Capítulo 1: El collar de cristal rojo.

El bus escolar estaba abarrotado por estudiantes escandalosos que discutían como meterle diversión a su patética vida, yo estaba en el segundo asiento  a la derecha del conductor junto a la ventada, distraída con el rumbar del motor y los arboles pasajeros cuando algo me golpeo la nariz, me dolió lo suficiente como para hacerme girar de inmediato un poco molesta.

 — Oye… eso dolió   dije mientras me tocaba la nariz que me picaba por el golpe   Que te sucede.

 — Eso te pregunto yo, llevo un buen rato llamándote y me has ignorado   respondió leizy enojada, que estaba sentada junto a mí en el auto bus.   

—Perdóname, estoy un poco distraída pero no era para tanto —respondí entre pucheros.

 — Sé que no te dolió, solo quieres que sienta lastima y te perdone.

Sonreí con picardía.

 — Asi no es divertido, me conoces demasiado bien

 — Es que es muy fácil, eres única, la chica más fría y manipuladora del mundo —dijo leizy exagerando las palabras en cada silaba —pero tranquila te guardare el secreto.

 — Que amable eres —dije entre risas— Por eso te quiero.

Y me lance a sus brazos como un chico enamorado que no deseaba que se fuera de su lado, era verdad, leizy era mi única y mejor amiga, era una chica alta, cuerpo delgado con hermosa cabellera rojiza que recogía en una coleta alta, piel rosada y ojos verdes, parecía un hada del bosque salida de un cuento; yo por otra parte tengo el cabello plateado con pequeños mechones blancos y azules que adornan mi cabello, es rizado y corto unos centímetros más abajo del hombro, los ojos celestes y la piel  blanca como la nieve, mi piel no es cálida y proyecta frio, además no ciento el tacto cálido de las personas, parezco la reina de las nieves o eso dice leizy.

El bus frena de manera brusca lo que me desorienta un momento, recojo mi mochila y me levanto, leizy hizo lo mismo y empezó a salir del bus escolar, yo la segui en fila por los escalones hasta el exterior, nos miramos y continuamos el camino al interior del instituto.

Mi instituto queda a las afueras de la nación nanos, en un pueblo llamado konta, cerca de la frontera de la nación drumix, una nación llena magia y seres muy diferentes a los humanos, seres hermoso y místicos.

Mientras camino hacia la entrada, miro a lo lejos la barrera que separa nuestra nación, es una vista hermosa, como siempre me embeleso mirando aquel color, aquellas chispas diminutas que se escapan de su lugar, pero el timbre me devuelve a mi camino. Leizy tira de mi brazo y me hace correr alejándome de aquella maravilla.

Llegamos jadeando al salón y a toda carreara nos sentamos en nuestros asientos que estaban justo al lado de la otra; el salón era grande, tenía posters en las paredes con gente importante e inteligente que me juzgan con la mirada, el asiento del maestro estaba justo al frente lleno de libros y bolígrafos, el maestro Spencer aún no había llegado era encargado de la materia de literatura y se tomaba su tiempo en la mañana antes de llegar.

Los estudiantes aprovechaban su ausencia para tener largas  charlas en grupos y hacer planes para la tarde, era viernes así que también organizaban la fiesta de fin de semana.

 — Jale —me llamo Leizy a mi lado. Cundo se aseguró de que le dedicaba toda la atención continuo— ¿vas a ir a la fiesta de Cameron esta noche?

 — No lo sé suena aburrido, sabes cómo termina siempre, Marlon termina vomitando en la alfombra y Cameron nos saca afuera a todos por su culpa

 — Eso solo sucedió una vez, fue muy divertido, la cara de Cameron cuando lo vio vomitando fue cómica.

 — Pero nos hecho fuera, y en ese momento empezó a llover, sabes que vivo lejos llegue inundada a mi casa.

 — Yo quiero ir pero no quiero ir sola, tal vez vaya algún chico guapo, ven conmigo.

 — Voy si me invitas a comer helado el domingo, pero no cualquier helado, el más caro que encuentre.

Leizy parpado con sorpresa fingida y exagerada.

 — Es muy injusto eres la única que gana

 — Ese es mi trato lo tomas o lo dejas —dije aguantando mi risa y actuando como un ejecutivo a punto de cerrar un negocio.

—  Bueno, lo tomo pero no puedes irte a menos que lo diga yo,  sin escusas —dijo también mientras reía con maldad.

 — Esto me pasa por ponerme de graciosa, mi culpa—respondí entre un suspiro— ¿puedo quedarme en tu casa esta noche?

