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El ladrón y el magnate de la mafia. Pacto de trabajo. (parte 1)
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El ladrón y el magnate de la mafia. Pacto de trabajo. (parte 1)

El ladrón y el magnate de la mafia. Pacto de trabajo. Devuélveme el rostro de oricalco y tú el libro. La aparición de Von Kramer.


Lo que no sabía es que ese famoso libro que tanto quería tenía todos los planos necesarios para el famoso ídolo.

Ya estaba amaneciendo. Fue tal que despertó de inmediato del golpe que le habían propinado. Al incorporarse tenía a cinco de los maleantes de negro. El reptil saurio, mano de derecha de Car. Y Car en el centro con su mirada penetrante y una sonrisa escatimada. Mikonos estaba atado de pies y manos en una silla, y los dos hombres que lo persiguieron a su lado. Estaba entumecido por el porrazo en su nuca. Aunque de antemano sabía lo que sucedería. Le intrigaba como un saqueador ¿Qué era lo que ocurría? No recordaba en su pasado haber cometido algún acto de vandalismo, o trágico que lo llevara a ello. Si tenía enemigos, pero eran algunos malhechores sin sentido. Un jefe de mafia grande no se molestaría por un simple ladronzuelo de tonterías.
- ¡Oigan!…¡Tengo muchas preguntas!
- ¡¡Silencio ser inmundo!! – Expresó el saurio, el jefe esta entre nosotros – El señor de la ciudad, del cinturón de Orion, Mister Wanterlund Car – Le ahorramos la explicación, ¿Y el por qué esta aquí? Si él lo quiere, usted debe obedecer al señor.
- ¡Calla! – Ordena Car. Y camina lentamente –… ¡Quizás fue precipitado, pero me interesan sus servicios!.... Don Mikonos Noir, o mejor dicho Looter. -
Mikonos sentía el dolor punzante en su cabeza por el golpe. Era un moretón fuerte.
- A lo siento, espero mis muchachos no lo haya tratado mal. Suelen ser un poco agresivos. ¡Usted sabe!, En los negocios sobre todo. -
- ¡¿Podrían desatarme por lo menos?!
- ¡No…! - Expresó uno de ellos, adelantándose.
- Las sogas son como una suerte de contrato entre las partes, ¿Entiende? Solo queremos contratarlo. – Expresa Car con una oratoria parsimoniosa. -
- Por lo menos si querían mis servicios me podrían haber llamado, o dicho.
- Si, es verdad…¡Ja!.¡Ja – Se ríe Car – Pero me agrada ese sutil toque de persecución, miedo y golpes, que solo los maleantes pueden otorgar.
- ¡Muchas gracias! – Dijo con ironía.


- Bueno pasemos a lo interesante señor Mikonos. Como vera estamos en tiempos muy interesantes en los cuales tanto la galaxia de Orión, como las Pléyades, Andrómeda y otros se disputan el poder las diferentes razas. Incluso muchos ante ello. Y el peligro inminente han escapado lejos a fin de resguardar la seguridad.
- ¿A ver si adivino? ¿Quiere asegurarse estar allí en la trinchera del poder?
- A usted le encanta determinar la situación parece. ¿Quién no quiere poder? –Car expande sus brazos y manos como un todo y luego le da la espalda a Mikonos y camina hacia una gran ventana – Allá y aquí y en todas partes se puede tener poder. – Cierra su puño derecho – Se puede dominar ¡¡Je!! ¡¡Je!! – se queda callado y coloca sus manos detrás tomadas como pensando –
- No creo poder ayudarlo. Solo soy un simple looter. No me dedico a esas tareas
- ¿Pero si aún no sabe qué le pediré?
- ¡Fácil! Unirme a usted.
- ¿Tú? No lo veo posible. Solo preciso sus servicios para un trabajo.
- ¿Un trabajo? ¿A qué se debe?
- ¿Ha oído hablar del ídolo de Aldebarán?
