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Capitulo 2

-No vamos a llegar- grito Chris entre jadeos
-Deja de ser un llorón pesimista y sigue corriendo- Lucy paso rebasándolo por el lado y Annette corriendo atrás de los dos. Tenían poco menos de cinco minutos para recorrer la última plataforma y llegar al tren antes de que este los dejara.
-Todo esto es tu culpa- Chris recogió su maleta que hasta entonces había arrastrado tras de sí con las rueditas repiqueteando por la velocidad
-¡¿Mi culpa?!- Lucy hizo lo propio ganando más velocidad- fue tu estúpido auto el que nos quitó todo ese tiempo en la pensión
-C-chicos- intento hablar Annette quien comenzaba a quedarse atrás
-por favor- reclamo su amigo sin prestarle atención- no iríamos tarde si tú no hubieras perdido tanto tiempo arreglándote
-Que a ti te guste parecer un indigente es tu problema no mío
-Chi- chicos, por… esperen-Annette jadeante fue perdiendo terreno frente a sus dos amigos, quienes seguían enzarzados en su discusión -demonios- dijo para sí misma tratando de apretar el paso. Nunca había sido especialmente atlética, pero hoy se notaba más agotada que de costumbre, había vuelto a tener una noche intranquila. Se había despertado por lo menos tres veces y en todas y cada una de ellas olvidaba casi al instante que es lo que había soñado.

Última llamada para abordar la Sirena del Oeste, última llamada para abordaje. La voz proveniente del altavoz la apuro a retomar el paso. Pese a las protestas de sus piernas y al quemor de sus pulmones cada que tomaba una bocanada de aire, por fin pudo ver las escaleras que la llevarían a su plataforma. Ignoro las escaleras eléctricas y comenzó a subir los peldaños de dos en dos con la maleta golpeando sórdidamente a cada paso- si llego, si llego- subió los últimos peldaños de un salto y su semblante se iluminó al ver el lujoso tren aún en la estación- ¡Esperen!- grito casi sin aliento, el revisor que estaba junto a la puerta la miro con una mezcla de sorpresa y hastió
-Lo- lo lamento- dijo ella deteniéndose frente a la puerta- este es mi tren
-Adelante señorita- fue la única contestación del empleado quien la miro indiferente antes de voltear la vista al reloj de su muñeca- debo de decir que llego justo a tiempo
-yo- yo- intento tomar una bocanada de aire para poder hablar- gracias
-Por nada- contesto este haciéndole un ademán para que abordase. Annette asintió entrando en el tren. El revisor cerró la puerta justo detrás de ella, bueno había logrado alcanzar el tren, ahora debería encontrar a sus amigos. Miro de un lado a otro tratando de orientarse. Chris le había dicho que sus camarotes se encontraban en el vagón H… Ahora, ¿en qué vagón estaba? Comenzó a avanzar a su izquierda esperando encontrar alguna pista, alguna placa en las puertas o algún trabajador que pudiera orientarla. No había dado ni dos pasos cuando sintió un tirón bajo sus pies. El tren había comenzado a moverse. Al parecer, los demás pasajeros ya habían tomado sus respectivos lugares, pues el pasillo del vagón se encontraba completamente vacío mientras ella observaba por una de las ventanas como la estación comenzaba a quedarse atrás.

Paso un par de vagones antes de darse cuenta, gracias a unos amables turistas que se había topado de milagro estaba yendo en dirección opuesta, así que regresando sobre sus pasos abrió la puerta del final del vagón que la conectaría finalmente con el vagón H.
-Oh, hola- Se sorprendió así misma diciendo al ver a un hombre de mediana edad quien al parecer iba en dirección al vagón del cual ella acababa de salir
-Buenas tardes- contesto el hombre viéndola a través de sus gruesas gafas, pero sin realmente prestarle atención. Annette se hizo a un lado para cederle el paso. El hombre dudó un momento quieto allí donde estaba, como si por fin notara la presencia de la chica, la miro fijamente con el ceño fruncido antes de finalmente continuar su marcha, no sin antes cerrar la puerta tras de sí.
-¿ok?... eso fue raro- Annette siguió con la mirada al extraño desde la ventana de la puertecilla antes de que este desapareciera en la siguiente conexión.
-¡Ana!- grito una voz familiar a su espalda al tiempo que la puerta de conexión a sus espaldas se abría
-¿lo ves?- dijo Chris quien apareció por el hueco de la puerta justo detrás de Lucy- te dije que si había subido
-Oh Ana, lo lamento- Lucy la abrazo, cariñosamente- por poco y te dejamos tirada en la estación
-jeje, no pasa nada- contesto ella tratando de zafarse del abrazo de su amiga- es culpa mía por no hacer más ejercicio
-No tendrías que haber corrido si ALGUIEN no hubiera puesto su estúpido auto…
-No volveré a pasar por esto- interrumpió Chris dándole la espalda a ambas caminando de regreso al vagón. Lucy solo sonrió a Annette antes de seguir a su amigo de vuelta a sus camerinos.

