Kanh

Pasaron dos semanas desde el incidente con el número cuatro, mi madre estaba más tranquila ya que no había surgido ningún problema con la policía, yo no le comenté absolutamente nada de aquel chico misterioso ya que no quería asustarla más; aun así, no permitió que caminara a la escuela a partir de entonces. vivía en una villa llamada Fort Loramie, al parecer no viven más de 2000 personas en este lugar por lo que podrán imaginar lo aburrido que es, mi madre viaja todos los días a la ciudad de Dayton a trabajar, en innumerables ocasiones le he preguntado por qué no nos mudamos a la ciudad; sin embargo, siempre me ha dicho que es mejor para mis pulmones el vivir en un pequeño pueblo, nunca he entendido muy bien las metáforas de mi madre, porque, es decir, me escapé varias veces a Dayton con mis amigos y respiré perfectamente bien.

Debo ser sincera, en el momento en el que me decidí a encontrar a aquel peligroso hombre no me detuve a pensar cómo es que lo lograría, cuando me di cuenta pasaron dos semanas y yo no sabía ni siquiera por dónde empezar. Claro que el internet era una opción; pero, ¿Qué buscaría? ¿Hombre misterioso con ropa de los setenta fuera de moda que mata a una persona con un disco metálico extraño? Y además ¿Cómo entró a mi cuarto? Sé que estaba muy asustada y tenía mi atención en número cuatro, pero no hizo un solo ruido, ¿Es eso posible? A quien engaño, si no hubiera sido mi suerte o el patético disfraz de aquel hombre muy posiblemente nunca los hubiera encontrado, o tal vez ellos me encontraron a mí…

08:39, 20 de mayo, 434 MDL

Iba camino a la escuela y como de costumbre mi madre me llevaba en su coche, iba recargada en la ventana del copiloto contemplando las lindas fachadas coloniales de mi aburrida villa, las personas se levantaban temprano para abrir los negocios y limpiar los porches, el sol había salido por lo que se podía aprecian los detalles pintorescos de aquel panorama rural y de pronto, algo saltó a mi vista.

– ¡Mamá detente! – No pude ahogar mi grito, pues ahí, recargado en el poste del porche de la droguería se encontraba un hombre vestido con esos espantosos atuendos de los 70, ¿Era una broma? Este hombre era enorme, su cabeza casi rozaba las fachadas de la tienda, una estatura de miedo y unos brazos de gigantes, sin lugar a dudas era compañero del otro hombre pues tenía los mismos ojos duros y esas horribles prendas.

– ¿Y ahora qué quieres Lil? No voy a caer en tus juegos esta vez –

– ¡Mamá por favor! ¡Solo un momento! –

– ¡¿Qué quieres Lilith?! – Mi madre disminuyó la velocidad intentando estacionar el coche en la acera de enfrente, lo suficientemente despacio para que yo pudiera salir corriendo en busca de aquel hombre misterioso.

– ¡¿A dónde vas hija?! – Mi madre grito cuando salte del coche, pero no podía detenerme, podría ser mi última oportunidad. Tenía que saber.

Ahora, después de tantos años me pregunto si en verdad hubiera hecho todo lo posible por encontrarlos, ¿hubiera cambiado algo? El misterioso hombre había desaparecido, ni dentro de los locales ni en las calles estrechas había rastros de él, simplemente se hizo viento y así mis esperanzas de encontrar algo acerca de ellos, mi modo paso a la depresión total por lo que volví al carro a aceptar con penitencia los gritos de mi madre que tendría bien merecidos.

A partir de ese día pensé que me estaría volviendo loca, tal vez todo había sido un simple sueño, cada día aquel hombre gorila se encontraba en el mismo sitio y cada día desaparecía sin dejar rastro. No solo él, una mujer en el pasillo de la escuela, un niño en el parque de juegos junto a un anciano, una mujer a las afueras de mi casa. Todos parecían observarme y cada uno desaparecía en el momento en que intentaba llegar a ellos. ¿Era solo mi imaginación? ¿Me estaban vigilando? ¿O simplemente mi cabeza dejo de funcionar bien?

Nunca he creído en el destino, pero vaya que es graciosa la vida pues yo soy la máxima representante del destino.


10:30 am 28 de mayo, 434 MDL

Ocurrió el accidente, era el sábado por la mañana, me había quedado a dormir en casa de una de mis mejores amigas para hablar de nuestras aburridas vidas; aunque, solo puedo decir que es mi mejor amiga porque no ha caído bajo el efecto de mis extrañas habilidades aún y estoy eternamente agradecida por eso, había podido ser cercana a ella durante un par de años y nada había sucedido nada malo aún.

