Capitulo 13 Las chicas son fuertes

Las dos niñas de la misma edad que Caín salieron del carruaje, sostenidas por una criada.

Ambas temblaban y se agarraban de la mano. La doncella del santuario también temblaba.

Miraron a su alrededor y vieron los cadáveres de los orcos, los caballeros muertos y los caballeros gravemente heridos que les hicieron palidecer.

Una de las chicas tenía el pelo rubio hasta los hombros, mientras que la otra lo tenía castaño hasta el pecho. Ambas iban vestidas como niñas nobles.

En cuanto vio sus caras, Garm mostró una mirada de sorpresa y luego se dirigió rápidamente hacia la chica rubia y se inclinó en señal de respeto.

Caín adopta la misma postura.

"Caín, te presento a su alteza, la princesa Telestia, y a la señorita Seda".

Pensé que se trataba de una hija de la aristocracia, pero Caín se sorprendió al saber que la chica rubia era una princesa.

"Gracias, Margrave Garm, por ayudarme en la peligrosa situación".

La princesa Telestia y la señorita Seda saludaron cortésmente, aunque temblorosamente, a la doncella.

Continuamente miraban a Caín

Garm, que se percató de su línea de visión, se levantó y presentó a las dos nobles hijas.

"Caín, ésta de aquí es la tercera princesa, la princesa Telestia Terra Esfort, y la segunda hija del duque Santana, Seda von Santana".

Caín también se levantó y se presentó.

"Soy el tercer hijo de Gracia, Cain von Sylford. Perdonadme por la grotesca exhibición, pero tengo una magia que puede aliviar vuestro malestar. ¿Te importaría si la uso?"

Cain concentró sus poderes mágicos en sus dedos y lanzó su magia.

"Aura Calmante".

La luz envolvió a las dos chicas y a la criada y desapareció.

"Creo que ya estoy calmada".

.

.

Era una magia que utilizaba magia de luz y magia creativa. Cuando empecé a aventurarme en el bosque, era una magia que creé por lo terribles que parecían los monstruos a los que sometía.

Cuando la luz desaparece, los miedos y los temblores se van con ella.

.

.

Mirando a Caín con una sonrisa, las mejillas de Su Alteza y de la señorita Seda se tiñeron de rojo.

"Cain-sama, gracias por ayudarme antes. Estaba aterrorizada. Pensé que mi vida iba a terminar".

La princesa Telestia cogió la mano de Caín y la estrechó entre sus brazos.

"¡Ah, qué astuto! Caín, muchas gracias. Te estaba viendo disparar magia y mostrar tus habilidades con la espada desde la ventana del carruaje; parecías tan genial".

Seda también cogió la mano de Caín y le dio las gracias.

Al verlos de la mano de Caín, Garm empezó a reír.

Más tarde, la doncella que vino con la princesa Telestia también fue presentada y también dio las gracias a Caín. Como era de esperar, no cogió la mano de Caín como las otras dos chicas.

"Cuando los caballeros guardianes cayeron, pensé que nuestras vidas iban a terminar. Caín es fuerte. Ser capaz de subyugar a 30 orcos él solo; ¡es asombroso! Usando tanto la magia como la habilidad con la espada, estaba realmente impresionado". Seda miró a Caín con asombro.

"Pero, ¿por qué estás aquí?"

La pregunta de Garm le atrapó la lengua.

"Teles... Quiero decir, la princesa Telesia y yo íbamos a la fiesta de presentación en la capital desde mi casa en la región de Malpeque", consiguió responder.

"Bueno, entonces ya que su edad es más o menos la misma que la de Caín, y viendo que vamos en la misma dirección, ¿qué tal si vamos juntos a la capital?". preguntó Gram.

Las dos chicas aceptaron la invitación.

Luego, se dedicó a envolver los cadáveres de los monstruos y del caballero muerto en sábanas blancas.

Caín no quería mostrar mucho a la princesa Telestea y a la señorita Seda, así que subió primero al carruaje.

¿Estás seguro de que sólo quieres que lleve los materiales de los monstruos? ¿Qué tal si también llevo a los caballeros muertos?"

sugirió Caín a los caballeros restantes.

"No importa, pero ¿cómo piensas llevar esta cantidad de cosas?".

Se preguntaron los caballeros.

"Eso es......"

Caín echó un vistazo rápido a Garm.

Garm asintió en silencio.

"¡Caja de Objetos!"

Cain tocó el cadáver del monstruo, y los monstruos desaparecieron.

Mientras recitaba el cántico, Caín siguió guardando los cadáveres en la caja de objetos uno tras otro.

También almacenó caballeros envueltos en sábanas blancas.

Los caballeros restantes dieron las gracias a Caín.

"Se lo agradezco. Pensaba enterrarlos aquí. Pero ahora puedo reunirlos con sus familias", dijo uno de los caballeros.

