El fuego comenzaba a extenderse con facilidad gracias al viento intenso que estaban generando aquellos hombres y mujeres encapuchados, los gritos de los sobrevivientes pidiendo ayuda se comenzaban a desvanecer lentamente por culpar de las infraestructuras de madera que caían seguido, junto con algunos árboles que estaban cerca. Una niña estaba corriendo junto su madre, pero no dejaba de mirar hacia atrás, esperando el milagro de ver a su padre atravesar las gigantescas flamas con una sonrisa de victoria. «¿Por qué? ¿Por qué no sales aún, papá?». La madre, al darse cuenta que su marido ya no regresaba, solo forzó su rostro para aguantar las ganas de caer y llorar, ahora mismo su único propósito era salir de ese lugar y alejarse de esos hombres que la odiaban. —Mamá… mamá… ya… ya no puedo más…—. La niña volvió a ver a su madre he intento hablar, aunque su respiración, al igual que la mayoría de su cuerpo, estaba exhausto. —Mi niña, tenemos que seguir—. La madre, con esas palabras, alzó a su joven niña en sus brazos y continuó corriendo hasta ver algunos sobrevivientes más allá del bosque que rodeaba el ya inexistente pueblo oculto. Una señora de cabello oscuro, piel naranja rojizo, ojos negros y cabello largo del mismo color, notó a la mujer y la niña. —¡Kelly, Kelly, por favor, saca a mi hija de aquí! Esos sujetos me seguirán y podrían hacerle daño a ella. ¡Por favor, sácala de aquí y llévala lo más lejos que puedas! La mujer llamada Kelly la conocía desde hace muchos años y entendía la situación. Esos encapuchados iban detrás de personas como la madre de la niña y hasta ella misma. Sabía que alguien debía enfrentarlos para lograr retrasarlos y el esposo de aquella mujer ya había hecho parte de ese trabajo, ahora parecía el turno de su esposa, pero con la niña en brazos sería imposible lograr hacer algo. —Ximena, tú y tu esposo Walter han sido los únicos humanos que han sabido como subsistir en este mundo donde los odian. Yo, una simple demi-humana con sangre demoniaca en mis vena aprendió cosas más allá de matar. Todo gracias a ti—. Kelly abrazó a Ximena con tanto amor como si ella también fuera su madre, pues la conoció meses después de lograr escapar del Imperio Chaos, encontró esta pequeña aldea manejada por solo seres demis y logró aprender a vivir tranquilamente. —Haré lo que sea para cuidar a tu hija, tenlo por seguro—. En el momento que se separaron, Kelly entregó a su hija, pero ésta hizo todo lo posible para aferrarse a su madre. —Gracias Kelly. Realmente eres mi mejor amiga—. La sonrisa de Ximena era increíblemente hermosa, a pesar de las heridas y la suciedad que tenían encima. —Mi amor, no olvides que mamá y papá siempre te amarán, y siempre estaremos a tu lado apoyándote, aunque no nos puedas ver. Lo siento. La niña solo gritó con fuerza, intentando hacer que su madre regrese, pero solo notó como su cuerpo se envolvía de las llamas y desaparecía en aquel pueblo destruido. Kelly, con lágrimas en sus ojos, ofreció un agradecimiento en el fondo de su corazón y comenzó a correr para alejarse con los poco sobrevivientes que pudieron escapar. Pero la niña nunca pudo dejar de recordar la sonrisa de su madre y su figura envolviéndose en las llamas. En el momento que una joven de cabello azul profundo con negro, de ojos platinos y piel morena abrió los ojos de golpe, sintió como la tristeza la inundaba al punto que las lágrimas salieron sin previo aviso. No era la primera vez que le sucedía, pero sentía que había muchas cosas que olvida de esa noche, tal vez sea por el shock de perder a su familia o por el hecho de saber que desde su nacimiento ya tenía recuerdo de una vida anterior, una donde su vida fue muy similar. Sus padres siendo asesinados por hombres misteriosos, siendo criada desde niña por una mujer que odiaba por su deseo incontrolable de dinero, su vida siendo bastante mediocre aun cuando ella se esforzaba por cumplir a la perfección su trabajo y al final solo obtuvo la muerte a manos de su marido que siempre amaba estar con una botella de alcohol en sus manos. —Al menos, en esta vida, la mujer que me está criando no es tan psicópata por el dinero—. La muchacha se había dicho así misma mientras se limpiaba las lágrimas y se dirigía al baño. Similar al mundo de donde ella venía, en este mundo tenía demasiadas cosas modernas; celulares, baños cómodos, televisores, ropa común, tecnología avanzada y demás cosas que se verían, solo