor del sol, el cansancio del trabajo, el mal sueño o las pocas ganas de seguir con la rutina. Pero ninguna de estas excusas era el real motivo por el cual un padre era ayudado por su hija con sus labores. 『Papa: Ya, ya lo sé, pero haber. Eso era cuando tu hermosa madre era la que recibía a los clientes de brazos abiertos con una sonrisa encantadora no un tipo barrigón con falta de apariencias. 』 El padre de la chica era un hombre normal, no era alto ni tampoco bajo, por su apariencia no resultaba ser alguien atractivo, ya que era una persona de mediana edad que dejaba crecer su barba, dejando que el tiempo remarcara sus arrugas y ojeras. Tenía un pelo oscuro y unos ojos marrones, llevando una vestimenta común de paisano de un pueblo. Viendo al padre y a la hija, entre ambos no se guardaban apenas ningún parecido, por lo que la chica seguramente había heredado casi todos los genes de su madre, incluyendo probablemente parte de su personalidad firme y responsable. 『Hija: No seas tonto papa ahora es tu responsabilidad seguir con la tienda, mama ya te lo dijo una vez. 』 La chica bajó el ceño y entrecerró sus ojos mientras miraba a su padre, hablándole con un tono del que se podía notar su enfado. 『Papa: Oye que son esas formas de hablarle a tu padre. 』 Viendo la cara del padre, realmente no le molestó aquellas palabras de su hija. Más bien estaba acostumbrado a esa actitud suya por lo que solo hizo un gesto cansado y suspiró. 『Hija: No te hagas el ofendido ahora perezoso que formas son las tuyas de agradecerme a mí que haga el trabajo por ti y te prepare el desayuno. 』 La chica sacó su lengua mientras con gesto de burla en su cara guiñaba el ojo derecho. 『Papa: Bueno bueno. Pero no vallas tan deprisa armando un escándalo a estas horas o molestaras a los vecinos que aún estén durmiendo. 』 La preocupación del padre porque ellos pudieran molestar con su discusión a los vecinos, pareció ser solo una excusa para que su hija dejara el foco de su atención en él y se relajara. 『Hija: Si alguien tiene que decir algo que venga a nuestra casa. 』 Cerrando sus ojos con una seria mirada y entrecruzando sus brazos, la chica dejó clara su confianza y en alta estima su orgullo. 『Papa: Lina sabes que te quiero mucho, pero tienes que moderar tu carácter que yo soy más blando que tu madre. 』 Aunque el padre solo quería ser amable y dulce con su hija, ella rechazaba a veces esta actitud de su parte. Cuando tienes hijos que pasan por una etapa problemática, suele ser difícil para un padre encontrar la manera adecuada de actuar por el bien de tus hijos sin que la carga de ello le pese. 『Hija: Levántate ya y comete el desayuno. 』 Con una voz fría siguiendo de una cara seria, la chica apartó la mirada de su padre para ver hacia la puerta. Luego de dar unos pasos ella se marchó afuera de la habitación del padre. 『Papa: «En fin, no me queda otra.» 』 Ya saliendo de la casa para abrir la tienda la chica empezó a preparar el puesto de la frutería. La chica extendió la vela que tapaba como techo el puesto, evitando así que le diera la luz del sol tanto al lugar donde ella se sentaría. Sacando afuera desde dentro de su casa lo que guardaban en cajas repletas de una variedad de frutas, verduras y hortalizas. Las puso ordenadamente en el puesto y se sentó en una silla a esperar a algún cliente que se interesara en comprar lo que tenían a disposición hoy. 『Hija: Oh buenos días María. 』 Viendo a una mujer como caminaba y se acercaba al puesto que atendía ella, la chica levantó su mano y saludó. 『María: Buenos días Lina. ¿Qué tal tu padre? 』 La mujer respondió con un tono agudo y una amable sonrisa, al ver que no estaba quien normalmente recibía a los clientes, ella preguntó por el bienestar de su padre. María era una conocida y muy amiga de la madre de Lina, por lo que ellas ya se conocían desde hace un buen tiempo. 