Capitulo 1

Chris escuchó el timbre de su casa pasadas las siete, no era fuera de lo normal que llegaran tarde, realmente lo que le hubiera sorprendido es que no fuera así- ¡ya voy! – grito al escuchar la insistencia con la que tocaban el timbre. Al momento en que abrió la puerta sintió como se abalanzaban sobre él.

-¡Chris! – grito Annette al abrazarlo. La chica pelirroja casi lo derriba con su entusiasmo. Lo cual hubiera no solo sorprendido a Chris, sino que seguramente lo hubiera vuelto la burla de Lucy cuando inevitablemente se enterara de ello. Afortunadamente para él pudo mantener el equilibrio y devolver el cálido abrazo a su amiga, quien le sonrió ampliamente con un brillo en sus ojos verdes esmeralda – también me da gusto verte Ana, veo que traes tus cosas- dijo señalando a la maleta que descansaba junto a la puerta.
-Así es- contesto ella aún sonriente- estoy muy emocionada, ¿Lucy ya está aquí?
-No, ella me habló hace unos minutos, al parecer su vuelo se retrasó, dijo que nos vería directo en el restaurante
-No debería sorprenderme- Annette se encogió de hombros y se dispuso a meter su maleta- ¿Dónde puedo dejarla?
-Junto al sofá está bien- Chris señalo a un amplio sillón en la sala contigua que fungía como salón principal. La estancia en sí misma no era especialmente grande, pero acostumbrada a los pequeños espacios de su departamento, a Annette siempre le había parecido una mansión y no lograba entender cómo es que Chris había conseguido comprar algo así a sus veintitrés años. Y no solo era la casa, Chris parecía tener todos y cada uno de los aspectos de su vida resueltos, y tan solo era dos años mayor que ella- por allí está bien- prosiguió su amigo sin prestarle demasiada atención tomando las llaves de su auto del buro junto a la puerta- debemos darnos prisa, no quiero que ella llegue primero y se pase el resto de la noche recriminándomelo- Annette soltó una pequeña risa ante el comentario aunque sabía que probablemente Chris hablaba en serio. Aun así, este le devolvió la sonrisa con un gesto cansado. Annette vio su gesto cansado, las ojeras que se acumulaban levemente debajo de sus ojos castaños y los mechones de cabello a juego que caían deliberadamente sobre su rostro, esa era la cuestión con Chris, siempre parecía un poco desaliñado, un poco cansado, a pesar de que sabía de buena mano que se esmeraba bastante en su imagen, era solo que su rostro y su vestimenta mandaban los mensajes opuestos. - ¿Lista? – pregunto este mientras tomaba su abrigo del perchero – lista- respondió ella y ambos salieron.

El camino a la cafetería había sido de apenas unos cuantos minutos en el coche de Chris, hubieran podido ir incluso a pie y aun así no habrían tardado prácticamente nada. La cafetería en cuestión era lo más estereotípico que cualquiera pudiera imaginar, suelo de losa a cuadros blancos y negros con mesas rojas y asientos a juego que se extendían por todo el muro y una barra donde una camarera con cara de pocos amigos servía café y tomaba comandas de los pocos clientes que se encontraban en el local. Ellos habían optado por una de las mesas junto a una de las amplias ventanas para poder ver a Lucy cuando esta llegase, pues para el gusto y buena fortuna de Chris esta aún no había llegado.

Pasaron los siguientes minutos poniéndose un poco al día mientras esperaban que llegase la comida que habían ordenado, Chris había sido bastante conservador y había pedido un café y unos huevos revueltos, ella, por otro lado, había decidido que quería cenar una hamburguesa con papas y una malteada de chocolate- … Así que los embarques se retrasaron dos semanas, ¡dos semanas! – dijo Chris con el aire y la seguridad de que lo que decía era lo más fascinante del mundo, Annette se limitó a soltar una pequeña risa y asentir como si entendiera lo que decía, y no le pareciera absolutamente soporífero- ya te digo, todos allí son unos incompetentes- continuo, cruzándose de brazos y fingiendo indignación.
-Bueno, se las tendrán que apañar dos semanas sin ti
-Espero que no quemen nada- contesto este – y ¿Qué hay de ti? ¿Cómo van las cosas?
-Soy una dependienta en un mini súper Chris, no es como que mi trabajo sea lo más apasionante del mundo
-Ya, bueno, ningún trabajo lo es realmente
-Supongo que no, pero tampoco me quejo, podría ser peor… ¿Recuerdas cuando estuve trabajando en ese restaurante chino?- Chris no pudo evitar soltar una risotada- Claro que me acuerdo, no duraste ni dos semanas
-¿Cómo se supone que lo hiciera?, el dueño se la pasaba gritándome en chino, la mitad del tiempo no sabía si me estaba riñendo o felicitándome
-Teniendo en cuenta lo roja que se ponía su cara, no creo que estuviera felicitándote Ana- ella también comenzó a reír- por lo menos la comida era buena- contesto ella al momento que algo llamo su atención. Al otro lado de la ventana, un taxi se detenía y una chica de cabello negro bajaba de él.