- ¿El ídolo de la civilización Mu? Creado por Jerarca Polux y con la ayuda de el creador de maquinas, Hefestos Paulo. Los mú una estirpe de súper seres que fueron habitar el planeta celeste al que llaman tierra y luego desaparecieron de forma extraña. No, no he oído de ellos. Así que si me disculpan me largo. Tengo otros encargos.
- Es gracioso cuando quiere – Sonríe irónicamente – Los mu, crearon un monstruo por así decirlo para complacer a su dios en el planeta Betelgeuse. Algo macabro que no pudo descifrarse.
- ¡Ohh! Vamos es solo una leyenda oral como Tartaria o atlantes.
- ¿Realmente lo és? – camina hacia un escritorio en el recinto de la oficina. Los cuadros de muchas figuras políticas observaban colgados en paredes color oscuros y el gran ventanal con las cortinas abiertas dejando al descubierto la ciudad. Car, llega al escritorio y abre su gaveta. Toma una caja y la cierra y se dirige a Noir. La abre y de allí saca un viejo mapa con una llave de cobre. Se acerca a Noir a coloca frente a él.
- Interesante. ¿Le gusta la arqueología parece? – Se burla Mikonos. Detrás recibe un coscorrón. Car levanta la mano para que se detenga su custodia.
- Me sorprende que teniendo su existencia en juego, aún haga bromas.
- Me gusta tomarme las cosas en serio. Ya sabe para no tener una vida aburrida.
- Eso me agrada. Esta es la llave de algún artefacto que dirige al ídolo, y un posible mapa de ubicación. Nuestras fuentes lo ubicaron de mercaderes clandestinos del valle santo.
- Esos seres, sí que lo tienen todo – Dijo Mikonos. – no hay certeza de que lo sea.
- Lo és y ahí entra usted a investigar y encontrarlo.
- ¡Oiga!... Soy un ladrón.
- No se preocupe. Tendrá un ayudante a su lado.
- ¡Trabajo solo!
- No esta vez.
- ¡No lo haré!... No voy a perder mi tiempo por un objeto extraviado de una civilización pre antigua y enclenque – se mofó Mikonos con sus ojos, y mirada desprestigiando a todos. – Haga conmigo lo que desee.
- Ni siquiera por cinco millones de chelin
Los ojos de gato se colocaron en modo signo de billete.
- ¿Cuánto?
- ¡Ja! ¡Ja! Y solo para el comienzo.
- ¿Cuando empiezo?
- Así me gusta. Mentalidad, mercenaria. Querido saqueador. -
- Bueno. No es que no me guste el dinero. – Expresó con desagrado – Podrá salvarme con estas sumas – Se dijo.
- Empezaremos de inmediato. Deberá trabajar con la doctora y arqueóloga Cih
El rostro de Mikonos se desfiguró.
- Ya le dije que trabajo solo. Tal vez mi grupo confiable.
- Cih. ¿Ven aquí? – Da la orden Car con un movimiento de su mano. Una puerta se abre.
De entre las sombras aparece una dama. Al caminar su silueta delgada, busto, y cabello plateado se ve reflejado en una estrella.
- ¿¿¿Ehh??? ¿¿Tú??
- Si, y mejor que sigas órdenes
- ¡¡¡Devuélveme mi objeto!!!
- Y tú dame mi libro. ¡¡Ladrón de tercera!!
- ¡¡Cállate!! ¡¡¡Ni si quiera tienes algo de valor más que un libro polvoriento!!!
- ¡¡¡Uff!! – Suspiró queriendo golpear a Mikonos.
Caciope tomó por el cuello refunfuñando a Mikonos.
- ¡¡Te haré pagar!! Ladronzuelo.
- No es mi problema, si eres descuidada. -
- ¡¡Grr!! ¡¡Gr!! – Apretó mas el cuello de Noir.
- ¡¡EYY!!..E…Hufff!! – Se quedaba sin aire.
