Eunjae ha estado perdiendo el sueño debido a algunos sueños decididamente inquietantes: una especie de ser de otro mundo sigue haciendo lo suyo en medio de la noche. Sus días están llenos de extrañas coincidencias y las horas de su día parecen desaparecer... Entonces, una noche, un hombre con una extraña máscara lo salva de ser atropellado por un autobús. Resulta que el extraño no es un hombre en absoluto, sino un duende. No pasa mucho tiempo antes de que Eunjae se vea obligado a aceptar que, según el mundo del más allá, está muerto. Y ahora sólo hay un ser que puede proteger su cuerpo y su alma para que no se escapen: San, el goblin.