Recién me levantaba cuando estampó su almohada en mi cara lo que me hizo caer de lleno a la cama de nuevo.

– Te lo merecías Lil, me dejaste hablando sola anoche –

– ¡Claro que no! – La venganza es dulce y que mejor manera de sacar la frustración con una almohada en la cara de tu mejor amiga.

– ya cállate, ¡no te perdono! – Esta vez me dio de lleno en la nariz, cuando alejo la almohada vi como estaba con una pequeña mancha de sangre.

– ¡Espera! ¡Espera! Me está sangrando la nariz – En eso recibí otro golpe en seco.

– ¡Perdón! ¡Perdón Lil! ¿Estás bien? –

– Si…- Intentaba no hablar mucho mientras presionaba mis dedos contra mi nariz, no le tengo miedo a la sangre, pero es extremadamente raro ver la mía por lo que tiendo a preocuparme de más.

– Déjame ver – Ella me hizo una seña con la mano para levantar la cara en su dirección Y ella me pudiera ver bien con la luz de la ventana.

– ¿se ve muy feo? - Cuando vi la cara de incredulidad que tenía me aterré completamente.

– ¡¿Qué tengo?! –

– Lilith… no estas sangrando de la nariz… estas sangrando del ojo derecho – Me levante corriendo para verme en el espejo y efectivamente, en mi mejilla derecha se dibujaba una línea delgada de sangre, provenía de mi ojo. Mi corazón se aceleró, me empezó a doler la cabeza y todo empezó a girar, no recuerdo si ella me dijo algo más, pues todo el mundo se difuminó a mí alrededor, solo nos encontrábamos mi silueta en ese espejo y yo. No sé cuantos minutos u horas pasé observando aquella imagen de mi misma en el espejo y la marca en mi rostro tan roja como mi mismo cabello. Cuando por fin salí del trance mis pies estaban húmedos y sentí una suave brisa del viento a través de mi camisón de dormir, poco a poco fui despertando hacía la realidad pues ya no me encontraba en el cuarto de mi mejor amiga, estaba en campo abierto, no podía divisar ninguna casa a mi alrededor. Nos encontrábamos solamente yo y aquel espejo… hasta que escuché una voz detrás de mí.

– Lilith Minsterlow, ¿si no me equivoco? – Era aquella misma voz ronca de mi habitación, gire mis pies muy lentamente como si tratara de evitar el ataque de un oso salvaje.

–… ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? – Mi voz se fue apagando mientras formulaba mis preguntas cuando me di cuenta que no estaba solo, detrás de él se encontraban todas aquellas personas que me había encontrado, el hombre gigante, las dos mujeres y el pequeño niño con el anciano.

– Hahahahaha ¿Tu nombre? – Todos empezaron a reír descontrolados, como si hubiera dicho lo más gracioso del universo, lo que me hizo enfadar.

– ¡Deja de confundirme más! ¡¿Quiénes son?! ¡¿Qué quieren de mí?! ¡¿Y porque carajos están usando esas ridículas ropas?! – No entiendo que sucedió pues todos ellos a excepción del hombre que se encontraba en mi habitación dieron un paso atrás.

–… No te podré decir todo, no por el momento, pero te puedo decir algunos fragmentos de la historia –

– ¿La historia? ¿Tú sabes algo de mi pasado? ¿Sabes de dónde vengo? – ¿En verdad ellos podrían saber algo de eso? Posiblemente mis predicciones no estaban tan equivocadas y yo tenía cierta relación con estas extrañas personas.

– Es complicado de explicar, aun no has despertado, ¿No te has dado cuenta? Hace un momento estabas en una habitación y ahora estas en campo abierto, Nosotros no hicimos nada de eso…

– ¿A qué te refieres con que ustedes no lo hicieron? –

– ¡Ha! Por eso le dije al Gran Rey que debíamos matarla y ya, es mejor que renazca en otro lugar que en este estúpido planeta ¡esto lo hace más complicado! – Después de lanzar ese grito aquel hombre se acercó a mí con pasos firmes, me quede completamente paralizada, estaba a punto de morir.

– Detente Draker, sabes que no podemos hacerle daño – Dijo con una voz muy pausada aquel anciano detrás de él, así que se llamaba… ¿Draker?

– ¡Callados! – No detuvo su andar, por el segundo que me distraje ya tenía a aquel hombre ante mí, con su rostro muy cerca al mío y por primera vez lo pude ver bien, aunque tenía rasgos muy duros parecía bastante joven, no se veía mayor a 20 años. Aquellos hilos rojizos en su cabello parecían hechos de plástico y esos ojos… sentían como si miraran a través de mí. Nunca había sentido esa mirada con ningún chico.

