La preparatoria privada Shinsei es una de las más prestigiosas en toda la región, el entrar aquí te podría asegurar la recomendación en cualquier universidad del país, así como oportunidades laborales en un futuro. La preparatoria Shinsei tenía un acuerdo con el gobierno japonés de otorgar 2 becas completas anuales; es decir, apoyar a dos jóvenes a los cuales se le pagaría el total de los tres años que permanecieran en la institución, gracias a este acuerdo y al prestigio de la escuela aplicaban cada año más de 11,000 alumnos de los cuales solo quedarían 150. Yoshida Jiro se convirtió este año en ser uno de los dos afortunados en obtener la beca completa, y aunque no era realmente un sueño suyo el haber ingresado a esta preparatoria, si lo era el acercarse más a su propio sueño que solo obtendría si se encontraba estudiando aquí. Sin embargo, Jiro nunca imaginó lo que le esperaría a partir de su primer día como estudiante en Shinsei. 11 de abril – Oh… ¿Ya viste a ese chico? Es muy guapo – Unas chicas murmuraban entre ellas mientras veían a Jiro cruzar la puerta de la preparatoria, había llegado un poco temprano pues quería familiarizarse lo más rápido posible con las instalaciones. – ¡Es verdad! ¿Quién sería? No lo había visto nunca y no parece ser de nuevo ingreso – Aunque Jiro escuchó a lo lejos el murmullo no le dio importancia y decidió explorar la preparatoria hasta que fuera hora de ir a la Ceremonia de Bienvenida. La vida estudiantil en Shinsei era muy animada, o es lo que Jiro pensaba, había mucho movimiento dentro de las instalaciones a pesar de ser el primer día. La preparatoria Shinsei es una escuela grande la cual lucía aproximadamente así: En Shinsei se tenía la tradición de que el alumno mejor punteado en los exámenes de ingreso daría unas palabras de bienvenida y agradecimiento a todos los alumnos, profesores y directivos en la escuela. Sin embargo, este año las cosas habían cambiado un poco. La persona con el mejor puntaje le sería imposible asistir a la Ceremonia de Bienvenida y hace una semana le habían pedido a Jiro quien fue el segundo lugar en los exámenes que si podía dar unas palabras; a lo cual para la sorpresa de la escuela también rechazó pues a pesar de que si podía asistir a la Ceremonia no tendría oportunidad de preparar un discurso adecuado ni practicarlo adecuadamente sin descuidar sus responsabilidades en casa. Así que este año estaba sucediendo algo sin precedentes en los últimos 80 años de tradición en la Preparatoria Shinsei, no habría palabras de bienvenida de los alumnos de ingreso y esta responsabilidad se la trasladaron a la actual Presidenta Estudiantil Sato Masako. Una vez acabada la Ceremonia todos los alumnos se dispusieron a buscar sus nombres en los tableros de información para saber en qué salón les tocaría. Jiro después de buscar su nombre finalmente se dio cuenta que estaría en el salón 1-C a lo que decidió ir rápidamente. Se encontraba bastante nervioso ya que debido a circunstancias especiales hace más de un año que no asistía a ninguna escuela. – Oye, oye, ¿Quién es ese chico? – Más chicas murmuraban mientras Jiro recorría los pasillos hacia su salón. – ¿Está entrando a un salón de primero? ¿En verdad tiene nuestra edad? – Jiro durante la secundaria era muy bueno en los deportes en general; aunque, a pesar de esto intentó no resaltar mucho pues se llegaba a sentir agobiado con muchas personas a su alrededor, cosa que tendría que acostumbrarse rápidamente a partir de ahora, pues en cuanto puso un pie dentro del salón de clases 3 chicas se acercaron rápidamente a él. – ¡Bienvenido! – Exclamó una de ellas – Mi nombre es Sano Miku ¿Cuál es el tuyo? – – ¡Oh! Eres muy guapo, me alegra tener gente tan guapa en el salón de clases, ¡Seremos una clase muy popular! – Gritaba la otra – Oye, Oye ¿Tienes novia? Pareces alguien muy maduro – terminó de exclamar la última. – Eto… – Jiro era bombardeado de una pregunta tras otra que no lograba terminar de responder ninguna de ellas. – Ya, ya. Dejen a Jiro Sempai en paz por favor, el pobre no ha podido ni sentarse en su lugar – De la nada una chica se escabulló entre Jiro y las tres chicas que lo abordaban con preguntas. – Jiro, tu lugar está allá al final. ¡Te tocará sentarte detrás a mí! ¿No te da gusto? – La chica ignoraba por completo el ambiente y tomaba de la mano a Jiro para llevarlo hasta el final del salón y pudiera poner las cosas en su lugar. – ¡Oh, Mio! ¿Estaré en tu mismo salón? – Jiro se dejó llevar