 — Claro lo que sea por mi adorada amiga—dijo leizy y me guiño un ojo.

Sonreí ante tal gesto, ella rio también y en ese momento sonó la puerta.

 El maestro Spencer entro casi tropezando con sus propios pies por las prisas y por estar cargando una pila de libros que le tapaban la cabeza, logro llegar al su escritorio y se aliso el traje y miro a la clase con cara de satisfacción, era un hombre bajo, cuerpo delgado, cabello negro canoso, ojos marrones, su traje era en tonos cafes y una elegante postura.

 — Buenos días, hoy nuestra clase se centrara en analizar el libro de Nora Alenller una escritora muy famosa por su libro  “la magia y los drumix: su relación con el mundo” —empezó a decir el maestro Spencer muy emocionado— así que todos pasen y tomen un libro del escritorio.

Todos los estudiantes obedecieron de inmediato y recogieron su libro, yo hice lo mismo, lo más rápido posible y me senté de nuevo, abrí mi libro de tal manera en el que pareciera que lo leía.

—  Ahora quien puede decirme que es la magia —prosiguió el maestro cuando todos estaban de vuelta en sus asientos.

—  La magia es increíble —dice un chico exaltado con la pregunta.

 — La magia es poder—dice Cameron al frente con engreída expresión

Sonreí con burla y desprecio ante la pregunta y las dos respuestas, para mi mala suerte llame la atención del maestro.

— Jale, dinos tu opinión al parecer lo tienes bien claro—dijo el maestro con sarcasmo

—  Simple—dije y me apoye en el respaldar de la silla— la magia es avaricia y destrucción aunque usted diría que es la representación de la energía.

  — Correcto —dijo con escepticismo— entonces prosigamos.

Todos me miraron sorprendidos por mi respuesta tan altanera y que de igual manera es correcta hasta leizy me miro un poco sorprendida pero podía ver que estaba conteniendo una carcajada.

El resto de la clase paso muy rápido y aburrida el maestro no volvió a mencionarme y yo ignore la mayor parte de su discurso, me pase la clase haciendo pequeños cristales de hielo entre mi mano y luego haciéndolos esfumar, mi asiento estaba en la parte de atrás junto a la pared y puse mi libro de tal manera sobre el escritorio que mis manos no eran visibles, nadie noto aquella demostración de magia, a excepción de leizy quien se acercó al final de la clase, me miro con los ojos entre cerrados y las manos en las caderas.

 — Aquí viene el regaño—dije entre dientes y le dedique una sonrisa de inocencia.

 — Jale, que demonios haces, sabes muy bien que no debes, no es un misterio tu origen pero nadie sabe que puedes hacer magia—dijo leizy con impaciencia mientras recogía mis cosas y las tiraba dentro de mi mochila.

 — Lo sé, yo soy la perjudicada si lo supieran, pero no lo puedo evitar es como respirar y estaba muy aburrida odio esta clase me da sueño —dije. Y lo sabía, era una mestiza mitad drumix y mitad humano todos lo sabían, pero creen que nací sin magia drumix y que lo único que nació como drumix fue mi cabello y belleza.

 — Por lo menos ya termino, anda vamos, por hoy somos libres del instituto

—  Me alegra que sea viernes, solo tenemos clase en la mañana—dije. Me levante de un salto y nos dirigimos a la salida.

—  Oye y que te pondrás para la fiesta —dijo leizy mientras caminábamos— tienes que ir muy guapa, bueno más de lo normal.

 — Iré como estoy ahora, no tengo nada que ponerme—tenia puesto un pantalón oscuro, una camisa básica blanca con tirantes y una camisa grande desabotonada con mangas largas de color morado oscuro encima— no iré a mi casa hoy.

  —Eso no va a pasar, te prestare algo más adecuado y te maquillare—dijo demasiado emocionada

No creo que sea una buena idea aunque tenemos gustos muy similares, ella prefiere la belleza antes que la comodidad y yo soy todo lo contrario, pero cuando a esta chica se le mete algo en la cabeza no hay nadie que se la saque.

Suspire resignada.

  —De acuerdo vamos—dije

 — Yeiii!! —respondió con un grito de emoción, mientras daba saltitos.

No pude contener la risa ante la escena, la tome del brazo e hice que se apurara.

 

 

La casa de leizy es una enorme mansión, sus padres son políticos importantes, pero casi nunca están en casa se la pasaban viajando por toda la nación en importantes y aburridas reuniones. La mansión estaba ubicada cerca de la barrera ya que es una casa con un jardín tan extenso que llega hasta el bosque, justo entre ese bosque esta la barrera así que la vista es hermosa desde aquel lugar.

