Capítulo 13: Acero

Al día siguiente de que Neizan y Arthur hablaran con Meilia. Durante la mañana en las afueras de la mansión estaban Neizan y Miguel haciendo un combate de entrenamiento. Allí en ese momento apareció Alberto con otras cuatro personas que lo acompañaban. Dos de ellas eran guardias de la mansión, pero los otros dos eran desconocidos.

『Alberto: Buenos días a todos. 』

En un lado apartado del combate estaba Arthur que giró su figura para responder a las palabras del marqués.

『Arthur: Buenos días señor Alberto. 』

Cuando el caballero se percató también de la presencia de su señor, este detuvo el combate contra Neizan y se acercó al noble. Inclino su espalda mientras llevaba una de sus manos al pecho como gesto de respeto hacia este.

『Miguel: Buenos días mi señor. 』

『Alberto: Parece que el chico está mejorando mucho, ¿no es así Miguel? 』

『Miguel: Así es mi señor. Todos los días estoy al pendiente de su mejoría con la técnica de la espada por lo que puedo decir que este chico tiene un gran potencial. 』

『Neizan: «¿Pero qué pintas son esas?» ¿Quién es ese? ¿Un payaso? 』

Adonde Neizan estaba poniendo su atención ahora no era ni al caballero ni al marques. Si no a uno de los otros hombres que acompañaba. Un tipo que llevaba un traje bastante extravagante, este tenía colores vivos y bien destacados además de que de su espalda caía una larga capa.

『Alberto: No exactamente. Como ya sabrás. Para hacer nuestro contrato tuve que traer a este mago. 』

A él le hizo gracia las palabras de Neizan así que sonrió.

『Mago: Discúlpenme un momento si me presento. Mi nombre es Sergio Gómez Gonzales, soy un mago de clase media. 』

『Neizan: Entonces tu debes ser el encargado de hacer el contrato. 』

『Sergio: Si. Estás en lo correcto. 』

『Arthur: Espera un momento... 』

Interrumpiendo ante las aclaraciones del hombre. Estaba Arthur observando con atención a la última persona que aún no conocían. Una hermosa chica de pelo corto azul y ojos negros.

『Arthur: ¿Meilia? 』

Iba vestida con un traje de sirvienta blanco y negro que con la luz del sol relucían estupendamente genial. Al principio no se habrían percatado de ella ya que la chica antes tenía el pelo largo. También puede que el maquillaje y el gran trabajo que habían hecho con su corte de pelo y ropa la hacían parecer otra persona distinta.

『Alberto: ¡Sorpresa! 』

『Neizan: ¿Eh? 』

Allí se confirmó la identidad de aquella persona con las palabras del noble.

『Alberto: Ella aceptó voluntariamente. Así que ayer la trasladamos aquí y la preparamos para que trabajara en esta mansión. 』

『Arthur: ...No me lo esperaba. 』

『Alberto: Le dije que se hiciera a cargo de lo que necesiten ahora así que vine aquí a comunicarlo todo en persona. Nos vemos luego en el comedor. 』

Después de aquel encuentro el noble volvió dentro de la mansión junto a los demás guardias y el mago. Ahora solo quedaban allí Meilia y Arthur sentados en un lugar desde donde veían a Neizan seguir con el entrenamiento del caballero.

Ahora los dos jóvenes estaban sentados juntos mientras no decían nada. Guardando el silencio y dejando una distancia entre ellos.

『Arthur: Esto... ¿Qué tal te ha ido? 』

Arthur quiso romper el hielo con esas palabras. Mientras miraba a la chica durante un momento con algo de timidez.

La chica miraba seria al frente. Aunque luego de escuchar sus palabras dirigió un poco sus ojos hacia el lado de donde el chico estaba. Ella no llegó a mirarlo por completo si no que hecho una pequeña mirada para luego seguir viendo al mismo lugar de antes.

『Meilia: ...Bien. 』

『Arthur: Me alegro de que hayas aceptado y estés ahora aquí. 』

『Meilia: No quiero volver nunca más allí. Solo es por eso. 』

『Arthur: Bueno no creo que tuvieras muchas más opciones ¿No? 』

『Meilia: ...También quiero volver a ver a mi hermana. 』

『Arthur: Ahora si podrás, no te preocupes por eso. 』

『Meilia: Mph. Pues claro. 』

『Arthur: ...¿No te parece increíble? 』

『Meilia: ¿...? 』

『Arthur: Si no fuera por Neizan nosotros dos no podríamos estar ahora aquí. 』

『Meilia: ¿Y qué está haciendo ahora? 』

『Arthur: Ahora está siendo entrenado por ese caballero todos los días por las mañanas. 』

『Meilia: ...¿De verdad crees que tenga alguna posibilidad de ganar? 』

『Arthur: Antes pensaba que nunca debió aceptar participar en ese coliseo, pero... Cada vez tengo más esperanza en que lo pueda lograr. 』

『Meilia: Parece que ya se acabó. 』

Luego de que ambos combatientes envainaran de nuevo sus espadas de madera. Ahora Neizan se dirigió a donde estaba Arthur y Meilia mientras que el caballero se alejaba en dirección de nuevo a la mansión.