que la única diferencia era que estos objetos eran llamados Tecno-Magia, una especie de mescla entre la antigua magia y los artefactos creados por los primeros magos. Luego de estudiarlo y entender levemente su composición, muchos artífices y magos que vivieron hace 500 años comenzaron a recrear los artefactos con diferentes y nuevos materiales, comenzaron a desarrollar opciones para solo un problema hasta que al final se llegó a lo que es hoy en día. —Evangeline, ¿Estas lista? El dueño de la tienda dice que pronto se acabarán los platos de comida en el comedor. Tienes que darte prisa—. La voz que se escuchó del otro lado de la puerta era Kelly, que ahora se había convertido en una mujer bastante hermosa. Con el uso de su magia de ilusión, ha aprendido a parecer más una Tiftyc, sub-especie de demonios similar a las súcubos, pero su habilidad no es traer o drenar energía de otros seres, sino recargar la energía de algunos demonios usando la energía residual de los muertos. —Gracias por avisarme. Adelántate. Ya te alcanzó—. Sin dar respuesta a las palabras de Evangeline, Kelly comenzó a irse con pasos algo pesados. «Bueno, es normal que esté así. Kelly amaba a mi papá y siempre le insistía a mi mamá de convertirse en la segunda esposa. Ahora que ninguno de los dos está e hizo una promesa de cuidarme, se siente humillada». Para la tristeza de Eva, este mundo no tenía la costumbre bigámica, es decir, que una persona podía tener dos parejas al mismo tiempo y hasta casarse. La bigamia fue aceptada hace muchos años por los cuatro imperios, aunque nadie sabía exactamente la razón. Lo que sí se sabe es que fue una ayuda completa, pues antes de eso una persona podía tener una pareja, pero no importaba en lo más mínimo si tenía aventuras por fuera siempre y cuando respondiera en la casa, algo que muchos disgustaron. Eva salió de su habitación y notó que la mayor parte del edificio estaba vacío, tal vez porque ya iban a ser las 9 de la mañana, o tal vez porque en este mundo posee un tiempo tan diferente y complicado que, sin importar que hayan pasado 18 años desde su reencarnación u 8 años desde la muerte de sus padres, seguía sin adaptarse a un sistema de tiempo tan estresante como el de este mundo. Las calles eran similares al mundo moderno que se acostumbraba ver, pero la gente que caminaba de un lado a otro era de tantas razas que parecía imposible identificar a cada una, pero después de cinco años de vivir en aquella pequeña cuidad, ya se había acostumbrado a la vista. El comedor del que Kelly le hablaba era un lugar para aquellas personas que tenían pocos recursos económicos, muchos en el barrio donde vivía pasaban por ese lugar, sobre todo para que sus hijos pudieran alimentarse tranquilamente. Kelly, que se había ganado el favor del cocinero de manera… un poco adulta, siempre tenía guardado su porción, pero a Eva nunca le dijo nada porque en ese mundo, en el momento que cumpliera los 16 años se consideraba una adulta, a lo que solo faltaban dos días. —Amigo, ¿Escuchaste la noticia? Los gobernantes ya salieron de sus castillos para buscar a los futuros herederos—. En medio de la fila, un hombre de piel verde clara y ojos amarillos habló con dos hombres más que tenían un aspecto similar al primero, solo que no eran obesos… más o menos. —Rayos, me hubiese gustado nacer como un ser altísimo. Tal vez me hubiera convertido en el gobernante de la naturaleza, así tener a esas hermosas hadas en mis…— Otro hombre comenzaba a balbucear y sus compañeros le destruían los sueños mientras metían los suyos como si fueran superiores. Pero gracias a esa noticia, la fila comenzó a hablarse más del tema. Eva ya había escuchado sobre los gobernantes más de una vez por parte de su madre, aunque muchas cosas eran solo cuentos infantiles o alguna historia inventada y exagerada de su padre para hacerla reír. Pero algo seguro era que en este mundo solo existían cuatro imperios en total, cada uno de ellos era responsable de varias razas y poseía el poder de un dios en el mundo aun siendo mortales. —La elfa Evangeline está entrando—. Después de que el guardia le diera permiso, ella tomo su comida y se sentó en un lugar donde había poca gente, donde podía sentirse tranquila. Para todos, ella se veía como una mujer blanca, de cabellos dorados y ojos azules claros, de orejas delgadas y puntiagudas que se alzaban cerca de su cabeza, pero en realidad era la magia de ilusión, ya que su aspecto real era la de una humana. —Hola, ¿Disfrutando tu comida?