Lucy abrió la puerta de su camarote con una tarjeta y los tres entraron. Laos recibió una habitación mucho más amplia de lo que Annette podría haber imaginado, con una enorme cama que ocupaba casi todo el ancho del mismo, una pequeña mesa de madera con dos sillas a juego junto a una de las dos ventanas que les permitía ver el exterior y una pequeña puerta al lado contrario que solo podía imaginar que daba a su baño privado- toma- le dijo a Annette extendiéndole otra tarjeta que saco de su bolsillo- pedí al revisor que nos diera una tarjeta adicional.
-Gracias- contesto guardándola en su bolsillo
-Ah, cierto- Lucy abrió una puerta corrediza que se hallaba medio escondida junto a la entrada del baño revelando un pequeño armario- puedes poner tus cosas aquí. Ana metió su maleta en el armario y lo cerró de vuelta, ya tendría tiempo después para acomodar su ropa- parece que se han instalado bastante bien mientras yo estaba perdida
-Que va- contesto Chris, quien seguía apoyado en el marco de la puerta- yo solo lance mi maleta dentro y salimos a buscarte, el revisor nos dio nuestras llaves… cierto, dijo que volvería aquí para sellar tu boleto, después de eso somos libres de recorrer el tren a nuestro antojo- Annette palpo sus bolsillos antes de sacar un boleto bastante arrugado, pese al grosor del papel, la carrera hasta el tren había logrado dejar varios dobleces pronunciados en el mismo-ups- dijo tratando de alisarlo en la mesa.
-No pasa nada-la interrumpió Lucy encogiéndose de hombros y sacando su propio boleto al cual le faltaba la parte inferior- solo se lleva este trozo y le pone un sello, no creo que su estado importe demasiado
-Coincido con Lucy en esto- comenzó a decir Chris cuando un hombre uniformado de azul y un amplio bigote de esos que uno solo espera ver en películas o series animadas se detuvo detrás de él- veo que encontraron a su amiga- dijo el hombre en tono amistoso, a simple vista se veía que ya estaba en sus treinta, quizá casi cuarenta, algunas canas sobresalían de su corto cabello y las arrugas en su frente tampoco es que ayudaran a disimular la edad del individuo, no obstante el amplio bigote y las gafas redondas que caían con cierta gracia sobre su ancha nariz le daban un aire entre cómico y fraternal
-Ah, sí- Contesto Chris un poco sorprendido por la repentina aparición del sujeto
-Excelente- prosiguió el revisor- ¿me podría permitir su boleto señorita?
-Claro- Annette extendió su boleto sin lograr evitar sentir cierta vergüenza por el estado en el que estaba. El revisor no presto la más mínima atención al boleto (o si lo hizo lo disimulo de maravilla) rompiendo la parte inferior del mismo y colocando un sello azul con el símbolo de una pequeña sirena en la parte de atrás antes de devolvérselo- listo, que disfruten del viaje, recuerden que por la noche habrá una recepción para dar la bienvenida a todos en la Sirena del Oeste- fue lo último que dijo antes de proseguir su camino.
-Gracias- se despidió Chris entrando completamente y cerrando la puerta tras de sí -bueno, oficialmente estamos de vacaciones
-¡Yay!-exclamo Annette dejándose caer de espaldas sobre la cama
-Bueno, ¿y ahora qué?-Pregunto Lucy
-Bueno, nuestra primer parada es hasta mañana para explorar las grutas de Niberh, así que pueden relajarse hasta la tarde.
-El señor dijo algo sobre una fiesta en la noche, ¿cierto?- contesto Ana incorporándose al borde de la cama
-Si- contesto su amigo- algo leí de eso en el folleto, es una especie de gala, se hace la primera noche y la última del viaje, también podemos ir
-¿Gala?- pregunto Lucy tomando asiento en una de las sillas- paso, no hay nada en este mundo que me haga ponerme un vestido retacado y joyería pretenciosa
-Gala es solo un término, no hay un código de vestimenta en sí, aunque si hubieras leído el itinerario ya lo sabrías
-Yo si empaque un vestido- se apresuró a decir Ana- no es nada demasiado formal, pero me pareció divertida la idea
-siempre que pueda ir vestida como yo quiera pueden contar conmigo
-Bueno- Chris se dio la vuelta para irse- ese es el plan, iré a descansar un rato, volveré por la tarde para que comamos algo antes de la fiesta- ambas chicas asintieron y Chris abandono el camarote dejándolas a solas.
-No sé tú- dijo Lucy levantándose- pero yo necesito una siesta después de todo el ajetreo de la mañana. Annette por única respuesta se volvió a tumbar en la cama dejando que el sueño la reclamara.

