Entre una decisión y una obligación

Kelly era bastante buena en el uso de la lanza, tanto que era pocos en el pueblo que serían capaces de pelear contra ella. Su destreza en sí era alta y su reacción al entorno era algo sorprendente, pues la vida en el campo donde tenías que lograr todo por ti mismo a veces era complicada.
—Kelly, ten mucho cuidado. Los lobos rojos son bastante buenos en ocultarse—. Una mujer de cabello rosado claro que llegaba a la cintura, de ojos dorados y de cuerpo delgado, lanzó tres flechas al mismo tiempo para golpear a dos aves y un lobo que se encontraban relativamente cerca. Kelly quedó impresionada con la precisión que tenía su amiga, pero nunca bajó la guardia ante los feroces lobos que intentaban ganar con números.
—¡Ximena, cúbreme la espalda!—. La demi-humana soltó el leve grito antes de balancearse contra los oponentes y perforarlos mientras se movía con gran agilidad. Ximena, que veía todo desde un árbol grande, sonreía por notar que esa mujer que solo tenía un año de estar en el lugar, ya podía confiar en otros.
—Amor, dos osos diamante se acercan rápidamente por el olor de la sangre. Necesito que los retengas hasta que los demás terminen su parte—. Ximena le habló a un hombre alto, grueso, de cabello negro y ojos cafés, que poseía un escudo en su mano izquierda y una gran espada en la derecha. Su vestimenta no tenía nada que ver con sus armas, pero de alguna manera casi no tenía heridas cuando tenía a seis lobos en frente suyo mientras que atrás habías dos hombres y una mujer que debían encargarse de matarlos.
—¿Cuánto tiempo tengo para que ellos lleguen?—. El rostro de aquel hombre no mostraba signos de cansancio, pero sí de estrés, pues ya llevaban más de una hora luchando contra una manda de 24 lobos que no dejaban de ir y venir, una estrategia que le gustaba hacer para cansar al oponente y así cazarlo.
—20 minutos en el mejor de los casos, pero la sangre probablemente atraiga a Águilas titanes o algún depredador que quiera aprovechar la matanza, aunque me preocupa más los carroñeros, pero eso lo podemos manejar después—. Ximena seguía lanzando flechas mientras hablaba con su esposo, que no permitía que ningún lobo pasara en su presencia. Kelly también había escuchado la conversación, pero ahora estaba concentrada en los lobos, pues si permitía que solo uno la tomara desprevenida, todo acabaría.
—Entonces serán cinco minutos para acabar con los lobos y cinco para recuperarnos, ¿¡Entendieron!?—. En el momento que aquel hombre dio el grito, una fuerte oleada de viento parecía estar formándose alrededor de él e hizo que los lobos no se pudieran mover por unos segundos, lo que permitió que las personas que lo acompañaban simplemente atacaran lo más rápido y preciso posible para acabar con todos. Luego, el hombre corrió hasta donde Kelly, pues la razón por la que estaba sola era que el sujeto que debía hacer de Tanque se encontraba herido por haber resbalado y los lobos aprovecharon ese momento.
—Kelly, Walter ya va contigo, así que céntrate en buscar una ruta de escape para que te lleves a Gill—. Kelly respondió rápidamente mientras seguía golpeando y atravesando algunos lobos, pero la mayoría de ellos estaban a su alrededor, esperando para que ella se cansara y así poder tener dos presas que comer.
Tanto Walter como Ximena sabían cómo trabajar juntos, prácticamente los dos eran una fuerza casi imposible de derrotar cuando se tomaban enserio las cosas, a pesar que los dos eran completamente humanos y eso implicaba muchas cosas, como el hecho de que los humanos en general no podían despertar mana por sí mismos a menos que hayan entrenado por, mínimo, diez años continuos. Kelly, por ser demi-humana con sangre demonio, si nació el mana que los seres podían adquirir, pero su parte humana le atrasó demasiado su trabajo y esa fue una de las razones por las que decidió escapar de su hogar. Nadie sabía cómo habían logrado esos dos humanos para obtener un poder tan grande, pues siempre decían que era un secreto.
—He terminado aquí, pero…— No pasaron más de diez minutos antes de que Walter llegara con Kelly y el herido, entre los dos derrotaron a los lobos y algunos que intentaron escapar fueron derribados por las flechas de Ximena, que eran tan precisas que nadie podía creerlo. —Cariño, dijiste que vendrían osos diamante, pero siento que se están alejando—. La percepción de esos dos era también aterradora, al punto que su pasado era más intrigante mientras más los conocías.