Ellos estaban en un jardín sentados en un banco al lado de una fuente de agua donde se podían ver a veces las aves posar en ella para beber.

『Neizan: Aún no me creo que lo veo. 』

El chico miró primero a Arthur para luego hablarle a la chica de su lado mientras sonreía.

『Meilia: Si no quieren nada ahora les esperaré dentro... 』

『Neizan: Claro. Ve a prepararme algo bueno de comer hahaha. 』

La chica se levantó del asiento y se marchó de aquel lugar a la vez que el chico comentó lo que quería. Dejando salir una risa.

『Arthur: Oye Neizan. 』

『Neizan: ¿No estarás molesto ahora solo por eso no? 』

Él le preguntó con una cara de burla mientras que Arthur solo lo miraba con algo de seriedad.

『Arthur: No es eso. Quizás deberías ser ahora un poco más amable con ella. Tengo algo pensado. 』

『Neizan: Bueno entonces solo cuéntalo. 』

『Arthur: Como ya te dije, los contratos una vez son establecidos no se pueden deshacer si no es con la ayuda del mismo mago que la convocó. Podríamos preguntarle a ella si puede ser quien te ponga el contrato con Alberto en vez del mago que él llamó. 』

『Neizan: No sé qué diferencia habría. 』

『Arthur: Tienes que saber que los términos del contrato en caso de que se incumplan pueden terminar volviéndose una mortal maldición en contra del traidor. Por lo que tal vez ese hombre tiene pensado deshacerse de ti a cuenta de eso una vez no le convengas. 』

『Neizan: Ya llegamos a un acuerdo todos. ¿Por qué sigues sospechando? De todas maneras, aún ni si quiera sabes si ella puede o no hacerlo. O si Alberto dejará que ella sea la intermediaria del contrato. 』

『Arthur: Lo sé. Por eso tenemos que preguntárselo a sí que no hagas el tonto con ella. Nos conviene llevarnos bien y hacer aliados. En caso de que algo salga mal tenemos más oportunidades así. 』

『Neizan: Llevas razón pero para mí es lo mismo intentar confiar en una persona que ya nos ha traicionado que confiar en una persona que solo nos quiere por conveniencia propia hasta que no le sirvamos. En cualquier caso no confío en ninguna de ellas. 』

『Arthur: La situación ha cambiado desde aquel día hasta ahora así que ya prefiero fiarme de alguien a quien conocemos mejor y no esconde sus intenciones. 』

『Neizan: Haz lo que quieras, pero a mí no me metas en eso. Háblalo tú con el marques y su mago para que vean ahora como desconfías de ellos. 』

『Arthur: Si no me ayudas lo único que conseguiré es que ellos quieran deshacerse de mí. 』

『Neizan: Tsk. Está bien... 』

『Arthur: ...Bueno... Entonces vallamos a poner las cartas sobre la mesa. 』

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Solo falta una semana antes de que empiece los juegos del coliseo. Era un día lluvioso bajo el cielo nublado en el jardín de la mansión. Aunque esto no impedía a Neizan que siguiera con sus entrenamientos. Ese fue el único día en el que el caballero Miguel no fue como de costumbre a seguir con su entrenamiento. Así que paso toda la mañana solo allí afuera bajo la lluvia.

Más tarde regreso de nuevo a la mansión así que este lleno de barro, agua y sudor fue directo a darse una ducha.

『Neizan: Mañana es el día. 』

Sumergido también en sus pensamientos. El chico recordaba todo aquello que lo había hecho llegar hasta aquí. Todo el esfuerzo, dolor y sufrimiento que había experimentado pronto darían sus frutos para demostrar su valía y fortaleza en una lucha a muerte que dictaría de nuevo su destino.

Saliendo de la bañera se miró al gran espejo. Observaba una cierta cicatriz en su pecho. La tocó con su mano y recordó algo.

Neizan cogió una toalla y se la enrolló por la cintura. Luego se marchó hacia la salida del baño. Una vez allí abrió puerta y pasó al pasillo, aunque justo allí se encontraba alguien esperando en su habitación a que abriera la puerta.

『Neizan: ¿Me esperabas? 』

Aquella persona era una sirvienta. Y más en concreto era Meilia que le había traído el almuerzo en una bandeja hasta la puerta de su habitación que estaba cerrada.

Cuando ella giró para ver a Neizan estuvo a punto de caer las cosas que sujetaba con sus manos. En su cara se podía ver una expresión de vergüenza.

『Meilia: Que... ¿Qué haces así? 』

『Neizan: No ves que me acabo de duchar. Déjame ya abro yo la puerta de mi habitación. 』

El chico agarro el pomo de la puerta de su habitación y la abrió. Después acto seguido Meilia entró rápidamente y dejó las cosas sobre la mesa.

『Neizan: Gracias. 』

La chica miró solo un segundo a Neizan para luego salir de la habitación con bastante prisa de evitar estar en esa situación tan incomoda que podría llegar a malinterpretarse a los ojos de cualquiera.

