Capítulo 2: La Sombra de Gorath

La luna llena volvía a elevarse en el cielo nocturno de Zamorak, bañando la aldea orca en una luz plateada. Nahori, ahora conocida como la Invocadora de la Luna Llena, continuaba su entrenamiento bajo la tutela de Kaelum. Cada noche, su poder crecía, y con él, la admiración y el temor de sus compañeros orcos.

Mientras tanto, la amenaza de Gorath se hacía más tangible. Sus emisarios, criaturas sombrías y retorcidas, se deslizaban entre las sombras del bosque, acercándose a la aldea. Nahori sentía una inquietud creciente, pero su determinación no flaqueaba.

Una noche, mientras Nahori invocaba a un espíritu del viento, una figura encapuchada emergió de entre los árboles. Era Tharok, un orco renegado y uno de los emisarios de Gorath. Con palabras melosas, intentó convencer a Nahori de unirse a su señor, prometiéndole poder y conocimiento más allá de sus sueños más salvajes.

Nahori, con la sabiduría que Kaelum le había impartido, rechazó la oferta de Tharok. Sabía que cualquier poder otorgado por Gorath vendría con un precio demasiado alto. La confrontación terminó con Tharok retirándose a las sombras, jurando que Gorath no sería tan fácilmente desairado.

La noticia de la visita de Tharok se extendió rápidamente por la aldea. Los ancianos convocaron a Nahori, advirtiéndole del peligro que representaba Gorath. Le ofrecieron su apoyo y la instaron a prepararse para lo que estaba por venir.

Nahori pasó los siguientes días fortaleciendo las defensas de la aldea con la ayuda de los espíritus. Invocó a los guardianes de la tierra para proteger las fronteras y a los elementales del fuego para vigilar las noches. La aldea se convirtió en un bastión de luz y magia, listo para enfrentar la oscuridad que se avecinaba.

El capítulo 2 termina con Nahori de pie en la cima de la colina más alta, mirando hacia el horizonte oscuro. Aunque la amenaza de Gorath era real, ella no permitiría que el miedo gobernara su corazón. Con la fuerza de los espíritus a su lado, estaba lista para defender su hogar y su destino.

Fin del capítulo