- Ya veo que se conocen. Señor Noir y.- Se detuvo Caciope. Ambos lo miraron fijamente- Soy de pocas palabras. Quiero el ídolo en breve en mis manos. – toma de una cajetilla que saca de su bolsillo, un puro en cuanto se sienta en un gran sillón – desaten al looter – los seres de negro aflojaron los nudos. Noir se encargo del resto. – Cih, tú supervisarás al señor Noir. – Lanza una bocanada de humo al aire, mientras ríe. – Puede retirarse saqueador.
- Claro que me iré.
- Le aconsejo, no intente escapar ¡Je! ¡Je! Ya sabe. Los accidentes por parte de mis empleados ocurren con frecuencia – mañana lo contactaremos para nueva información.
- Bien, estaré preparado.
- Y looter, ¡Je!, ¡Je! Querido Looter. ¡No me falles!, te daré un tiempo estimado. Si no logras el objetivo. No habrá dinero.
- Bueno es de saber.
- No habrá nada.
- ¿perdón?
- De más esta explicar, si llegaras a traicionarme.
Noir se alejaba por una puerta, los matones lo seguían hasta que recibió un golpe nuevamente en la nuca.
- ¡¡Cruckk!! – El porrazo en su nuca.-
- ¡¡Bien!! Ese es mi estilo – y tú, señala a Cih. Vigílalo. ¡Quiero resultados!
- ¡¡Si, señor!!– Y se retiró.
- Ahh..para ti también ….sabes a lo que me refiero
Ella asiente a los dichos del mister Westerland. -
Mikonos despertó en medio del mismo callejón en el cual dio encuentro por primera vez con aquel mafioso. Se tomaba la cabeza por el dolor.
- ¡¡Uff!! ¡Qué dolor! Debe haber sido una pesadilla – Confiesa recostado en el suelo mirando al cielo nocturno.
- ¡Claro que no! – Se asoma una cabellera abundante que se agacha y comienza a requisarlo.
- ¿Tu? ¿Qué haces? – Intenta incorporarse el looter, pero le es imposible. Su movilidad estaba reducida a la lesión, y a la presión de fuerza de Caciope que estaba encima de él. Y para cerciorarse de ello una droga paralizante.
- ¡Tranquilo! No te haré nada pervertido – Le expresa, mientras revisa cada parte de su saco y bolsillos – Solo quiero mi cuaderno.
- ¡Devuélveme lo mío!
Ella lo escucha en cuanto continúa revisando sin dirigirle la mirada.
- ¡¡Rayos no puedo moverme!!
- Tienes un suero que paraliza loa músculos. Es increíble lo efectivo que es.
- ¡¡Quiero mi objeto!!
- ¿Te refieres al rostro? Ya realicé el trato con tu cliente.
- ¿¿¿Ehh???
- Bueno, fue un negocio rápido – Revisa un último bolsillo y encuentra un paquete. Al sacarlo, ve el cuadernillo - ¡¡mi cuaderno!! – sus ojos brillan, mientras lo lleva pecho.
- ¡¡Eyy!! No es justo. ¡¡Ladrona!!
- ¡¡Bueno!! No está mal viniendo de ti. – Toma un sobre que guardó en un pequeño bolso. – Soy generosa. Esa es tu parte.
- ¿Mi parte?
- Si, por las molestias de haberlo conseguido. -
- ¡Maldita seas mujer!! ¡¡Devuélveme todo los chelines!! – Le grita Mikonos con enojos, solo moviendo apenas el cuello de un lado hacia el otro.
- Ya es tarde.
- No trabajaré contigo.
- Claro que no lo haremos. No voy a compartir nada con un desquiciado ladronzuelo. Trabajo sola. Esto es una fachada. Estaré contigo hasta cierto punto.
- No era necesario lo de desquiciado.. y para tu información, El Car no le gustará nada.
- ¿Él? Hay individuos más peligrosos que también buscan el ídolo. Esto es una carrera Noir. Una carrera por el poder.
- ¿Así que estas en contra?
- Para nada. Digamos que soy como tú. Quien pague mejor es quien recibe mis servicios. Así de simple es mi trabajo. Y no intentes nada extraño. Y por cierto el Car, no es confiable, no sería extraño que luego nos eliminara en el hipotético caso.

