Capitulo 5,6 y 7 los pasos de la decadencia [Vizconde 1 al 3 ]

El vizconde Lardrich descargó su ira contra su mayordomo en lugar de Aix, que se había marchado en mitad de su conferencia, dejándole incapaz de contener su rabia.

"¡Ese campesino idiota, que cree que puede elevarse por encima de su posición, sólo puede usar magia básica!".

"En efecto, mi señor".

Calmándose por fin, exhaló un suspiro de alivio mientras el aire frío del tubo que sostenía junto a su enrojecido rostro lo refrescaba.

"¿Cómo se llamaba ese campesino?"

"Aix, mi señor".

El rostro del vizconde se torció en una sonrisa malvada.

"No dejes que ese fracasado campesino escape del dominio. Y presiona a los que le rodean, no sólo a los aventureros, para que le impidan realizar cualquier otro trabajo. Si sus fondos se agotan, hasta un campesino se dará cuenta de su error".

"Es una idea brillante, mi señor. Lo arreglaré inmediatamente".

El mayordomo dio su visto bueno al aterrador plan del vizconde, pero en el fondo estaban equivocados.

Después de todo, Aix no tenía intención de trabajar.

"Jejeje. Lo estoy deseando. Ya veo al campesino rogándome que le dé trabajo. Tenemos que educarlo mejor esta vez para evitar que se rebele. A ver..."

"Aix, mi señor. Por cierto, ¿qué es ese tubo?"

Mirando el nuevo tubo que había estado enfriando su cara, el mayordomo, Yesman, preguntó con interés.

"Es un invento mío, un dispositivo portátil que proporciona la magia básica de hielo y viento de ese mago defectuoso".

"Oh, ya veo. Nunca pensé que algo así pudiera ser útil para alguien que sólo puede usar magia básica. Tiene usted buen ojo, mi señor".

El vizconde se sintió complacido por el elogio del mayordomo.

"Entonces, ¿dónde está? Mandé hacer cinco, pero como ese inútil de Aix huyó, te daré una. Pensaba hacer 200, pero huyó".

"Muchas gracias, mi señor. Le estoy muy agradecido. Por cierto, sobre la cocina..."

El mayordomo esperó el momento oportuno para sacar el problema, sabiendo que el humor del vizconde había mejorado.

"¿Qué pasa con ella?"

"La botella de agua de la cocina ha dejado de funcionar. ¿Qué le vamos a hacer? Fue hecha por Aix, que se escapó, así que no estoy seguro de qué hacer".

El rostro del vizconde se volvió exasperado.

"Deberías llamar a otro mago o usar una herramienta mágica si es barata".

"Sí, mi señor".

El mayordomo rompió a sudar frío.

Las irrazonables exigencias del vizconde se dirigían ahora a él en lugar de al campesino.

Los pasos silenciosos de la decadencia de la familia Lardrich se acercaban lentamente.


Capitulo 6

A la mañana siguiente, se oyó un fuerte estruendo al romperse una jarra.

"¿Por qué lo has roto?", preguntó el mayordomo.

"Me dijiste que lanzara una Bola de Agua sobre el tarro, ¿no?", respondió el aventurero.

El mayordomo Yesman estaba discutiendo con un mago supuestamente excelente al que había llamado del gremio de aventureros.

Quiso llamar a ese mago, pero se le negó.

"Lo que pedí fue una Bola de Agua, lo que significa llenar el frasco con magia básica. Por favor, use el sentido común".

"Hmph, ¿por qué no lo dices claramente entonces? Vosotros los nobles siempre usáis el lujo de una forma que va más allá del sentido común, ¡aunque no estéis en una mazmorra donde no podéis reabasteceros! ¡Bola de Agua!"

Esta vez, la jarra se llenó de agua como se había ordenado.

El mago parecía satisfecho tras completar el trabajo, pero el mayordomo estaba molesto.

"Uf... ¿Tengo que explicar todo del 1 al 10 a los novatos? Sigue echándolo como un resorte. Si no, no podremos usarlo".

"¿Eh?"

Los ojos del veterano mago se abrieron de par en par.

El mayordomo estaba confuso por la inesperada respuesta.

"Disculpe. ¿No puedes hacerlo? Sólo tienes que hacerlo dentro de un año".

"Huh, eso es imposible."

El mayordomo suspiró, notando el pánico del mago.

"Bueno, no hay nada que pueda hacer si después de todo no pudiste usar esa magia básica. Es un error mío. Por ahora, está bien si puedes hacerlo en una semana. Incluso un mago puede hacer tanto, ¿verdad?".

