En un rincón olvidado del mundo, donde la magia aún susurra entre los árboles y las leyendas caminan disfrazadas de realidad, se encontraba el gremio de los magos. Era un lugar de conocimiento antiguo y poderes arcanos, un santuario para aquellos que buscaban comprender los misterios del universo. Y entre ellos, destacaba una figura insólita: RicoPollo, el mago gallina. RicoPollo no era una gallina común. Había sido criado por una familia de magos que vieron en él un potencial mágico sin igual. Con el pasar de los años, RicoPollo había perfeccionado sus hechizos de fuego hasta convertirse en una leyenda viviente dentro del gremio. Su fama se extendía más allá de los confines del bosque, llegando incluso a los oídos de seres de otros reinos. Mientras tanto, en las profundidades del Infierno, Wiler Demon se abría paso entre las llamas y la desesperación. Hijo de un poderoso Asura, Wiler había heredado una habilidad innata para la magia oscura y la creación de ilusiones. Su nombre era sinónimo de temor incluso entre los demonios más temibles, y su ambición no conocía límites. Un día, un rumor llegó a Wiler, un rumor sobre una gallina que poseía un poder que rivalizaba con el de los más grandes magos del Infierno. Intrigado y movido por su orgullo, Wiler decidió que debía ver por sí mismo si este ser era digno de su atención. El viaje de Wiler a través de los planos fue un espectáculo de terror y maravilla. Usando su magia, distorsionó la realidad a su alrededor, abriendo un portal que lo llevó directamente al corazón del bosque mágico. Su llegada no pasó desapercibida; las criaturas del bosque huyeron ante su presencia, y una sombra de miedo se cernió sobre el gremio. RicoPollo, sintiendo la perturbación, se preparó para enfrentar lo que fuera que hubiera osado invadir su hogar. Con un coraje que desmentía su apariencia, se enfrentó a Wiler, determinado a proteger su hogar y a sus compañeros magos. “¿Quién eres tú, que vienes a mi hogar con intenciones oscuras?” preguntó RicoPollo, su voz resonando con una autoridad que sorprendió al demonio. “Yo soy Wiler Demon, artesano de ilusiones y trampas. He venido a ver si realmente eres tan poderoso como dicen los rumores,” respondió Wiler, su sonrisa cruel ocultando su cautela. Así comenzó el duelo entre el mago gallina y el demonio artesano. Fuego contra sombra, luz contra oscuridad, un enfrentamiento que sería recordado por eones. Y mientras el bosque retenía la respiración, el destino de ambos combatientes se entrelazaba en una danza de poder y astucia.