Mikonos lo sabía sobre el Car y cualquier otro. Estaban metidos en un embrollo, pero más le inquietaba ese lado atroz de aquella dama. Veía un estado siniestro de Caciope.
- ¿Y que buscas realmente?
Caciope abrió su cuaderno sin observarlo.
- No lo comprenderías. – Dijo moviendo las hojas cuidadosamente en un sinfín.
- Solo te daré alguna pista. Si bien debemos trabajar juntos, suelo trabajar sola. Y como te he dicho no trabajaré contigo. caminos diferentes son los más indicados. Pero quiero el ídolo y haré lo que sea.
- ¿El mafioso, no te dijo que debíamos estar juntos? Nos harán pedazos sus secuaces.
- El car no me asusta. ¿Y los dos idiotas que parecen artistas de un teatro de drama? Están descansando ahora con otro suero que les inyecté. ¿Que ni saben quien fue?
- ¡¡Diablos!! Ésta dama es peligrosa – Me dije. – ¿Cual es la idea?
- La idea es salir de la ciudad madre e ir a las afueras de la frontera. Por cierto la pista es un lugar oscuro, donde la noche pregona. Es un acertijo de ubicación. Descúbrelo.
- No entiendo nada. Tampoco puedo moverme.
- Calma el efecto se terminará en..1..2.3 – mira ella su cronometro computarizado que posee en su mano derecha. – ¡Listo! – Caciope se movió de su lugar que era el cuerpo del looter.
Como por arte de magia el cuerpo de Mikonos se estableció. Sentía un picor en los músculos.
- Ahora bien. ¿Supongo que usaste veneno de zorzal no?
- Eres inteligente. Con ello pude inutilizarte a ti y a los otros
- ¿No entiendo por qué con ellos?
- Para ganar tiempo. Son como garrafas (garrapatas) que se impregnan en tu piel y recopilan información.
- ¡¡Señorita intrépida!!…¿Te has dado cuenta de algo?
Caciope lo mira, mientras Mikonos se ajusta su chaleco, acomodándolo cuidadosamente.
- Ese suero es letal en diferentes seres. Puede producir anomalías corporales y locuras extremas.
- ¿Y que con eso?
- ¿Se lo diste a un reptiloide?
- Bueno si… - pensaba con su dedo en el labio.
Un fuerte alarido se siente a lo lejos destrozando una casa. El humo se expande, generando fuego.
- ¿Qué fue eso? – Preguntó Caciope. -
Mikonos la observó irónicamente como dando a explicar su opinión.
- ¡De eso te hablaba! Debemos irnos de aquí. Pronto vendrán todos. Y no creo que al Car le sea de agrado que a uno de sus hombres le hayan dado un veneno.
- No te preocupes, para algo existe el engaño. Se ve que conoces el zorzal.
- Digamos que lo he usado. ¿Estuviste en Nuria?
- ¿Cómo lo sabes?
- Solo ahí, lo puedes conseguir.

- Pudo haber sido otra persona – le dice mientras avanzan al carro de ella.
- Nadie puede adquirirlo sino es del animal, personalmente.
- El mercado oscuro es grande para conseguirlo – expresó con altanería
- No lo creo. Los zorzales se esconden adentro de las junglas y para llegar a ello se debe hacer un pacto de silencio mágico.
- ¡Ahh! Eres un buen looter.
- Se lo importante.
Ambos entran al carro. Caciope lo coloca en marcha manipulando los interruptores de encendido con luces de un rojo matiz para acelerar la velocidad.
- Quiero aclararte. Punto uno. Todo lo que está aquí es intocable. No quiero juegos de un ladrón.
- Lo mismo digo. Nada de tretas.
- Bien. punto dos. Solo hago una excepción contigo.
- ¡¡Perfecto!!
- Y punto tres. Nada de compañerismos. Ni nada de como esta tu día. Ni nada de hacerme un llamado para decirme, ¡¡Mira!! ¡¡Pon éste video que es interesante!!, o por ejemplo.. ¡¡Oh wow!! Vamos a ver esa película.