—Si se están alejando, pero no tendiendo, es como si los manejaran… No espera… ¡Rápido, debemos regresar al pueblo!—. Sus últimas palabras estaban llenas de miedo y desesperación que cuando todos se dieron cuenta, ella ya estaba moviéndose con gran velocidad. Walter también entendió la razón, por lo que comenzó a correr sin importarle lo que había atrás. Kelly parecía tener una idea, pero su pensamiento ahora estaba en ir detrás de Walter, pues sus sentimientos le decían a gritos que no lo dejara solo.
En el momento que llegaron, se encontraron la escena donde los pocos guardias que cuidaban la zona estaban intentando atraer a los dos osos para alejarlos, pero estos seguían su camino mientras destruían algunas casas. Ximena, que fue la primera en llegar, no corrió contra las bestias sino tomó la dirección que parecía ser la misma que ellas criaturas se dirigían. Cuando abrió la puerta de una cabaña que estaba un poco lejos del lugar, notó que había una señora de cabello blanco largo y de estatura baja, con túnica blanca y un bastón de madera que claramente no era normal. Cerca de ella había una cama donde una niña de cabello azul celeste dormía tranquilamente.
—Oh, mi niña. Veo que te apresuraste de más—. Ximena no reconocía a aquella mujer en lo más mínimo, por ello apuntó con una de sus flechas a la anciana que solo estaba parada en frente de la cama. —Tranquila, no estoy aquí para pelear, solo quería saber cómo fue que llegó esta niña aquí.
—Eso no es asunto suyo. Ahora aléjese de mi hija—. La mirada que hacía aquella mujer parecía ser de un depredador listo para destrozar a su enemigo mortal, emanando un aura de muerte como advertencia, pero aquella anciana no solo no parecía afectarle, sino que soltó una leve risa.
—Oh, chiquilla. No deberías decir mentiras. Claramente ella no es tu hija, después de todo tú eres una humana—. El aura que emanaba Ximena se rompió de golpe cuando una energía oscura emanaba de la anciana, pero el amor y la fortaleza que tenía como madre no le hizo titubear.
Segundos después, una lanza perforó el techo e intentó golpear a la anciana, pero ella respondió rápidamente bloqueándola, aunque solo fue un señuelo para que Walter entrara de un salto e hiciera alejar a la mujer del lugar. Ximena no perdió el tiempo y se movió hasta donde estaba su hija, pero una especie de cápsula de color amarillo translúcido la detuvo en seco.
—Cariño, ¿Estás bien?—. Walter observó de reojo a su esposa, pero siempre mantuvo su guardia en alto por aquella anciana que se veía algo sorprendida de que un humano la haya empujado hacia atrás. —¿Quién demonios es esa y qué estaba haciendo cerca de nuestra hija?
—No lo sé, pero debemos tener cuidado. La niña está atrapada en una esfera de energía celestial—. Kelly fue la última en llegar, pero notó lo que estaba sucediendo, por lo que rápidamente uso su magia para atraer la lanza que había lanzado desde muy lejos a sus manos.
—Dos humanos y una demi… Qué interesante lugar. Jamás pensé que me harían ponerme sería, pero lamento decir que no estoy aquí para jugar con ustedes—. Los tres rápidamente notaron que la niña no solo había despertado sino que comenzó a llorar de un dolor insoportable mientras una especie de neblina negra la rodeaba, al mismo tiempo la anciana la hizo flotar hasta tenerla visible. —Me pregunto si eres realmente tú la niña…—. Pero antes de que terminara sus palabras, un extraño rayo amarillo surgió de la niña y destrozó por completo la mano derecha de la anciana. Todos quedaron impactados de lo siguiente que vieron; Un extraño poder rodeaba el pequeño cuerpo, su color parecía similar al color azul celeste, pero al mismo tiempo se estaba mesclando con la energía oscura que había creado la anciana, segundos después notaron que su cabello se había oscurecido y que algo en su espalda estaba intentando salir, pero no podía.
—¡Evangeline, Evangeline! Clama, mi amor. Mamá está aquí—. Ximena soltó sus armas y se lanzó a tomar a su hija, pero aquel poder era tan fuerte que no fácil mantener la compostura, aunque había de admitir que el poder de madre era increíblemente fuerte. Al final la niña logró calmarse y cayó inconsciente, lo que tranquilizó levemente a Ximena, pero Walter y Kelly aún seguían en shock por la escena que presenciaron.