Matt abrió la puerta que daba al último vagón que estaba a su cargo, se alació el bigote con los dedos y toco a la primer puerta… silencio. Toco de nuevo, esta vez con más insistencia, pero no obtuvo respuesta- pierdes el tiempo Matt- dijo una voz a sus espaldas. El revisor se dio la vuelta para encarar a uno de sus compañeros quien avanzaba a su dirección- Ah, David, me asustaste
-No hay nadie en este vagón – reitero su joven compañero con su habitual cara que demostraba que quería hacer cualquier otra cosa que estar allí. Matt no se lo tomo en cuenta, llevaba muchos años trabajando allí, viendo ir y venir a jóvenes como el que terminaban por hartarse del trabajo y dejarlo
-Creí que teníamos cupo lleno-se limitó a decir
-También yo… supongo que no habrán abordado- dijo encogiéndose de hombros- yo mismo casi le cierro la puerta en las narices a una chica.
-¿Y sus llaves?- continuo Matt ignorando el tono burlesco de su compañero
-No lo sé… no me tocaba a mí entregarlas
-¿Qué dijo María?- el chico giro los ojos con fastidio- no lo sé, no le he preguntado – contesto cruzándose de brazos- puedo ir a preguntarle cuando termine
-Déjalo – contesto Matt, quien empezaba a cansarse de la conversación – ya le preguntaré yo cuando termine
-Como quieras - contesto el muchacho, quien continúo su camino dejando a Matt de nuevo solo en el compartimento. Este negó con la cabeza alaciando de nuevo su bigote, prosiguió con la siguiente puerta y toco. No es que no confiase en la palabra del chico, era solo que… no confiaba para nada en su palabra. Además, eran solo tres camarotes, no le costaba nada verificar que efectivamente estuvieran vacíos. Volvió a tocar, pero no obtuvo respuesta. Resignado siguió su paso hasta el último de los camarotes, tocando aunque ya se esperaba el resultado, sintió una repentina sorpresa cuando la puerta cedió ante su mano abriéndose un poco- que extraño- susurro- ¿hola?, buenas tardes- dijo a la nada, y al no obtener respuesta abrió la puerta y entro. La habitación era una copia exacta de las demás, limpia y ordenada a la espera de que la ocupasen, lo único que la distinguía de las demás era que esta se encontraba con las persianas bajadas, lo cual le daba un aire lúgubre, casi tétrico. Extrañado, el revisor encendió las luces, las cuales obedecieron al instante. ‘Bueno, la corriente funciona’ pensó, cerró la puerta para ver si había algo mal con la cerradura, aunque a primera vista no noto nada- será mejor mandar a alguien de mantenimiento a revisarla- se dijo disponiéndose a dar por terminada su ronda cuando las luces se apagaron- Que dem…- fue lo único que pudo pronunciar antes de ser lanzado con violencia contra el muro opuesto y derrumbarse en el suelo con un fuerte alarido de dolor
-Shhhh- lo insto una voz en la oscuridad. Matt desorientado intentó incorporarse- no, no, no- reclamo la voz en un tono juguetón golpeando al revisor por el costado y devolviéndolo al suelo- aún es muy pronto, muy pronto, llegaste demasiado temprano- continuo diciendo mientras sometía al guarda colocándose sobre él. La voz del desconocido era grave pero con un aire de burla. Matt intentó gritar, pero su captor lo tomo del pelo y azoto su cabeza contra el suelo de forma tan fuerte que Matt quedo inconsciente al instante, con la nariz y un par de dientes rotos- vaya suerte la mía- el desconocido se incorporó de nuevo sin perder el aire teatral de su voz hablando a la ahora silenciosa estancia- un pequeño preámbulo quizá, después de todo que es un show sin un pequeño giro inesperado- camino un par de pasos fingiendo estar pensando- lo haré funcionar, claro que lo haré, lo mejoraré incluso- sonrió ampliamente- será el mejor de mis espectáculos, porque… lo mereces.