- ¡¡Oyee!! ¡¡Ya me quedó claro!! No me pondría amigable contigo ni que fueras el último ser vivo en el universo.
- ¡Bien así es mejor!
- Y menos aún romántico. No eres mi tipo de mujer.
- Pues descuida, tampoco eres mi tipo de hombre. Eres insoportable.
- ¿Ahh si? Parecías otra dama cuando me diste aventón.
- Apariencias Noir. Apariencias.
- ¡¡Mujer horrible!!
- Hombre pervertido, asqueroso y repulsivo.
- ¡¡Ey!! Fueron tres insultos yo solo te dije uno.
- Solo fue uno combinado contigo. – Expresa con desdén y antipatía. No me distraigas debo conducir.
- ¡¡Bahh!!
Como perro y gato ponían en marcha la máquina.
- ¿A dónde nos dirigimos?
- ¡¡Uff!! Ya te he dicho. Hacia las afueras de la frontera.
- Quisiera pasar por un lugar antes.
- ¿Que debes pedir permiso alguna de tus prometidas?
- ¡¡Cierra la boca!! Y no le debo nada a nadie.
Se ríe ella.
- ¡¡Te enfadas con facilidad!!
- El enfado es un sentimiento brusco producido por una alteración externa. Digamos – Y la mira a ella.
- Al menos hago del clima un trato agradable.
- Si, para ti. Bien. ¡¡Olvídalo!!.
- Bueno, señor ocupado. ¿Dónde debemos ir?
- Quiero ir a la ciudad Bronx.
- ¿Bronx? ¿Ese nido de malvivientes? Bueno sabía que no eras un ser honorable, pero lo bajo del submundo brilla allí en su esplendor.
- Ya deja de metaforizar tonterías. Tengo un contacto que puede ayudarnos.
- ¿Jaa? Acaso existe alguien que haya estudiado?
- Puede que sepa del asunto.
- No muchos conocen la leyenda de ídolo. – Da un giro con el carro en otra dirección Caciope.
- Pues para ser sincero tampoco sabía mucho. Leí éste libro, y resulto bastante plausible en sus informes. Incluso esa veracidad me invita a la curiosidad.
- ¿¿Mi libro??¿Otra vez lo tomaste?
- ¡Je! ¡Je! Es un secreto. – y se lo devuelve. – Haz estudiado bastante sobre ello.
- Así que lo leíste. Son notas de años de trabajo – Expresó Caciope.
- ¿Te obsesiona el poder? ¿O la fama?
- Algún día te diré.
- ¿Y Car?
- Es un tonto mafioso. A penas sabe con lo que está tratando. Su organización es una pirámide en la cual él, solo es una pieza utilizable.
- Ya veo. Algo a descartar.
- No tan así. Tiene mucho poder en el planeta.
- ¿Y tu que eres de él?
- Solo una empleada para ciertos trabajos. Y éste en especial me interesa bastante.
- Bueno tus notas lo demuestran.
- ¿Leíste el libro?
- Algunas partes. La leyenda, su creación. La aleación que posee.
- Tiene un organismo de energía interna. Tan poderoso como un millón de supernovas y más aún. Pero su magnitud según se dice alcanza a transformar todo en un agujero oscuro.
Mikonos al oír esas palabras frunció el ceño. Parecía algo imposible.
- No me mires así. Es la historia oral. -
- ¿Mmm? No es que te observe con cierta extrañez. Es que me resulta poco plausible que al explotar formase un extenso agujero de oscuridad.
- Eres duro de mente. Ya te he dicho que son las historias.
- Te podría creer porqué así funciona la mentalidad de un curioso. Todos tememos a lo extraño o inexplicable. Entonces nacen historias épicas y foráneas que escapan a la comprensión y nos produce miedo.
- ¿Entonces creer es temer? ¿Piensas que le temo a la destrucción? Por no poder discernir según la teoría del looter. Que en cambio es un escéptico declarado.
- ¡¡Claro que!! Como saqueador estoy abierto a todo lo que exista, sin embargo no puedo dejar de investigar.