La anciana recobró los sentidos y notó a los oponentes mirándola, una parte con miedo y otra con ira, pero ésta solo soltó una fuerte risa llena de malgenio y dijo mirando hacia el cielo —Tú, maldita… ¿¡Cómo te atreves a engañarme!? ¡Claramente es tu hija!—. Todos en la habitación no sabía cómo reaccionar, pero ella continuó hablando. —Hasta que al fin te revelaste. Tú y tus asquerosos amigos lo pagaran caro—. Después de eso, ella miró a la familia que mantenía la guardia alta y dijo —y ustedes, tienen suerte de que este error de cálculo se haya producido, pero ahora que ella adoptó mi poder, será fácil encontrarla cuando resuelva mis problemas. Pero, si esa mocosa quiere respuestas en el futuro, solo díganle que deberá buscarme—. Y como si el viento se la llevara, su cuerpo se volvió humo y comenzó a desvanecerse hasta que todo quedó en silencio.
Ximena seguía abrazando a su hija, Walter cayó al suelo por el cansancio y Kelly solo se cercioró de que la amenaza se haya ido y miró a la joven pareja. Los dos ya estaban listos para un interrogatorio, así que antes de que ella hablara, Ximena y Walter comentaron del cómo, un año después de llegar a este lugar, encontraron a una mujer encapuchada que llevaba a un bebé en brazos. Sus heridas eran tan sería que se habían sorprendido del cómo seguía respirando. Walter añadió como dio todo para curarla, pero esa mujer solo uso sus últimas fuerzas para rogarles que escondieran a la niña, con bastantes lágrimas cayendo de sus ojos.
—Al principio creíamos que todo era obra de un clan similar al que destruyó la aldea años después, pero no pasó nada más relacionado del tema, acepto que tú comenzabas a olvidar cosas simples como la comida que había ingerido el día anterior o tu ropa favorita, o tus juguetes. Pensábamos que estarías bajo una maldición, pero solo se manifestaba de esa manera. Años después notamos como tus recuerdos siempre estaban a medias, como el viaje que hicimos a una montaña y solo mencionabas cómo bajamos de ella, pero no recordaba cómo subimos o que hicimos arriba—. Eva estaba congelada del relato que le había contado Kelly, luego notó sus manos temblar levemente de solo recordar ese día, así que juzgó que era demasiado para ser una mentira, además la conocía lo suficiente para saber cuándo ella exageraba o mentía sobre alguna historia.
—… Si todo lo que dijiste es real, ¿Crees que me secuestraron o algo así?—. Las dudas se habían acumulado en la mente de Eva, pero su mente siempre se mantuvo fría, algo que, de manera indirecta, aprendió de su padre… adoptivo.
—Puede parecer así, pero siento que es más profundo que un simple secuestro, por eso quero que pienses seriamente en lo que vas a hacer de ahora en adelante—. Kelly miró a Eva, que había crecido magníficamente y se había convertido en una mujer bastante fuerte para su edad. Tal vez sea porque Ximena, Walter y ella siempre estuvieron influenciando en su vida. —No es malo pensar en una vida pacífica, con trabajo y esas cosas, pero dudo que, sea lo que sea que está detrás tuyo, permita que vivas esa vida.
Eva solo soltó un fuerte suspiro intentando reorganizar toda la información que le habían entregado, pero ya no estaba segura que pensar o que decidir. Para empezar, ¿Ella aún podía elegir? Si la historia de Kelly era real, Eva ya estaba segura que los problemas estarían destruyendo sus planes, pero no tenía ni idea del cómo enfrentar algo que no conocía, sin importar que tuviera memorias de una vida pasada.
—…Gracias por contarme eso. Ahora solo quiero estar sola—. Kelly solo soltó una leve sonrisa y, sin que Eva lo esperara, un beso en la frente la dejó un poco sorprendida, ya que la última vez que ella había hecho algo así fue cuando había cumplido 12 años.
—Te diría que tienes todo el tiempo del mundo, pero en realidad solo tienes dos días. Aún hay muchas cosas que debo contarte, pero primero tómate el día hoy y piénsalo detenidamente—. Kelly amaba a Eva como si fuera su sobrina. No solo la vio crecer sino que veía muchos rasgos de Ximena y Walter en ella. Kelly, en lo más profundo, le dolía tener que decirle eso cómo si nada, tener que destruirle los sueños de tener una vida normal, pero recordaba como Ximena, días después del incidente, le comentó el cómo contarle sobre ese día, del cómo hacer que lo recuerde y qué hacer cuando ella tome una decisión. Recordaba como su mejor amiga estaba llorando por estar confundida, no por el hecho que su hija no fuera humana sino porque aquel poder escondido le podría costar demasiadas cosas.
—Gracias, Kelly—. Eva, que se quedó mirando a su tía putativa, solo pudo sonreír de aquel gesto que la llenó de calidez, pues sabía que esa demi-humana la amaba de verdad, solo que pésima en demostrarlo y hasta parecía que era todo lo contrario, aunque al final esos sentimientos eran tan genuinos como las estrellas del cielo.

Fin del capítulo