『Lina: Bien solo se encuentra un poco mal y por eso estoy preparando el puesto hoy. 』 Inventando una excusa por la que su padre no era el que estaba ahora en la tienda esta mañana, Lina forzó una pequeña mentira y una sonrisa de sus labios algo que realmente le incomodaba. No porque ella soliera mentir, sino por la falta de costumbre y conocimiento de saber que responder en esta situación, por eso improvisó algo que no los dejara en mal lugar a ella y a su padre ante las apariencias de la señora. 『María: Ya veo que chica tan linda y responsable eres, se nota que eres como tu madre. 』 La mujer de mediana edad sonrió viendo que la cara de la chica estaba un poco más rígida de lo normal con la intención de acomodarla. Lina sonrió, aunque luego volteó la cara para ver que tenía preparado para el puesto de hoy. 『Lina: ¿Te interesa comprar algo ahora? 』 Echando un vistazo al puesto, ella le preguntó con otro tono si quería llevarse algo para hoy. 『María: No gracias. Mañana son los impuestos no creo que tenga suficiente dinero como para gastarlo en este momento. 』 La chica al oír esto pareció molestarse en su mente un poco, hoy uno de esos días en que alguien diría que ella se levantó con el pie izquierdo. 『Lina: «Si no vas a comprar nada no me hagas perder el tiempo...» 』 『María: Igualmente mañana cuando terminen te prometo venir a comprarte unas manzanas, ¿te parece bien? 』 María solía venir todas las semanas a comprarle algo al padre de Lina. Pero esta vez tendría que ser una excepción ya que cada año los campesinos tienen que reunir cierta suma de dinero para pagar los impuestos. 『Lina: Está bien me alegro de verte María y gracias por preocuparte. 』 Luego de que ambas se despidieran, pasó un tiempo en le que Lina atendió solo a un cliente más al que solo vendió una pequeña cesta de peras. Fue entonces que su padre de Lina hizo acto de presencia para hablar de nuevo con ella. 『Papa: Ves que te dije, no hacía falta abrir tan temprano hoy. 』 Desde la perspectiva del padre, Lina era a veces demasiado proactiva para el trabajo. Las personas deben tomarse un tiempo libre también para el descanso ya que es necesario e importante para un tener luego un buen animo y desempeño en cualquier actividad durante el día. 『Lina: Cállate no me hables, aún sigo enfadada. 』 Volteando su mirada a otro lado para no ver a su padre, Lina hizo un gesto de desagrado bajando sus cejas. 『Papa: Ya te veo la cara, bueno espérame aquí mientras voy al almacén del huerto a por nuestras cosas. Tardaré unas horas así que te dejo a cargo el puesto vale hija. 』 El padre se acercó a la chica llegando a posar su mano en la cabeza para darle una caricia. Su ceño bajó para mostrar el cariño que le tenía a Lina con una mirada sonriente y gentil. 『Lina: ¿Qué haces? ¿Por qué me sigues tratando como una niña? Ya tengo dieciséis años. 』 Lina estaba en pleno desarrollo a esa edad, tanto físicamente como mental. Por lo que era completamente normal que de vez en cuando pasara por malos momentos en los que su humor no fuera tan apacible con los demás como de costumbre. Y esto se veía incluso más influenciado por la ausencia de su madre en la casa. 『Papa: Si, pero todavía sigues siendo mi niña bonita. 』 『Lina: No me hagas la pelota ahora y vete ya. 』 『Papa: «Bueno que se le va hacer.» Te veo después. 』 Dejando a un lado el puesto viendo como Lina lo miraba con una cara larga mientras suspiraba, el padre se marchó a las afueras del pueblo para llegar a su campo. Horas más tarde luego de que Lina se quedara sola. El cansancio comenzó a hacer mella en ella. 『Lina: «Ahora por su culpa tengo sueño.» 