- Entiendo tu teoría. Como la oscuridad
- ¿Oscuridad?
- Así es mi querido looter. Al temerle a lo que nuestros ojos no ven, creamos figuras con elementos de nuestra mente. Y todo por ese bendito pánico a ser atacados – expresó con modestia – Claro al no poder determinar que es el ídolo y el miedo al verlo por su creador, la ignorancia creó una leyenda macabra de poder absoluto dándole titulo de dios a un objeto inanimado.
- ¿No sé por qué me perdí? – Se preguntó Mikonos
- ¡Olvida ello!. ¿Indícame dónde dirigirnos?
Mikonos tomó su móvil portátil. Encendió el aparato para comunicarse. Al hacerlo, un numero grande mensajes llegaban desde su aparato telefónico.
- Mikonos, soy Lerna, quería saber sobre el asunto del rostro de oricalco.
- Mikonos..nuevamente hola, podrías responderme
- Mikonos, ¿De nuevo dejaste el aparato apagado?
- Mikonos, eres lamentable.
- ¡¡Mikonos!! ¡¡E-N-C-I-E-N-D-E E-L M-A-L-D-I-T-O A -P-A-R-A-T-O!!
- ¡¡UFF!!
Noir, revisaba cada uno de esos mensajes, que no eran muy alentadores que digamos.
- ¿Ocurre algo? – Pregunta Caciope. -
Mikonos, mira sin responder como haciéndose el distraído.
- ¡No!, ¡Por ahora!
- ¿Tu dama te esta regañando? ¡Je! ¡Je!
- ¡¡Claro que no!!
- Es como una socia de muchos otros, y otras que tengo.
- ¡Creí que trabajabas solo¡
- Lo hacía hace mucho tiempo.
El móvil comenzó nuevamente a sonar. Vibraba incesantemente. Mikonos lo tomó nuevamente pensando que era Lerna. Era una llamada
- ¡Oi! (hola)
- ¡¡Tontoo!! – Se escucha un grito desaforado, efecto que hace que Noir aleje con auricular de su oído. Ese movimiento, le causa gracia a Caciope. - ¿Dónde está el rostro de oricalco?
- ¡Pues veras!
- Eres un completo idiota, seguro lo vendiste a otro..¡¡¡Quiero mis chelines!!!
- ¡¡Ey!!..Ya lo tendrás. Hubo complicaciones. Ya estaremos llegando a las afueras de la ciudad, al satélite.
- ¡¡Más te vale!! Te estaremos esperando con Lerna.
- ¡Pronto llegaremos!
- ¿A qué te refieres con llegaremos? ¿Vienes acompañado?
- Se puede decir que sí..es una historia larga de narrar.
- ¡¡No traigas mujerzuelas, ni vagos, ni animales perdidos, ni tampoco quiero súcubos, homúnculos, demonios, ángeles, plantas, insectos, rocas, fragmentos de chatarra; En definitiva no traigas basura a mi establecimiento.
- ¡¡Ey!! Es mi hogar también.
Caciope oía todo lo que decía, y la vena aorta de su frente se iba inflando de la furia y enojo por todos los apelativos que se venían exprimiendo entre Louis y Mikonos.
- La humana que viene conmigo no es ninguna…. – Expresa Mikonos, y antes de terminar recibe un coscorrón en la cabeza de Caciope.
- - ¡¡GGGRRR!! Dile a tu amigo, amiga, o lo que sea que fuere que se las va ver muy mal – Los ojos de Caciope se pintaron de rojo y su rostro parecía gigante frente a mí con su vibra de enojo.
- ¡Ehh! Mikonos…¿Mikonos?
- ¡¡Uff!! – Se corre a un costado del asiento Mikonos. - ¡¡Louis, no vemos!!
Caciope mantiene su vista al frente con rostro serio.
- ¡Estemm! – Se rasca la cabeza Mikonos – ¡¡Ehh!!.. ¿Bonito día no?
- ¡¡Cierra la boca!!