『Neizan: Una descarada avergonzada, es lo que no hay. 』

Fue lo que pensó de la chica mientras secaba su cabeza con otra toalla y buscaba la ropa que iba a ponerse. Justo en ese momento también llegó Arthur a la habitación y entró ya que la puerta había sido dejada abierta. El chico miró a Neizan y le habló con curiosidad.

『Arthur: A ver... ¿Qué hacías ahora? 』

『Neizan: No lo malinterpretes. Yo solo acabo de salir de la ducha mientras ella justo trajo el almuerzo a la habitación. 』

『Arthur: Aah. Ya... 』

Arthur puso una cara de desprecio y suspiró.

『Neizan: ¿Bueno y a qué vienes ahora tú también? 』

『Arthur: Solo iba a decirte que Alberto quiere verte ahora en el salón. 』

『Neizan: ¿Tú no vas? 』

『Arthur: Dice que solo quiere hablar contigo. 』

『Neizan: Está bien dile que en un rato voy. 』

『Arthur: ... 』

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La humedad aún se extendía por el verde suelo del jardín. Allí en un lugar llano donde daba la luz del sol estaban reunidos el joven Neizan y el caballero Miguel. Ambos estaban atentos a lo que acontecería en ese momento.

『Miguel: ¿Estás listo? 』

Miguel desenvainó una espada que mostraba su brillo por el reflejo del metal en la luz. Neizan igualmente desenvainó su espada y cambió su rostro a uno serio de total concentración.

Normalmente ellos no corrían riesgos de salir gravemente heridos de una batalla con sus espadas de madera. Sin embargo, esta vez era diferente ya que ambos portaban dos espadas de acero bien armados para provocar un daño severo con cualquier roce de ellas sobre la piel.

Ellos estaban listos y preparados para emplearse a fondo por una última vez y decidir cuál de los dos sería ahora el más fuerte.

『Neizan: Vamos. 』

En frente de él estaba un caballero. Un hombre apuesto y más alto que él. Tenía unos ojos grises claro con tonalidades lilas. Su pelo también era de un color grisáceo. La pigmentación de su piel era clara y sus ropajes eran sutilmente elegantes. Teniendo un polo blanco debajo de un traje, además de una capa que llegaba hasta sus piernas.
Un último combate daría lugar antes de que pusieran rumbo a la capital donde Neizan se jugaría la vida por alzarse con la victoria de la facción de Alberto.
El primero en atacar fue Miguel acercándose rápidamente a Neizan para atinarle un golpe con la espada que este conseguiría bloquear sin dificultad. El caballero dio un paso atrás y cargó de nuevo contra él.
Desviando la dirección del corte de la espada, ahora aprovecharía ese momento para un contraataque. Un corte horizontal dirigido hacia el torso de su oponente. Sin embargo, este bloqueó el ataque dejando ahora margen al chico para alejar su espada y retroceder.
Después fue de nuevo hacia el frente y con un nuevo deslizamiento de su hoja afilada ambas espadas se impactaron otra vez. Dejando salir un sonido metálico muy fuerte del que podía hasta verse unas pequeñas chispas prender en el aire.
Contrayendo cada uno de sus músculos estuvieron unos segundos intercambiando una intensa lluvia de choques entre sus espadas del que se podía escuchar un incesante ruido de ellas al golpear.
El aire era cortado violentamente mientras que el suelo era agitado por la fuerza de cada impacto. Haciendo que el corto césped se moviera constantemente en relación a cada uno de sus movimientos y que la tierra fuera hundida bajo sus pisadas por la gran presión.
Cuando uno de los ataques iba a alcanzar al chico este pudo reaccionar lo suficientemente rápido como para esquivar la hoja siendo que esta pasara de lado al frente de su pecho.
Ambos luchadores hicieron un gran despliegue de habilidad. Mostrando sus técnicas, fuerza y velocidad se enzarzaban en una épica y emocionante pelea entre espadachines.
Sus miradas no se despegaban ni por un solo segundo de su rival. Pocas personas podrían seguir el ritmo con sus ojos a los veloces movimientos de ellos.
Aunque unos minutos después del inicio, Neizan comenzó a llevar la ventaja. Y solo duró un poco tiempo más hasta que. Ahora la hoja de su espada se detuvo a escasos centímetros del cuello del caballero. Por lo que el ganador de esta contienda se la llevó él.
Miguel estaba inmóvil con una de sus rodillas en el suelo. El chico retiró su espada para luego envainarla en su funda. Luego extendió su brazo hacia el caballero para darle la mano. Cuando su respiración se calmó este la tomó con una pequeña sonrisa. Ninguno de ellos había sido herido ya que se habían tomado el combate en serio, no obstante tuvieron una clara precaución con su defensa.

『Miguel: Me has ganado. 』

『Neizan: Fue una buena pelea. 』

Le contestó al vencido hombre que le había estado entrenando como su tutor hasta este día. Fue un momento en el que se podría decir que el alumno había superado a su maestro.

Fin del capítulo