Una Mudanza Necesaria

– Hola Jiro-kun ¿Tu casa está cruzando un supermercado cierto? –

– Si, es un edificio de 2 pisos con departamentos, yo vivo en el segundo; número 114. ¿Quieres que vaya por ti? –

– No, no. Ya estamos por llegar no te preocupes. –

Masako colgó, era el segundo domingo de capacitación del club de fotografía y esta vez se reunirían en la casa de Jiro quien desde muy temprano había recogido todo el lugar y se encontraba listo para recibir a sus compañeras. El domingo pasado los miembros del club se habían reunido en la casa de Masako y se dieron cuenta que sabían muy poco realmente del manejo de cámaras profesionales; así que pospusieron el salir los días de práctica hasta que todos pudieran darle un uso básico a la cámara.

Para Jiro sería la primera vez que recibiría visitas que no fueran Kota o Mio así que se encontraba algo nervioso.

(Beep... beep)

“Ya llegaron, estaban más cerca de lo que pensé “

Jiro se apresuró a abrir la puerta para encontrarse con las tres chicas, cada una con un encanto diferente. Masako lucía un vestido de verano floreado con una mochila bastante grande colgando de su hombro. Natsumi utilizaba un pantalón con una blusa con holanes blanco, mientras que Rei utilizaba shorts negros, una blusa de manga larga y una boina que hacía juego al color de su blusa, traía también una bolsa al hombro.

– Bienvenidas todas, adelante –

– Con permiso… –

Fue diciendo cada una mientras entraban al pequeño departamento de Jiro.

– Por favor vayan a la sala, preparé unos bocadillos, también tengo bebidas. –

El domingo pasado se habían reunido en casa de Masako; como era de esperarse de una familia de la escuela Shinsei su casa era muy grande, con un chef particular que preparó bastantes alimentos a los chicos durante su visita. Jiro realmente nunca se había sentido mal por la diferencia en estilos de vida que tenía con sus compañeros, constantemente veía a sus compañeros de clase u otros grupos hablar de su último o próximo viaje fuera del país y más que sentirse relegado le motivaba el poder algún día ofrecerle eso a Hanae.

– ¡Oh! Te esforzaste mucho ¿Verdad Jiro-Kun? –

– Bueno… la verdad fuera de Kota y Mio no hay nadie más que visite la casa, así que esto es divertido. –

La sala del departamento de Jiro era el espacio principal, había un sillón para dos personas, un sillón individual y frente a ellos una televisión de tamaño promedio, también estaba muy cerca del pequeño balcón del departamento.

Rei se sentó junto a Masako en el sillón mientras que Natsumi se sentó en el piso para así apoyar sobre la mesa de centro.

– ¿Cuántos cuartos tiene el departamento Jiro-kun? ¿No hay nadie en casa?, creo que nunca había estado por esta zona de la ciudad. –

Masako decía mientras Jiro finalmente se acercaba con un plato grande de galletas recién hechas.

– Solo tiene una habitación, Hanae salió a pasear con unas amigas, debería de volver en un par de horas. Por cierto, chicas tengo también te, café y jugo en caso de que alguien quiera. –

– ¡WOW! –

– Que impresionante se ve esto… –

– No sé cómo sentirme al respecto que las galletas te salgan mejor que a mi… –

Culminó de decir Rei, a pesar de que ya llevaba poco más de un mes y medio conviviendo con Jiro le era imposible elogiarlo de manera directa.

– ¿Solo una habitación? Debe ser difícil el que toda una familia viva en un departamento tan pequeño. –

Mencionó casualmente Natsumi.

– ¿Una familia? Bueno realmente no somos muchos, solo somos Hanae y yo, mi hermana pequeña. Vivimos solos. –

De pronto Rei se levantó de su asiento sorprendida por la respuesta, cerró el puño y Jiro sintió como se estaba metiendo en un grave problema.

– ¡¿Estás viviendo solo con tu hermana pequeña y duermen en la misma habitación?! –

Los ojos de Rei burbujeaban de coraje.

– He bueno… sí. ¿Tiene algo de malo? Hanae es una niña, recién entró a la secundaria. –

– ¡Un hombre y una mujer no pueden vivir juntos y más si ella está tan pequeña! –

– ¿Qué hablas Inoue? Somos familia, realmente hemos dormido en la misma habitación desde que estábamos pequeños. –

Jiro solo empeoraba más y más la situación con lo que decía. Rei simplemente estaba pasmada.

– ¡No lo acepto! Tu no me importas, pero ella debería de estar en compañía de sus padres o su mamá que la cuide. –

Con estas últimas palabras Jiro sonrió de una manera melancólica y amarga mientras veía los ojos azules de Rei.

– Lo siento, pero… Soy lo único que tiene, no hay nadie más. –

“A caso… ¿Tú también estas solo? Estúpido Yoshida… deja de hacerme sentir así.”

Rei pensó para sus adentros pues con una respuesta así era poco lo que realmente podría alegar.

– No lo acepto… deberé asegurarme que ella se encuentre a salvo. ¡No me iré hasta que hable con ella!

– Pero… –

Masako finalmente intervino en la conversación.