Lo que continuó del trayecto y se mantuvo en silencio puro. Noir mientras contemplaba el paisaje.
Al arribar a la zona fronteriza conocida como satélite. Se podía ver a una gran esfera cerca del poblado de algunas minúsculas casas que se entremezclaban con la masa corpórea de lux. Una gran roca que se ubicabamás allá de la atmosfera.
- Realmente es increíble. – Dijo Caciope. -
- No, si estas acostumbrada – Respondió con poco ánimo de palabras.
- ¿No te han dicho que eres un aguafiestas?
- Si, como unas mil veces. A la novecientas noventa y nueve ya te acostumbras.
- ¡Ya veo! – Frunce el ceño.
Se adentraron en el poblado polvoriento de estirpes antiguas. En los alrededores había
cacharros de todos tipo de máquinas perteneciente a guerras pasadas como también otras
Maquinas desgastadas. Un mecánico en su trabajo ex*ende su mano en son de saludo a
Mikonos que lo devuelve desde la ventanilla. Luego otra persona.

- Me cuesta creer que los seres te aprecien – Dijo Caciope al ver las situaciones.
- Soy un miembro honorario de la bondad
- Más bien un siniestro ser de los tugurios.
- ¡¡Ey!! A penas me conoces.
- ¡Por eso lo digo! – Responde Caciope
Mikonos observa una casa, estilo rancho.
- ¡Es aquí!
Ella asiente y da una vuelta en redondel para estacionar disminuyendo el flujo de energía
cinética del carro.
Al abrir la puerta Mikonos desciende. Una dama se lanza frente a él para abrazarlo arrojándolo al suelo. Éste se golpea la cabeza.
- ¡¡Auchh!! ¡¡Lernaaa!! ¡¡Ten más cuidado!!
- ¡¡Me alegra mucho verte!! – Le sonríe y luego le da un golpeteo de puño en su cabeza – La próxima ten el móvil encendido.
- ¡Si mama! – Expresa en broma sarcástica.
- ¿Me dirás que rayos pasó con el rostro? – pregunta Louis
- ¡¡Estemm!!
- Yo lo tome por él – desciende del auto Caciope
- ¿Tú,quién eres? – Pregunta con enojo Lerna
- ¡Soy!…¡Ester Milfed!..¡Aventurera! – Y mira a Mikonos. Louis frunce el ceño
- Bien, y ahora me responderás dónde está el rostro.
- Como te he dicho…. ¡Lo vendí!
- ¿Vamos de nuevo donde están los Chelins?
- ¿Dónde lo *enes? Grr!! – Gruñe Lerna
-
- Louis aquí están – Respondió Mikonos y sacó de un bolso una suma considerable.
- Mmm!! Esto es más de lo esperado. – Y la observa a ella. ¿Eres buena vendedora?
- ¡La mejor!
- Mikonos y yo, teníamos pactado una suma. Supongo que te has quedado con una parte. Y tenemos el triple.
- Tengo mis contactos para venderlo. Digamos que había otras personas cuyo interés era mayor.
- Mmm nada mal – Expresa Mikonos y lo mira a Louis – Bien, sacando el tema del rostro, tengo un trabajo interesante.
- Vamos dentro aquí el satélite expira mucho calor.
De hecho la gran roca tenía un núcleo potente, e irradiaba luz por lo que nunca oscurecía en esa región. El pleno día era una locura, y todos sus habitantes se mostraban con ojos hinchados en su mayoría, cansados de la luminiscencia, lo que llevó en gran medida a crear suburbios subterráneos en los cuales poder descansar en la seguridad de la plena oscuridad.
- Disculpa, si me das unos minutos – Comenta Mikonos a Caciope
- ¡Ejem! Es lo mismo, tengo algunas tareas que hacer.
- Lerna tráele algo de aguamiel (agua)
- ¿Y yo por qué?
- ¡Hazlo! ¡¡No seas poco anfitriona!! Se enfada Louis.
- ¡Bueno!
- ¡Si es por mí, no hay problema!
- ¡Ya bebe algo!
