Después de perder su pierna como aventurero novato, se retiró a su pueblo natal en las afueras. Realizando trabajos como recolectar hierbas medicinales, exterminar bestias mágicas y ayudar a los aldeanos con el trabajo del campo, es difícil decidir si nuestro protagonista es un aventurero o un ayudante. Mientras hacia esas tareas su edad rápidamente aumentó hasta los 30. Un día mientras buscaba en las montañas por hierbas, descubrió a una niña abandonada. Pensando que no podía dejarla ahí, se la llevó a casa y la crio. Su ahora crecida hija también quería convertirse en una aventurera, básicamente por crecer admirando a su padre. Aunque le había enseñado a usar la espada desde una temprana edad para auto-defensa, su talento en ello fue algo impresionante. Pensando que sería mejor que no se quedara atrapada en el pueblo por el resto de su vida, nuestro protagonista la envió al gremio de aventureros en la capital. Su hija oficialmente se convirtió en aventurera. Después de otros cinco años, el protagonista, ahora en sus cuarenta, sigue actuando como un pseudo-aventurero en su hogar. Sin embargo su hija era ahora una distinguida aventurera de clase S pero no ha regresado a casa todavía… “Cuando seré capaz de ver a papá otra vez…?!”