Lucy cerró la puerta del taxi y comenzó a andar hacia el local, no tardo ni medio segundo en ver a la siempre alegre de su amiga quien la saludaba desde el otro lado de uno de los cristales, Chris a un lado hizo un leve gesto con la mano bastante más recatado. Ella contestó el saludo y se apresuró a entrar por la puerta a sentarse con sus amigos. Parecía una vida entera desde la última vez que habían podido quedar los tres de esta manera, era agradable ver que pese al tiempo ellos seguían siendo los mismos, ella seguía siendo la misma.
La camarera apareció a los pocos minutos trayendo las órdenes de Chris y Ana, Lucy ordeno únicamente un café excusándose con sus amigos de haber comido antes de tomar su vuelo- Y bien ¿Cuál es el plan?- pregunto Lucy una vez hubieron traído su taza de café negro
-El tren sale mañana a las nueve- se apresuró a decir Chris casi tragando el último bocado de su cena- así que deberíamos estar allí a las ocho para evitar cualquier contratiempo.
-¿una hora entera?!- pregunto Annette con una mueca en la cara, realmente odiaba tener que levantarse temprano- ¿a cuánto tiempo queda la estación?
-A unos cuarenta minutos si nos vamos en mi coche, así que si salimos a las siete de mi casa deberíamos estar bien.
-¿A las siete?!
-Por favor Ana- interrumpió Lucy- podrás llegar a dormir en la suite del tren- Annette soltó un gruñido como respuesta- ¿Algo más que debamos saber capitán?- continuo Lucy ignorando la rabieta de su amiga
-No realmente, los tickets los tengo desde hace meses y todos los preparativos ya están confirmados, así como las actividades extra que pagamos- dio un sorbo a su café- solo necesitamos presentarnos y disfrutar de las próximas dos semanas recorriendo el país.
-Perfecto, a veces olvido lo bueno que es que seas un maniaco obsesivo- sonrió con complicidad- no puedo imaginarme teniendo que planear toda esta basura yo sola.

-Lo tomaré como un cumplido- se aclaró la garganta- como sea ustedes compartirán una suite y yo tomare la otra
-¿Para ti solo?- interrumpió Annette- ¿Por qué nosotras tenemos que compartir y tú tienes habitación propia?- Chris se encogió de hombros- Era demasiado caro que cada quien tuviese una habitación y, bueno- sonrió a Lucy- alguna ventaja tiene que tener organizar todo ¿no?- esta le levanto el dedo medio como única respuesta- como sea- continuo esté ignorando el gesto- será mejor irnos yendo.

Chris hizo ademán de levantarse mientras sacaba algo de dinero para pagar la cuenta, Lucy y ella imitaron su gesto y se encaminaron a la salida. Annette los siguió notándose realmente feliz, extrañaba estos momentos, no era algo que pudiera explicar con palabras, pero estar junto a ellos la hacía sentir… paz. Atravesó la puerta saliendo del local al frío de las calles, pero se detuvo en seco al instante sintiendo un vuelco en el pecho. Miro de un lado a otro buscando algo de lo que no estaba segura, pero que sabía que estaba allí, desconcertada, dio un único paso adelante cuando vio algo moverse por el rabillo de su ojo, giro rápidamente, pero lo único que pudo ver era a un pequeño grupo de jóvenes riendo junto a la parada del autobús, quizá preparándose para ir a alguna fiesta- ¡Ana! – Grito Lucy asomando la cabeza desde dentro del auto- ¿Vienes o qué?

-… Voy- dijo ella apresurándose a subir al automóvil.

Fin del capítulo