』 La chica bostezó mientras estaba sentada en el puesto mirando hacia otro lugar distraída ya que estaba aburrida y cansada. De un momento a otro escuchó unas frutas caerse y cuando giró la mirada hacia el lugar de donde provenía. Vio a un chico de negro tapado con una capucha marrón oscuro y una bufanda roja de cuadras negras. Estaba cogiendo unas frutas mientras las metía en un saco que llevaba. Esto hizo que la chica abriera sus ojos adormecidos de par en par y reaccionara tan rápido como para coger una escoba e ir a por el chico mientras le decía. 『Lina: ¡No no no no no! ¡Espera! 』 『Chico: ... 』 Esto provocó que acto seguido el chico soltara la fruta que tenía en su mano y rápidamente echara a correr. 『Lina: ¡Oye espera! ¡Al ladrón! 』 En mientras la chica le gritaba esta veía como el chico se alejaba. Cosa que no entendía como podía hacerlo tan rápido llevando ese enorme saco de frutas y verduras que debían pesar entre unos quince y veinte kg o tal vez más. Yendo detrás suya hasta llegar a un cruce de la calle el chico giró de camino, desapareciendo así por un momento. Hasta que Lina no llegara a cruzar esa esquina lo perdería de vista. Pero cuando llega al lugar pocos segundos después se detuvo. El chico ya no estaba por ninguna parte. La carrera hizo que ahora ella entrara en calor y que su respiración se agitara por momentos. 『Lina: «¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿A dónde ha ido?» 』 La chica miró y buscó bien por todos lados de aquella calle, pero no encontró nada. Ella pensaba que el chico se había escondido luego de girar en el camino para cruzar la calle. Pero realmente había ocurrido otra cosa que ella no imaginaba. 『???: ¿Me buscabas? 』 Una voz se escuchó desde lo alto de uno de los tejados de las casas y allí dirigió la chica su mirada. 『Chico: Te doy las gracias por la comida. Estas manzanas están deliciosas. 』 Dijo el chico que ya no estaba encapuchado y se le podía ver el rostro mientras masticaba una de las manzanas que había robado. Él estaba sentado mientras sostenía una manzana con su mano y la descansaba en sus rodillas. Tenía unos ojos oscuros con unas ojeras marcadas debajo. Un pelo negro despeinado un poco largo. Llevaba un pantalón vaquero azul sujetado por una correa marrón que a su vez de ella colgaba una pequeña cadena plateada. Tenía una chaqueta negra que cubría su camiseta blanca. También llevaba una capa con capucha que le cubría la espalda hasta las piernas. Llevando un calzado oscuro en sus pies, un reloj en su muñeca y una bufanda negra y roja que cubría su cuello. Su piel era morena y parecía ser un chico joven, resultaba ser alguien bastante atractivo a una primera vista. 『Lina: ¡Oye! ¿Pero qué haces hay cómo has podido subir? 』 Lina estaba impresionada, no entendía cómo de un momento a otro en tan poco tiempo el chico consiguió subir al tejado de aquella casa. 『Chico: Oh eso, digamos que fue magia. 』 Respondiendo de manera algo dudosa por su tono irónico, fue la forma que encontró de explicar brevemente lo que hizo en forma de burla. 『Lina: ¿Magia? Nadie de este pueblo sabe usar magia, ¿te estas quedando conmigo? Entrecerrando sus ojos por el enfado que tenía ahora pensaba en que el chico le estaba mintiendo descaradamente. 『Chico: Tal vez, la verdad estaba muerto de hambre y no podía desperdiciar la oportunidad que me dejaste así que me llevé lo que quise. 』 Un ladrón no desperdicia la oportunidad de robar cuando se le presenta, por eso era inevitable que terminara ocasionando este problema a Lina por su falta de atención en medio del trabajo. 『Lina: Sucio ladrón, ¡devuélveme lo que has robado! 』 Señalándolo con el dedo, Lina reclamaba lo que a ella y su padre le pertenecía. Puede que alguien pensara que tal vez sea exagerado llegar a tal punto solo por algo de comida, pero en un pueblo donde todos los años la gente pasa dificultades para que sus cultivos y negocios sean productivos, es comprensible que aquí los frutos del duro trabajo se valoren mucho más y por ello no se permita bajo ningún concepto un crimen como este. 