Sentí su mano recorrer mi cintura, me tomo y acerco a él de golpe. Yo no pude decir nada, simplemente estaba perdida en aquella mirada, hasta que todo se tornó blanco.

– Maldita sea Draker, ¿Por qué nos trajiste aquí? –

– ¡No sé nadar! –

– Hubiéramos traído nuestros trajes de baño humanos, ¿No crees Marozia? –

– Cállate Grese, sabes que estamos trabajando –

– Eres una aguafiestas –

– En verdad creí que la mataría… -

– Acaba con esto Draker, sabes que no puedo mantenernos ocultos en este lugar mucho tiempo –

Las voces se escuchaban alrededor mío, pero no podía distinguir claramente, me estaba desmayado y mis ojos no enfocaban con claridad, una enorme luz blanca me cegaba. Sentí unos brazos que me levantaron con extrema facilidad, aunque por supuesto, soy diminuta. Entonces el silencio se hizo a mí alrededor y poco a poco mis ojos se fueron adaptando. Ante mí se encontraba la segunda imagen más sorprendente que jamás hubiera visto hasta ese momento, era un mar eterno de agua cristalina, podía observar claramente las montañas debajo del agua, cientos de criaturas extrañas y amorfas nadando en ella y en el fondo del paisaje un enorme sol plateado iluminando aquel panorama. Me encontraba en el sueño más extraño y más bello de toda mi vida; sin embargo, después de la segunda imagen siempre viene la primera. Draker me tomo de los hombros y me giró 180 grados. Estábamos flotando, exactamente en el borde…

– Que... ¿Qué es… esto? – Flotando en el borde del planeta, un planeta partido a la mitad, el agua cayendo al infinito en forma de cascada, con el núcleo burbujeando e invitando a una explosión, parecía que nos alejábamos de aquella escena lo que me permitía ver mejor, no se puede describir mi sentimiento al ver aquella imagen, no existe una palabra en el diccionario para ello y por primera vez en mi vida quede indefensa ante lo que veían mis ojos, completamente aterrada.

Creo que todos esperaron a que diera mi veredicto de aquella situación, pues nadie habló, nadie dijo absolutamente nada, para mí fue una eternidad, buscando las palabras correctas para describir aquello.

–… ¿Me van a matar? … Quiero despedirme de mi mamá… – Ella era en lo único que podía pensar en ese instante, estaría tan preocupada, ¿Cuántas horas han pasado? Ella debería estar localizándome y yo no tenía el celular conmigo.

– Hahahahahahaha ¿Matarte? – Todos empezaron a reír de nuevo.

–… – Hasta que Draker empezó a hablar.

– Intentaré explicarlo de forma que puedas comprender. Mi nombre es Franc Draker, líder de esta compañía. Y tú, como te habrás dado cuenta eres una completa y absoluta inútil, incluso tu planeta es inservible, lo único importante en ti es tu nombre y tu antepasado –

–…– No podía pelear esas palabras… me sentía una inútil en ese momento, aunque… Entonces si conocían algo de mí pasado…

–Draker no seas tan duro, sabes que ella no puede recordar nada de lo que sucede– El hombre enorme intentó defenderme.

– ¡Callado! ¡Ya lo sé!, escucha bien Lilith Minsterlow. Te voy a contar una historia, una historia muy antigua, tan antigua como el mismo universo, te he traído a este lugar para que comprendas que no mentimos y aceptes cada una de las palabras que te diré.

Hace millones de millones de años, casi tan atrás como la creación del mismo universo empezaron a nacer civilizaciones, como toda civilización las especies evolucionan y se adaptan a sus planetas anfitriones. Miles o quizás millones de planetas empezaron a producir seres inteligentes y por millones de años esas inteligencias fueron desarrollándose. Si comparamos a tu planeta con algunos de estas antiguas civilizaciones podrías verlos como dioses. Entre todas estas civilizaciones hubo dos que se levantaron con ansias de poder, empezaron a surcar el universo, visitaban planetas, galaxias, experimentaban con masas solares, buscaban el poder absoluto que el infinito les pudiera ofrecer. Estas dos civilizaciones eran más poderosas que cualquier otra, se crearon leyendas y mitos diciendo que ellos eran los creadores del universo mismo, tan poderosas que crearon la vida eterna. Sin embargo, hubo un accidente y la guerra estalló. Una de las civilizaciones llamada el Imperio Khan decidió que era hora de experimentar con otros seres vivos, empezó a conquistar sistemas estelares, llegaba y se apoderaba de todo, si el planeta anfitrión no cooperaba entonces ellos destruían el planeta, nada quedaba y nada podía resistir su poder, eran seres increíblemente poderosos, los más temidos en todo el universo. Los únicos que podían hacerles frente era la segunda civilización, se libraron miles de batallas que involucraron galaxias enteras; sin embargo, ambas civilizaciones tenían una diferencia de poder, una de ellas tenía tecnología infinita muy superior a cualquier otra en el universo mientras que el otro tenía el ejército más temible lleno de criaturas indescriptibles.

