Navier Trovi ha pasado toda su vida preparándose para convertirse en la emperatriz perfecta, y todo su entrenamiento ha dado sus frutos: es la respetada soberana del Imperio Oriental junto al emperador Sovieshu, que ha sido tanto su amigo como su marido concertado desde la infancia. Navier nunca se ha planteado otra vida, ni ha tenido motivos para hacerlo, hasta que Sovieshu trae a casa a una amante y le exige el divorcio. Con su mundo cuidadosamente construido de repente patas arriba, Navier toma una medida drástica por su cuenta: después de aceptar su divorcio, se vuelve a casar inmediatamente con el apuesto príncipe Heinrey del Reino Occidental. Como nueva gobernante de una nación competidora, las habilidades y el ingenio de Navier se ponen a prueba mientras navega por las turbulentas aguas de las relaciones internacionales e interpersonales, y se ve obligada a replantearse todo lo que creía saber sobre la alta sociedad, la política y el amor.