『Chico: Llevas razón en que soy un ladrón, pero no me llames sucio. Soy bastante limpio que no te engañen las apariencias. 』 Cerrando uno de sus ojos mientras con el otro bajaba el ceño y miraba a la chica. Él hizo un gesto de nuevo con su mano y se llevó la manzana roja a la boca para darle un mordisco y masticarla. 『Lina: ¿Qué? Corta el royo y baja aquí que te pienso dar con la escoba hasta que veas las estrellas. 』 Lina amenazó al chico que simplemente pasaba de ella mirando ahora a otro lado. Luego de unos segundos en los que ya había terminado de comerse la manzana hasta su raíz, con un gesto de su mano tiró lo que quedaba hacia un lado. Fue entonces que el chico miró de nuevo a los ojos y le preguntó. 『Chico: ¿Qué es lo que quieres? 』 『Lina: Ya te lo dije. 』 『Chico: Bueno entonces más suerte la próxima vez. Ya sabes, no te quedes dormida en medio del trabajo. 』 Él subió la pierna que colgaba del tejado para levantarse. Agarró el saco oscuro que había dejado un momento y se lo echó a la espalda. 『Lina: Pero serás... ¡Ojalá te pudras en la cárcel! 』 Luego de ver esto, Lina lo maldecía, hablando con impotencia de no poder alcanzarlo para tomar lo que había robado y ahora estaba dentro de aquel saco que llevaba. 『Chico: . . . 』 Viendo seriamente a la chica, el ladrón apartó su mirada y le dio la espalda. Luego de un instante, Lina vio como ya el chico se había marchado al ver que ya no se asomaba en el tejado. 『Lina: Idiota, idiota, ¡idiota! 』 La chica frustrada tiró la escoba al suelo y se saltó sobre ella, pisoteándola y golpeándola una y otra vez. 『???: Valla que mal genio. 』 Asomando de nuevo la cabeza con curiosidad por ver que estaba haciendo Lina. El chico hizo hincapié en la actitud que esta había tomado pagándola con la escoba. 『Lina: ¡Aún seguías hay! 』 『Chico: Hahaha lo sé ya me voy. 』 Dejando una risa burlona al ver la cara de Lina, de nuevo desapareció de aquel lugar para ahora si no volver a aparecer allí. Logrando escapar sin ninguna dificultad de la calle por los tejados de las casas que conectaban las unas con las otras. 『Lina: ¡Aaaah idiota! 』 Ya una vez después desahogada la chica se marchó de nuevo al puesto de su padre viendo al suelo con una cara de arrepentimiento. 『Lina: «Y ahora que le voy a decir a papa, meses de frutos de trabajo a la basura por culpa de ese idiota.» 』 Luego de un rato después. El padre de Lina regresó a la tienda, él estaba arrastrando una carreta llena de repuestos y cosas para la tienda. Cuando vio que faltaban muchas cosas en el puesto levantó su ceño con asombro y miró a Lina. 『Papa: Oooh Lina. ¿Quién te ha comprado tantas cosas dime? 』 『Lina: ... 』 Lina guardó silencio por un momento sin saber que contestar. Sabía que ella no podía mentir, aunque de todas formas no iba a hacerlo. Podría inventar una excusa o simplemente no contestar, pero ella no era así con su padre ya que en el fondo siempre lo respetaba cuando no había motivo aparente de no hacer lo contrario. 『Papa: ¿A qué viene esa cara larga todavía sigues enfadada? 』 El padre se preguntaba por qué ella había tomado ese aspecto deprimente en su rostro que era algo diferente al de antes. Ahora no se trataba de un enfado, no era otra cosa sino que un sentimiento de culpa que le pesaba. 『Lina: No es eso, lo siento. 』 Lina no pudo contestar de otra forma que no fuera con unas sinceras disculpas por fallar en lo que su padre le había encomendado antes. Cuidar de la tienda era su responsabilidad, pero fue su ingenuidad en pensar que podía tomarse un pequeño descanso dejando así expuesto y vulnerable su puesto. Lo que luego ocasionó por mala fortuna que alguien ocasionalmente se aprovechara de su despiste. 