La vida perfecta de Arata consistía en pertenecer al grupo de los populares y salir con la chica más guapa del instituto. Pero lo que sus amigos y su actual novia no saben es que Arata es en realidad gay y graba en secreto vídeos de porno gay protagonizados por él mismo. Un juego de castigo lleva a Arata a atreverse a besar a un miembro de un club otaku, donde se topa con un Yamato Konoe dormido, que en realidad es un chico guapo sin su máscara habitual. Antes de que Arata pueda seguir con el reto, Yamato se despierta y reconoce a Arata de uno de los vídeos gays que ha visto. Las cosas se ponen calientes; a partir de entonces, Arata no puede quitarse a Yamato de la cabeza. Es imposible que se sienta atraído por Konoe, ¿verdad?