Capítulo 11: Esto No Es Tan Doloroso

Está es la primera vez que la veo sonreír... Esa sonrisa llegó y se fue como el viento, pero esa imagen de ella sonriendo, permaneció en mi mente por mucho tiempo.
Noah: Entonces ¿Lo has entendido? Te trasladaras a mi mansión lo más antes posible.
Alessia: ¿Está bien?
Noah: Aunque preferiría que fuera hoy mismo.
Alessia: Espera. Fabián aún es muy joven y...
Noah: Estás poniendo muchas excusas...
Alessia: Pero...
Empecé a caminar sin querer escuchar sus excusas "nunca más dejaré que esté sola"
Noah: Sin excusas.
Alessia: Aún no tengo la confianza necesaria para estar con alguien.
Noah: Me pasa lo mismo.
Sabía que ella me estaba siguiendo, no sabía a dónde me dirigía, pero solo quería que caminara, era bueno para su salud. "dejar a una persona tan débil como ella, es peligroso, es como dejar a un inválido solo"
Alessia: Al menos déjame quedarme en otra habitación.
Noah: ¿Qué no somos una pareja?
Me detuve para verla, efectivamente Alessia está más roja que un tomate, era muy obvio lo que estaba pensando.
Alessia: Te lo ruego, por favor.
Noah: No. No lo digas de nuevo en el futuro, ya lo decidí, no fue una pregunta.
Levanté una mano y acaricié su mentón, ella se estremeció ante mi toque y me miró a los ojos.
Noah: Yo no soy tu dueño, pero si soy tu marido. Así que primero aliméntate bien.
Alessia se quedó sin palabras, él lo decía de manera tan natural, que inmediatamente recordó el pasado, sus manos cálidas que la recorrieron de pies a cabeza. Noah agarro la mano de Alessia y empezó a caminar, ella lo siguió mientras miraba su espalda "Sus manos cálidas, sin tan iguales a la se esa vez..."
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Nos encontrábamos en la sala de estar, cuando la puerta se abrió, Fabián entro corriendo y se lanzó sobre su madre, mire como ella se tambaleó, pero pudo mantener el equilibrio.
Fabián: ¡Mamá!
Alessia: Mi niño...
Fabián: ¡Estoy en casa! ¡Extrañe mucho a mamá!
Alessia: Mamá también extraño mucho a Fabián.
Me acerque y agarre a Fabián en brazos, alejándolo un poco de su madre.
Noah: Vámonos Fabián, de ahora en adelante no hagas eso más con tu madre.
El niño palideció, claro que yo lo decía porque temía que la madre colapsara frente a sus ojos, pero parece que explicarme no era mi fuerte.
Fabián: ¿En serio? ¿mamá?
El niño estaba a punto de llorar, Alessia quiso quitarme lo de las manos, pero no lo podía permitir
Alessia: No es cierto Fabián, ven con mamá.
Noah: No.
La mire fríamente, ella debía aprender a cuidarse más, para ello, debía empezar a comer bien.
Noah: Sabes, Fabián. Mamá es una persona muy frágil. Si es abrazada así por un niño mayor como tú, tu madre puede resultar herida.
Alessia: No... Noah. ¡Fabián! Estoy bien.
Agarre su muñeca para que viera lo delgada que estaba.
Noah: ¡Ja! observa Fabián. No son ni la mitad de mis brazos.
La cara enfadada de Alessia también era linda, parece que me estaban gustando todas sus facetas.
Alessia: ¿por qué estás haciendo esto? ¡Estoy bien!
Noah: Si realmente no quieres que diga más eso, entonces sube de peso.
Comencé a caminar con el niño en brazos, debía hacer que se concentrara en algo más, sabía que Fabián se preocupaba genuinamente por su madre.
Noah: Entonces, ¿Te divertiste en el jardín de infantes al que fuiste por primera vez?
Fabián: ¡Si! ¡También hice muchos amigos!
Noah: ¿De verdad?
Alessia que los miraba desde lejos, sonrió, realmente se miraban bien juntos, después de todo, eran padre e hijo.
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Había ganado, Alessia no tenía más opción que vivir en mi mansión y eso me hacía sentir mejor, tenía trabajo que hacer, no podía estar corriendo a la otra mansión para verificar su estado de salud.
Ya en la noche, los tres bajamos juntos al comedor, un grupo de criadas estaban a nuestra disposición, podía ver lo incómoda que estaba Alessia tan solo verlas.
Vicent: La cena está servida.
Ella se encogió de hombros, era obvio que no quería estar ahí rodeada de tantas personas, así que me volví hacia Vicent y abrí la boca.
Noah: Vicent.
Vicent: Si.
Noah: Todos los sirvientes pueden retirarse.
Vicent: Está bien.
Los sirvientes que estaban en la sala, uno por uno, fue haciendo una reverencia y se marcharon, no fue hasta que terminaron de salir que Alessia pudo respirar tranquilamente, entonces miro a Noah, aquel hombre no era tan insensible como antes.
Noah: ¿Te sientes cómoda?
Alessia: Gracias.
La mire bajar la cabeza, estaba sonriendo levemente y eso me hacía feliz. Quería verla de esa manera todos los días.
Noah: De nada... ¿Puedes estar como anfitriona en reuniones sociales como la archiduquesa?
Alessia: Bueno, intentaré dar lo mejor de mí.
Noah: No tienes que hacerlo.
Alessia: ¿no?
Noah: No estás obligada. Si no quieres hacer algo, no lo hagas, así que no te preocupes.
Le sonreí, ella me miró sorprendida, luego una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro. Por un momento, la sonrisa de Alessia me hizo recordar nuevamente a la sonrisa de la mujer que tuve hace años en mis brazos. Aún no entendía porque ella me hacía recordar a aquella misteriosa mujer, pero estaba haciendo que un profundo deseo se adentrara en mi ser.
Noah: Alessia.
Alessia se quedó sin palabras, aunque él la había llamado en varias ocasiones por su nombre, era la primera vez que sentía que tenía un gran significado para ella esas palabras, así que sonrió, sentía que era la primera vez en mucho, mucho tiempo, que el sol salía en su vida "Aparte de mi hijo, él es la primera luz de sol que llegó a mi vida, esto no es tan doloroso como ****pensaba****, al contrario, es muy cálido."
Alessia miro a su hijo, que de un momento a otro había empezado a hablar nuevamente con Noah sobre lo que había hecho en el jardín de infantes y luego miro a Noah que le sonreía al niño y lo animaba a qué le contará más y que siguiera estudiando.
Fue entonces cuando una hermosa sonrisa se dibujó en sus labios, quería permanecer así por lo que le restará de vida.

Fin del capítulo