por la chica completamente sorprendido. –… ¡¿Jiro?! … ¡¿Mio?!... ¡¿SEMPAI?! – Las tres chicas se quedaron estupefactas paradas en la entrada del salón preguntándose qué clase de relación tendrían para hablarse por su nombre y con tanta familiaridad. Se hicieron muchas teorías en sus cabezas, pero la que más fuerza ganaba dentro de sus cabezas era de que eran novios y sobre todo… ¿Qué había sido eso de Sempai? – Kota me dijo que habías logrado ingresar a Shinsei, pero jamás imaginé que estaríamos en el mismo salón – Jiro comenzaba una plática casual con la chica que llegó a su rescate. – Quedé en el lugar 140… no sé si eso sea un gran logro, aunque yo tampoco lo sabía, Kota llegó antes para ver las listas de los salones, ¿Sabes? Él está muy emocionado en que puedan ir juntos a la escuela nuevamente – Mio se acomodó en el asiento delante de Jiro, pero volteando hacia el para poder platicar con el más fácil. – No ha cambiado en nada, sigue lleno de energía. Ojalá podamos vernos más tarde, últimamente no he podido visitarlo a casa – Jiro sonreía mientras platicaba con Mio – ¡No te preocupes! Me dijo que hoy después de la inducción podemos ir a comer algo juntos ¿Te parece bien Jiro-Sempai? – – ehhhh, ¿Seguros? Si saldrán en una cita no me gustaría ir con ustedes – Exclamó Jiro con un tono de desagrado de recordar una escena del pasado. Cuando Mio y Kota empezaron a salir en la escuela secundaria Jiro los acompaño en una ocasión, fue una de sus tardes más duras el ver tanta escena azucarada frente a él. – No no no no, A Kota lo puedo ver cualquier otro día. ¡por hoy salgamos todos juntos! Además, Hanae-chan no sale hasta por la tarde ¿Cierto? Tienes tiempo antes de que llegue a casa. – Jiro sabía muy bien que cuando a Mio se le metía algo en la cabeza jamás podría convencerla, además de que si Kota la apoyaba son irremediables. Mio es novia de Kota, el mejor amigo de Jiro, los tres iban a la misma secundaria solo que Mio era un año menor que ellos. Empezaron su relación cuando Kota y Jiro iban en segundo año. Kota y Jiro son amigos de la infancia, llevan muchos años juntos, pero por las circunstancias especiales en las que Jiro no había podido estudiar durante más de un año se habían separado. Así que ahora tendría que estar en el mismo salón que Mio. – Está bien… me rindo, vayamos a comer más tarde. Solo que no podré quedarme mucho tiempo porque hoy también es mi primer día en el nuevo trabajo – Jiro sonrió cálidamente. – ¡Masaki-San!, ¡Masaki-san! ¿Acaso eres su novia? ¿Por qué le dices Sempai? – Las chicas empezaron su ataque de nueva cuenta, pero esta vez dirigidas a Mio que cuando se volteó de su asiento se encontró esta vez con 4 chicas diferentes, Jiro no podía evitar sentirse incómodo que las chicas estuvieran hablando de él justo frente a él, lo ignoraban por completo. De pronto se escuchó la puerta del salón cerrarse y frente a ellos una profesora. – ¡Todos a su lugar! – Ella se dirigió rápidamente al centro del salón y comenzó a explicar generales de la inducción mientras cada uno de los chicos iba tomando su asiento. – Bienvenidos sean todos, deseo que sea el comienzo de tres años maravillosos para todos ustedes, en los espacios de cada uno de sus asientos se encuentran hojas con el croquis de la escuela, con los reglamentos generales, áreas prohibidas y también todos los clubes que tenemos en la escuela. – Mientras la profesora explicaba Jiro se percató de algo. Había un lugar vacío junto a él. “Creí que todos los que ingresaban en la preparatoria ansiaban venir a la ceremonia de bienvenida” sumergido en sus pensamientos por ese asiento vacío Jiro dejó de poner atención a lo que decía la profesora. – Este año su salón es especial, pues las dos personas con los más altos promedio de los exámenes de ingreso están aquí. ¿Te puedes presentar Yoshida? – Al escuchar su nombre Jiro volvió de su mundo para encontrarse con todos los ojos posados sobre él y con la profesora esperando una respuesta. Se puso de pie de inmediato. – Lo siento, estaba un poco distraído. Mi nombre es Jiro, perdí un año de estudios, actualmente tengo 16 años, muchas gracias por recibirme – Jiro hizo una pequeña reverencia – Solo me gustaría pedir un favor… Me gustaría que todos me llamaran por mi nombre, Jiro, por favor no utilicen mi apellido. Muchas gracias… – Cuando enderezó su espalda de nueva cuenta esbozó una sonrisa y todos a su alrededor aplaudieron ligeramente, ellas pensando lo realmente guapo que era y ellos con