Capítulo 5: El Comienzo de la Conexión
En la penumbra de la habitación, Aiden yacía despierto, envuelto en una maraña de sábanas, sus ojos escudriñando la oscuridad con desconfianza.
La sombra de la noche parecía danzar a su alrededor, susurros de intrigas y conspiraciones resonaban en los rincones más oscuros de su mente.
La desconfianza era su compañera más fiel, una armadura que lo protegía del mundo implacable que lo rodeaba.
Desde temprana edad, aprendió que la confianza era un lujo peligroso, una moneda de cambio que podía ser traicionada en cualquier momento.
Solo una figura escapaba de su escepticismo: su madre. Ella, una de las mujeres en el harem de su padre, era la única que había mostrado un atisbo de afecto genuino hacia él.
Aunque su relación era compleja y marcada por las sombras del poder y la manipulación, el lazo entre ellos era innegable.
El ansia de poder y estatus ardía en su pecho como una llama voraz.
Desde su juventud, anhelaba alcanzar las alturas más altas del poder y la influencia, deseando escapar de las cadenas de su linaje y establecer su propio legado.
Y así, mientras el mundo dormía ajeno a sus anhelos, Aiden se sumía en un sueño intranquilo, su mente dando vueltas en un mar de ambición y desesperación.
Al despertar al alba, la ventana de estado persistía frente a él, como un testigo silencioso de su existencia.
Las características personales de Aiden, grabadas en la pantalla con una claridad casi surrealista, le recordaban quién era en un mundo que constantemente intentaba definirlo.
Pero algo era diferente esta vez. Un extraño botón brillaba en la esquina de la ventana, su luz parpadeante llamando la atención de Aiden como un faro en la oscuridad.
Con un gesto cauteloso, extendió la mano hacia la pantalla y presionó el botón con determinación.
Un zumbido suave llenó la habitación, seguido de una sensación eléctrica que recorrió su cuerpo.
Una corriente de energía invisible parecía fluir desde la ventana de estado, envolviéndolo en su abrazo.
Y entonces, en un destello de luz cegadora, la habitación desapareció a su alrededor, dejándolo suspendido en un vacío infinito.
Una voz resonó en su mente, su tono suave pero cargado de significado.
"Estableciendo conexión", susurró el eco, ensordecedor y tranquilizante.
Fin del capítulo
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