"¡Ja! ¿Hablas en serio, Mayordomo? No tengo ni idea de lo que estás hablando, pero incluso Lanza de Agua de magia avanzada no dura más de 5 segundos".

El mayordomo estaba sorprendido por este punto válido.

"¿Qué quieres decir?"

"Hablo en serio. No mentiría sobre algo tan básico como esto".

El mayordomo empezó a sentirse incómodo.

"Bueno, si no puedes hacerlo, tendré que considerar la petición un fracaso. Incluso Aix, el mago defectuoso, podría hacerlo. Tu rango podría bajar si sigues con esta actitud".

"Está bien. No pasa nada si fracasa. Tus palabras son tan ridículas que no quiero involucrarme. Informaré de esto a la Ermita del Maestro Mágico".

El mayordomo Yesman amenazó como de costumbre, pero el veterano mago, a diferencia de Aix, respondió de inmediato a la irrazonable demanda. Era inevitable que las malas críticas se extendieran si las cosas seguían así. El mayordomo se dio cuenta de su error e intentó suavizar las cosas.

"¿Podría mantener este incidente en secreto? Antes he dicho demasiado. Consideraré la petición un éxito".

"Oh, está bien si falla, mayordomo-san. Después de todo, sólo soy un mago fracasado que ni siquiera pudo hacer una magia básica"

El mago sonrió y se fue, haciendo alarde de su placa de rango A.

"Espera, por favor."

"Te estás burlando de mí, ¿lo sabías? Esto dará para una buena historia en la taberna".


Capitulo 7

Por la noche, la tienda de herramientas mágicas que había sido convocada apareció en la mansión del vizconde.

"Me siento honrado de ser llamado una vez más. Ha pasado mucho tiempo. ¿Hace unos cinco años que me invitaron por última vez a la casa del vizconde Lardrich?", dijo el comerciante.

"Eso no importa. ¿Has traído la botella de agua que te pedí?", respondió el mayordomo.

El mayordomo no recordaba la cara del mercader.

"Sí, señor. Para recuperar nuestra cuota de mercado, hemos traído el producto estrella de nuestra empresa", dijo el comerciante.

"Oh, esto es precioso", dijo el mayordomo mientras accionaba la suave y hermosa botella de agua vacía, que se llenó de agua hasta el borde.

"Si se usa normalmente, puede durar cinco semanas con una sola piedra mágica de tamaño medio. Cinco semanas", exclamó el mercader.

"¿Cinco semanas, dices?", replicó el mayordomo, que en silencio se sintió decepcionado de que Aix la durara un año (52 semanas) por el precio de una piedra mágica basura, pero el mercader no se dio cuenta y siguió presumiendo.

"Bueno, te sorprenderás. Nuestro artesano ha trabajado muy duro. Ja, ja, ja. Si se utiliza en la casa del vizconde, los esfuerzos del artesano se verán recompensados", dijo el mercader.

"¿Se puede usar continuamente para dispensar agua?", preguntó el mayordomo, que hizo un pequeño pedido a regañadientes.

El artesano se sorprendió y respiró con dificultad ante la petición del mayordomo.

"Vaya, vaya, la familia del vizconde Lardrich realmente tiene un sentido diferente al de los plebeyos", dijo el comerciante.

"¿Ah, sí? Por supuesto", respondió el vizconde.

Su conversación no coincidía del todo.

"Si se deja encendido, sólo durará unas horas. Hmmm, es un lujo", dijo el mercader.

"¿Qué has dicho?", respondió el mayordomo, ahora sorprendido.

Esta vez le tocó al mayordomo sorprenderse.

"Entonces, señor, ¿cuántas piedras mágicas quiere que preparemos? Por favor, háganoslo saber lo antes posible, ya que son demasiadas para preparar. Este es un gran negocio, y nos estamos emocionando", dijo el mercader.

"Me pondré en contacto con usted más tarde para darle los detalles. Por hoy puedes irte", respondió el mayordomo.

El pálido mayordomo echó bruscamente al comerciante, mirando con resentimiento a la espalda del comerciante, que estaba de buen humor ante la perspectiva de un posible gran contrato que no existía, y al mayordomo, aliviado, se le iluminó la cara.

"¡Eso es! Traigamos la botella de agua de Aix de otra habitación y apañémonos", pensó el mayordomo.

Sin embargo, el alivio duró poco, ya que la luz de la entrada se apagó de repente.

"¡Oh, no! Ha surgido otro trabajo. Tengo que arreglar la luz. Oh, espera... ¿no le había dejado también ese trabajo a Aix antes?" pensó el mayordomo, cuya agonía acababa de comenzar.

Fin del capítulo