『Papa: Aaah ya entiendo por fin reflexionaste de cómo le hablas a tu padre no está bien. 』 El padre había reflexionado que tal vez ella se sentía mal por como ella le habló antes por la mañana, por eso durante un momento su preocupación se alivió debido a la equivocada ilusión que le había surgido. 『Lina: ... Tampoco es eso. 』 Lina giró su cabeza negando las palabras de su padre. 『Papa: A, ¿no? 』 El padre se llevó una mano a la cabeza y se rascó el pelo con uno de sus dedos mientras se preguntaba con curiosidad qué podía ser entonces. 『Lina: Nos han robado papa. 』 『Papa: ¿¡Queeeeeé!? ¿Tantas cosas? ¿Cómo es posible? 』 Abriendo la boca y bien los ojos por la mala sorpresa. El hombre no se podía creer lo que escuchaba por un segundo. 『Lina: Lo siento papa me quedé dormida y nos robaron. 』 Fijándose en la mala cara de Lina que estaba sentada en la silla del puesto. Terminó compadeciéndose de ella así que solo se acercó y se sentó a su lado mientras le daba una caricia en la espalda con su mano. 『Papa: ... Entiendo estabas cansada y aburrida, y por eso te dormiste en medio del puesto. 』 Cambiando a una mirada más amable y tranquila se preocupó por su hija desaminada. Ella pensaba que le había fallado a su padre, y él lo sabía. 『Lina: Si… Eso fue lo que pasó. 』 『Papa: Bueno, ¿y sabes quién te robó? 』 Pensando en como y quien pudo ser el causante del robo, miró esta vez seriamente al puesto de nuevo. 『Lina: Si un chico joven encapuchado que llevaba unas prendas oscuras y bufanda en el cuello. 』 El hombre se puso a pensar en lo que Lina había dicho y pudo recordar con dificultad algo. 『Papa: ... 』 Viendo el silencio que invadió el espacio por un momento. Lina se preocupó por lo que pensaba su padre en este instante. 『Lina: ¿No estás enfadado conmigo? 』 『Papa: Bueno solo un poco molesto, pero no estoy enfadado contigo. Solo espero que no vuelva a pasar esto por un despiste tuyo, ¿vale? 』 Poniendo una voz un poco más grave, la regañó por el error que ella cometió. Agachando su cabeza ella asintió. 『Lina: Lo sé no volverá a pasar papa te lo prometo. 』 Reafirmando con su cabeza, Lina alzó con más firmeza sus palabras. La determinación de la chica era sincera con su padre. 『Papa: Creo que sé quién es ese chico. 』 Subiendo el entrecejo con sorpresa, la chica se interesó por saber del inesperado relato de su padre. 『Lina: ¿Qué? ¿Y cómo lo sabes? 』 Lina ahora tenía curiosidad por saber quién sería aquel chico misterioso que había aparecido. 『Papa: Ese debe ser el mismo chico que hace uno o dos meses se pasó por aquí cerca y me robó dos manzanas sin que apenas me diera cuenta. Además, escuché de otros vendedores de que había un joven encapuchado por ahí robando todas las semanas a distintos vendedores de la zona. 』 『Lina: «Ese idiota es un cara dura. La próxima vez que lo vea le daré una lección.» 』 Hinchando las mejillas sonrojadas hizo un puchero. Deseaba ahora vengar a su padre y a las demás personas que fueron víctima de sus robos. Seguramente si tuviera delante ahora al chico le daría una bofetada en la cara. 『Papa: ¿Le viste la cara? 』 『Lina: Si. ¿Ocurre algo? 』 『Papa: Es la primera vez que oigo eso. ¿Cómo era? 』 Recordando el momento en el que el chico estaba subido en aquel tejado dejando mostrar su rostro, Lina comenzó a ver en su memoria con detalle sobre el chico. 『Lina: Pues tenía unos ojos y pelo oscuros, además tenía unas ojeras enormes, una piel morena, pero no era feo. Debía tener más o menos mi edad. 』 『Papa: Veo que te fijaste bien en él eh, no será que tu misma le dejaste que se lo llevara todo. 』 Arrugando las cejas por el comentario de su padre a la vez que sus mejillas se sonrojaban, Lina no esperaba recibir un comentario tan poco propio de él. 