Era un trabajador corporativo en mis 30, cuando me desperté y descubrí que había saltado a la primavera de mi segundo año de escuela secundaria. En ese momento, había un profesor al que me había arrepentido de no haber confesado, así que le confesé a ella en el calor del momento, ¡y ahora estamos saliendo! Sin embargo, la maestra es una que haría de cualquier persona una persona buena para nada, por lo que termino siendo mimada por ella mucho.