– Creo que Inoue tiene algo de razón en esto. Si está entrando a la secundaria tu hermana ya no es tan pequeña. ¿No crees? –

– Bueno, no lo sé. Para mi sigue siendo muy pequeña. –

– Eso es porque la ves como hermano y con cariño que no te das cuenta que está creciendo, nos pasa a todos los que tenemos hermanos pequeños. –

Masako terminó diciendo, no habían coincidido el día que fueron a la casa de Masako, pero ella tenía un hermano de 10 años.

– Si les parece dejémoslo por ahora, ¡Trabajemos un poco! Y más tarde conoceremos a la hermana de Jiro –

Masako era la que mantenía la sensatez en el grupo, pues Jiro y Rei constantemente peleaban y Natsumi dejaba que todo pasara porque el observar a la pareja de chicos pelear se estaba convirtiendo en uno de sus pasatiempos favoritos.

A Rei no le quedó otra opción que volverse a sentar en el sillón e intentar tranquilizarse poco a poco. Sin embargo, los chicos no pudieron continuar mucho tiempo con sus estudios pues de pronto se escuchó la puerta de entrada.

– ¿Eh? ¿Hanae? –

Jiro se puso de pie alarmado por que su hermana hubiera regresado tan rápido.

– ¿Estás bien Hanae? Volviste muy pronto. –

– ¡Estoy bien!, ¡Estoy bien! –

Hanae gritó apresurada mientras abría la puerta de la habitación y se encerraba en ella.

– Tenemos visitas hermana. ¿Sucedió algo? –

Se acercó a la puerta de la habitación para tocar un par de veces esperando que Hanae le abriera.

– ¿Pasó algo malo Hanae? –

Jiro estaba preocupado pues Hanae nunca había hecho algo así, pensó lo peor de que algún extraño la hubiera molestado durante su paseo.

No quería incomodar demasiado a su hermana y más ahora que sus invitadas estaban viendo todo y peor aún por el tema que estaban tratando hace apenas unos minutos, Jiro se dirigió a la sala para sentarse y decir en voz alta para sí mismo.

– Ella no es así… ¿Qué habrá pasado? –

– ¿Crees que algo haya pasado en su salida? –

– No lo sé… no lo sé… Podría preguntarle a alguna de sus amigas… –

– Eso podría ser buena idea –

Dijo Natsumi mientras observaba el rostro de preocupación de Jiro y de sus compañeras.

De pronto la puerta de la habitación se abrió un poco y apareció entre el espacio el rostro de Hanae totalmente rojo y un par de lágrimas en sus ojos.

– Onisan… ¿Qué hago?... Hay sangre… sangre… –

– ¡¿Te encuentras herida Hanae? ¿De donde estás sangrando? ¿Qué sucedió?! –

Jiro estaba aterrado mientras intentaba acercarse a la habitación para ver la herida.

– ¡No te acerques Onisan! –

Cerró de golpe la puerta nuevamente.

– Hanae… –

Mientras tanto Masako y Rei se voltearon a ver una a la otra, podían adivinar qué es lo que estaba sucediendo y era este tipo de cosas justamente que intentaban hacerle ver a Jiro.

Rei se puso de pie, tomó su bolsa y se dirigió a la habitación tocando suavemente.

– Hola Hanae-chan, mi nombre es Rei, ¿Me puedes dejar entrar? Se lo que está sucediendo. –

– ¡¿Sabes que sucede Inoue?! –Dim… –

Rei fulminó con unos ojos de terror al pobre Jiro quien solamente optó por quedarse callado.

Finalmente, Hanae abrió un poco la puerta y Rei entró a la habitación.

– Jiro-Kun, ven a sentarte con nosotras, posiblemente tarden un rato. –

– ¿Cómo lo sabes Masako? –

– En verdad eres increíble… No dudo que seas un buen hermano, pero a veces eres increíblemente tonto. ¿Cierto? –

Masako cruzada de piernas mientras veía con ternura el rostro de confusión de Jiro.

– No te preocupes, tu hermana está bien. –

– ¿En verdad…? –

– Si… Es un día importante para ella, no debería arruinarlo su loco hermano, solo piensa un poco… Esto es algo que tendrá que vivir cada mes. –

Jiro se hundió en sus pensamientos con la cabeza baja intentando descifrar a que se refería Masako, hasta que finalmente.

– ¡Oh! ¡Ya lo sé! –

Se puso de pie de golpe por un momento, pero volvió a sentarse rápidamente ahora sosteniendo su cabeza con ambas manos y diciendo en una voz que se desvanecía.

– Oh… maldición… –

– Creo que finalmente lo captaste Jiro, Hahaha eres muy divertido. – Natsumi era la única que a pesar de la situación seguía disfrutando galletas, claramente sabía que estaba pasando así que no necesitaba preocuparse de más.

Masako finalmente dirigió la conversación a lo que necesitaban aprender ese día del club de fotografía, Reí seguía en la habitación con Hanae y Jiro entendió que debía dejarlo en manos de Rei, para el ese tipo de situaciones no solo lo incomodaban si no que realmente no podía hacer nada al respecto.

