¿Estaré haciendo lo correcto?

En la oscuridad absoluta, en lo alto de la montaña que conecta con la eternidad, yace el único ser vivo que está más cerca de alcanzarla. Su aliento agitado se mezcla con el frío de la noche mientras sus pies se aferran a las rocas escarpadas. Pero de repente, un impulso lo detiene y su mirada se eleva hacia el cielo estrellado, buscando respuestas en la luz distante de la luna.

"Luna querida, luna amada, luna de mi sufrimiento", susurra con voz entrecortada, "¿estaré haciéndolo bien? ¿Encontraré tranquilidad una vez que alcance el final del mundo? Pero, ¿qué hay de mis miedos y remordimientos? ¿Y si fracaso ? ¿Por qué me embarqué en este viaje, sino por la búsqueda de mis propias ambiciones?"

Sus pensamientos se entretejen con el eco de sus propias dudas mientras el viento gélido susurra respuestas que no puede comprender. El peso de su dolor y sufrimiento eterno lo envuelve como una manta oscura, y la incertidumbre amenaza con aplastarlo.

"¿Valdrá la pena seguir escalando?" se pregunta en silencio, sintiendo el peso de todo lo que ha logrado en su viaje hasta ahora. "¿O será en vano, un desperdicio de conocimiento y esfuerzo?"

La luna, testigo silente de su tormento, responde con su luz plateada, iluminando las sombras de su mente: "Tienes algo marcado en tu alma, unas palabras que tú mismo creaste. Pero también tienes el don de ser cruel contigo mismo, de castigarte por tus propias expectativas. No olvides que el viaje hacia la cima no solo es físico, sino también espiritual. Acepta tus miedos y remordimientos como parte del camino, y encontrarás la claridad que buscas."

Las palabras de la luna resuenan en su corazón, trayendo consigo una chispa de esperanza en medio de la oscuridad.

Fin del capítulo