『Lina: ¡Papa! 』 『Papa: Hahaha Lina hija mía es la primera vez que veo esa expresión tuya en mucho tiempo sé que no es momento para alegrarse, pero no pasa nada ya lo hecho, hecho está. Así que lo que puedes hacer ahora es dejarme a mí el resto y que pases el rato que queda descansando en casa antes de que anochezca. 』 『Papa: Ya mañana pensaré en tu castigo, pero espero ver otro de esos desayunos tuyos y buenos días, ¿vale? 』 『Lina: ... Está bien me voy a mi cuarto. 』 Dejando su asiento luego de levantarse, la chica volvió a dentro de la casa para entrar a su cuarto. Abrió la puerta y se fue a la cama dejándose caer encima de ella sobre una almohada que abrazaba. Ella miró hacia un lado donde había una estantería con varios libros adornados en ella. ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ En un campo tan extenso como hermoso y verde, había una dulce y alegre niña que corría por el prado. La corta hierba que pisaba se movía en la dirección del viento, era una calmada brisa la que deslizaba el pelo de la niña que jugaba con unas telas que en movimiento parecían flotar en el aire ya que no llegaban a caer al suelo. Bailando en sincronía con su entorno mientras la luz del sol lo iluminaba. En un pequeño tropiezo con uno de sus pies la chica cayó al suelo. Pudiendo notar el golpe de la caída y el dolor que surgió en su rodilla y manos. Ella miró primero ambas palmas de sus manos que solo tenían algo de la suciedad de la tierra junto algunas diminutas tiras del césped, pero al fijarse mejor en la otra zona que le dolía, pudo ver como de su rodilla había aparecido una herida abierta que dejaba salir un color rojo. Aquel color que brillaba tan vivamente era su sangre. Era su primera vez que veía fijamente el color de su sangre, aunque de aquel lugar un escozor hizo presencia en ella. Las gotas rojas dejaban un rastro detrás de ellas por el camino en el que bajaban sobre la piel de la niña. Y por algún otro motivo ahora, en sus bellos ojos sintió un picor que le obligaba a fruncir el ceño, unas lágrimas estaban naciendo de ella para luego caer como un rio fluyente de agua trasparente. La chica que estaba sentada en el suelo se levantó por voluntad propia con el apoyo de sus manos. Ella tampoco lloró con su voz ya que solo estaba algo preocupada por el dolor, pero esto no era suficiente para hacerla asustarse. Un poco más a lo lejos del lugar de donde se encontraba, estaba un hombre trabajando en un huerto dando aradas a la tierra mientras al lado de una pequeña a las afueras se encontraba una mujer recogiendo la ropa que había tendida. Llevándolas a una cesta las recogió y luego miró hacia la dirección donde se encontraba la niña. Al ver que había dejado de jugar y que de una de sus piernas parecía tener una herida abierta, la mujer dejó temporalmente su labor para ir junto a la niña que era su hija. 『Mama: ¿Qué te ha pasado Lina? Déjame ver. 』 La madre de Lina le agarró de un brazo mientras se agachaba para ver mejor la herida que tenía en su rodilla. Ella lucia una cara de preocupación, aunque como no era para tanto su mirada se vio después relajada al ver que Lina estaba bien. 『Lina: Me caí al suelo. 』 『Mama: ¿Puedes caminar? 』 『Lina: … Si. 