Capítulo 3: El Desafío de los Elementales
La luna nueva se cernía sobre Zamorak, y con ella, una oscuridad que parecía devorar la luz de las estrellas. Nahori sentía la ausencia de la luna llena, su fuente de poder e inspiración, pero no se dejaba intimidar. La aldea estaba en alerta máxima, y los ojos de todos estaban puestos en la Invocadora de la Luna Llena.
Esa noche, mientras Nahori se preparaba para un ritual de protección, la tierra tembló. De las profundidades del bosque, emergieron los elementales, seres de pura magia y fuerza natural, convocados por Gorath para probar la valentía y el poder de Nahori. El aire se llenó de electricidad y el cielo se oscureció aún más.
Nahori se enfrentó al primero de los elementales, una criatura de fuego y humo que danzaba con llamas salvajes. Con un canto antiguo y movimientos precisos, Nahori invocó al espíritu del agua, y juntos, lograron apaciguar al elemental de fuego, transformando sus llamas en una suave bruma que se disipó en la noche.
El siguiente desafío fue un elemental de tierra, cuyo cuerpo rocoso parecía inquebrantable. Nahori, con la ayuda de los espíritus del aire, creó una melodía que resonó a través del suelo, fracturando la armadura de piedra del elemental y revelando su núcleo brillante, que se disolvió en un montón de arena y polvo.
Finalmente, un elemental de aire apareció, su forma casi invisible, su presencia detectada solo por el susurro del viento. Nahori cerró los ojos y se conectó con el espíritu del fuego, y juntos crearon una barrera de calor que calmó la furia del viento, permitiendo que el elemental encontrara la paz en la quietud.
Con cada victoria, Nahori demostraba su destreza y su derecho a ser llamada la Invocadora de la Luna Llena. Los orcos de la aldea, que observaban desde lejos, comenzaron a cantar su nombre, llenos de orgullo y esperanza.
Mientras la aldea celebraba, Nahori sabía que la verdadera batalla aún estaba por venir. Gorath no se daría por vencido tan fácilmente, y ella debía estar preparada para enfrentar lo que él enviara a continuación. Con la determinación de acero y el corazón lleno de coraje, Nahori se preparó para el próximo desafío, sabiendo que el destino de Zamorak estaba en sus manos.
Fin del capítulo
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