Finalmente, casi 40 minutos después se abrió la puerta de la habitación, Rei salió por delante y Hanae por detrás, se había cambiado y se había puesto un mameluco de dinosaurio que utilizaba a veces para dormir, Hanae se ocultaba detrás de Rei.

– Hanae, ven a comer galletas. Hice suficiente para todos. –

Pensó que la mejor manera de hacer sentir cómoda a Hanae era no tocar el tema en absoluto, seguro debería ser incómodo el tener que tratar ese tema con su hermano. Durante el resto de la mañana los chicos convivieron y aprendieron todo lo que debían saber de las cámaras hasta que llegó la hora de retirarse, la primera que tenía que irse era Rei, pues debía alistarse ya que más tarde trabajaba al igual que Jiro.

– Hanae-chan, ya tienes mi número ¿Okay? –

Rei se acercó para darle un abrazo a Hanae.

– Si algo hace este estúpido o si necesitas algo no dudes en llamar, vendré en seguida. ¿Vale? –

– Gracias… onechan… –

Rei se sonrojó un poco, tomó sus cosas y se despidió de todos dirigiéndose a la salida del departamento…

“¿Qué estás haciendo Jiro? ¡Muévete!” Pensaba para el mismo al saber que Rei se estaba yendo, finalmente se escuchó la puerta de entrada, como abría y se cerraba. En eso Jiro reaccionó y salió corriendo para poder alcanzar a Rei, ni siquiera se puso zapatos, solamente salió corriendo fuera del departamento.

– ¡Inoue! –

Rei se encontraba casi al final del pasillo lista para bajar las escaleras cuando escuchó su nombre y volteó a ver el rostro de Jiro.

– ¿Si? –

– ¡En verdad muchas gracias por hoy! ¡En verdad! No sé cómo agradecerte… –

– ¿Sabes? Hanae me dijo lo buen hermano que eres… –

Jiro se enderezó para ver a aquella chica de cabellos dorados con una ligera sonrisa.

– Lo que más odio de ti Yoshida… es que no encuentro razones suficientes para odiarte en verdad… –

– ¿Inoue…? –

– Aun así, creo que debería tener su propio espacio… Considera buscar un departamento de dos habitaciones mientras eso no suceda contactaré a Hanae todos los días para asegurarme que esté bien. –

– Oye, Oye… que no haré nada. –

– Sé que no lo harás… pero también sé que no lo puedo permitir otra vez en alguien más… –

Esta última parte de la frase Rei lo dijo con una voz tan baja que Jiro no pudo escuchar en absoluto.

– ¿Qué dijiste Inoue? No escuché bien. –

– Nada, nos vemos más tarde en el trabajo. –

Rei se dio media vuelta y finalmente bajó las escaleras.

El día para Jiro transcurrió sin mayores problemas, por supuesto no podía dejar de pensar en 2 cosas. La primera era sobre Hanae, sus compañeras tenían razón, no era un espacio ideal para que estuvieran juntos ahora que Hanae empezaba a crecer, ella necesitaba también su privacidad, era una chica después de todo.

Lo segundo en su cabeza era saber que había dicho Rei cuando la alcanzó en el pasillo. Realmente intentaba recordar lo mejor que podía o ponerles palabras a los labios, pero simplemente no podía.

Esa noche cuando Jiro llegó a casa después del trabajo le pidió a Hanae que se sentaran un momento en la sala del departamento, Hanae había terminado de preparar la cena por lo que estaba sirviendo la comida, pero cuando vio tan serio a Jiro fue rápidamente a la sala a sentarse.

– Escucha Hanae… tomé una decisión. –

– ¿Qué sucede onichan? –

– Empezaré a utilizar el dinero que nos dejó mamá para poder mudarnos a un departamento más grande. –

– ¡eh…! ¿Por qué tan de repente? Onisan… ¡NO! Si es por lo de hoy… no te preocupes… estaré bien. ¡Pero ese dinero! –

Jiro levantó su mano para pedirle a Hanae que se tranquilizara y lo dejara hablar.

– Sé que parece una decisión repentina Hanae… pero no es así. Las chicas hoy me lo hicieron ver más rápido, pero es algo que ya había pensado desde antes. ¿Acaso no te gustaría algún día tener amigas quedándose en casa? ¿Tener una cocina más amplia en donde practicar? –

– Pero onisan… –

– Además, en donde estamos viviendo ahora nos queda retirado de la escuela y mi trabajo… Pasas más tiempo sola ahora que estoy ocupado todo el día, en verdad estaría preocupado y si algo llegara a pasar no podría llegar de inmediato ¿Entiendes? –

– … –

– La verdad Hanae es que siento que si seguimos viviendo aquí no podría seguir cumpliendo la promesa que le hice a mamá ese día… así que, por favor, Cumple este capricho de tu hermano mayor y vivamos en otro lado, ¿Bien? –

Hanae asentó con la cabeza mientras acercaba uno de los cojines de la sala para poder abrazarlo.

– Gracias Hanae – Jiro se acercó para acariciar la cabeza de su hermana. – Busquemos otro hogar… –

Fin del capítulo