Annette despertó con el constante repiquetear de la puerta- ¿Quién? – Dijo aun tratando de salir de su ensañamiento- Soy Chris – contesto su amigo desde el otro lado – iba a ir por algo de comer, ¿quieren venir?- Annette miro a su lado y vio que Lucy no se encontraba allí. Rápidamente se incorporó y se dirigió a la puerta- yo me apunto- dijo en cuanto abrió- pero Lucy no está aquí.
-Nos habrá ganado la idea- contesto Chris sin darle demasiada importancia
-Me hubiera despertado- frunció la boca en disgusto
-Ya sabes cómo es a veces, no le des más importancia, vamos, seguramente nos la encontremos por el camino. El camino hasta el vagón del comedor fue relativamente lento, pues, se encontraba casi al frente del tren y ellos estaban más bien atrás. No obstante, el trayecto ocurrió sin mayor novedad que toparse con una pareja acaramelada que veía desde el pasillo el paisaje natural que ofrecía el tren ahora que ya habían abandonado la ciudad, más adelante se cruzaron con otros turistas que o bien habían tenido su misma idea o regresaban de allí, sin embargo, no hubo ni rastro de su amiga. Annette comenzó a preocuparse cuando llegaron al vagón comedor y tampoco la vio- ¿Dónde estará?
-Quién sabe- Chris tomo asiento en una de las mesas cercanas- no es como que pueda ir a muchos lados
-No me agrada- Chris se encogió de hombros, pero al ver a su amiga con el semblante preocupado agrego- quizá haya ido a tomar aire al mirador… ¿Aún fuma?
-No- contesto la chica apoyando su mejilla en una de sus manos- lo dejo al entrar en la universidad, era un vicio terrible de cualquier manera
-Y costoso- agrego él tomando una de las cartas que se encontraban apoyadas en su mesa- ¿Qué vas a ordenar?
-Ammm no lo sé- Annette tomo la otra carta de la mesa tratando de calmar su nerviosismo. Lucy era perfectamente capaz de cuidarse sola… Ni siquiera había nada de lo que cuidarse, estaba siendo una paranoica. Pero aun así no podía quitarse la sensación de angustia que la invadía- la hamburguesa suena bien
-¿Hamburguesa? ¿En serio?
-Que puedo decir, soy una persona con gustos simples- ambos rieron frente al comentario y se dispusieron a ordenar.

Poco menos de una hora después se encontraban de vuelta en sus respectivos camerinos- voy a arreglarme- dijo Chris abriendo su puerta- paso por ustedes en cuanto termine- Annette le sonrió en respuesta y entro a su propia habitación. Lucy la recibió con una sonrisa desde la silla antes de dar un sorbo a una taza de café- me preguntaba cuando regresarían- dijo estirándose
-Eso debería preguntar yo, ¿Dónde te habías metido?
-Fui a dar una vuelta- contesto su amiga levantándose de la silla- no quise despertarte y para cuando volví ya no estabas, así que me puse cómoda y pedí servicio a la habitación
-¿tenemos servicio a la habitación?- pregunto extrañada
-Claro, ¿para qué te creías que es ese teléfono? – Lucy señalo a un teléfono de pared que se encontraba a un lado de la puerta de la entrada – en fin, voy a darme una ducha antes de que Chris venga a meterme prisas.
-¿Tenemos ducha?!- Volvió a preguntar la pelirroja aún más extrañada
- ¡Ja! Y dicen que soy yo la que no se leyó el folleto – Lucy abrió la puerta del baño y desapareció del otro lado, no sin antes decir – no te preocupes, no tardaré para que puedas arreglarte para tu ‘gala’. A los pocos minutos Ana pudo escuchar como el agua empezaba a correr desde la habitación contigua – pues sí que tenemos ducha – dijo para sí tomando asiento en el borde de la cama. No quería admitirlo, pero ver que su amiga estaba allí, le había quitado un peso de encima, sabía que era absurdo, pero en fin, así era ella, una burbuja de felicidad que puede volverse un mar de estrés cuando las cosas se tornan complicadas. En parte era por eso que había insistido tanto a sus amigos para tomar este viaje. Lo necesitaba, necesitaba alejarse de todo, desconectar de su vida, la cual sentía ahora tan ajena. No lo admitiría frente a ellos, pero los últimos meses habían sido duros, no dejaba de sentir que no pertenecía allí, que todo lo que hacía carecía de sentido y no tenía ningún valor. Había querido atribuirlo al cansancio y al estrés de su día a día. Pero en su interior algo le decía que era otra cosa. Algo que no sabía y que el hecho de pensarlo la abrumaba. El estar con sus amigos hacía que ese sentimiento se aminorara, la hacía sentirse más… bueno más ella, si es que eso tenía algún sentido
.
La regadera se detuvo y al poco tiempo salió Lucy envuelta en una toalla – Listo, te toca- Annette se incorporo de un salto y se dispuso a darse una ducha para después arreglarse e ir a la fiesta.

Fin del capítulo

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