Al verse superado en poder militar la civilización tecnológica inició una campaña para unirse a más civilizaciones y juntas poder hacer frente a tal poder. Esta batalla ha durado una eternidad y actualmente hay miles de especies diferentes luchando en ella. Aquellas especies que han alcanzado cierto nivel de evolución en su propio planeta, invadidos o involucrados directamente son los que están luchando esta batalla en la actualidad, por lo que tu planeta tiene suerte de ser tan Inútil.

–… Sigo sin entender… ¿Ustedes son… aquella civilización tecnológica? ¿O quizás son los monstruos…? –

– En realidad… formamos parte de un tercer grupo –

– ¡Maldición! ¡¿Y yo que tengo que ver con todo esto?! ¿Una guerra en el universo? Ya me has dicho muchas veces que soy una inútil, ya sé que soy un maldito desperdicio humano ¡no necesito que un cretino me insulte! Yo solo tengo 15 años… –

–Déjame terminar Lilith… –

La tecnología y la ciencia han avanzado de forma abismal, esto que vez, es tecnología, nos permite viajar en el universo, nos permite superar nuestros límites, nuestras habilidades como raza se ven mejoradas conforme utilicemos la tecnología e incluso nos ha dado la vida eterna, hoy en día las civilizaciones más prominentes en el universo no tienen que preocuparse por la muerte gracias a ellos, a menos por supuesto que seas aniquilado. Hay muy pocos misterios en el universo que queden por revelar.

Uno de esos misterios es que pasa con tu conciencia cuando mueres. ¿Qué pasa con tus conocimientos, con tu ser, con tu personalidad? ¿Muere junto contigo? Hay investigaciones en todo el universo y miles de teorías al respecto, la más prometedora indica que nosotros siempre hemos tenido la vida eterna, cuando mueres tu conciencia se une al cosmos y es transferida para empezar una nueva vida como una criatura diferente, puede ser en tu mismo planeta o al otro rincón del universo. Por supuesto que jamás recordarías tu vida pasada pero sí cabe la posibilidad de que tus habilidades sigan intactas, todo lo que has aprendido en tus vidas anteriores sigua ahí.

Debes de entender que esto es importante Lilith, han acontecido muchas guerras e incontables seres han muerto, imagina que un poderoso guerrero haya caído en batalla y supieras que va a volver a la vida en algún rincón del universo. ¿No harías todo para buscarlo? ¿No harías todo para que se uniera a tu causa? Para nosotros el tiempo es relativo, estamos hablando de poder poner un peso extra a la balanza en la guerra.

–… me estas tratando de decir que ¿soy un tipo de súper guerrero reencarnado? –

Durante muchos años dude de la historia que Draker me contó, incluso llegue a negarlo frenéticamente en mi cabeza, me llegue a imaginar que despertaría en cuarto acolchonado amarrada de pies a cabeza por lo demente que estaba o que despertaría en mi cama de un sueño muy largo, yo pedí una aventura, yo pedía encontrar personas diferentes como yo, que existieran otros fenómenos. Pero incluso entre los fenómenos jamás me imaginé que sería tan diferente.

– Hahaha no Lilith… tu eres… eres… la reencarnación de la hija del emperador del Imperio Kanh, Lilith Kanh, uno de los seres más poderosos del universo entero, capaz de acabar con la guerra o destruirlo todo por completo, tu, Lilith… eres… un monstruo. –

–…– Jamás estuve preparada para esas últimas palabras de Draker e incluso ahora me debato todos los días que debí hacer. Lo único que sé es que no me sentía ninguna hija de ningún emperador, en mi cabeza era solo una chica de 15 años parada en una burbuja flotante bajo un planeta a punto de explotar, con muy poca ropa mientras 6 seres; tan indescriptibles como la historia misma, estaban arrodillándose a mis pies. Abrí la caja de pandora y ahora, no sabía cómo cerrarla.

Fin del capítulo