- De ti, nada sería bueno – Manifiesta con sarcasmo Caciope
- ¡Es una dama adorable!
Lerna regresó. -
- ¡¡Aquí tienes!! -Expresa con muy mala cara
Ambos se fueron dentro de la choza al traspasar un campo magnético.
Caciope bebió el aguamiel, e inmediato abrió la ventana. En un par de minutos, estaba distraída en cerca de su carro, revisando los apuntes del libro. Lerna en cada instante aparecía y vigilaba sus pasos realizando alguna tarea, y la estafadora se había percatado de ello.
- Toma – Arroja Louis, un cilindro pequeño a Mikonos. -
- ¡Genial lo conseguiste!
- En efecto. Mikonos
- No es necesario que me digas nada.
- Sé quién es ella, la famosa Caciope Cih, estafadora.
- Lo sé, e incluso.
- ¡¿Estuviste con el Car?!
- Deje que me atraparan – Confiesa.
- ¿Tan importante es el trabajo?
- En un principio, pensé en desaparecer, de hecho ella me estaba persiguiendo y luego resultó ser secuaz del Car, y de otras calañas, pero estoy seguro que alguien más está detrás de todo esto.
- Sea lo que fuere, el Car te ha dado un recado importante.
- Tiene a un par de sus hombres estudiando todos nuestros pasos. Deben estar en la taberna de Emilce.
- Ya lo he visto.
- Me interesaba saber que deseaba en concreto el mafioso, solo me disgustó el que me ataran de pies y manos con esas sogas para niños. Pero viejo, este objeto puede ser muy interesante
- ¡¡Vamos looter!! ¡¡Es solo una leyenda!!
- Según un libro que tomé prestado – Hace una mueca burlona – puede ser real
- Si tu lo dices. ¿Me podrías decir por qué el rostro lo tenía ella?
- ¡¡MMM!! ¿A decir verdad?...
Mira con risa Louis.
- ¡Me vencieron!
- ¡Ja! ¡Ja! ¿A ti? ¿El looter?. Entonces esa dama tiene mi respeto. ¿Y bien?
- ¡Necesito lo de siempre Louis!
- ¡Ya veo!

Del otro lado de la estrella satélite se acerca una nave. La llamada flota Kronos. Allí alberga una amplia gama se subalternos del director Von Kramer, el mariscal de dos rostros.
- Señor estamos en contacto con la frontera de luz, cerca del satélite.
- ¡Perfecto!– Expresa la mitad un rostro.
- ¡Perfecto! – Confiesa la otra mitad.
Ambas partes leen atentamente una pantalla de runas mágicas hecha de un cristal reluciente. Una de tantas pruebas de la civilización de Mu.
Dos de los soldados distribuyen un botín de mercancía incautada.
Una llamada de un desconocido suena en el móvil de Von Kramer. Éste toma una leve pausa de sus quehaceres

- ¿Qué tienes para mí?
- Digamos que parte de la ubicación. Ya hemos cubierto todo el espesor de la región septentrional de bitaco II. Pero encontramos información importante del paradero de Esmira
- ¿la antigua mercenaria?
- Así es.
- Tráela.
- No la hemos encontrado
- Ya dije que la traigas.
- Enterado señor.
Se corta la comunicación.
- ¿Realmente crees que ella puede llevarnos al ídolo? – Se manifiesta una mujer de cabello amarillo y ojos color verde. Atuendo de jeans y blusa con zapatos.
- Es la indicada.
- ¿Te enteraste?
- ¿De que el magnate car también busca el ídolo?
- No solo eso. Ha contratado a dos saqueadores.
- Eso me tiene sin cuidado – Expresa con tranquilidad
- ¡El looter es uno de ellos! Y la otra es Cih, la estafadora.
- ¿Eh? – mira a su pantalla de computador, mientras un robot se dirige a él con una bandeja con dos copas de un liquido, similar al vino tinto. Ella toma una y el otra. Antes de beber, piensa y levanta la copa – ¿Así que quieres jugar sucio? ¡eh! ¡Querido Car!

Fin del capítulo

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