Capítulo 3: El Despertar de la Oscuridad
El bosque mágico estaba en silencio, un silencio que no era natural. Los animales se habían ocultado, y las plantas parecían retraerse ante la oscuridad que se arrastraba por el suelo. RicoPollo y Wiler Demon, ahora aliados por la necesidad, sentían la presión de un poder antiguo que despertaba.
“Algo se acerca,” murmuró RicoPollo, sus ojos avivados por la urgencia. “Un mal que no es de este mundo ni del tuyo.”
Wiler, cuyos sentidos demoníacos estaban alerta, asintió. “Es antiguo, y está lleno de odio. No será fácil enfrentarlo.”
En el corazón del bosque, donde los árboles eran tan antiguos como los secretos que guardaban, una sombra comenzó a tomar forma. Era una entidad que había dormido durante milenios, olvidada por todos excepto por los más sabios. Su despertar había sido lento, alimentado por el miedo y la desesperación que se filtraban desde el mundo de los hombres.
RicoPollo y Wiler se prepararon para el enfrentamiento, cada uno con sus propias dudas pero también con una determinación férrea. Sabían que si no lograban detener a esta entidad, el bosque y todo lo que contenía sería consumido.
La sombra se elevó, una masa de oscuridad que parecía absorber la luz misma. “Yo soy la Noche Eterna,” rugió con una voz que resonaba como un eco de todas las pesadillas olvidadas. “Y he venido a reclamar este mundo.”
RicoPollo extendió sus alas, invocando una barrera de llamas para proteger el bosque. Wiler, con un gesto de su mano, tejió ilusiones que distorsionaban la realidad, confundiendo a la Noche Eterna.
La batalla fue titánica. Cada hechizo de fuego de RicoPollo era respondido con un golpe de oscuridad pura. Cada ilusión de Wiler era desgarrada por la verdad implacable de la Noche Eterna. Pero juntos, encontraron un ritmo, una sinergia que les permitía mantener a raya a la entidad.
Finalmente, con un esfuerzo combinado de fuego y sombra, lograron encerrar a la Noche Eterna en un sello mágico. El bosque respiró aliviado, y la luz regresó lentamente.
“Lo hemos logrado,” dijo RicoPollo, casi sin creerlo.
“Sí,” respondió Wiler, “pero algo me dice que esto es solo el comienzo.”
Mientras el bosque comenzaba a sanar, RicoPollo y Wiler sabían que su alianza había cambiado el curso de sus vidas para siempre. Ahora, debían prepararse para lo que vendría después, porque la oscuridad siempre encuentra una manera de regresar.
Fin del capítulo
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