El señor de este universo eran los Cielos; ellos lo sabían todo, estaban en todos lados, y bajo su ley podían hacer todo. Y el ingenuo joven Kenn tenía la esperanza de que los Cielos se apiadarían de él, y le permitiría tener una vida feliz. Sin embargo, luego de las calamidades que experimentó, toda esperanza murió para nunca revivirse. En aquel momento, estaba a punto de morir, pero inesperadamente una mujer de blanco apareció, y le ofrece aceptar un trato. Y así la historia nació. Érase una vez en un cruce cuando nació el Diablo, y empezó el sendero para la calamidad de los Cielos. Él era el querido amigo y el amado enemigo. Él era el Kenn. Él era... el Diablo.