Capítulo 1 El Descubrimiento La lluvia golpeaba con fuerza las ventanas del laboratorio del profesor Alexander Wells mientras él se concentraba en sus experimentos. Era un hombre de unos cuarenta años, con una mirada inquisitiva y un aire de determinación en su rostro. Había dedicado su vida al estudio de la física cuántica y los viajes en el tiempo, un campo que muchos consideraban poco más que ciencia ficción. En ese momento, sin embargo, el profesor Wells estaba a punto de hacer un descubrimiento que cambiaría todo. Después de años de investigación y pruebas, finalmente había encontrado la clave para viajar en el tiempo de forma segura y controlada. Se trataba de un dispositivo que él mismo había diseñado, un artefacto que parecía sacado de una novela de ciencia ficción. Con manos temblorosas, el profesor ajustó los controles del dispositivo y se preparó para su primer salto en el tiempo. Se había propuesto un objetivo claro: viajar al pasado y presenciar un evento histórico importante para confirmar la veracidad de su descubrimiento. Con un último vistazo a su laboratorio, activó el dispositivo y se vio envuelto en una luz brillante y cegadora. Cuando la luz se desvaneció, el profesor Wells se encontraba en medio de un campo, rodeado de un paisaje que no reconocía. Miró a su alrededor, confundido y desorientado. Había logrado viajar en el tiempo con éxito, pero algo había salido mal. No estaba en el pasado que esperaba, sino en un lugar desconocido y en una época indeterminada. Decidido a descubrir dónde y cuándo se encontraba, el profesor Wells se puso en marcha, sin saber que su viaje en el tiempo lo llevaría a descubrir secretos oscuros y misterios que desafiarían todo lo que creía saber sobre el tiempo y el destino. Capítulo 2: El Enigma del Tiempo El sol brillaba en lo alto cuando el profesor Wells llegó a un pequeño pueblo que parecía sacado de una época pasada. Las casas de madera con tejados a dos aguas y las calles empedradas le dieron la impresión de estar en algún lugar de Europa en la Edad Media, pero algo en el ambiente le hacía sentir que no estaba en el pasado terrestre que conocía. Decidido a obtener respuestas, se acercó a un grupo de aldeanos que parecían estar ocupados en sus quehaceres diarios. Al principio, su presencia causó desconcierto y recelo entre los lugareños, pero finalmente uno de ellos, un anciano con aspecto sabio, se acercó y le habló. "¿De dónde vienes, forastero?", preguntó el anciano con curiosidad en sus ojos. El profesor Wells explicó vagamente su situación, mencionando que estaba buscando información sobre el lugar y la época en la que se encontraba. El anciano, cuyo nombre resultó ser Alaric, le dijo que se hallaba en un lugar conocido como El Pueblo de las Eras, un enclave en las afueras del tiempo y el espacio, donde los viajeros temporales a menudo llegaban sin darse cuenta. Intrigado por esta revelación, el profesor Wells pidió a Alaric que le mostrara más del pueblo y su gente. Mientras exploraban juntos, el anciano le contó historias de otros viajeros temporales que habían llegado al pueblo a lo largo de los años, cada uno con su propia historia y sus propios destinos. Al caer la noche, el profesor Wells se retiró a descansar en una posada local, pero su mente estaba llena de preguntas y misterios. ¿Cómo era posible que existiera un lugar como El Pueblo de las Eras? ¿Qué otros secretos y enigmas le depararía su viaje en el tiempo? Con estas incógnitas en su mente, el profesor se sumió en un sueño intranquilo, preparándose para los desafíos que le aguardaban en el nuevo mundo que había descubierto. Continuara...........