Érase una vez, el mayor reto de Iris como maga socialmente inepta era recibir a algún cliente ocasional en su taller. Poco podía imaginar que la desagradable mujer que llamaba a su puerta cambiaría eso para siempre. Tras un violento enfrentamiento, las dos mujeres acaban intercambiando sus cuerpos... y resulta que el nuevo cuerpo de Iris pertenece a la infame arpía del reino, la reina Rosemary. Con su cuerpo original dañado y la verdadera Rosemary muerta, Iris debe seguir viviendo como la reina. Pero eso es más fácil de decir que de hacer cuando toda la corte real la odia, especialmente su fogoso marido el rey... a quien Rosemary estaba convenientemente tramando destronar con la ayuda de sus muchos amantes. Ni que decir tiene que Iris no está preparada para el baile más mortal de su vida, y no sólo porque sea una pésima bailarina. Todo lo que puede hacer es rezar para que la luna la guíe a través de estos tiempos desesperadamente oscuros.