la intención de que fuera su amigo pues seguro se volvería popular entre las chicas. Al momento de sentarse la maestra continuó con su explicación. – Inoue es la persona que obtuvo el primer lugar en los exámenes de admisión, lamentablemente no pudo asistir el día de hoy a clases así que a ella la conocerán mañana. – Jiro entendió entonces que Inoue se sentaría junto al a partir de mañana, “Así que me sentaré junto a la chica que me superó en los exámenes de admisión… ¿eh? ¿Qué clase de persona será? – Bien, ahora hay algo importante que debo comentarles a todos. – La profesora continuó con la explicación esta vez en un tono más serio. – A partir de este año la escuela ha decidido que para todos los estudiantes sea OBLIGATORIO el pertenecer a un club extra curricular, es importante para su des…– Jiro antes de que se diera cuenta se puso de pie rápidamente y lanzó un grito – ¡Heeee! – Todos se sorprendieron al escuchar tan franco reclamo. – No puede ser. ¿Es realmente necesario? – Jiro tenía responsabilidades fuera de la escuela por lo que para él sería casi imposible el tener clases extra curriculares. – Jiro, siéntate por favor. Platicaremos de tu situación cuando termine la inducción – Jiro se sentó de nueva cuenta con las palabras de su profesora y aunque aun totalmente sorprendido por el cambio tan repentino en su situación, se alegró un poco que también la profesora estuviera cumpliendo su egoísta deseo de ser llamado por su nombre. – Lo siento mucho Jiro-Sempai… yo tampoco sabía nada al respecto. – Mio volteó un poco con Jiro para disculparse, con los ojos curveados y un poco desanimada pues parecía entender a la perfección la situación en la que se encontraba Jiro. Mientras este cubría su cabeza con sus manos intentando pensar que hacer. Al finalizar la clase Jiro se quedó en el salón de clases para poder hablar con su profesora mientras Mio salió del edificio para encontrarse con Kota, le comentó a Jiro que lo esperarían en la entrada de la escuela para poder ir a comer juntos. Después de casi media hora finalmente Jiro alcanzó a sus amigos cabizbajo y con muchos pensamientos en su mente. Hasta que sintió un fuerte tirón en el cuello. – ¡Ha! – Kota se había colgado de él y ambos habían caído al suelo. – ¡¿Qué rayos haces?! – Jiro reclamaba mientras Kota reía enérgicamente tirado en el suelo. – Hace mucho no veía a mi mejor amigo, ¿Cómo estás Jiro? – Kota se puso de pie mientras le extendía la mano a Jiro. – Bien y mucho mejor si no estuvieras cerca – Jiro tomó su mano y se levantó con su ayuda, ambos chicos se miraron con una mirada de confianza. Habían sido amigos desde la escuela primaria así que conocían todo uno del otro. – ¿Cómo se encuentra Hanae? – Preguntó Kota a Jiro mientras ambos salían de la escuela junto a Mio quien rápidamente se enganchó de la mano de Kota y empezaron a caminar juntos. – Ella se encuentra bien, ingresó hace una semana a la secundaria así que afortunadamente no me tuve que perder su ceremonia de ingreso. – – Oh, que hermano tan responsable. – Mio lo dijo abiertamente sonriendo a Jiro quien solo sonrió y siguieron caminando hasta una cafetería cercana en donde cada uno pidió su bebida favorita, para Mio un frappe de galleta, para Kota un té Matcha y para Jiro un café americano sin ningún endulzante. – Chicos, no podré quedarme mucho tiempo, por la tarde tengo mi primer día en el trabajo nuevo. – Les comentó Jiro a sus amigos mientras le daba un sorbo a su café. – ¿Ya no trabajarás con el señor Bushido? – Le preguntó Kota. – Me ha ayudado durante todos estos años, pero se me haría algo injusto pedirle más apoyo pues a partir de ahora solo tendré libre la mitad del día y el necesita apoyo completo… – Jiro se quedó pensativo. – Sin embargo… con esta nueva regla de la escuela… – Jiro comenzaba a deprimirse un poco de nueva cuenta. – Yo también me sorprendí mucho cuando lo escuché de Mio, a nosotros en segundo año no nos han pedido ese requisito, solamente a los de nuevo ingreso. – – ¿Qué te dijo la profesora Jiro-Sempai? – – La regla es absoluta, en verdad debo ingresar a un club… me comentó que hay opciones de clubes que no necesitan tanto tiempo y que tengo una semana para decidirlo... Pero si no encuentro una solución, posiblemente tendré que buscar otra escuela o esperar otro año para estudiar. – Para Jiro el dejar de trabajar no era una opción, todos los estudiantes dentro de la Preparatoria Privada Shinsei provenían de familias con el suficiente estatus para