"Vámonos ya. Nuestro carruaje estará adelante".

Garm dijo y comenzó a caminar hacia su carruaje.

Caín también se apresuró y trató de entrar en el carruaje, sin embargo.

"¿Me permite un momento, por favor?"

Su Alteza, la Princesa Telestia gritó.

"Nos preocupa estar solos, así que quiero que Cain esté con nosotros en nuestro carruaje".

"Eso es......"

Como era de esperar, Garm no pudo responder inmediatamente. Sin embargo, la princesa fue la que lo pidió, y él no podía rechazarlo rotundamente.

"De acuerdo. Caín, sube a ese carruaje". Después de contemplar, Garm ordenó a Caín.

"-Entendido", respondió Caín.

Cuando Caín miró a su familia, parecía que Reine estaba enfadada porque no había subido al mismo carruaje que ella.

"Por favor, siéntate aquí".

La Srta. Seda acomodó a Caín en el carruaje.

Y no sabía por qué.

Sentadas a su lado, a ambos lados, estaban la princesa Telesia y la señorita Seda.

El asiento frente a ellas quedó vacío.

"Para que tengamos más espacio, ¿qué tal si me siento en el asiento delantero?", sugirió Cain.

"No, por favor, siéntate a nuestro lado. Todavía tengo miedo y no puedo calmarme si no me siento a tu lado".

Y así fue como Caín se lió la manta a la cabeza.

¡¿Está bien, Princesa?!

Caín no podía decirlo en voz alta.

Como Cain era un estudiante de secundaria en su vida anterior, por lo que no sentía nada de un niño de cinco años diciéndole tales cosas.

"Teles es tan astuto. Yo también siento lo mismo".

Mientras decía eso, la Srta. Seda se enredó en su otro brazo.

Gracias al enredo de sus dos brazos, Caín partió hacia la capital sin poder hacer nada.

Al principio, aún recordaban la batalla y temblaban de vez en cuando, pero al día siguiente y al otro, ambas se calmaron.

Caín se sentía triste, pero el día que llegaron a la capital, las dos chicas se emocionaron mucho.

"Caín, por favor, llámame Teles".

"¡A mí también me parece bien que me llames Seda!".

"No puedo llamar a la princesa..."

"¡Te, Le, S!" Teles le cortó.

"...Sí, señorita Teles." Empieza a sentirse acorralado.

"Suelta a la señorita", exigió Teles.

"...Entiendo, Teles", dijo Caín.

"¡Yo también! Llámame Seda también", dijo Seda.

"Sí... Seda".

Entonces, Teles y Seda susurraron como satisfechos.

Aunque la edad mental de Caín era mayor, no podía ganar a las chicas. Deseaba que fueran más como Reine.

Finalmente, después de tres días, llegamos sanos y salvos a la capital.

Fue un viaje agradable, ya que no hubo más ataques de monstruos. Sin embargo, lo más duro fue estar emparedado por dos hermosas chicas a ambos lados.

Después de completar la recepción en la entrada de la ciudad real, entraron por la puerta para la nobleza.

"Ya que hemos entrado en la capital, volveré pronto a mi carruaje".

Cain penso que finalmente seria liberado y les dijo.

"¿Qué estás diciendo, Caín? Vas a ir al castillo real con nosotros. Hay un cementerio de caballeros junto al castillo real".

El deseo de Cain de ser liberado fue destruido pero pensando en los cadáveres en la caja de objetos. No era algo agradable y pensó que podría dejarlos por el camino.

A la entrada del Castillo Real, tras separarse de Telestia y Seda, Caín llegó al cementerio de los Caballeros, de donde salió un caballero que vestía una armadura blanca plateada. Era un hombre apuesto, pelirrojo, de unos veinte años.

"He tenido noticias de los caballeros que han vuelto. Te doy las gracias en su nombre por protegerlos. Y te pido disculpas por haberte hecho llevar a casa a mis hermanos muertos", dijo el hombre de pelo fiero.

Gracias por decirlo. Vamos a recogerlo".

Tras la breve conversación, Caín colocó a los caballeros envueltos en sábanas blancas en el lugar designado.

Normalmente, si un caballero moría en acto de servicio, alguien se llevaba una pieza de su equipo como recuerdo para su familia, y el cuerpo era enterrado a un lado del camino o quemado allí mismo.

Tras un momento de silencio y oración, Caín decidió dirigirse a otra casa de la familia Sylford en la capital.

"Me despido por ahora".

Cuando estaba a punto de marcharse, el caballero de pelo ardiente gritó: "Espera un momento. Caín tendrá una audiencia con el rey. Por supuesto, Sir Garm ya está avisado, y debería dirigirse allí ahora mismo".

Era una audiencia con el rey.

Fin del capítulo