Hola, me llamo Boris, tengo 15 años y estoy estudiando el Bachillerato y les contaré un poco acerca de mi pasado: Soy de Yugoslavia; pero me tuve que ir a vivir a otro junto con mis padres y mis hermanos a los 5 años, por culpa de una guerra… En la actualidad —Es mi primer día y estoy por llegar tarde. Maldita sea, no escuche la puta alarma. Tengo que irme rápido a la escuela o si no me van a regañar. Ya tengo todas las cosas listas en la mochila. —pensó Boris —¡Ya cámbiate rápido y agarra tu mochila que se te hará tarde! —dijo la mamá de Boris con voz enojada. 20 minutos después —Ya casi es la hora de que empieza la primara clase, y estoy a punto de llegar tarde. Rápido Boris, ya casi llegas al salón… —pensó Boris. —Perdón no vi por donde iba y me tropecé contigo —dijo Boris. —Note preocupes y ni te disculpes, yo también tuve la culpa porque yo tampoco no estaba viendo por donde estaba corriendo… —contesto la muchacha extraña con cara asustada. —Perdón, me tengo que ir. —Yo también… —no pudo completar la frase, ya que Boris se fue corriendo sin disculparse. Después de lo sucedido de Boris y la chica por estar distraídos, Boris llego justo a tiempo a su salón y a sí, llegando a tiempo a su primera clase. Desde que entro Boris, repentinamente se empezó a sentir una atmosfera incómoda para Boris, por qué ha sido el centro de atención porque tener una cara enojada, igualmente porque en ese momento estaba agitado. —¿Por qué me miran mucho, y de que estarán hablando de mí? —pensó Boris, al sentir todas las miradas de sus nuevos compañeros. —Buenos días, seré su profesor de Álgebra —El profesor se ve muy joven, por poco, y lo confundo con un compañero del salón. Fin de la primera clase —Hola, ¿Tú eres con quien me tropecé en la entrada? —pregunto Boris —Sí, s-soy yo —Me quería disculpar por lo que paso en la entrada… —No hay problema, también fue mi culpa —dijo la desconocida con voz temblorosa y asustadiza. — ¿Cómo te llamas? —Mi nombre es… Mi nombre es Sophia. Te iba a preguntar algo acerca de lo que acaba de pasar, Boris. —Dime lo que me quieres preguntar, Sophia. — ¿Por qué te fuiste rápido cuando nos tropezamos? —Porque estaba muy apurado, ya que iba a llegar tarde a mi primera clase. —Ya veo… — Para corregir la mala presentación que nos dimos, me gustaría… bueno… ¿Quieres salir a comer saliendo de la escuela? —preguntó Sophia con voz temblorosa. —No puedo, en estos momentos estoy muy ocupado saliendo de la escuela. Me tengo que ir, adiós. —Me tengo que ir, Sophia —Espera… —Soy una estúpida porque se me ocurrió invitarlo, era demasiado obvio de que me iba a decir que no, ya que soy una desconocida para él…— Pensó Sofía Boris, al llegar a su casa, su mamá lo recibió muy sonriente y energética: —Ya llegué, mama. —Me alegro de que hayas llegado bien. — ¿Quieres comer algo? —Sí, por favor. —Ok, deja te hago de comer. —¿Ya tienes amigos, Boris? —Porque la pregunta. —Solo quiero saber si mi hijo ya empezó hablar con un compañero. —Empecé hablar con alguien de la escuela. —¿En serio?, ¿Cómo se llama? — Pegunto la mamá de Boris —Se llama Sophia. —¡Qué bonito nombre! ¿Cómo la conociste? —Pues… Iba corriendo porque iba a llegar tarde a la escuela y o vi por donde iba. Y entonces los dos nos tropezamos. —¿Sophia está bien? —Sí, ella está bien, mama. —Qué bueno, ¿Te disculpaste con ella? —Sí, hasta me invito a comer algún lado. —A okay que bueno que te disculpaste… ¡¿Qué ella qué? ¿Y aceptaste su invitación? —No acepte. —¿Por qué no aceptaste? —Me dio pena aceptar la invitación. —¿Recuerdas qué fue lo primero que te dije? —Sí, que no me peleara con nadie de la escuela. —Aparte de eso. — Ya me acordé, me dijiste que hiciera amigos. —Sí, intentas llevar bien con tus compañeros para que así tengas amigos con quien hablar. —Lo intentaré… —Esa es la actitud, Boris Después de una extensa plática con su mamá, Boris iba en camino a su habitación, pero se encuentra con uno de sus hermanos menores. Los dos hablaron un rato y ya cuando terminaron de hablar entre ellos, los dos se fueron a dormir sus debidos dormitorios.