poder pagar las matrículas, por lo que para Jiro la única manera de poder haber ingresado a esta escuela era haber obtenido una beca lo cual logró siendo el segundo lugar en los exámenes de admisión. También debido a esto era entendible que la escuela decidiera este tipo de reglas, para ellos la mayoría de sus estudiantes no necesitan trabajar por lo que pueden invertir más tiempo preparándose en actividades extras dentro de la escuela. Mio no sabía que decir al respecto pues acababa de ingresar junto con Jiro a la escuela así que no entendía todavía cómo funcionaban las cosas, así que Kota fue quien habló – Creo que conozco un par de clubes que podrían entender tu situación, podemos ir a visitarlos mañana, pero hagamos lo posible por que puedas seguir estudiando con nosotros. ¿Te parece bien mejor amigo? – Jiro esbozó una sonrisa, tomó un sorbo a su café y dijo. – Me parece bien. – Eran cerca de las 2pm cuando Jiro estaba llegando a su nuevo trabajo, hoy sería solo un día de introducción por lo que podría salir no más de las 5pm, antes de ingresar le mandó un mensaje a Hanae para saber que ella ya estuviera en casa. Hanae le contestó casi de inmediato con un emojies, stickers y una foto de algo que parecía huevo. “y ahora… ¿Qué experimento estás haciendo hermana? Por favor que sea comestible…” Jiro pensó, pero procedió a mandar solo un sticker para dar a entender que había leído el menaje. Jiro entró y vio al gerente del hotel en donde estaría trabajando y se acercó a ella. – Soy Yoshida Jiro, vengo a capacitación. ¡Mucho gusto! – ¡Oh, Jiro-kun! ¿Verdad? – Era una mujer joven de alrededor de 30 años de edad, vistiendo el uniforme del hotel. Jiro se sorprendió rápidamente que una desconocida lo llamara por su nombre. – ¿Sorprendido? ¡No te preocupes! El Sr. Bushido ha sido muy amable con nosotros como proveedor, fue quien te recomendó ¿Recuerdas? Él nos habló maravillas de ti y también me dijo como te gusta que te hablen. ¿Está bien si te digo Jiro-Kun? – – ¡Si! Muchas gracias por sus atenciones a partir de ahora – Jiro se sentía doblemente agradecido y muy aliviado, “Muchas gracias Sr. Bushido” pensó en su interior mientras se preparaba para un día productivo. Jiro sabía bien que trabajar en un lugar de servicio era la mejor opción pues gracias a la zona en la que se encontraban podría ganar más. El Sr. Bushido producía un sake de la región y además de eso tenía un restaurante-bar. Así que Jiro sabía desde preparar bebidas, atender mesas, limpieza y muchas cosas más. Había trabajado desde muy joven así que estaba totalmente acostumbrado a las personas. – Por favor espera en el recibidor mientras da la hora Jiro, estoy esperando a que lleguen todas las personas que trabajarán hoy para poder comenzar con a dar indicaciones. – La gerente le comentó a Jiro mientras volvía a su espacio de trabajo en la recepción del hotel. Era un hotel de 20 habitaciones, un restaurante, un mirador en la azotea y un recibidor bastante amplio lleno de diferentes sillones, por lo que Jiro decidió sentarse en uno que daba vista a la recepción del hotel y también a la entrada del mismo. Mientras esperaba intentaba pensar en las posibles soluciones para su situación precaria en la preparatoria. No era solo su vida si no la de Hanae, su pequeña hermana, el definitivamente no podía dejar de trabajar, pero si dejaba la escuela su hermana se pondría muy triste debido a que sabría que se saldría para poder seguir trabajando y cuidar de ella. Jiro tenía muchas responsabilidades que no comentaba con nadie, los únicos que sabían era Mio y Kota y aun así ellos no podían ayudar realmente, solo escucharlo y acompañarlo. Mientras Jiro estaba sumido en sus pensamientos depresivos se escuchó la puerta de entrada, levantó la mirada y de la nada apareció una chica corriendo. Parecía extranjera y realmente joven, sin mucha estatura, cabello dorado y largo amarrado en una coleta, llevaba una gorra de béisbol, una blusa blanca a la cintura, pantaloncillos cortos, medias largas y unos tenis. Su vista se llenó de aquella chica, por un instante cruzaron miradas mientras ella pasaba corriendo, fueron solamente un par de segundos pues siguió corriendo hasta recepción. A su paso dejó un aroma frutal y por primera vez en el día Jiro había dejado de pensar en sus problemas o en la escuela, su mente quedó en blanco al observar aquellos ojos azules de la chica que se convertiría en un futuro en la autora de muchos problemas y también muchas alegrías.