El verano antes de comenzar la universidad, Fuuka decide trabajar a tiempo parcial en una casa de playa. Allí conoce a Jun, el hijo menor de los propietarios. Jun siempre está llorando o riendo y está tan lleno de emoción que no causa más que problemas. Aún así, Fuuka encuentra imposible desprenderse de este muchacho, dos años más joven y más cercano a su corazón de lo que nadie ha estado jamás. Pero incluso el verano más largo tiene que terminar tarde o temprano.