Ikeya es muy bueno en su trabajo, sus colegas lo admiran ya que siempre pueden contar con él. Aunque él tiene un único deseo: Que un hombre lo sostenga. Cada noche se masturba con juguetes desesperado por sentir la cosa real, desafortunadamente luce como un tenebroso alfa, su apariencia hace imposible que encuentre pareja. Pero un día, Yuuhei Shimamori, quien resulta ser un omega, comienza a trabajar en la compañía de Ikeya. Puede que parezca despreocupado pero su dedicación atrapa la atención de Ikeya. Una noche cuando están solos en la oficina, ¡Yuuhei entra en celo! liberando feromonas y le dice a Ikeya que necesita un alfa o sus síntomas no se detendrán… Ikeya difícilmente puede mantener el control, está en su límite, así que saca su trasero y le dice a Yuuhei ¡Quiero que tú lo metas!