El patriarca Noā construye una embarcación para su salvación y la de su familia quienes, preservado del diluvio universal, luego repoblarían la tierra con su descendencia. Más tarde, el cielo fue teñido de rojo y las nubes desaparecieron repentinamente, los ciudadanos pensaban que sería el fin de todo, de la humanidad. Infinitas partes de rocas espaciales aparecieron por el cielo, las rocas se abrieron por la mitad esparciendo un humo y un brillo color verde, una raza con vestimentas blancas, parecidas a la de los astronautas y con un casco blanco que cubría la mitad de la cara, apareció autoproclamándose la raza »sagrada« y que los humanos eran experimentos fallidos. A su enfrente, infinitos cuadros negros con tonalidades azules a su alrededor se esparcieron, creando un arma parecida a un rifle de asalto, pero más pesada y más ancha. Se creó una ciudad medieval un tanto grande, como del tamaño de una ciudad pero le cubrían muros de veinte metros de altura.