—. Kelly, que no había visto hace unos días, se sentó al frente de Eva y la observó comer aquel plato de madera reforzado con acero. La comida en general no era mala, pero sinceramente no era de buen sabor para aquellos que ya estaban acostumbrados a saber más específicos. —Pensé que estaría con el cocinero hoy—. Eva la había visto por unos segundos antes de regresar a ver su plato, aunque su mente intentaba indagar el sueño que tuvo y como sentía que algo seguía faltando. —No. Ayer en la noche nos vimos y… bueno, ya sabrás como me arregle con él. Hoy solo quería pasar a hablar un rato contigo de algo importante—. Eva volvió a mirarla, pero la expresión de las dos se había vuelto más sería. Las dos sabían el tema, pero Kelly ya estaba preparada desde hace varios años para este día. Eva también se sentía lista para escuchar esas palabras, pero el sentimiento era complicado. —Las dos sabemos que le prometía tu madre cuidarte, pero dentro de dos días serás una adulta oficialmente. No es que quiera seguir cuidante, pero creo que es momento que encuentres tu verdadero camino. —Si te refieres a buscar mi destino y esas cosas, no te preocupes. Hoy iré a hablar con dos dueños de unas tiendas que me permitirán trabajar—. El tono de Eva se puso un poco pesado, aunque no lo hacía con mala intención. Para ella, este día era tan inevitable como la salida del sol, solo que en algún de su corazón se sentía algo decepcionada por Kelly, que solo la cuidó por una promesa con Ximena y el amor no correspondido que tuvo por Walter. —No… no me refiero a eso. Para serte sincera, he pensado seriamente sobre contarte la verdad. Ximena y yo ya habíamos hablado de esto cuando eras una bebé, pero estoy segura que no lo creerás, pero al final vas a saberlo y me temo que no lo tomarás bien—. Eva sintió que algo no estaba bien e intentó cambiar la charla, pero Kelly solo tomo un leve respiro, pensando que el dolor y el enojo que iba a causar por las palabras que diría. —Evangeline, en realidad tú no eres humana ni tampoco eres hija biológica de Ximena o Walter… Eva golpeó fuertemente la mesa de acero mientras sostenía el tenedor en su mano, lo que generó que muchas personas quedaran en silencio por unos segundos. Kelly ya se esperaba una reacción similar, pero hasta ella quedó helada por unos segundos, pensando que iba a ser golpeada. —Kelly, sé que eres buena diciendo cosas exageradas y hasta haces chistes complicados para mí, pero creo que esta vez te pasaste—. Kelly sintió que Eva se había puesto tan a la defensiva que no iría a escuchar nada de lo que le diría, pero no podía dejar las cosas así. En su mente aún recordaba como ella y Ximena hablaban de cómo decirle a esa hermosa niña sobre su nacimiento. —Aceptó que te he dicho cosas que no son lindas, pero esta vez te juro que estoy diciendo la verdad. Eva, por favor, solo escucha lo que tengo que decir, después puedes escoger si creerme o no. Pero necesitas saberlo—. Casi la mitad de la comida seguía en aquel plato, pero Eva sintió nauseas en el momento que dirigió su mirada a éste. Cerró un poco lo ojos y al abrirlos, vio a Kelly que hacía una cara sería, pero a la vez una expresión de dolor y compasión, como si las palabras que estaba soltando le dolían más a ella que a Eva. —Te seré sincera. Ahora mismo creo que enloqueciste, pero te escucharé. Solo intenta que la historia que me contarás tenga algo de lógica—. Kelly sintió que un leve peso que había quitado de encima. También estaba feliz, pues Ximena y Walter eran así, sabían escuchar y entender la situación, no eran personas que se dejaban llevar por sus emociones a menos que fuera algo extremadamente serio. Evangeline, a pesar que no era su hija de sangre, adoptó tantas cosas de ellos que, si no fuera por aquel día, fácilmente podía ser considerada la hija legítima de ellos. Kelly tomo un respiro y comenzó un una pregunta que dejó helada a Eva. —Sientes que tus recuerdos están fragmentados, ¿Verdad? Bueno, no es una coincidencia. Cuando tenías cuatro años algo sucedió en el pueblo y tú, tal vez por impulso o por miedo, liberaste una cantidad extravagante de magia—. Eva la miró con asombro y miedo, sin entender a donde quería llegar realmente, pero Kelly solo se quedó mirando levemente la mesa mientras que en su mente todos esos recuerdos le llegaban como si fuera una película.