Estábamos en la habitación de leizy que es del tamaño de mi apartamento, ella esta entretenida sacando ropa de su closet, de manera desordenada, yo estoy acostada de espaldas sobre la enorme cama de mi amiga, cuando leizy encontró lo que buscaba me lo lanzo, lo mire era un pantalón negro ajustado que se adaptaba a mis gustos era de cuero con cintura alta y una blusa azul celeste hasta el cuello sin mangas que me llegaba hasta el abdomen.

—  Pruébatelo te quedara espectacular—dijo leizy aun con la cabeza metida en el armario.

Lo hice, me quite la ropa que traía puesta y me puse las prendas que me lanzo leizy. Me pare frente al espejo cuando estuve lista y me mire, me veía muy bien, la ropa resaltaba mis puntos fuertes, era raro para mí verme en ropas de este calibre.

Leizy saco la cabeza por fin del armario con un vestido en el brazo, cuando me vio soltó un silbido que me puso un poco nerviosa.

— Te vez de maravilla —dijo con tono alegre

—  No sé, siento que no va conmigo

 — Eso es porque aún no estas lista, siéntate aquí—dijo y me mostro una silla junto a ella.

Dude un momento pero al final me senté donde me había indicado.

 — Cierra los ojos y relájate—dijo mientras agarraba productos de maquillaje.

—  Lo intentare—respondí mientras obedecía

Sentía como mi piel era tocada con movimientos ligeros por los suaves pelos de la brocha, que hacían ligeras cosquillas por la piel, era relajante y tenebroso al mismo tiempo, luego de que termino con mi rostro empezó a tocar mi pelo sus dedos rozaban con cariño mi cabello peinándolo.

—  Termine, estas lista mírate —dijo Leizy haciéndose a un lado para que pudiera observar su arte en el tocador.

Había hecho un excelente trabajo, era un maquillaje sencillo pero hermoso, uso sombras que iban del celeste al negro de una manera perfecta y me pinto los labios con un brillo rosa claro, el cabello lo dejo suelto pero le hizo una hermosa trenza en forma de espiga.

 — Eres asombrosa. Leizy, increíble trabajo —dije mientras me observaba en el espejo.

 — Lo sé—dijo. Mientras se colocaba el vestido para la fiesta. Era un hermoso vestido de encajé verde que le resaltaba por mucho su cabello rojizo una bella combinación.

 — Pareces maquilladora profesional, pero no seas engreída – dije con tono burlón.

Ella estaba sentada en una silla frente al tocador mientras se maquillaba con manos ligeras.

  —Lo tendré en cuenta —respondió y me guiño el ojo tras el espejo.

Me quede mirando como hacia magia con el maquillaje y el cabello, se maquillo de acuerdo al vestido, con sombras suaves que variaban entre el rojo y el negro, los labios los pinto con un rojo claro y el cabello lo trenzo a un lado de la cabeza, parecía una cascada de fuego, por su tono rojizo.

 — Estoy lista, podemos irnos—dijo levantándose de la silla. De manera fugas saco dos bolsos que combinaban con el atuendo de cada una.

La mire de arriba abajo.

— Creo que te falta algo—dije mientras la miraba con rostro analítico y me entro una espléndida idea— ya se, dame tu mano

Leizy obedeció levantando la mano en mi dirección, la tome entre mis dos manos, ella dio un respingo tras mi tacto, lo ignore, cerré mis ojos y me concentre, imagine un par de alas rojas como las de una hada un pequeño remolino se sintió entre mis manos y la suya. Abrí los ojos concluyendo mi trabajo, aparte mis manos y un collar de lo que parecían pequeños cristales rojos con par de alas de cristal rojo en el final estaba posado en las manos de leizy, aunque en realidad no era cristal sino hielo, pero jamás se derretirían.

Ella hizo una cara de sorpresa y emoción, no era la primera vez que me veía haciendo magia pero nunca algo tan hermoso y sofisticado. Me miro sonriendo y me abrazo.

 — Gracias, esta hermoso—dijo realmente agradecida y feliz

  —Te lo mereces—dije con una sonrisa de satisfacción al ver que le gustaba— aguantarme no es fácil.

Me libero del abrazo y me miro sonriendo por la broma.

 — Tienes razón, es una labor complicada—dijo mientras se ponía el collar.

—  Ahora si estas lista, vamos—dije. Tome el bolso que me presto leizy y nos fuimos en dirección a la fiesta.

Fin del capítulo