』 Después de echar un vistazo a su rodilla, Lina asintió con la cabeza a la pregunta de su madre. Ellas se habían tomado de la mano por lo que juntas caminaron hasta la cabaña que era su hogar. Una vez allí, Lina se sentó en una silla que le dijo su madre mientras tanto ella buscaba un trapo limpio. Cuando encontró el trapo lo mojó en agua y lo exprimió. Acercándole el trapo que sujetaba con su mano a la rodilla de su hija, la pasó por la herida con cuidado. Lina soportó el dolor, pero no pudo evitar soltar un pequeño ruido de sus labios a la vez que tensó su mirada. Después de limpiar toda la sangre y la suciedad de su herida, la madre de Lina fue a buscar una planta medicinal que se usaba para desinfectar las heridas y mejorar el tratamiento. De la planta arrancó una hoja larga que la separó y la dividió por la mitad con un pequeño cuchillo dejando ver un liquido blanco y esponjoso dentro de la hoja. Pasando la superficie de la hoja sobre la herida de Lina, ella frunció el ceño de nuevo por el dolor. Una vez terminó de pasar la hoja sobre su piel, la dejó a un lado y le vendó la herida de la rodilla con las blancas vendas que tenía en su otra mano. 『Mama: ¿Qué tal Lina? ¿Cómo te encuentras ahora? 』 『Lina: Si. Ya estoy mejor. 』 『Mama: Me alegro mucho de que seas una niña tan fuerte hija. 』 Mostrando una gran sonrisa, la hermosa mujer de pelo negro y ojos azabache le dio un beso con cariño a su hija en la frente, dejándole una suave caricia y sensación de satisfacción que la animaría a sonreír de nuevo. ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ 『Lina: «Soy una estúpida, si mama estuviera aquí no tendría que ser yo ahora quien ayudara a papa con el trabajo. ¿Por qué tuviste que marcharte mama?» 』 La chica estuvo pensando en todos aquellos momentos donde ella disfrutaba de la compañía de su padre, donde veía a sus padres mostrar juntos su amor y afecto por entre ellos y por ella mientras sonreían. Ella no quería dejar de ver a su madre. ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ 『???: Lo siento cariño, pero no puedo quedarme esta vez tengo que irme un tiempo afuera del pueblo, pero volveré te lo prometo. 』 『Lina: ¡No! ¡No quiero que te vayas mama! 』 La joven chica de diez años lamentaba por su madre, ella no quería que tener que despedirse de ella. 『Mama: Lina entiéndelo por favor. Es importante que tenga que irme ahora si no nunca os dejaría a ti y a papa solos. Lo siento mucho hija mía, pero recuerda todo lo que te he dicho y se responsable. Mientras yo no este tú serás la chica más fuerte de la casa vale. Cuida bien de papa. Él te quiere tanto como yo a ti. 』 『Lina: Mama, mama, ¡mama! 』 La joven chica nombraba a su madre mientras se agarraba a ella y lloraba. 『Mama: Papa cuida de nuestra hija, sé que eres el mejor padre que pudo tener así que protégela, sed fuertes y cuidaros mucho. 』 『Papa: Lo se puedes contar conmigo cariño. Os amo a las dos con mi vida. 』 『Mama: Yo os quiero y os echaré mucho de menos. Solo espero poder veros pronto. 』 La madre estaba también emocionada y no pudo evitar dejar salir unas pequeñas lágrimas y una cara de tristeza. 『Papa: No te preocupes. 』 Acercándose el padre a la madre ahora estaban abrazados junto a su pequeña hija, mostrando una pequeña sonrisa ambos padres se miraron con unos ojos relucientes de cariño, dejaron juntar sus labios y se besaron. Después de que terminaran ambos miraron a su pequeña hijita. Ellos querían lo mejor para ella, no importa que fuera o el por qué, estuvieran justos o separados siempre estarían mirando por su bien. La madre abrazó de nuevo a su hija 『Papa: Nos vemos cariño. 』 『Mama: Adiós cariño, adiós Lina. 』 『Lina: Adiós mama. 』 Dijo la pequeña Lina con una cara sonrojada y llorosa, pero esta vez pudo aguantar las ganas de llorar y se mantuvo firme junto a su padre. ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ Pero ahora entre lágrimas que se resistían para no llorar, la chica odiaba esos amargos recuerdos a la vez que los extrañaba. 『Lina: «¿Por qué mamá? ¿Por qué nos abandonaste?» 』 Incluso sabiendo que la respuesta no llegaría, preguntó… Y se siguió preguntando durante mucho más tiempo. Las despedidas siempre duelen cuanto más amas a tu familia. Por eso mismo aun habiendo pasado más de seis años desde aquel momento, la herida del corazón no desaparece.